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INFLUENCIAS .1 Las danzas Derviches

Rudolf Laban

3.2 INFLUENCIAS .1 Las danzas Derviches

El encuentro de Laban con las danzas Derviches tuvo lugar en su primer viaje a Oriente en 1896. Los movimientos circulares que se ejecutan en estas

danzas ejemplifican un vínculo común con la cosmovisión de antiguas culturas alrededor de esta figura geométrica y de la vida como un espiral que se recorre cuantas veces sea necesario para purificarse y trascender.6 La “Choreosofia”

o estudio de los círculos serán esenciales para el desarrollo de los conceptos de kinesfera y Coreutica en la técnica de Laban.

Los bailarines Derviches comienzan sus movimientos giratorios lenta y estáticamente, manteniendo sus brazos al aire con una mano hacia arriba que simboliza la recepción de la gracia divina y señalando hacia abajo con la otra el paso de la gracia divina hacia los otros. Los giros comienzan por el cuerpo del bailarín que rota sobre su propio eje, en un momento de la danza, son los cuerpos de todos

los bailarines los que giran formando un gran círculo que representa la órbita de los planetas. A través de esta oración con el cuerpo, ellos alcanzan el éxtasis y experimentan un vínculo con el infinito para el cual no existen palabras.

Laban tuvo la creencia a partir de observar esta práctica, que la danza podría ser una actividad expandida para cualquiera, vinculando el espacio individual con el espacio colectivo y con el infinito. El ritmo Imagen 3. Derviches giróvagos. r. de http://

cofrades.pasionensevilla.tv/profiles/blogs/los-derviches-girovagos-de.

Imagen 4. Laban (2006) El Dominio del Movimiento.

Metodología del movimiento físico para intérpretes escénicos inspirada en el Principio de Alteración del Equilibrio

Sergio Sierra111

del movimiento escénico adquiere otra connotación, se convierte a su vez en el ritmo cósmico, donde el cuerpo es el instrumento que agencia la conexión entre una dimensión superior y quienes participan del espectáculo como ceremonia, en este caso los bailarines Derviches. Grotowski como lo veremos en su capítulo, planteará una visión similar de la concepción del cuerpo como canal energético, de enlace entre el hombre y el universo, será parte de su evolución en la concepción del trabajo del actor, que se asumirá entonces como Performer.

Para Laban, los círculos que crean los Derviches con sus danzas, representan un vínculo religioso, místico y científico con antiguas culturas como la de los griegos, que motivaron en este Maestro una convicción del “extraordinario papel que los círculos representan en la armonía de la vida, incluso en la existencia entera sobreviviendo a muchos cambios de mentalidad, modos y sentimientos que han abundado en la historia”. (Laban, 2011:8)

3.2.2 Platón y la definición del universo

El ideal griego que inspiró el trabajo de muchos de los pioneros de la danza moderna, impactó en la mente Laban de una manera profunda a través de las palabras dichas por Platón, la definición de universo influiría claramente en la conceptualización y el desarrollo teórico -práctico del sistema de relaciones espaciales que establece el bailarín Labaniano en el escenario.

“El creador del universo es un artista que determinó hacer una imagen móvil de la eternidad. Su plan incluía un complejo sistema de formas las cuales estaban subordinadas y relacionadas. Platón identificó la forma como el primero de los tres factores del universo. El segundo factor parece una copia del primero pero en constante movimiento y es comprendido por el significado de la sensación, finalmente el tercer factor que compone el universo es el espacio, el cual provee de una posición a cualquier cosa que este en él”

(Platón, 1872).7

El primer factor, la forma, toma en la danza el cuerpo del bailarín, el segundo factor se relaciona con las posturas y los desplazamientos que éste realiza expresivamente por el escenario activando sensaciones como las de deslizarse o retorcerse, el tercer factor parte de la comprensión del espacio, el tiempo y la densidad como variables que definen la presencia que cualquier objeto sobre una superficie, en nuestro caso la del bailarín en la escena.

Además, y como representante de una generación en la cual el valor científico tomaba fuerza como elemento de validez de cualquier actividad profesional, Laban se intereso por hallar una referencia que garantizara la solidez técnica de su metodología: durante toda su vida se dedicó al estudio sistemático de las relaciones entre la energía, el tiempo y el espacio como una

triada dinámica que fundamenta el movimiento libre del bailarín, acudió al estudio de las figuras geométricas tridimensionales como el icosaedro, que daría origen al concepto la kinesfera así como a la Coreutica, el estudio de las formas espaciales del movimiento.8

A Laban se le atribuye el concepto de Coreología, que surge de la unión entre las palabras griegas Choros que significa círculo y Logos que responde al razonamiento, Valerie Preston - Dunlop (2008), expone de un modo muy acertado el significado práctico de este término que se puede comprender como la lógica de la danza y el estudio de la leyes escondidas en el movimiento que lo hacen expresivo y funcional más que arbitrario y sin sentido. La armonía que se observa en las danzas Derviches por ejemplo, dan cuenta de este modo de comprensión del movimiento y su práctica atemporal permite la actualización de una definición tan antigua como esta.

3.2.3 Delsarte y Dalcroze

Otro postulado que influyo en el trabajo de Laban fue el planteamiento hecho por Delsarte según el cual todas las artes y las ciencias tenían unas bases

trinitarias. Delsarte dividió el cuerpo en tres zonas: cabeza, torso y miembros, afirmaba que en la cabeza estaban los significados que ejercían el control del movimiento, el tronco era el centro y los miembros eran las partes libres y móviles de la existencia humana. El principio fundamental de la expresión del movimiento estaba dado por la fuerza y el control del centro, con la libertad de las extremidades.

Esta concepción del cuerpo segmentado será retomada

por Laban cuando divide la estructura física del bailarín en centro de gravedad, centro de levedad y cara, aportando nuevas posibilidades de movimiento del cuerpo en el espacio a través de la relación de estos segmentos con la Kinesfera.

Otro de los postulados que influyeron en Laban, fue la comprensión del movimiento llamado por Delsarte “gesto” (Hodgson, 2001, p. 64), como un asunto basado en la división de la existencia humana en el intelecto, los sentimientos y el físico que son canalizados por la triple división de la leyes naturales del tiempo, el movimiento y el espacio que creemos, pudieron inspirar entre otras cosas, el concepto de esfuerzo y la herramienta didáctica “8 Acciones de esfuerzo”.

Imagen 5. Barba & Saravese (2010) Proporciones Davinci.

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Desalrte analizó gestos y expresiones del cuerpo y dividió su movimiento en tres categorías denominadas: excéntrico, concéntrico y normal, las cuales toman como punto de referencia el centro del cuerpo. Esta concepción es una de las bases en Laban para el desarrollo de los movimientos en la kinesfera y en los postulados de eclosión y el viaje del movimiento en Lecoq. Para Delsarte cada movimiento incorpora tensiones, relajaciones, equilibrio y forma, elementos comunes ya vistos en Stanislavski y Meyerhold.

Finalmente Laban descubre en el trabajo sobre el ritmo que venía desarrollando Dalcroze, una similitud con su definición acerca de los elementos que componen el trabajo del bailarín en la danza moderna. La concepción del movimiento que Dalcroze introduce en la danza presenta elementos analíticos que nunca habían sido aplicados en esta disciplina, estos elementos incluían casi todo lo que fuese apropiado para comprender y dominar el tiempo y la energía, convirtiéndose en cualidades del movimiento según el lenguaje de la danza: “Pulsaciones, ímpetus, acentos, tensión y relajación, disociaciones, periodicidad, estructura, en resumen, ritmo” (Robinson, 1997:32).

3.3 LA KINESFERA

Laban en sus textos Coreutica

(2011),9 y Danza Educativa Moderna

(1978) expone la concepción de la

Kinesfera o Esfera del Movimiento,

término con el cual damos inicio el

recorrido por su obra desde la

integración del PAE en la técnica del

bailarín libre.

La pertinencia de este concepto

en la investigación acerca del PAE

es fundamental, pues le permite al

interprete escénico acercarse a una

herramienta con la cual explorar

el movimiento en términos de las

relaciones espaciales.

Imagen 6. r. de http://pavlovspartner.com/wp-content/

uploads/2013/11/Laban-Movement-Analyses1.png

Sea que el cuerpo se mueva o este detenido, lo rodea el espacio. Alrededor del cuerpo esta la “esfera de movimiento” o “kinesfera”, cuya circunferencia puede alcanzarse con las extremidades extendidas normalmente, sin cambiar la postura, es decir, el lugar de apoyo.

Cuando un hombre da varios pasos hacia adelante, lleva también hacia adelante su esfera de movimiento en el espacio general, según la distancia de sus pasos (Laban, 1978:90).10

El concepto de La kinesfera tiene una importancia primordial pues le permite al bailarín ser consciente de las posibilidades de movimiento de su cuerpo en relación con el espacio que lo rodea, es decir que puede elegir dentro de un amplio número de posibilidades la dirección a la cual orientar su cuerpo, recordando siempre que todas las direcciones tienen como origen el centro de gravedad de sí mismo. Laban enfatiza que la postura esta siempre debajo del punto de equilibrio del cuerpo, nunca al lado o enfrente, o detrás.

El Maestro afirma que los elementos básicos de orientación en el espacio son las tres dimensiones: longitud, anchura / amplitud y profundidad, cada una de ellas con dos direcciones opuestas. Estas tres dimensiones nos son otras que los planos del movimiento en la anatomía y tal como en esta ciencia las direcciones se orientan así: en el plano longitudinal el movimiento recorre el cuerpo de arriba abajo o viceversa, en el plano transversal lo recorre de izquierda a derecha o derecha a izquierda y en el plano anteroposterior o de profundidad, de adelante atrás y de atrás adelante. Laban (2011) declara que el centro de gravedad del cuerpo erguido es aproximadamente el punto de división entre las dos direcciones de cada dimensión o plano, convirtiéndose así mismo en el centro de la kinesfera de cada persona.

El desarrollo del concepto de kinesfera y de las acciones que el bailarín puede realizar quedan definidos en esquemas como la cruz tridimensional que desde su centro, donde se produce la

intersección de las tres dimensiones irradia el movimiento a los bordes imaginarios de un cubo dentro de la kinesfera, este movimiento se amplia a cuatro diagonales que conectan las esquinas de un tetraedro atravesando siempre el centro de gravedad del bailarín, creando unas tensiones que tiran del cuerpo en cuatro direcciones opuestas y proyectan su presencia en el espacio alejándolo del centro de

Imagen 7. L aban Rudolf (2011) Choreutics.

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gravedad hacia los bordes de la Kinesfera

A las direcciones espaciales básicas de movimiento del cuerpo en la kinesfera, arriba, abajo, adelante, atrás y a los lados, se le suman cuatro diagonales que en conjunto con la altura, la profundidad y la amplitud crean un forma tridimensional que es de fácil visualización y comprensión.

En las diagonales se pueden observar las primeras y más elementales posibilidades de alteración del equilibrio realizando combinaciones entre las variables dirección peso y tiempo que serán retomadas más adelante como elementos de esfuerzo y los movimientos segmentados del cuerpo. Las direcciones básicas dan origen a una multiplicidad de otras direcciones dentro de la kinesfera las cuales son exploradas por el bailarín creando formas complejas del movimiento, donde el centro de gravedad esta siendo constantemente alterado (Doerr, 2008). A la organización del espacio dentro de la Kinesfera: posiciones, formas, direcciones, trayectorias, niveles, etc se le denomina Coreutica.11

El cuerpo se encuentra en su estado de acción más inestable cuando, el centro de gravedad se propulsa hacia adelante o cae en dirección diagonal, y queda fuera de la línea normal con su punto de apoyo. El cuerpo se encuentra en su estado de acción más estable cuando el centro de gravedad está en línea vertical por encima de su punto de apoyo (Laban, 2006:117).

Una vez que el bailarín ha explorado con las posibilidades de movimiento de la esfera imaginaria, puede comenzar a desarrollar sus partituras de acciones corporales con desplazamientos.

Laban afirma que “todo movimiento tiene lugar al trasladar el cuerpo o partes de éste de una posición a otra” (1978:89). En este sentido la activación de la consciencia corporal le permite al bailarín describir el punto exacto en el que comienza un movimiento y el punto al que llega, para Imagen 8. L aban Rudolf

(2011) Choreutics.

Imagen 9. Preston - Dunlop (2008)

Imagen 10.. Laban Rudolf (2011) Choreutics.

Laban la unión de esos dos puntos es la “trayectoria” por la que se desplaza el movimiento.

El concepto de Kinesfera, se convierte en una importante herramienta que orienta al bailarín y al intérprete escénico en relación con la ubicación de su cuerpo en el espacio, lo que le permite además percibir las repercusiones de los movimientos que desplazan su centro de gravedad de la línea vertical alterando el equilibrio, bien sea por el efecto de un paso amplio en cualquier dirección posible, por levantar del suelo una de las piernas, o por los movimientos del tronco y los brazos rozando los límites de la esfera cuando la intensidad de la acción de movimiento es elevada.

3.3.1 De la cruz tridimensional al Icosaedro

El acercamiento masivo a esta técnica ha derivado en la compresión de la kinesfera como un cubo, de hecho muchas personas se refieren a ella de este modo, y si bien no es una interpretación errada si dista de la concepción final que Laban tuvo de este concepto.

Después de muchos ensayos y errores, Laban decidió que el icosaedro era la figura con la cual el hombre podría expresar mejor las relaciones espaciales y la tensiones que todas las partes del cuerpo pueden proyectar. Viendo el cuerpo en la kinesfera Laban sintió que le estaba apuntando a vincular la anatomía humana con dos opuestos, la estructura celular y el cosmos entero (Hodgson, 2001), una visión holística e integral que iría definiendo el concepto del bailarín libre.