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I. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA DE LA INVESTIGACIÓN

3. Las pedagogías de los artistas

3.1 Las bases pedagógicas de los artistas

3.1.1 El concepto “signature pedagogies”

Cuando Thomson y Hall (2015) tratan la pedagogía de los artistas, parten del concepto “signature pedagogies” o pedagogías de firma7 que Shulman (2005) define como "los tipos de enseñanza que organizan las formas fundamentales en las que los futuros profesionales son educados para sus nuevas profesiones” (p. 52), es decir, la forma en la que los alumnos son educados para una disciplina específica, área de estudio o profesión, junto al que denominan el “experto”. Es importante remarcar que en el concepto “pedagogías de firma” resaltan aquellas prácticas que son características y que, por lo tanto, son diferentes según la especialidad y nos permiten comprender cómo se desarrolla una determinada profesión. Por lo tanto, las pedagogías de firma frecuentemente contribuyen a que los estudiantes puedan crear y desarrollar unos

"hábitos mentales", los cuales les permiten pensar y actuar como expertos de dicha disciplina.

Acercándonos de nuevo a nuestro tema de estudio, hay autores que utilizan el concepto “pedagogías de firma” para hacer referencia a las pedagogías distintivas de los

7 A partir de este momento, utilizamos el concepto “pedagogías de firma” como traducción del concepto en inglés “signature pedagogies”.

profesionales creativos en las escuelas, en nuestro caso, la profesión de artista o compositor. Un ejemplo de esto lo encontramos en Thomson y Hall (2015), quienes entienden las pedagogías de firma como pedagogías distintivas y utilizan este término para hacer referencia a las características singulares de las pedagogías de los artistas cuando entran en contacto con los alumnos en un contexto educativo. Con ello, buscan identificar las prácticas pedagógicas que consideran que pueden ser generalizables y distintivas, para así poder compartir esta información con otros artistas que enseñan en las escuelas e incluso con los docentes, sirviendo como ejemplo para promover prácticas creativas en la enseñanza de las artes en las escuelas.

3.1.2 Las bases pedagógicas de los artistas

Seguidamente, vamos a adentrarnos en las bases pedagógicas de las pedagogías de firma que consideramos relevantes. Para ello vamos a distinguir primeramente las dimensiones de las pedagogías de firma, que en nuestro contexto particular son tratadas desde la óptica de los artistas, y posteriormente las características de los “terceros espacios” que se crean cuando un artista entra en el aula.

a) Las dimensiones de las pedagogías de los artistas

En palabras de Thomson y Hall (2015), las pedagogías de firma muestran un enfoque pedagógico integral que combina diferentes dimensiones: epistemológica, ontológica y axiológica. Esto se traduce en un conocimiento implícito que se transmite con la presencia del profesional o experto en el aula y su manera de plantear las prácticas creativas. De esta manera, los alumnos aprenden no sólo el saber y el saber hacer (dimensión epistemológica), sino también el saber ser cuando experimentan el proceso creativo y hacen de “artistas” en el aula (dimensión ontológica), así como los valores que se desprenden del conocimiento artístico (dimensión axiológica).

Estas dimensiones no se pueden enseñar o aprender de manera individual, sino que son conocimientos que avanzan de manera paralela. Sin embargo, los autores los tratan de manera independiente para ayudar a su comprensión. A continuación, según la visión de los autores, presentamos los aspectos característicos de estas dimensiones y sus particularidades en las pedagogías de firma:

- Axiología inclusiva. Se trata de una dimensión que está fundamentalmente relacionada con los valores, en oposición a lo que sería la epistemología (el conocimiento). Thomson y Hall (2015) entienden la axiología como un término que une la ética y la estética en la enseñanza de las artes. En este caso, los artistas generalmente abordan la axiología desde un enfoque de valores característico en el que destacan su valor inclusivo:

§ “Todos los niños tienen ideas e imaginaciones y todas tienen el mismo valor.

Cualquiera de ellos podría producir algo digno y agradable. La idea o imaginación de nadie es tonta o está mal informada” (p. 6).

§ “Todos los niños pueden participar y todos deben ser alentados a hacerlo”

(p. 7).

Según los autores, los artistas consideran que todos los alumnos son capaces de tener ideas y de construir significados. Las pedagogías que utilizan los artistas en el aula son abiertas e instan a que todos los alumnos puedan participar, ya que existen muchas formas diferentes de participación. De esta forma, los artistas generalmente toman la posición de que “nada es correcto o incorrecto” y que

“no hay una manera mejor que otra” de hacer las cosas.

- Epistemología descentralizada. Thomson y Hall (2015) utilizan este término teniendo en cuenta que los artistas entienden los procesos de creación que desarrollan en el aula como un procedimiento que no solamente utiliza el conocimiento, sino que también lo genera. Además, con el término de

“descentralizada” quieren destacar que todos los conocimientos que se comparten en el aula son igual de importantes, por lo que ninguno de ellos es superior a otro ni predomina sobre los otros:

§ “Todos los conocimientos son iguales. Ningún conocimiento es superior a otro” (p. 8).

§ “Los conocimientos se pueden compartir sin que ninguno de ellos domine” (p. 9).

Cada alumno tiene una experiencia o un conocimiento diferente sobre la materia, sin embargo, todos estos conocimientos son igual de importantes para los

artistas. Por esta razón, los artistas generalmente permiten que los alumnos aporten su propio conocimiento, lo que hace que el conocimiento sea inclusivo.

En este caso, los artistas, aportan su propia experiencia, pero también ven su trabajo como una forma de facilitar la participación de todos los alumnos, tomando como punto de partida el pensamiento, la experiencia y el conocimiento de los niños.

- Prácticas creativas democráticas. En palabras de Thomson y Hall (2015), los artistas muestran un enfoque democrático en el aula, quienes reconocen y valoran positivamente la participación de cada alumno. Por esto, destacan que los artistas se aseguran de que todos los alumnos tengan la oportunidad de presentar sus ideas. En este sentido, las prácticas de los artistas incluyen una axiología inclusiva y una epistemología descentralizada que da lugar a las prácticas creativas democráticas:

§ “Todos los niños pueden actuar, participar y negociar” (p. 10).

Los artistas generalmente muestran su compromiso por compartir el conocimiento con los alumnos a través de diálogo (Reiss y Pringle, 2003), y de esta manera, destacan un enfoque más dialéctico y no tan didáctico que adoptan en el aula. En este sentido, Pringle (2009) considera que los artistas permiten a los alumnos expresar diferentes puntos de vista y, en consecuencia, aceptan las diferentes interpretaciones de los alumnos y contribuyen a crear un espacio democrático en el aula. Así mismo, Thomson y Hall (2015) nos explican que los alumnos que han participado en estos contextos educativos junto con artistas son capaces de aportar y contribuir con sus propias ideas en el resultado final, así como de trabajar de forma creativa y cooperativa junto con sus compañeros e incluso junto con los artistas.

Finalmente, podemos decir que en según qué contextos, estos aspectos que caracterizan las pedagogías de firma desde la óptica de los artistas podrían resultar ser un modelo para los docentes en el aula ordinaria.

b) La creación de los “terceros espacios”

Las pedagogías de firma crean un espacio/tiempo en el horario de los alumnos diferente al espacio/tiempo convencional del contexto escolar, al que Hall y Thomson (2017) llaman terceros espacios. Según las características y duración del proyecto específico, se programa un día, semana o trimestre donde los artistas y los alumnos pueden trabajar de manera relativamente más libre en comparación con el resto de las actividades del currículum, y donde se pueden experimentar nuevas formas de hablar, enseñar, aprender y evaluar. Cuatro aspectos caracterizan estos “terceros espacios”, que son la hibridez, la permeabilidad, la movilidad y la flexibilidad de tiempo:

- La hibridez. Aunque los artistas no son docentes y no desarrollan el papel de docentes en el aula, todos son capaces de enseñar cuando entran en contacto con los alumnos, utilizando recursos educativos en su trabajo en el aula. En palabras de los autores, los compositores consiguen “hacer pedagógicos aspectos de su práctica creativa” (Hall y Thomson, 2017). Así pues, las prácticas de los artistas cuando entran en el aula son híbridas, ya que éstos habitualmente no hacen lo mismo que hacen en su propia práctica como expertos y se adaptan al contexto y a las escuelas.

- La permeabilidad. Por lo general, los centros educativos que estaban dispuestos a realizar y fomentar los proyectos de colaboración entre artistas y escuelas son lugares que se caracterizan como más permeables que la mayoría de las escuelas.

De alguna manera, muestran una disposición a abrir sus puertas y a entrar en contacto con el mundo exterior a través de los expertos.

- La movilidad. Frecuentemente, las prácticas creativas se caracterizan por una mayor movilidad que las prácticas tradicionales. Así, los entornos de aprendizaje a menudo se modifican y los estudiantes salen del aula tradicional o del espacio escolar si la actividad que están realizando lo requiere. Los autores incluso hacen referencia a los momentos donde los estudiantes trabajan en grupos de manera autónoma, en lugares no supervisados por los artistas o docentes.

- La flexibilidad de tiempo. Generalmente, las prácticas creativas requieren que se modifiquen los tiempos del cronograma habitual y que no se pueda delimitar el final de la actividad, ya que podemos concretar cuando comienza el proceso creativo, pero no podemos conocer cuánto tiempo será necesario para finalizar dicho proceso.

Recogiendo las ideas expuestas, podemos decir que las pedagogías de los artistas contribuyen a crear “terceros espacios” con características propias y que, en muchos casos y debido a sus particularidades, se desarrollan de forma independiente del funcionamiento escolar general y no se corresponden con las características del aula ordinaria. El docente, por su parte, encuentra que las exigencias del currículum o del centro escolar pueden limitar su trabajo.