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Las figuras de José Manuel Balmaceda y Salvador Allende

DISCURSOS DE LO SINIESTRO

1. Resignificación de figuras históricas: Un ejercicio para la memoria nacional

1.2 Las figuras de José Manuel Balmaceda y Salvador Allende

“No debemos consentir que esta vasta y rica región sea convertida en una simple factoría extranjera"

José Manuel Balmaceda130

“Yo no voy a renunciar!

Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo.

129 Datos interesantes sobre la polémica y el análisis de la situación extratextual de Prat en relación con la obra literaria se pueden encontrar en la introducción a Pedagogías Letales (2011) de Cristián Opazo y en el artículo de Fernanda Carvajal “Prat de Teatro de Chile: Una fábula nacional prófuga atravesando las junturas entre arte y política” (2010), publicado en Atenea, N°502.

130 Extracto del discurso de Balmaceda en el Congreso Nacional el 01 de Junio de 1889.

175 Salvador Allende131

El estreno de Puro Chile (2002) de Marcelo Sánchez se produce en el “IV Festival de teatro de pequeño formato” y la obra fue publicada en una antología del autor el año 2005 por Editorial LOM. Ella nos muestra una imagen posible del ex presidente chileno José Manuel Balmaceda (1840-1891). El espectáculo no es masivo, a diferencia del anterior carece de una recepción polémica y no concita expectación ni cobertura periodística. Pese a tratarse de una figura políticamente importante, el abogado liberal que gobernó entre 1886 y 1891, es un ícono popular a quien los chilenos no conocen en profundidad, como sucede con Arturo Prat. En otros tiempos la mención de su nombre provocó encendidas discusiones entre conservadores y liberales, pero hoy no motiva divisiones ideológicas más allá del ruedo académico e historiográfico.

Uno de los puntos tan destacable como desafortunado de su propuesta política fue el interés férreo que mostró por unir a los liberarles en un gran conglomerado político, divididos hasta entonces en liberales, luminarias y radicales. Otro punto importante de su gestión fue la ideación de un proyecto de modernización que incluía la creación de acueductos, líneas férreas, liceos gratuitos y un sinnúmero de obras públicas; pero lo más recordado es su deseo de terminar con el monopolio del salitre para frenar la dependencia económica de Inglaterra, al igual que el enfrentamiento con el congreso por aprobar el presupuesto de la nación sin firma parlamentaria, suceso que desencadenó la Guerra civil de 1891 y su posterior suicidio en septiembre del mismo año en la embajada argentina.

En la obra breve de Marcelo Sánchez, llevada al escenario por la compañía “La batería” en la Sala Galpón 7, vemos a este hombre idealista encerrado en una habitación

“mal iluminada” y sentado frente a un “escritorio fiscal”. La imagen sugiere al mismo tiempo la eminencia de un secuestro largo, eterno tal vez, y las condiciones que le son propias: encierro, control y desconexión de la realidad. Allí recibe la visita de una “rubia platinada” que le canta “Happy birthday Mr. President” -a lo Marilyn Monroe-, y con quien discute dado su insistente parloteo en inglés. Tras la recriminación por no usar la

“lengua de Castilla” y un desafortunado juego de seducción, el gobernante acepta firmar el “recibo” que la Rubia solicita para tener registro de su visita a cambio de cierta información. Arriesgando que le quiten “el ventilador”, Mr. President negocia para

131 Extracto del último discurso de Salvador Allende en la Casa de Moneda, transmitido por Radio Magallanes la mañana del 11 de septiembre de 1973.

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enterarse de cuáles son las últimas frases escritas en los muros callejeros; ella le responde que mientras caminaba vio escrito en un muro: “la sed no es el agua”. Ante la zozobra que le provoca esta información que no esperaba escuchar, Mr. President se despide de Rubia con desencanto e impotencia, luego se entrega al sueño envuelto en una bandera chilena.

Quien vio la puesta en escena y al actor principal caracterizado (Jaime McManus132), puede asumir con tranquilidad que se trata de la imagen de José Manuel Balmaceda. Sin embargo, para quien sólo leyó la obra, esa interpretación resulta un poco forzada, dado que no hay marcas textuales que indiquen la identidad del protagonista.

La lectura indica que se trata de un “gobernante de la nación chilena”, pero no especifica cuál de ellos. No obstante, al atender a marcas más sutiles, vemos que la interpretación de la obra se abre en otra dirección. Si Rubia es nieta de una mujer que hizo por años “aseo en el congreso”, vive en un barrio donde puede comprar wantan en un carrito callejero y llegar hasta el lugar de reclusión en metro, será que Sánchez intenta hablar de un siglo más tarde, que intenta situar los acontecimientos en la actualidad.

Además, en las últimas líneas de la obra se señala que Mr. President se duerme mientras escucha aviones en el cielo:

La rubia se va. El presidente deambula meditando gravemente. Toma un trago de licor y se envuelve en una bandera chilena para dormir. […] Se escucha el paso de aviones bombarderos por el cielo. El presidente se sobresalta y luego se duerme (Sánchez, 2004).

Balmaceda muere en 1891, pero este tipo de aviones no se usará hasta entrada la primera década de 1900. Dada la condición de Marcelo Sánchez de profesor y magíster en Historia, podríamos estimar que quizás su intención sea referirse a otros

“bombarderos”, como los que sobrevolaron y atacaron la Casa de la Moneda el 11 de Septiembre de 1973, el día del Golpe Militar en Santiago de Chile:

Cerca de las once de la mañana, el Presidente Salvador Allende dirigió su último mensaje al país, a través de una cadena de radioemisoras simpatizantes del gobierno. En éste señalaba su decisión de no abandonar la casa de gobierno.

132 Jaime McManus obtuvo el Premio a Mejor Actor del “IV Festival de teatro de pequeño formato”, por su actuación en Puro Chile.

177 Agregaba que se mantendría firme en su postura de “seguir defendiendo a Chile”.

Al mediodía se inició el bombardeo sobre la Moneda, el que se prolongó durante 15 minutos. Aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea de Chile, luego de sobrevolar su objetivo, atacaron la sede del gobierno con cohetes “rockets” que destruyeron dependencias y provocaron el incendio del edificio. Pocos minutos después caía la Moneda y el presidente Salvador Allende era encontrado muerto en el salón principal junto al arma con la cual se suicidó (Memoria chilena, 2014133).

Desde este otro punto de vista, podríamos leer en la figura de Mr. President, al expresidente Salvador Allende Gossens (1908-1973) y no a Balmaceda, o a ambos simultáneamente. Las similitudes entre estos “expresidentes” son demasiadas como para pensar que las referencias son ingenuas, dado que existen abundantes elementos históricos que permiten relacionar las experiencias de ambos mandatarios134. Recordemos que Salvador Allende también desea llevar a cabo un gran proyecto reformista, pues su gobierno pretendió la construcción de un estado socialista por vía electoral. Así como Balmaceda intentó proteger el patrimonio nacional de las manos de los ingleses tras el conflicto salitrero, Allende hace lo propio contra los estadounidenses al concretizar la nacionalización del cobre -impulsada en gobiernos anteriores- haciendo perder a las empresas norteamericanas un capital millonario. Estos elementos de su obra política transforman a ambos gobernantes en íconos de la división política eterna entre liberales y conservadores. Además, ambos fueron derrotados mediante intervención militar, ninguno cedió ante su enemigo, a ambos les destruyeron sus casas y murieron como mártires luchando por la defensa de lo que consideraron una “causa justa”. Neruda plasmó estas palabras en Confieso que he vivido tres días después del golpe militar:

Chile tiene una larga historia civil con pocas revoluciones y muchos gobiernos estables, conservadores y mediocres. Muchos presidentes chicos y sólo dos presidentes grandes: Balmaceda y Allende. […] Como hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la mediocre oligarquía, los dos fueron conducidos a la muerte de la misma manera. Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras.

133 Esta breve síntesis del relato sobre el bombardeo al Palacio de Moneda se extrajo del portal Memoria

Chilena, perteneciente a la Dirección de bibliotecas, archivos y museos de Chile (DIBAM), en www.memoriachilena.cl (22.04.2015).

134 Más información sobre la comparación entre las figuras de Balmaceda y Allende se pueden encontrar en

los siguientes escritos: “Balmaceda y Allende. Nuestros mártires” (2006) de Georges-Michael Darricades,

“Héroes trágicos” (2010) de Darío Oses y Confieso que he vivido (20005) de Pablo Neruda.

178 Allende fue asesinado por haber nacionalizado la otra riqueza del subsuelo chileno, el cobre (Neruda, 2005:469-470).

Lo que Neruda desconoce en ese momento y que los seguidores de Allende no quieren aceptar -hasta después de las pericias forenses ordenadas en gobiernos democráticos- es que el mandatario socialista también se había suicidado con un disparo en una habitación “fiscal”. Esta otra semejanza entre Balmaceda y Allende, nos reafirma la idea del mártir que debe “vivir con honor o morir con gloria”135. Al igual que Prat en su combate, el mártir debe dar la vida en sacrificio por la patria.

Esta idea se reafirma en la investigación de Mauro Salazar sustentada sobre la lectura atenta que hizo Allende del testamento político de Balmaceda, pues al comparar los discursos finales de ambos mandatarios se advierte con facilidad la similitud en el tono y en el deseo de permanecer en la memoria del pueblo como un mártir, una figura inspiradora que infunde fuerza al pueblo:

Sin duda, hay afinidades en la estructura discursiva de los discursos finales. En la parte final del testamento escrito en la embajada argentina, Balmaceda escribe

“Cuando ustedes y los amigos me recuerden, crean que mi espíritu, con todos sus más delicados afectos, estará en medios de Ustedes”. Transcurridos casi ocho decenios, Allende sostiene con resignación y sosiego: “Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal sereno de mi voz no llegará hasta Ustedes. No importa, me seguirán oyendo. Siempre estaré junto a Ustedes” (Salazar, 2013).

Desde este punto de vista la elección de Marcelo Sánchez no es antojadiza, se propone representar a Balmaceda con la intención de encender los reflectores sobre la figura de Allende, para poner en perspectiva a ambos mandatarios y sus conductas de

“mártir”, para realizar el ejercicio de figura y fondo descrito por Infante en su post scriptum a Prat -como en “las imágenes de cartón que se ven en las ferias norteamericanas”- mostrándonos el rostro de Allende en el cuerpo acartonado de Balmaceda.

Esta sugerencia del doble, de dos presidentes en un solo cuerpo resulta sospechosa.

Cuál es la significación de esta imagen: el cuerpo de un hombre que espera un juicio o un

135 Estas fueron las palabras de otro prócer chileno, Bernardo O‟Higgins, en la Batalla del Roble en 1813,

durante la Guerra de Independencia.

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dictamen es recluido y reducido a un espacio simbólico que designa un territorio fiscal, de aire enrarecido, caluroso y solitario, una especie de purgatorio sofocante. Esta imagen no resulta horrorosa, pero sí inquietante porque evoca el eterno retorno de una misma situación, de un mismo momento histórico.

Ya hemos señalado que cuando se trata de una obra de formato breve, como ésta, la información contenida en los textos es mínima, las preguntas superan las certezas y el desafío es la interpretación: ¿sobre qué quiere hablar Sánchez?, ¿por qué intenta unir a estas figuras?, ¿quiénes contrataron a Rubia para coquetear con él?, ¿por qué Mr.

Presidente está interesado en “el Medio ambiente”?, ¿qué significado tienen los recibos?

,¿por qué el inglés es equiparable a la lengua de los “bárbaros” y una “rubia” un símbolo de malos augurios?

Creemos que la clave se encuentra en otro símbolo recurrente, el agua y su relación con los “libros de historia” que Mr. Presidente lee y las “clases de historia” en las que el hijo de Rubia aprende el significado de las consignas. Esta relación nos permite hacer memoria, recordar acaso la promulgación del Código de Aguas en 1951 en Chile. Hay que hacer hincapié en que este código legislaba sobre el derecho de aguas terrestres y fluviales, entregando al estado diversas herramientas para ejercer un efectivo control sobre las aguas y sus posibles usos.

Según nos informa Rubia en la obra, llueve “hace tres años” y “hace cincuenta años que ningún santiaguino puede ir al mar”. La obra de Sánchez es estrenada en 2002, por lo que podemos estimar que el momento de la escritura distaba cincuenta años de la promulgación de este código -fecha que se podría conmemorar- pero lamentablemente el gobierno militar firmó un nuevo código en 1981 que permitió el traspaso del derecho de aguas a privados136. Luego, a tres años de la llegada de la democracia no hay esperanza posible, pues aunque se nos prometió que la “alegría” vendría en forma de “sol”, no paró de llover. Esta es la razón por la que los chilenos -o “santiaguinos” según reza la sinécdoque- no han logrado ver el mar más que “en televisión”, ese mar que tranquilo nos baña en el himno nacional:

136 Según Alberto Arellano: “El código de 1981 demolió la institucionalidad vigente introduciendo un

modelo único de gestión de aguas a nivel mundial, caracterizado por la nula regulación y una débil fiscalización institucional. El agua se separó de la propiedad de la tierra, lo que fomentó la creación de un mercado paralelo estimulado por la entrega de agua gratuita, a perpetuidad y sin restricción de volumen a particulares”. “El millonario negocio del agua II. Cómo se fraguó la insólita legislación que tiene a Chile al borde del colapso hídrico”, reportaje publicado en el portal del Centro de investigación periodística el 12 de febrero de 2013 en www.ciper.cl (26.04 2015).

180 Puro Chile, es tu cielo azulado

Puras brisas te cruzan también […]

Y ese mar que tranquilo te baña, Te promete futuro esplendor.

Ni Chile es puro, ni el mar te baña tranquilo, ni te promete un futuro esplendor. La realidad es que cada vez más observamos con desencanto que nuestros recursos naturales son privatizados en favor de empresas extranjeras. Por eso la lengua extranjera y

“platinada” es signo de malos augurios, porque esta vez no hay héroe ni mártir que nos salve de su sombra. Hoy, aunque los gobernantes se jacten de que les interesa el medio ambiente - “es lo que se lleva hoy en día” dice Mr. President- no se atreverían a proteger con la vida nuestra riqueza ni sus ideas, como lo hicieron antes Balmaceda y Allende, porque para ello hay que ser consecuente y un poco obstinado, tener un compromiso con el pueblo más fuerte que el compromiso que se tiene con el partido, una responsabilidad política a la altura de los mártires y a prueba de convenios internacionales o globales.

El bien más preciado de esta segunda colonización, es el agua y la estamos regalando “a precio de huevo” y comprando luego a precio de oro 137. Eso es lo realmente siniestro, que un mismo momento histórico, unas mismas condiciones históricas se repitan una y otra vez independientemente de la figura que se encuentre al mando. En Chile se hace patente la contradicción, por un lado somos un territorio donde abunda el agua, pero por otro, no podemos beberla si no pagamos por ella a los grandes conglomerados españoles, dueños de los derechos de agua y de la concesión de centrales hidroeléctricas, con lo cual también pagamos por la luz, con el beneplácito de las autoridades de gobierno.

Desde ese lugar histórico es posible que el presidente bicéfalo sea el único capaz de entender la consigna “La sed no es agua”. Ella viene a anular la posibilidad de una

“esperanza en medio de la soledad, una pequeña ramita de olivo en medio del diluvio”.

Sánchez se pregunta por boca de su personaje: “¿cuántos años más?”. ¿Cuántos años más deben pasar para observar un cambio en el compromiso de nuestros políticos? Pero se encuentra siempre con la misma respuesta, porque en Chile “siempre pasan las mismas cosas”, dice Rubia. La historia es circular, la repetición de los hechos desafía la razón, por lo tanto, desde esa perspectiva es lógico que el protagonista piense que nunca habrá

137 Paradójicamente, esta propuesta podemos encontrarla en el trabajo de la española Icíar Bollaín: También la lluvia (2010), abordado desde otro punto de vista en tierras bolivianas.

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una generación “afortunada”, porque nuestro proceso histórico no avanza, siempre vuelve a fojas cero.

Sánchez utiliza la superposición de imágenes, de tiempos y espacios en un juego siniestro de espejos donde todo se ve “doble”, a fin de intensificar la repetición de la conducta política, la impotencia ante el diluvio y la ambigüedad del suicidio, signo que une al mismo tiempo semas de cobardía y valentía. Nos deja tintineando a un personaje como Mr. President, impotente, medio olvidado en algún lugar cercano a la “Estación Martín Vargas” -como el púgil chileno138- recluido, inmóvil y asustado por el fantasma de las bombas de antaño.

Estas figuras, que otrora fueran símbolo de identificación con el pueblo, ahora sin reconocimiento, se encuentran imposibilitadas para dar la lucha, imposibilitadas para cumplir con el rol histórico que les corresponde. A lo sumo intentan dormir en la memoria del pueblo, ese pueblo al que un día llevaron “a través del desierto” y que hoy no es capaz de devolverles nada. Habrá entonces que dignificar la decisión suicida y recordar a los chilenos, que “la sed no es el agua”, que los deseos de paz no son la paz y el deseo de justicia no es la justicia, sino justamente la marca de su ausencia.