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Percepciones de las madres con relación al centro

4.2. El Centro Infantil del Buen Vivir (CIBV 38 ) Muñequitos de maíz 39

4.3.2. Las madres del centro infantil

4.3.2.1. Percepciones de las madres con relación al centro

Al indagar las razones por las que las madres envían a sus pequeños al CIBV de la comuna, las respuestas que más veces se repitieron fueron: cercanía a sus viviendas (22 veces), por trabajo (21), con el fin de que aprendan (19), por recomendación (15) y por la alimentación ofrecida a los niños y niñas (7).

Más de la mitad de las madres (36 de 48) dijeron estar a gusto con el centro, 10 madres fueron críticas con el centro, pero lo aprobaron, y solo 2 madres no aprobaron el centro. En los siguientes cuadros, en el 21, 22, y 23, se presentan los datos en relación a su pertenencia o no a la comuna y en función de si tienen experiencia de maternidad previa o no. En el cuadro 24 se resumen todos los datos presentados.

Cuadro 21. Madres que están a gusto con el CIBV de acuerdo a su nivel educativo, pertenencia o no a la comuna y en función de si

tienen experiencia de maternidad previa o no.

FORÁNEAS DE LA COMUNA

Nivel educativo

Madres Primerizas

Madres no Primerizas

Madres Primerizas

Madres no Primerizas No están

escolarizadas

- 1 - -

Educación general básica

2 - 2 16

Bachillerato 2 1 3 7

Educación Superior

- 1 - 1

Fuente: Elaboración propia a partir de la recogida de datos de las entrevistas.

Cuadro 22. Madres que fueron críticas, pero aprobaron el CIBV de acuerdo a su nivel educativo, pertenencia o no a la comuna y en función de si tienen experiencia de maternidad previa o no.

FORÁNEAS DE LA COMUNA

Fuente: Elaboración propia a partir de la recogida de datos de las entrevistas.

Cuadro 23. Madres que no aprobaron el CIBV de acuerdo a su nivel educativo, pertenencia o no a la comuna y en función de si tienen experiencia de maternidad previa o no.

Fuente: Elaboración propia a partir de la recogida de datos de las entrevistas.

Cuadro 24. Las madres en relación a su pertenencia o no

Como se puede apreciar en el cuadro 21 y en el 24, las madres que se sintieron “a gusto” y aprobaron el centro infantil son la mayoría (36), de las cuales 29 son de la comuna. De este grupo de madres, 1 madre no cuenta con ningún nivel de estudios, 20 madres tienen nivel de educación general básica, 13 son bachilleres y 2 tienen estudios superiores.

Este grupo de madres (36) argumentó que su gusto por el centro se debía a aspectos organizativos (orden, limpieza, amplias áreas de juego y aulas para diferentes áreas de trabajo). Sin embargo, las madres no mencionaron necesidades del centro como podían ser la falta de más aulas, más camas, más colchones para la siesta de los niños, material didáctico, casilleros, artículos de aseo para los pequeños; aspectos que eran mencionados en las reuniones por parte del presidente del comité de padres de familia y el personal docente. En algunas conversaciones informales, la mayoría de estas madres comentaron que se sentían agradecidas con el centro porque debido a su trabajo no podían cuidar de sus hijos tan pequeños y otras indicaron que el centro ofrecía mejor alimentación de la que ellas podían dar a sus pequeños. Así que la aprobación al centro no solo se dio por los aspectos organizativos sino también por un sentimiento de agradecimiento por los cuidados que las madres no podían ofrecer a causa de sus trabajos o por la alimentación ofrecida por el centro a los pequeños.

Ahora bien, pude constatar que existió otro motivo por el que aproximadamente unas 20 madres de este grupo, aprobaron el centro. Ya que la infraestructura de un CIBV así como la adquisición de algunos materiales pedagógicos son responsabilidad directa de las familias, –este aspecto se menciona en la sección de los recursos financieros del centro, en el capítulo IV–, los componentes faltantes en el centro infantil de la comuna se debieron a que varios padres o madres no siempre fueron puntuales a la hora de pagar la cuota mensual; a veces lo hicieron a mediados de mes o pasando un mes debido a otras deudas que tenían. Así que, no aprobar el centro las implicaba directamente como responsables de la existencia de las necesidades del mismo. Cabe señalar que según Vicente, el presidente del comité de padres, la cuota mensual del centro ($10 por niño y $5 si había hermanos) sí es una cuota accesible de ser pagada por las familias.

En cambio, como se aprecia en el cuadro 22, algunas madres (10 de 48) fueron críticas con el centro infantil, pero lo aprobaron. De este grupo de madres, 1 no contaba con ningún

nivel de estudios, 6 madres tenían nivel de educación general básica y 3 madres eran bachilleres. La mitad de ellas no eran de la comuna y las otras sí.

Las madres reclamaron mejores recursos, mejorar la infraestructura, más juegos y materiales pedagógicos, adquirir camas para la siesta de los pequeños, mejorar la alimentación ofrecida a los niños, incrementar y estabilizar la plantilla docente, y mejorar el acceso al centro infantil.

El tema del acceso al centro infantil tiene que ver con dos aspectos: 1) el CIBV se encuentra retirado de la calle principal de la comuna y 2) al no existir una directora a tiempo completo en 2014-2015, tampoco hubo un horario programado por parte del centro para que las familias visitaran el CIBV con el fin de preguntar sobre el progreso de sus hijos e hijas o cualquier inquietud acerca de sus pequeños; aunque, Tatiana sí animaba a las familias a ir y ver cómo estaban los niños y niñas cuando ellos quisieran. En 2016, sí hubo un horario para la visita de las familias al centro con el único fin de que preguntaran sobre el progreso de sus hijos e hijas –este aspecto se profundiza en los siguientes capítulos–.

De las madres que fueron críticas con el centro, pero lo aprobaron, solo vi a 5 madres de la comuna visitar alguna vez el centro infantil –el dato de las visitas o espacios de participación se describen en el siguiente capítulo–. Las madres de la comuna (5) basaron sus comentarios en la observación de primera mano y en las noticias que el presidente del comité de padres anunciaba sobre el centro en las reuniones de padres. Las otras madres (5) se basaron en lo que escucharon en las reuniones y en las conversaciones con otras madres. Empero, que las madres sí mencionaran aspectos que faltaron en el centro infantil corrobora los anuncios que se hicieron por parte del presidente del comité de padres y del personal docente sobre la falta de material necesario en el centro y para el trabajo con los pequeños. En las conversaciones informales, este grupo de madres también se mostró agradecido con el centro. Las madres estaban contentas de que existiera un lugar de educación para sus hijos, pero también querían que ese lugar estuviera bien equipado. De las 10 madres que fueron críticas con el centro, pero lo aprobaron, 9 fueron puntuales a la hora de pagar la cuota mensual del centro y la otra madre solía pagar entre los 10 primeros días del mes.

Finalmente, solo 2 madres que no pertenecían a la comuna y tenían un nivel de educación general básica mostraron disgusto por el centro (Cuadro 23), con argumentos similares a los anteriores. No obstante, estas madres se basaron en los anuncios que se mencionaron en las reuniones del comité de padres y en las conversaciones que escucharon y mantuvieron con otras madres, no en la observación de primera mano.

Como se puede apreciar, la mayoría de las madres entrevistadas aprueba el centro pese a que no cuenta con toda la infraestructura adecuada –más aulas, más juegos, colchones, camas, material pedagógico, etc.–, componentes esenciales y necesarios para una enseñanza y aprendizaje de calidad. La aprobación del centro, según ellas, se debe a los aspectos organizativos, pero hay un sentimiento también de agradecimiento por la acogida de sus niños y niñas en el centro mientras ellas trabajan y por la alimentación ofrecida a los pequeños. En cambio, pocas madres señalan las cosas faltantes y necesarias en el centro.

Estas madres quieren un lugar mejor equipado donde sus pequeños aprendan cosas que les permitan ingresar al siguiente nivel educativo.