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El análisis de contenido cuantitativo

MARCO TEÓRICO

3. El estudio de la ficción televisiva y su contexto sociocultural 2. La ficción televisiva

4.3. El análisis metodológico de la ficción televisiva

4.3.2. El análisis metodológico del texto

4.3.2.1. El análisis de contenido cuantitativo

El análisis de contenido cuantitativo es una de las técnicas metodológicas más usadas en las ciencias de la comunicación. Se ha utilizado principalmente para explorar lo que transmiten los contenidos y mensajes de los medios de comunicación (Casetti y Di Chio, 1999; Igartua, 2006).

Así, Neuendorf (2002) señala que el análisis de contenido tiene como unidad de análisis el mensaje. Por su parte, Krippendorff (1990) explica que el análisis de contenido nace con la preocupación de los fenómenos simbólicos y, por tanto, las disciplinas científicas que lo utilizan

son aquellas que están preocupadas por los símbolos, significados, funciones y efectos de los mensajes de los medios de comunicación. El autor también destaca que el análisis de contenido tiene una orientación fundamentalmente empírica, exploratoria y vinculada a fenómenos reales, puesto que trata de contribuir al conocimiento a partir de datos reales de hechos simbólicos. La capacidad del análisis de contenido para trabajar con comunicaciones simbólicas permite que sea sensible al contexto y acepte material no estructurado, lo que quiere decir que el investigador no puede anticipar todas las categorias de análisis y las formas de expresión antes de haber examinado el material. Por tanto, el análisis de contenido permite observar fenómenos que no tienen por qué ser observados directamente y lo hace a través de los datos relacionados con ellos.

Por otra parte, Neuendorf (2002) define el análisis de contenido como un procedimiento de investigación cuantitativo que descansa en el método científico y que permite obtener descripciones sumarias de mensajes de naturaleza muy variada e identitificar en ellos toda clase de variables e indicadores. Respecto al último punto, Neuendorf (2002) destaca que el análisis de contenido permite examinar científicamente tanto los significados (análisis temático) como los significantes (análisis de los procedimientos, de las convenciones, de los rasgos formales) de cualquier texto. Luego, la autora sostiene que el análisis de contenido permite analizar tanto los contenidos temáticos y manifiestos que aluden a lo que se dice en los mensajes como los aspectos de carácter formal que se refieren a cómo se dice y que son característicos de cada medio de comunicación, porque aluden a las convenciones que se utilizan para crear los mensajes. De manera conclusiva, Igartua (2006) define el análisis de contenido como una técnica para aproximarse de manera científica al análisis de los mensajes (cualquiera que sea su naturaleza) con el objetivo de comprender su génesis, proceso de formación, obtener descripciones precisas de su estructura y componentes, analizar el flujo o patrones de intercambio, trazar su evolución y/o inferir en su impacto. A partir de dicha definición, el autor identifica cuatro propiedades del análisis de contenido: a) descansa en el método científico; b) ofrece descripciones sumarias de los mensajes; c) permite analizar rasgos formales y de contenido, y d) se centra en el estudio del contenido manifiesto y latente de la comunicación.

Igartua (2006) también ha indicado los pasos que hay que seguir para realizar un análisis de contenido, porque como afirma Krippendorff (1990), independientemente de la disciplina y problema sobre el que se aplique, el análisis de contenido cuantitativo posee una lógica de composición y forma de razonamiento. Las fases señaladas por Igartua (2006) son las siguientes:

1. Formulación del tema de investigación.

2. Conceptualización. Esta fase consiste en definir teóricamente las variables críticas que se pretenden analizar en los mensajes. Las variables críticas son los rasgos centrales que se

examinan de acuerdo a los objetivos e hipótesis del estudio. Su definición ha de ser precisa y clara por lo que la información previa juega un papel relevante en su selección y definición.

3. Operacionalización. En esta fase tienen lugar tres tareas: el diseño del sistema de categorías, la selección de la unidad de recogida de datos y la determinación de la unidad de análisis. La primera consiste en diseñar un procedimiento para evaluar las variables críticas que han sido definidas. Este proceso se realiza a partir de la definición conceptual de cada variable e implica crear un protocolo de categorías de análisis para cada una de ellas y proponer un sistema de cuantificación o clasificación. El resultado final debe ser un sistema categorial formado por las opciones de codificación de cada variable que tiene que ser recíprocamente excluyente y exhaustivo. La segunda tarea supone seleccionar qué mensajes se deben recoger, es decir, la unidad de recogida de datos, y la tercera, decidir qué partes del mensaje se someterán al análisis, es decir, la unidad de análisis.

4. Elaboración del libro de código y la ficha de análisis. El libro de código debe contener todas las instrucciones necesarias para que los codificadores completen con éxito el trabajo de análisis. Se trata de un documento de lectura y consulta. La ficha de análisis es la hoja de registro en la que se va añadiendo la información de las variables que se miden siguiendo el libro de código.

5. Muestreo de los contenidos o selección de la muestra. Aquí se distingue entre la población, que es el conjunto de mensajes susceptibles de ser estudiados de acuerdo a los objetivos de la investigación, y la muestra, que es el subconjunto de mensajes pertenecientes a la población que se van a analizar. La selección de la muestra puede estar guiada por diversos criterios de inclusión o exclusión, y da lugar a distintos tipos de muestreo probabilístico (aleatorio simple, aleatorio sistemático, aleatorio estratificado o aleatorio por conglomerados) o muestreo no probabilístico (por conveniencia, por cuotas o estratégico).

6. Codificación.

7. Chequeo de la fiabilidad de la codificación.

8. Análisis de los datos y elaboración del informe de investigación.

Finalmente, Casetti y Di Chio (1999) sostienen que el análisis de contenido cuantitativo es una técnica útil para valorar el tipo de representación y tratamiento temático en los contenidos televisivos y conocer si dichos contenidos reflejan o modelan la estructura y los valores del sistema sociocultural en el que se han producido y consumido.