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Los programas integrales que se ofrecen a nivel latinoamericano y ecuatoriano para la primera infancia. para la primera infancia

Capítulo I: Niños, niñas, progenitores y educación

1.3. La atención y educación a la primera infancia (AEPI)

1.3.4. Los programas integrales que se ofrecen a nivel latinoamericano y ecuatoriano para la primera infancia. para la primera infancia

En América Latina, el servicio de AEPI va dirigida a dos grupos. El primer grupo va de los 3 meses a los 3 años de edad y suele estar bajo la dirección del Ministerio de Bienestar Social. Su servicio está dirigido a la población rural y tiene cuatro modalidades: 1) Visitas o cuidado basados en el hogar, 2) Atención de padres y otros adultos, 3) Programas de atención grupal, y 4) Educación Informal. El segundo grupo va de los 4 a los 6 años de edad, el servicio que se les da es la escolarización sin otros servicios complementarios y está bajo la dirección del Ministerio de Educación (UNESCO, 2001).

La mayoría de los países latinoamericanos cuentan con las cuatro modalidades para el primer grupo (3 meses a 3 años de edad) y tienen un sesgo en la cobertura en función de la dependencia institucional, de las edades de los niños que atienden o del contexto en el que se desarrollan (Arrabal & Lázaro, 2013). Estas modalidades informales no son evaluadas y por consiguiente no es fácil determinar ni sus logros ni su eficiencia.

En el Ecuador, la AEPI se divide en dos subniveles: 1) Inicial 1 que comprende a niños y niñas de 45 días a 36 meses de edad y está bajo la responsabilidad del MIES y 2) Inicial 2 que comprende a niños y niñas de 3 a 5 años de edad y está bajo la responsabilidad del Ministerio de Educación.

Entre los servicios de atención que ofrece el MIES a los menores de 36 meses de edad existen dos modalidades. La primera es una modalidad denominada “Creciendo con Nuestros Hijos” (CNH). Esta modalidad está dirigida especialmente a la población en condiciones de pobreza donde los niños permanecen en el hogar con su madre, padre o familiar adulto responsable de su desarrollo. La modalidad opera, una vez por semana, a través de visitas domiciliarias individuales de 45 minutos o grupales de 1 hora y 15

minutos. La educadora, con título profesional de nivel tecnológico25 en educación infantil o áreas afines, realiza las visitas a los domicilios con el fin de proveer técnicas educativas a las madres, capacitar a las familias y comunidad sobre salud preventiva, alimentación saludable y educación en corresponsabilidad con la familia y la comunidad (MIES, 2014).

La segunda modalidad que se ofrece a los menores de 36 meses de edad incluye dos tipos de servicios denominados unidades de atención de Desarrollo Infantil Integral. La primera unidad se denomina “Centro Infantil del Buen Vivir” (CIBV) y se encuentra ubicada en los sectores rurales del país. La otra unidad se denomina “Centro de Desarrollo Infantil”

(CDI) y se encuentra ubicada en los sectores urbanos.

Las dos unidades se conciben como instituciones educativas regidas por el MIES. Las unidades cuentan con una infraestructura adecuada para la acogida de los niños y niñas. El personal se conforma de una directora con título de tercer nivel en educación infantil o áreas afines y una educadora con un nivel mínimo de tecnóloga en educación infantil o áreas afines por cada 10 niños y niñas. Aunque en ocasiones existen excepciones debido a las condiciones geográficas o territoriales que imposibilitan la contratación de un personal adecuado para los CIBVs de las zonas rurales; por tanto, algunos CIBVs cuentan con madres comunitarias, pero que están siendo capacitadas continuamente para ejercer la labor.

Las dos unidades –CIBV y CDI– cuentan con un plan educativo en el marco de la política pública y las disposiciones del subnivel del currículo de educación inicial del Ministerio de Educación. Operan durante todo el año bajo la corresponsabilidad de las familias y la comunidad, cuentan con un receso de 15 días en el período de vacaciones escolares. Las jornadas se realizan de lunes a viernes, ocho horas al día. El MIES evalúa el personal de las unidades cada seis meses y los capacita en áreas relacionadas con su perfil ocupacional y sus funciones (MIES, 2014).

El MIES define el desarrollo infantil integral como:

25 El Título de tecnóloga en Ecuador es equivalente al Título de Técnico Superior de los ciclos formativos de grado superior en España. En cambio, el Título de tercer nivel que corresponde a los grados académicos de licenciado y títulos profesionales universitarios o politécnicos, es equivalente al Título de Graduado en España con el cual luego se puede acceder a estudios de Máster y Doctorado.

[…] el conjunto de acciones articuladas, orientadas a asegurar el proceso de crecimiento, maduración, desarrollo de las capacidades y potencialidades de las niñas y niños, dentro de un entorno familiar, educativo, social y comunitario, satisfaciendo de esta manera sus necesidades afectivo-emocionales y culturales. (Servicios y programas MIES, 2014, p.7.)

El lugar donde se realizará el trabajo de campo es un centro que pertenece al subnivel 1 – inicial 1– que comprende a niños y niñas de 45 días a 36 meses de edad y está bajo la responsabilidad del MIES. La unidad de servicio es un Centro Infantil del Buen Vivir (CIBV) que se encuentra ubicada en un sector rural del país, una comuna rural indígena y campesina.

1.4. Resumen.

El capítulo I contiene tres apartados. Se han expuesto algunos términos y conceptos que requerían ser delimitados para una mejor comprensión del estudio, debido a que a veces olvidamos que en otros contextos culturales se perciben o utilizan con otras connotaciones.

En el primer apartado, se ha analizado en qué términos se ha producido el cambio de significado de la niñez, el descubrimiento de la infancia (en términos de Ariés) pasando de ser sujetos de poco valor para su sociedad a ser la base de la sociedad, reflejado incluso en el interés de la comunidad científica para su estudio. Esto ha implicado un cambio sobre la construcción social de esta etapa, la percepción acerca de ellos y el interés internacional impulsando discursos y políticas en pro de su bienestar y desarrollo integral. El concepto social de infancia toma en cuenta el contexto que rodea a los niños y niñas, y es considerada una etapa socialmente construida donde sus protagonistas –los niños y las niñas– se desenvuelven y desarrollan.

La fundamentación teórica sobre crianza ha sido abordada en el segundo apartado. La crianza está asociada a una actividad, acción, rol o deber de los padres, madres o adultos que están a cargo de los menores de edad donde a veces se hace uso de experiencias y/o conocimientos ancestrales de manera bidireccional y/o generacional. El modelo de análisis en base a los objetivos parentales de Greenfield y Suzuki (1998) permite analizar, interpretar y comprender las prácticas de crianza y el proceso de socialización en el que

están sumergidos los niños en función de las metas de desarrollo que los adultos construyen para ellos. El modelo no solo analiza las metas parentales sino también el contexto cultural, el contexto histórico, la clase social, el nivel educativo de los padres y madres, entre otros aspectos. Por último, se han presentado los resultados de algunas investigaciones sobre las características del proceso de crianza en Ecuador especialmente en el contexto rural. Bajo el modelo de análisis de Greenfield y Suzuki (1998), las prácticas de crianza ecuatorianas parecen estar asociadas al marco de interdependencia porque su meta de socialización es construir individuos responsables de su propia familia o grupo comunitario.

Por último, en el tercer apartado, se han expuesto los cambios acontecidos en las instituciones para el cuidado de los niños y niñas, que han pasado de tener un objetivo asistencial en sus inicios, al ser concebidas como una forma de apoyo a las familias que requerían de servicios de cuidado y guarda para sus niños pequeños; a considerar que “el niño o niña, aunque pequeño, es sujeto de derechos y éstos son diversos en los ámbitos de la salud, la nutrición, la sociabilidad, la socialización, la recreación, el aprendizaje, etc.”

(Unesco, 2004, p.11); es decir, a hacer mayor hincapié en el bienestar y desarrollo holístico de los niños y niñas.

Tanto en los países desarrollados como en los países en vía de desarrollo, los cuidados a los niños y niñas han pasado a ser, pues, servicios de cuidado enmarcados en programas estructurados que velan por su desarrollo integral. La AEPI consta de actividades que garantizan las condiciones básicas de alimentación, salud, estimulación temprana variada y la incorporación progresiva de los pequeños a los centros educativos (OEI, 2008; Unicef, 2007; Villaseñor, 2012).

Los servicios de AEPI que antes eran una responsabilidad de los padres y madres ahora involucran también a educadoras/es, centros infantiles, entidades gubernamentales, entidades privadas, organismos internacionales y organizaciones comunitarias, es decir a la sociedad que rodea a los niños y niñas pequeñas.

Por ello, conocer las afinidades que existen entre los diferentes colectivos e instituciones resulta primordial para comprender los procesos educativos que viven estos niños y niñas.

Capítulo II: La participación parental en las instituciones