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La lítica y la cerámica como productos

Dans le document Sogamoso, Santander, Colombia (Page 143-148)

2. Tecnología y productos arqueológicos: enfoque y valoración como fuentes de conocimiento del pasado. conocimiento del pasado

2.2. La lítica y la cerámica en la investigación arqueológica la noción de producto

2.2.1. La lítica y la cerámica como productos

Un producto, no está aislado de un sistema social. Según Montané (1980) presenta distintas características que las hace peculiares:

1. Las cualidades constitutivas (físicas y químicas) de la materia utilizada para manufacturar artefactos líticos y recipientes cerámicos y, a la forma de la materia o su configuración morfológica con lo cual las cualidades del producto depende de la materia prima, de los procesos de trabajo y del grado de desarrollo tecnológico

2. Funcional, referido al uso del artefacto de acuerdo a sus calidades constitutivas que le da un valor de uso como a cualquier producto (Castro et al 1996; Lumbreras 1981; Montané 1980), porque satisface las necesidades sociales dependiendo de la cualidad de la materia y de su forma, como un artefacto social que pasa por un esquema mental de fabricación de acuerdo a la demanda de las necesidades sociales.

Para considerar los objetos-artefactos como productos sociales y referentes significativos buscando representar una realidad social en el pasado, se requiere de un cuerpo de conceptos y categorías de análisis que permitan justificar la representación de dicha realidad o comunidad del pasado, en proceso de estudio:

“ Una categoría es una abstracción de la realidad y, como tal, se convierte en una operación racional que permite separar una o varias cualidades de un proceso para facilitar su estudio, que en ningún caso es posible abordar el estudio simultáneo de la totalidad de los elementos y la propiedad de la realidad” (Terradas 1996; Vargas 1990).

Los productos líticos y cerámicos fungen como marcadores de relación entre los agentes sociales y los recursos en función de las necesidades naturales universales (reproducción objetiva-biológica) y de las necesidades funcionales de orden social ubicados en la orilla opuesta a la necesidad biológica que se engloba dentro de las prácticas socio-parentales (Castro et al 1996), es decir, el marco de la reproducción objetiva de toda sociedad. Estas necesidades funcionales son pautadas, convenidas, codificadas y reconocidas como normas e incluso llevadas al nivel de símbolos y tabúes para sectores de la población (costumbres, prácticas funerarias, patrones de conducta, comidas exclusivas o exóticas,) aceptados socialmente (Clop 2000:33). En este contexto, dichos productos líticos y alfareros se convierten en la más importante expresión fenoménica de carácter social, lo que permite inferir en el comportamiento social humano, al entender cómo se organizó la tecnología para resolver sus necesidades de subsistencia y como se gestionaron los recursos naturales, ya que no hay que olvidar que es un producto social y que está supeditada a las necesidades materiales de la sociedad, y que por lo tanto, la complejidad tecnológica depende de las necesidades sociales.

Al considerar los artefactos bajo la categoría de producto se amplía el espectro de datos y análisis arqueológico, lo que nos lleva a una mejor valoración del objeto-artefacto arqueológico como parte de un proceso productivo y un contexto socio-económico, cuya expresión material por la vía tecnológica pertenece a un momento histórico al ser producido de una forma específica en función del desarrollo de las fuerzas productivas y mediante su demanda y uso. Esto estará indicando distintos niveles y aspectos de la vida social en comunidad -al ser producido socialmente- y, por consiguiente, aislarlo de este contexto de pertenecer a un proceso productivo como producto, se le despoja de su contenido social y su alcance tecno-formal solo presenta una

cara del artefacto arqueológico: El estudio de los productos puede aportar mejores conocimientos sobre los sistemas de relaciones sociales de producción, contribuyendo también desde esta perspectiva a definir el proceso productivo general de una determinada comunidad (Clop 2000: 34).

En la economía de un grupo humano, aparecen los útiles y herramientas líticas como productos sociales que están insertados en las distintas cadenas de actividades productivas, cuya reconstrucción tecnológica se hace a través de ellas y de las cuales, el aprovisionamiento de materias primas minerales, permite valorar cuantitativa y cualitativamente el factor distancia, al considerar las fuentes extractivas y los centros de transformación de la materia prima, respecto a los sitios de asentamiento. En la tecnología se insertan prácticas sociales de orden instrumental como: la creación, fabricación y uso de los medios de producción56; incluyendo tanto el conjunto material, como el no material de hechos técnicos que se utilizan en las cadenas operativas de fabricación del conjunto de artefactos materiales. Así, la reconstrucción de dicha cadena operativa, permite valorar cuantitativa y cualitativamente el factor distancia, al considerar las fuentes de yacimientos extractivos y los centros de transformación de la materia prima, respecto a los sitios de asentamiento base o sitios de asentamiento provisional.

La cerámica como producto humano incorporó trabajo humano para procesar distintas tierras con el fin de hacer numerosos elementos y, para el caso arqueológico, es importante en este procesamiento de tierras y la adición de desgrasantes con el fin de obtener arcilla para fabricar recipientes-contenedores y elementos de arcilla quemada, entre los cuales sobresalen las vasijas que fueron estudiados bajo el concepto de sistema cerámico que incluye la vajilla

56En esta categoría, medios de producción, se incorporan los recursos tecnológicos-representados en los complejos industriales líticos- para obtener los recursos para la subsistencia.

cerámica. Esta respuesta tecnológica representada en la producción de cerámica, para el caso de América es simultánea con la aparición de la agricultura y, muy posterior a la domesticación de animales, siendo el foco más antiguo documentado con fechas calendáricas, en Brasil, hacia el VI milenio ANE; la Costa Norte de Colombia hacia el IV milenio ANE y, en Mesoamérica hacia el III ANE.

Las distintas formas de trabajo sobre las arcillas húmedas, hacen que el artefacto cerámico adquiera una cierta forma y cumpla unos requisitos utilitarios de orden biológico y social, lo cual sumado a las temáticas y los motivos decorativos abre un concepto estético desarrollado particularmente por cada comunidad. Las formas de trabajo que permiten generar productos arqueológicos en lo que en conjunto incorpora unas formas de trabajo, han sido poco ponderadas en los estudios de la arqueología tradicional histórica cultural, olvidando que la alfarería participa de distintos procesos de trabajo amarradas a las diferentes actividades productivas y que incluso tienen que ver con la reproducción objetiva de los seres humanos, por lo cual su estudio inmerso en los procesos productivos -y no sólo como un producto final- nos acerca a procesos y actividades de la vida social, como se verá más adelante, al tratar el espacio doméstico

El proceso de producción inserta la producción de artefactos alfareros como resultado final de este proceso, en donde un artefacto hecho en arcilla se somete a un proceso de deshidratación utilizando la cocción (Balfet y Monzón 1989) y aprovechando, por un lado, la plasticidad de la arcilla que tiene de manera natural o al aplicarle agua y que permite que, el fabricante moldee o le de forma al producto que desea fabricar y, por el otro, la consistencia que adquiere la arcilla al

ser sometida a temperaturas mayores de 600 ° C. La arcilla al ser sometida a temperaturas mayores, elimina el agua molecular, perdiendo su plasticidad y adquiriendo un estado sólido como producto manufacturado y disponible como recipiente para contener líquido.

En este trabajo se trató la alfarería como un producto resultado de la actividad social inmersa en un ciclo productivo, para lo cual se tomó el modelo de gestión y el aprovisionamiento de los recursos. Para comprender los productos líticos y cerámicos, como respuestas a las necesidades específicas cuyo cubrimiento y satisfacción están en concordancia con las condiciones socio-económicas y el grado de desarrollo tecnológico-productivo, que permite utilizar la materia y las fuerzas de la naturaleza, para que el producto cumpla con unos requisitos cualitativos y cuantitativos en el orden objetivo y subjetivo (en donde entra lo estético) y reúna una serie de características técnicas, funcionales en función de las exigencias de la comunidad y así, para elevarlo al nivel de producto arqueológico (artefacto útil) porque satisface las necesidades sociales: Los productos son, en este caso, la expresión material de las necesidades sociales, que son subjetivas y que, por tanto, responden en cada caso a las características específicas de las relaciones sociales, económicas e ideológicas de la comunidad que los produce (Clop 2000:33).

La tecnología lítica y tecnología cerámica generaron vasijas y herramientas como productos y no como artefactos-objetos, lo cual en conjunto se convierte en un instrumento de conocimiento prioritario en la investigación arqueológica57 para abordar y explicar el comportamiento socio-económico humano, a lo largo de su historia y para formular discursos (interpretaciones) sobre los modos de vida de las sociedades del pasado. Los productos líticos y

57 Este es un problema álgido en el desarrollo científico de la arqueología colombiana, la falta de estudios especializados en estas áreas del conocimiento en función de la reconstrucción de estrategias de subsistencia, no creadas en la cabeza de los investigadores, sino corroboradas con evidencias empíricas soportadas por estudios técnicos como la traceología, que lamentablemente no pudimos abordar en esta tesis.

cerámicos, constituyen un ámbito privilegiado para la inferencia de fenómenos sociales en el pasado, en tanto que están inscritas en distintos procesos sociales de trabajo, representando un conjunto de datos objetivos observables inmersos en una red de contextos significativos de orden natural y social, con lo cual, el análisis funcional y morfo-técnico de las herramientas líticas, permite contrastar datos verificables para determinar la función de los instrumentos en el marco de un modo de producción específico.

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