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3 Contexto social en el primer tercio del siglo XX

3.4 La maternidad, la lactancia y el alcohol

El alcoholismo, junto con la sífilis y la tuberculosis, eran consideradas en nuestro periodo de estudio como la “triada degenerativa de la raza”495. Estas ideas eugenésicas preocuparon a algunos médicos los cuales hablaron de la problemática que representaría para la sociedad, el engendrar hijos bajo el efecto del alcohol ya que podrán sufrir la locura. Se divulgó y argumentó que las enfermedades como la sífilis provocarían la esterilidad, la tuberculosis generaría individuos enclenques que les costaría llegar a la edad adulta aunque existían otras enfermedades que no se transmitían por la herencia496. Sin embargo, en la revista neomalthusiana Generación Consciente se argumentó:

“la locura se transmite hereditariamente, y hasta se incuba en las malas condiciones que rodean a la concepción sobre todo en la acción del alcohol sobre los gérmenes reproductores. Por ello aumenta de generación en generación, ampliamente fomentada por la vida civilizada.

Su extensión es tanta que debe hacer meditar a todos, especialmente quienes aspiren a ser padres. La herencia de la locura puede preverse.

Generar un ser predispuesto a ello, es una contingencia en que los padres deben pensar, y una responsabilidad que los generadores deben medir. La eugénica preventiva encuentra en la locura su más sólido fundamento y su principal y más inmediata finalidad”497.

Las ideas eugenésicas que defendían la no reproducción de las personas con taras hereditarias coincidía con los objetivos de la Medicina social de incrementar la mano de obra ya que las guerras y las enfermedades mermaron los censos poblacionales498. Se consideró una bendición el poder tener una familia numerosa, ya que a más criaturas más riqueza familiar pues a temprana edad ya podrían trabajar y contribuir a la economía. Sin embargo, los neomalthusianos argumentaron que era preferible que las familias fuesen conscientes y engendrasen pocos hijos sanos y no con algún tipo de deterioro en la salud. Así pues, encontramos:

“Causan pavor las estadísticas que ante mi desfilan cuyos autores, médicos estadistas, justifican en sus cifras una degeneración inconmensurable. Por millones se cuentan los tuberculosos, por miles de millares los anémicos y neurasténicos; los desgraciados afectados de males venéreos y alcohólicos forman el sumando mayor en los productos

495 Molero Mesa (1989b), pp. 185-224.

496 Campos Marín (1998).

497 Un médico Rural (1928), pp. 305-306.

498 Molero Mesa (1999), pp. 19-59.

parciales; diríase que la humanidad se halla predestinada a una monstruosa apocalipsis (sic). Si analizáramos las condiciones físicas, morales y materiales de que somos poseedores, si nuestra supina ignorancia descorriese el velo que cubre la realidad, ¡qué de náuseas sentiríamos ante la familia numerosa que siempre dispuesta a engrilletarse entre sí, muere antes de nacer! Para hacer hijos, que sean pocos y buenos y no muchos y malos. ¡Esta es la razón que aconseja el sentido común!”499.

El médico Luís Fita Nuñez se dirigió a la mujer como ser indefenso ante la sociedad y decía así al inicio de un artículo sobre el desconocimiento de la mujer en el tema de la procreación:

“A ti mujer, víctima propiciatoria y callada de la brutalidad y la hipocresía ancestral de los hombres dedico especialmente estas líneas”500.

La mujer y en múltiples ocasiones también los hijos e hijas estuvieron maltratados física y psíquicamente por el cabeza de familia que padecía los efectos del alcohol. Este miembro familiar que generalmente ejerció su poder social con marcada violencia de género hacia las mujeres de su propia familia, en ocasiones, fue repudiado y apartado del trabajo por los empresarios, por ser absentista de su jornada laboral, y provocar altercados en el puesto de trabajo. Sin embargo, este hombre alcohólico fue protegido en infinidad de ocasiones por la propia familia. Así pues, el comportamiento del “borracho” fue silenciado por la sociedad, en general, durante años provocando en las familias todo tipo de miserias. La revista neomalthusiana Generación consciente, intentaba informar a sus lectores de los peligros del alcohol.

“El Borracho (Leyenda árabe): El genio del mal se presentó cierto día a un hombre, bajo la forma más pavorosa, y le dijo: -Tú debes morir; sin embargo, yo puedo concederte la vida siempre que te sometas a una de estas tres condiciones: matar a tu padre, castigar a tu hermana o beber vino. - ¿Qué hacer? -pensó el hombre. - ¿Darle muerte al que me ha dado la vida? Es imposible. ¿Maltratar a mi hermana? Eso es afrentoso.

Beberé vino. Y bebió vino; pero, estando borracho, maltrató a su hermana y mató a su padre. Quienquiera que usted sea, medite sobre el significado de esta leyenda. Si conoce a algún hombre que tiene la enorme desgracia del alcoholismo, procure que la lea una y más veces, hasta que comprenda su tremenda enseñanza”501.

499 Silverio (Practicante) (1923), p. 6.

500 Fita Nuñez (1923), p. 3.

501 Borracho (El) (1923), p. 79.

Desde tiempos ancestrales el proceso biológico de la fermentación alcohólica fue un hábito conocido por la humanidad. La fermentación se produce en ausencia de aire por ciertos microorganismos que procesan los hidratos de carbono de frutas, tubérculos o cereales. La bebida obtenida es alcohólica de características especiales según el país y los medios en los que se fabrique. Las bebidas alcohólicas se han utilizado de forma social a lo largo y ancho del planeta. Sin embargo, estas bebidas de contenido alcohólico no sólo tienen efectos de socialización, sino que producen efectos indeseables en el organismo cuando su ingesta no se controla ya que pueden producir adicción y además deterioro genético, orgánico y mental. El proceso de industrialización, así como los grandes flujos migratorios de la población rural hacia las grandes urbes propiciaron la miseria y un mayor consumo de alcohol por su gran contenido de calorías vacías, principalmente entre el proletariado de las zonas urbana de España. Como es sabido el alcoholismo no fue considerado una entidad nosológica hasta 1852 cuando el profesor Magnus Huss de la Universidad de Estocolmo publicó Alcoholismus Chronicus. Sin embargo, fue el Dr. Bougard en 1844 quien describió las alteraciones provocadas en el organismo por el alcohol como el delirium Tremens o la dipsomanía 502.

Como ya hemos señalado, el alcoholismo fue considerado como una de las tres grandes plagas de la sociedad junto a la sífilis y la tuberculosis y en consecuencia una de las enfermedades sociales que había que erradicar. La etiología se encontró en la descontrolada ingestión de bebidas alcohólicas y sus efectos fueron criminalidad, absentismo laboral, degeneración de la especie, enfermedades de transmisión sexual y locura. Se describió la enfermedad del alcoholismo como problema médico-social. Este problema se identificó con el proletario que acudía a la bodega en lugar de ir a trabajar o después del trabajo.

Esta sociedad industrializada exigió a los trabajadores de fábricas y talleres acudir al puesto de trabajo, de sol a sol y sin descanso, con lo cual las familias se encontraron al final de la jornada sin dinero ni sustento para alimentar a sus integrantes y en consecuencia en la miseria. Además, las bebidas alcohólicas 503 consumidas por la sociedad en general actuaron de igual manera en todos los individuos, sin discriminación de edad, sexo o condición anulando la voluntad y provocando deterioro social. Ejercen múltiples efectos tanto a nivel emocional, como social y curativo.

502 Campos Marín, Huertas García-Alejo (1991), pp. 263-286.

503 Arnavat (1991), p. 39

Socialmente tanto hombres como mujeres utilizaron las bebidas alcohólicas para celebrar grandes acontecimientos familiares como nacimientos, bodas, o cumpleaños.

También desempeñó el alcohol un papel importante en los “males de amores”, los problemas económicos, de azar, o en la prostitución. En el ámbito médico, químico y farmacológico el alcohol desempeñó funciones medicinales y terapéuticas como la de analgésico, calmando la tos, o aliviando el dolor de muelas, o de oído. No debemos olvidar la utilización de las bebidas alcohólicas durante las guerras para celebrar la victoria tras la invasión de nuevos territorios o para disminuir la pena tras la derrota en el campo de batalla.

A nivel higiénico-sanitario los médicos de campaña utilizaron el alcohol de algunas bebidas para desinfectar heridas o anestesiar a los soldados previamente a la amputación de alguna extremidad.

Además, el Dr. F. Rovira y Ribas en un trabajo sobre la higiene de manos, explicaba que el alcohol era eficaz para evitar la trasmisión de gérmenes por contacto de las manos como la tuberculosis, la sífilis, fiebre tifoidea, cólera, lepra, quistes hidatídicos, etc. La correcta desinfección de las manos se debería realizar previamente con un buen lavado con agua y jabón y posteriormente mojarlas con alcohol de 40º.

Según Prats en su obra La Catalunya rància existían graves errores conceptuales sobre los efectos que el alcohol producía en el organismo tras su ingesta. Según la cultura popular para el caso de las mujeres, los ponches, realizados con la adición de huevos, azúcar y una bebida alcohólica, mejoraban los efectos anémicos de la pérdida mensual de sangre y los dolores menstruales. Existían otras creencias respecto a las bebidas alcohólicas como que la cerveza tenía la propiedad de aumentar la cantidad de leche materna, o que algunas bebidas alcohólicas que contenían hierbas medicinales podrían producir más leche y de mejor calidad. En la infancia , las bebidas con alcohol se utilizaron para acallar o adormecer a la criatura lactante con una muñequilla de alcohol504, como antitusígeno o como reconstituyentes para aumentar el apetito en cualquier edad y sexo. Por otro lado, tanto la industria farmacéutica como la industria del alcohol favorecieron la difusión de esta bebida entre la sociedad y estuvo presente en un gran número de preparados farmacéuticos diluidos en forma de jarabes con hierbas contra la tos, para estimular el apetito en niños, con tónicos reconstituyentes como la Quina Santa Catalina, contra enfermedades como la malaria, o como

504 Prats (1996), p. 230.

analgésico con el Agua del Carmen que se administró a las mujeres a lo largo de su vida, por ejemplo como alivio del malestar asociado a la menstruación.

En la revista Naturismo podemos encontrar el artículo de Constantino García “El alcohol impide el desarrollo de los niños” en el cual se refiere al desconocimiento de la sociedad y en especial a los padres con el grave error de administrar alcohol a la infancia en la creencia de que dicha bebida les fortalece:

“El alcohol retarda el desarrollo, el crecimiento de toda vida y aún llega a destruirla en absoluto. Así que por ningún concepto ni bajo, ninguna forma se les debe dar a los niños, ni lo deben tomar las madres, sobre todo durante el embarazo, y la época de la lactancia; primero, porque la criatura antes de nacer se impregna de las sustancias que la madre ingiere; y segundo, porque como el alcohol no se transforma del todo en el organismo, sino que una parte, sin modificarse sale por las diferentes secreciones: en el aliento, en la orina, en el sudor, etc., resulta que pasa a los niños en la leche que desnaturalizada ya, pasa a ser un alimento de segunda o tercera clase, incapaz de ofrecer una buena nutrición, pero sí de anestesiar el sentido del gusto de la criatura colocándola en un estado de poder beber más alcohol cada día, sin que el paladar se lo rechace, con lo cual va entrando en el campo del alcoholismo dónde será bien recibido por las enfermedades que he mencionado”505.

En España, en las denominadas boticas o droguerías prepararon sus magníficas fórmulas magistrales con contenido alcohólico que se expendían a todo el público, sin discriminación de sexo, edad o condición. Generalmente cualquier preparado farmacéutico bien fuese en jarabe o tintura se preparó en soluciones alcohólicas para una mayor difusión del principio activo y una mejor absorción orgánica. En ésta época suponían la panacea de todos los males de la sociedad partiendo del fatigado trabajador adulto, sin olvidar a ancianos, mujeres, y niños. El desarrollo de la química y la tecnología floreciente fueron el inicio de una importante industria farmacéutica con nuevas formulaciones en las cuales se utilizó para la divulgación social de sus productos múltiples campañas centradas en las imágenes generalmente de mujeres y niños.

De esta forma, Constantino García, insistía desde Naturismo en denunciar que el alcohol impedía el desarrollo de los niños:

“Bien sé que hay muchas madres que no permiten ni les dan vino a sus hijos porque han oído o se han convencido de que es malo; pero en cambio les dan, ya sea por orden facultativo, ya guiadas por las atrayentes y sugestivas etiquetas de los preparados de droguerías, vinos de quina, de kola, ferruginosos y otros brebajes no menos excitantes e

505 García (1923), pp. 366-369.

intoxicantes que encienden y avivan los instintos sexuales y colocan a las pobres criaturas en el camino de una degradación digna de la mayor lástima. Por eso, quienes conozcan los peligros que el alcohol encierra no deben consentir que los niños lo temen para que así, puedan mantener incólume, dentro de sus tiernecitos corazones, la virtud y la pureza. Que el alcohol, bajo cualquier forma impide el desarrollo físico-moral de la niñez es cosa que no ofrece ya la menor duda. Cualquiera que sea un poco inteligente, lo puede comprobar en cuantas criaturas halle en el camino, sin más que observarles el rostro, la forma y compostura que emplean en sus juegos y el lenguaje con que expresan sus pensamientos, pues los niños que nunca han bebido alcohol y son hijos de padres abstemios puros tienen el rostro bien formado e inteligente…

Desgraciadamente, aún hay pocos niños que reúnan tan excelentes virtudes; porque como el diablo del alcohol se halla hace muchos siglos, rigiendo los destinos y los actos de la humanidad, son contadísimas las personas que se hayan podido evadir de sus maléficas enseñanzas”506. Es sabido que, durante el embarazo y la lactancia, la mujer, debe mantener precauciones evitando el contagio de enfermedades infectocontagiosas además de mantener una alimentación adecuada a fin de que el feto no presente alteraciones en su nacimiento. Así pues, la medicina de la época desaconsejaba la ingestión de alcohol ya que era conocido que pasaba a través de la placenta y mediante la leche materna al hijo.

En un artículo aparecido en La medicina de los Niños en 1930 sobre “Los alimentos de los niños” se explicaba la dieta a seguir por la madre que alimentase mediante lactancia materna a su hijo. Debería incluir alimentos como sopas, féculas, poca carne, leche con cacao, huevos cereales, y muchos vegetales pero se destacaba que “… Podrá beber café y té pero se abstendrá de tomar vino, licores y cerveza”507.

En esta misma revista médica, propiedad de Andrés Martínez Vargas se reproducía la traducción de un artículo de la revista de Revue de Médecine Interne de abril 1934 en la cual la Dra. Dreyfus Sée exponía el problema que supone en los niños el “paso de los medicamentos a la leche” en el cual destacaba los metales tóxicos que pasaban al niño mediante la lactancia materna. También se refería al alcohol como un

“medicamento orgánico” que tras ser ingerido por las nodrizas durante la lactancia podía pasar al niño.

“En el capítulo de los medicamentos orgánicos figura en primer lugar el alcohol, y en efecto, la leche de las nodrizas alcohólicas produce en el niño accidentes digestivos y nerviosos.”508.

506Ibid., p. 367.

507 Planas de Farnés y Riera (1930), pp. 237

508 Dreyfus Sée (1935), p. 312. Se trata de una traducción de un artículo aparecido en el número 51 de la Rev Med Interne de 1934.