• Aucun résultat trouvé

La ciencia arqueológica en el período 1990- 2010

Dans le document Sogamoso, Santander, Colombia (Page 121-129)

1. La arqueología como ciencia: el marco historiográfico

1.6. La ciencia arqueológica en el período 1990- 2010

Hoy día, es un imperativo arqueológico, documentar los hallazgos de asentamientos humanos, asociados a fuentes de explotación minera a partir del estudio de las rocas y de la composición mineralógica de las herramientas líticas, como aspectos de gran importancia para reconstruir la cadena operativa de fabricación de un instrumento o recipiente y buscar sus nexos explicativos con los asentamientos y el territorio. Todo esto en conjunto, generó la ponderación de los estudios mineralógicos para determinar la composición de las rocas y con ello, determinar los sitios de extracción mineral, con lo cual se ampliaban los estudios de la tecnología lítica, considerada bajo el sentido de procesos tecnológicos, inscritos en procesos productivos y, en consecuencia, pertenecientes al orden social. Aún en la actualidad la investigación sobre las sociedades prehistóricas le otorga poca importancia al ámbito de la gestión de los recursos y

dentro de éste al aprovisionamiento de materias primas, considerando el aprovisionamiento como un “hecho intrascendente” (Terradas 2001:15).

La discusión entre los prehistoriadores franceses y Binford respecto a la implicación o no de la variabilidad tecnológica y las variaciones adaptativas, llevó al el concepto de “geografía de recursos” utilizado para documentar los posibles contactos culturales a través de formas de comercio de materias primas específicas (marcadores litológicos por sus características macroscópicas, en cuanto a presencia de determinados fósiles y color) se tomaron como marcadores para definir un territorio de circulación con implicaciones culturales de influencia Inter.-étnica (Demars 1982ª, 1982C, 1985B; Masson 1982b; Torti 1983a). Bajo esta polémica, en Europa Central y en la Península Ibérica se fue consolidado el enfoque integrado de los estudios diacrónicos y sincrónicos relacionados con la identificación y procedencia de la materia prima lítica (Demars 1982; Masson 1982; Elorza 1984, 1992; García Carrillo et al 1991; Mazo y Cuchí 1992; Strauss et al, 1986; Terradas et al 1991). Así, el análisis tecno-económico y la geografía de ciertos materiales líticos, permitió trazar las redes de transporte de materiales con ciertos rasgos macroscópicos, que fueron definidos por textura y color, asociados a preferencia de elites sociales de poder, como el sílex melado (Gibaja 2003), u otras formas de intercambio comercial de distintas materias primas (Larick, 1986; Morala et al, 1991; Turq 1990).

Después de 1990, el ámbito de análisis de las industrias líticas prehistóricas se posicionó en Europa, incorporando marcos teóricos y metodologías e instrumentos analíticos de las Ciencias Básicas (geología, química, física, química etc.) para valorar la materia prima en un contexto productivo y con ello, lograr inferencias objetivas y positivas, respaldadas por resultados

prácticos, coadyuvado a afrontar la interpretación de los documentos arqueológicos de campo y enriqueciendo los datos para la comprensión de la economía prehistórica, en función del estudio de la tecnología lítica, la gestión y el aprovisionamiento de materias primas líticas como componentes de las estrategias económicas.

La preocupación científica por abordar la gestión y el aprovisionamiento de materias primas y su relación con estrategias de subsistencia, se fortaleció con las nuevas técnicas proveídas por la geología y por la documentación empírica, a partir de los estudios sobre yacimientos rocosos y la extracción humana de los mismos. Estudios realizados en Europa (Gran Bretaña, Bélgica, Polonia, Francia, Rusia) se documentan numerosos sitios especializados para modificar la forma de las rocas y gestionar éstas al desarrollar específicas industrias líticas, con formas específicas como las hachas y azuelas, que llegaron hasta Inglaterra y Alemania, siendo su fuente de abastecimiento Francia. (Houlder 1961; Cummis 1974, 1983) y cuya influencia aún está en estudio.

La irrupción de nuevos enfoques en arqueología y el giro de las preguntas arqueológicas hacia el ámbito de los procesos productivos y tecnológicos propiciaron la especialización e incorporación de métodos y recursos instrumentales cuantitativos, destinadas a la caracterización de materias primas líticas y en función de variados propósitos. El balance de estos recursos analíticos, para responder preguntas respecto al aprovisionamiento de materias primas líticas, muestra tres tendencias importantes: 1, el uso de técnicas simples, aplicadas en función de la muestra analizada y de los objetivos; 2, una colaboración pluridisciplinar entre la geología y la

arqueología y 3, soluciones costosas, de mayor alcance científico y tecnológico y con formación técnica específica (Terradas 2001).

La aparición de la arqueología ecológica, el enfoque sistémico y la herencia de los enfoques de la nueva arqueología, combinada con los nuevos instrumentos de análisis de la composición mineralógica de los instrumentos líticos, ha llevado a la incorporación de nuevas técnicas, muchas veces redundantes y contradictorias, pues “el objetivo de la aplicación de técnicas analíticas en Arqueología no tiene que ser acumular una mayor cantidad de datos, ni obtener resultados mediante procedimientos cada vez más sofisticados, sino que debe de ir dirigida hacia la solución de cuestiones y problemáticas concretas en el marco de una investigación integral, que posibilite la obtención de una representación socioeconómica del pasado (Vila y Estévez 1989; Terradas 2001:32).

Todo este cambio teorético y tecnológico de análisis ha creado en las últimas décadas, fue creando vías alternas para estudiar la gestión y el abastecimiento de materias primas líticas en el marco de producción, lo cual se fraguó desde la Escuela Francesa de Etnología Prehistórica, al liderar la postura de observar las evidencias líticas como parte de procesos tecnológicos, inmerso en un contexto socio-productivo y, por lo tanto, la tecnología lítica, se convirtió en un instrumento documental para asumir el conocimiento de las formas productivas y de la conducta humanas ante el reto de la subsistencia material, lo que se entroncó con nuevos postulados y métodos impulsados por la arqueología materialista, la nueva arqueología y los enfoques europeos de la arqueo-grafía, la paleo-etnográfica y la paleo-economía.

Entre los años 1990 y 2000, en medio del clímax del debate en torno a la tecnología lítica y los estudios de tipología lítica, los enfoques arqueo-gráfico y paleográfico retomaron los trabajos sobre la caracterización mineralógica de las materias primas asociadas a la gestión y aprovisionamiento de recursos minerales, sobresaliendo por ejemplo en Francia, Demars (1982, 1985,1989); Gaillar (1983); Masson (1979, 1982), en el este de Europa, Kozlowski (1991); en el sur-oeste de Europa, Strauss, 1991, y, en la Península Ibérica: región cantábrica, Arriza-Balaga 1998, González Sains 1992, Montes-Sanguino1998a, 1998b, Sarabia 1987, 1990; el Mediterráneo Valenciano, Cacho 1990, García-Carrillo et al 1991; en la región de Murcia, Martínez Andreu, 1992; en la región de Cataluña, Ripoll 1990, Soler et al, Terradas 2001.

La influencia de los análisis y los métodos geológicos y la variedad de aplicaciones técnicas y analíticas de orden petrográfico y petrológico con específicos objetivos arqueológicos, entre las cuales sobresalen: microscopía de luz transmitida, difracción de rayos X (DRX), absorción atómica (A.A); ICPAES, SEM, etc.36., sumados a los análisis de sedimentos y petrografía, conforman un conjunto de métodos y técnicas que permitían valorar la micro-estratigrafía de un sitio arqueológico en su proceso de formación en el tiempo y sus rasgos representativos de la actividad socio-productiva. Llama la atención su aplicación a las investigaciones sobre las comunidades cazadoras recolectoras prehistóricas y su gran difusión en Europa y escasa aplicación en las Américas, pues sólo hay tibias aplicaciones al sur de Sudamérica y en los Estados Unidos.

36 El colectivo del CSIC, creen que los resultados obtenidos de estas técnicas analíticas deben servir para lograr una aproximación más integradora a las formaciones económicas sociales de la prehistoria mediante la caracterización de sus medios de producción (TERRADAS 1998: 76) y por lo tanto, no como información técnica que le da un estatus “investigativo” a los trabajos arqueológicos, con lo cual, guardadas las proporciones se hace lo mismo con estudios estadísticos como relleno documental y no como documentación para llegar a la causalidad de la presencia de determinados materiales rocosos para hacer herramientas líticas en función de un desarrollo tecnológico y unas necesidades sociales.

Los estudios sobre las formas de explotación del ambiente natural por parte de las comunidades prehistóricas se reúnen en el modelo: gestión y aprovisionamiento de recursos por parte de las comunidades prehistóricas. La irrupción de nuevos enfoques en arqueología y el giro de las preguntas arqueológicas hacia el ámbito de los procesos productivos y tecnológicos propiciaron la especialización e incorporación de métodos y recursos instrumentales cuantitativos, destinadas a la caracterización de materias primas líticas y en función de variados propósitos. El balance de estos recursos analíticos, para responder preguntas respecto al aprovisionamiento de materias primas líticas, muestra tres tendencias importantes: 1, el uso de técnicas simples, aplicadas en función de la muestra analizada y de los objetivos; 2, una colaboración pluridisciplinar entre la geología y la arqueología y 3, soluciones costosas, de mayor alcance científico y tecnológico y con formación técnica específica (Terradas 2001).

En Europa Central y en la Península Ibérica se consolidó un enfoque integrado de los estudios diacrónicos y sincrónicos relacionados con la identificación y procedencia de la materia prima lítica (Demars 1982, Masson 1982, Elorza 1984, 1992; García Carrillo et al 1991; Mazo y Cuchí 1992; Strauss et al 1986; Terradas et al 1991). En España, este enfoque prosiguió en el simposio internacional de Madrid 1991 y los foros de geo-arqueología (Barcelona 1990, Madrid 1992), reuniones sobre cadenas operativas líticas (Barcelona 1991), aprovisionamiento de recursos líticos en la prehistoria (trabajos y eventos citados por Terradas 1998:74) y trabajos a diferentes escalas sobre sociedades cazadoras recolectoras (Cacho 1990; García–Carrillo et al1991; Enamorado 1991; Terradas 1995; Arias 1992; Freedman 1991; González Sainz 1992;

Martínez- Adreu 1992; Moloney et al 1966; Sarabia 1990; Soler et al 1990; Strauss 1980, 1991;

Terradas 1998:75).

Los estudios sobre la gestión de recursos en la prehistoria europea, han propiciado una significativa actividad en Francia con numerosos encuentros y publicaciones sobre el tema, así como en España, representado en los foros de geo-arqueología (Barcelona 1990, Madrid 1992, reuniones sobre cadenas operativas líticas (Barcelona 1991), aprovisionamiento de recursos líticos en la prehistoria y trabajos a diferentes escalas realizados sobre sociedades cazadoras recolectoras (Cacho 1990; García-Carrillo et al. 1991; Enamorado 1991; Terradas 1995; Arias 1992; Freedman 1991; González Sainz 1992; Martínez-Adreu 1992; Moloney et al 1996; Sarabia 1990; Soler et al. 1990; Strauss 1980, 1991; Terradas 1998:74-75). Dichos eventos y miradas han mostrado sólidos argumentos teóricos para incorporar la gestión y el aprovisionamiento de materias primas líticas, al análisis de la economía prehistórica, a la vez, que muestran la incorporación de nuevas y mejores técnicas analíticas para determinar la caracterización de las materias primas de naturaleza lítica y documentar las zonas de procedencia. La diferencia está en los objetivos de su aplicación, es decir, qué se busca con el estudio y caracterización de materias primas líticas, así como en las propuestas metodológicas. (Terradas 2001:16).

El modelo de gestión de recursos37 y la irrupción de nuevos enfoques en arqueología y el giro de las preguntas arqueológicas hacia el ámbito de los procesos productivos y tecnológicos propiciaron la especialización e incorporación de métodos y recursos instrumentales cuantitativos, destinadas a la caracterización de materias primas líticas y en función de variados propósitos. El balance de estos recursos analíticos, para responder preguntas respecto al aprovisionamiento de materias primas líticas, muestra tres tendencias importantes:

37 Este marcado interés en Europa por los estudios de gestión de recursos líticos, contrasta con la escasa aplicación y difusión en el Continente Americano, pues sólo hay tibias aplicaciones al sur de Sudamérica y en los Estados Unidos.

1. El uso de técnicas simples, aplicadas en función de la muestra analizada y de los objetivos;

2. Una colaboración pluridisciplinar entre la geología y la arqueología;

3. Soluciones costosas, de mayor alcance científico y tecnológico y con formación técnica específica (Terradas 2001).

Este modelo de gestión y aprovisionamiento de materias primas se tomó estudiar el ámbito económico en la región guane.

2. Tecnología y productos arqueológicos: enfoque y valoración como fuentes de

Dans le document Sogamoso, Santander, Colombia (Page 121-129)