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Planteamiento del problema y objetivos

Dans le document de las comunidades hacker hasta la escuela (Page 28-34)

En los meses que estamos a concluir este trabajo de investigación, el mundo sufre con una pandemia causada por el Covid-19. Algunos países empiezan a reabrir sus fronteras y las personas vuelven a poder salir a calle, ir a la playa, hacer actividades simples de socialización, después de tanto sufrir con el aislamiento social. Por más democrático que sea el virus, los efectos sociales de la pandemia hace más expuestos aquellos que mismo antes, han estado socialmente debilitados, aquellos que desde antes no tienen acceso a saneamiento básico adecuado, no tiene acceso al agua, desde antes, no pueden evitar salir todos los días para ganarse la vida. De acuerdo con el Banco Credit Suisse en su informe titulado Global Wealth Report 2019, los 10% más ricos del mundo detienen 82% de la riqueza global, siendo que, la riqueza de la mitad más pobre de la humanidad representa solo 1% de toda la riqueza global (Credit Suisse, 2019). La brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más y a un ritmo alarmante. El patrimonio de los ocho hombres más ricos del mundo es equivalente al de la mitad más pobre del mundo (Oxfam, 2017).

Lo que más impresiona al mirar los diferentes informes que miden la desigualdad mundial es percibir que a pesar de los avances tecnológicos y científicos, las diferencias sociales continúan creciendo. Curiosamente, entre los ocho hombres más ricos que hemos mencionado, seis de ellos tienen sus negocios centrados en las tecnologías de información y comunicación. El fundador de Microsoft, Bill Gates posee un patrimonio de aproximadamente 75 mil millones de dólares. Carlos Slim, con un patrimonio de 50.000 millones de dólares, tiene parte de sus negocios centrados en la industria de las telecomunicaciones y siguiendo la lista, Jeff Bezos, fundador de Amazon, Mark Zuckenberg, fundador de Facebook, Larry Ellison, fundador de Oracle y Michael Bloomberg, fundador de Bloomberg.

Sumando-se al abismo social, hay muchas otras opresiones que afectan de manera distinta a las distintas personas, desde antes y todavía más amplificadas y más expuestas en este momento de pandemia: depresión, violencias de género, violencias domesticas, presión por resultados, son males que afectan a todos. Como ha compartido Santos (2020), los más afectados son aquellos del sur global, aquellos puestos más a periferia por la explotación capitalista, discriminación racial y discriminación sexual. Son las mujeres con sus largas jornadas, los trabajadores informales, los que viven en la calle, los que viven en la periferia en

condiciones precarias, los inmigrantes y refugiados, los que tienen alguna deficiencia física o mental, las personas mayores y así sigue una larga lista (Santos, 2020).

El virus nos ha presentado con su cruel pedagogía, la necesidad de cambiar la manera negligente que como sociedad, hemos tratado el planeta, la importancia que hemos dado a las relaciones personales y como hemos construido o destruido nuestro ser humanidad. El virus a reforzado la constante necesidad de componer y ajustar en la sociedad, dinámicas que contribuyan al empoderamiento de las personas y comunidades. Las estrategias asistencialistas o que busquen solamente elevar a los pobres, representan paliativos para problemas mucho más profundos relacionados con las relaciones de poder que sustentan las dinámicas contemporáneas. El asistencialismo roba al hombre una de sus necesidades fundamentales: la responsabilidad. Es responsabilidad de las personas y las comunidades la búsqueda de un papel activo en la construcción de su contexto y para aquellos que buscan intervenir, cabe el papel de ayudarlos a ayudarse (Freire, 1967).

Más que acciones puntuales, comprendemos que necesitamos cambios más profundos que sólo pueden ocurrir a partir de una comprensión de educación que favorezcan dinámicas de poder más igualitarias, pautadas por el respeto a lo diferente y un fuerte trazo de humanización: necesitamos pensar y practicar educaciones que fomenten la postura crítica, la valoración de los derechos humanos y que se sumen a una constelación de fuerzas que contribuyan al empoderamiento de las personas y sus comunidades. Tal educación, tiene relaciones estrechas con el sentido Freiriano de educación: una matriz de esperanza, un proceso de construcción autónoma del inacabado, un proceso de humanización de sí y de su entorno (Freire, 1987, 2000).

En otra vertiente, tenemos como sociedad, cierta esperanza de que el avance tecnológico y las posibilidades que la internet nos presenta, pueda de hecho contribuir en estas dinámicas, sin embargo, percibimos que la apropiación de las tecnologías de información y comunicación, por también ocurrir de forma desigual y ser objetos de la explotación de grandes corporaciones, hace que aquellos que controlan esos flujos y mercados, se vuelven exorbitantemente poderosos mientras que casi la mitad de la población mundial ni siquiera ha utilizado un ordenador. Este es otro abismo al que la pandemia nos ha expuesto más. Mientras que una parte de la población pudo encontrar en la internet un instrumento que les permitiera socializar, consumir y estudiar, otra parte se vio privada de él.

En marzo de 2020 hizo 31 años que Tim Berners-Lee sometió la propuesta original sobre cómo debería ser la web, sus protocolos y estructuras. Por esta razón y debido a su preocupación por la dirección en la que la web está tomando, escribió un artículo citando aspectos que según él necesitan cambiar para que la gran red sobreviva. Permeando estos aspectos está la gran explotación comercial de la red. Los grandes sitios ofrecen servicios gratuitos a cambio de nuestros datos personales, lo que Zuboff (2015), llama de capitalismo de vigilancia. Al principio eso parece inofensivo, pero estamos expuestos a gobiernos y regímenes represivos donde, los blogueros pueden ser arrestados o muertos y los opositores políticos pueden ser monitoreados. Tal explotación de datos personales causa un efecto de enfriamiento en la libertad de expresión e impide que la web sea un espacio para de hecho explorar tópicos importantes (Berners-Lee, 2017). Las crisis diplomáticas, negligencia con los recursos naturales, intolerancia a lo diferente, indiferencia con los más pobres y otras diversas formas de violencia verbal, física y social, que forman parte de nuestras sociedades, se suman en un tejido de fuerzas y resistencias, complejo, donde parte significativa de nuestras interacciones ocurren mediadas por tecnologías que así como nos presentan nuevas y espectaculares oportunidades y facilidades, pueden ser instrumento a debilitar nuestra privacidad y permitir la vigilancia en masa e individualizada, tornando digital nuestros hábitos y comportamientos y amplificando los abismos sociales al extenderse por todo el mundo de manera desigual entre diferentes sociedades.

La internet nació con propósitos muy diferentes de los que se están percibiendo a partir de la apropiación de ella por las grandes corporaciones. Esto es evidente cuando vemos por ejemplo la carta que John Perry Barlow escribió en 1996, titulada La Declaración de la Independencia de Ciberespacio, en la que hace un manifiesto diciendo que los gobiernos del mundo industrial y esas grandes compañías no son bienvenidas en el ciberespacio (Barlow, 2016). El objetivo de Tim Berners-Lee y los otros hackers que construyeron los protocolos de la World Wide Web era crear una plataforma abierta que permitiría a todos, en todas partes, compartir información, oportunidades y que juntos, independientes de fronteras geográficas y culturales, pudieran buscar soluciones a los grandes problemas mundiales (Berners-Lee, 2017, p. 1). Estos valores permanecen vivos y resonando en la red, a través del movimiento que además de desarrollar una parte significativa de las tecnologías de la información y comunicación que conocemos hoy, se ha mantenido fiel a una ética del compartir y de libertad: el movimiento hacker.

El término hacker desde su concepción viene siendo asociado por la prensa a crímenes y robos de información, en un intento claro de desprestigiar a aquellos que luchan por una cultura libertaria y que cuestiona la lógica capitalista del lucro sin límites. En el capítulo tres vamos a profundizar en la cultura hacker y en los aspectos centrales de ese movimiento que se inicia antes de la internet, a finales de la década de los 50. La vivencia de la cultura hacker en las comunidades en línea y en ambientes físicos, tales como hackerspaces, hacklabs y makerspaces, ha contribuido a lo largo de los años para el empoderamiento de los que allí participan, en una perspectiva personal, comunitaria y tecnológica. Algunos proyectos han surgido en los últimos años con el objetivo de proporcionar la vivencia de la cultura hacker en ambientes escolares, pues las comunidades hackers están marcadas por procesos educativos muy claros, lo que llamamos aquí de educación hacker. Uno de esos proyectos es el Conexão Escola-Mundo y ha sido desarrollado en escuelas públicas en los estados de Bahia y Santa Catarina en Brasil, con el objetivo de promover la educación para los derechos humanos desde la perspectiva de una educación hacker. Este proyecto, más específicamente su desarrollo en el Colégio de Aplicação de la Universidade Federal de Santa Catarina, junto con diversas vertientes del movimiento hacker, forma parte del contexto para el cual volvemos la mirada en nuestra investigación.

Con la atención en las dinámicas que hemos inicialmente expuesto y más conscientes de la necesidad de intervenir en la realidad social desde la educación, la problemática principal que ha despertado nuestra curiosidad de investigación es comprender cómo la vivencia de la educación hacker contribuye en el proceso de empoderamiento de las personas y comunidades? Teniendo esa problemática en mente y al considerar los dos macro contextos de investigación de nuestra investigación, 1) las comunidades hacker y 2) el proyecto Conexão Escola-Mundo en el Colégio de Aplicação, hemos organizado tres objetivos que guiaron nuestro proceso de investigación:

1. Identificar cuáles y cómo las características de la educación hacker son vividas por los participantes en las comunidades hacker y en el proyecto Conexão Escola-Mundo;

2. Comprender cómo la vivencia de la educación hacker favorece el empoderamiento en una dimensión personal, comunitaria, tecnológica y emancipadora, en los contextos de nuestra investigación;

3. Identificar cuáles son las limitaciones prácticas para la vivencia de la educación

Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), donde ocurre el proyecto Conexão Escola-Mundo.

Se ha recorrido un largo camino de investigación para que podamos alcanzar cada uno de los objetivos aquí especificados y así contribuir significativamente a la problemática principal de este trabajo. El primer paso que sirvió de base para eso trabajo fue la construcción del marco teórico. En el capítulo dos construimos nuestra concepción sobre empoderamiento, teniendo como pilares la visión de Foucault (1976/1988, 1983/1995, 1975/1999) sobre las relaciones de poder y sujeción en la sociedad, la mirada crítica y libertaria de Freire (Freire &

Shor, 1986/1986) y la contextualización y la visión contemporánea de las relaciones de poder típicas de la sociedad en red a través, principalmente de Deleuze (1990/1992, 1986/2005), Julian Assange (2016) y David de Ugarte (2007/2008). En este capítulo aproximamos también el concepto de empoderamiento de otro concepto emergente relacionado al campo de los cambios sociales, el emprendimiento social, para así aclarar sus cercanías y distancias, afirmando lo que entendemos y lo que no entendemos como empoderamiento en este trabajo.

La comprensión sobre la cultura hacker y los aspectos centrales del ethos relacionado con el movimiento hacker se presenta en el capítulo tres a través de los trabajos de Levy (1984/1994) y Himanen (2001/2001). En este mismo capítulo conoceremos la genealogía y características de los hackerspaces, hacklabs y makerspaces, que son espacios comunitarios, físicos, donde los participantes han experimentado la cultura hacker (Davies, 2017; Martins, 2017; Maxigas, 2012).

En el capítulo cuatro, una vez aclaradas nuestras comprensiones sobre empoderamiento y cultura hacker, podemos reflexionar sobre las características de la educación hacker, su proximidad a la pedagogía crítica y las diversas evidencias empíricas presentadas en otros trabajos sobre su fuerte relación con un contexto de educación para el empoderamiento (Escaño, 2018b; Menezes, 2018; Pretto, 2017).

El capítulo cinco presenta los detalles sobre el desarrollo del trabajo empírico, en el cual hemos mirado nuestros contextos con cuestionarios y entrevistas, desde un enfoque con metodologías mistas. El capítulo 6 presenta los resultados de la investigación para el contexto de las comunidades hacker, mientras el capítulo 7 presenta los resultados para el contexto del proyecto Conexão Escola-Mundo en el Colégio de Aplicação. Por fin, en el capítulo 8 hacemos las discusiones para en el capítulo 9 finalizar la tesis con las conclusiones que hemos llegado.

Capítulo 2. Empoderamiento en la

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