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3. CONSUMO Y MERCADOS DE LA MADERA EN CATALUÑA

3.4 Estimación del consumo de madera en Cataluña

3.4.2 Madera para construcción

En relación ahora con la madera de construcción, esta partida incluye la construcción y renovación de edificios, el mobiliario, y la madera utilizada en accesorios y herramientas en la vida normal del hogar. Para elaborar esta estimación utilizaremos el coeficiente de Robert (1957) de 0,06 m3 de madera por habitante (utilizado también por Zapata e Iriarte) 54, el coeficiente de 3,7 m3 por vivienda nueva de la F.A.O. (1967), y, los datos de población y viviendas del INE y Carreras y Tafunell (2005)55. Utilizando el coeficiente de Robert y el total de población de Cataluña, el consumo de madera para construcción queda reflejado en el Cuadro 22.

Cuadro 22. Estimación del consumo anual de madera para construcción en Cataluña.

1850 1877 1900 1930 1950

Población 918.571 1.752.233 1.966.382 2.732.581 3.240.313 Madera (m3

con corteza) 55.114,26 105.133,98 117.982,92 163.954,86 194.418,78 (a) Nota: a) esta cifra representa aproximadamente un 10% de la estimación nacional de Robert. No obstante, teniendo en consideración que la población catalana en este momento superaba el 10% del total español, y que el consumo propio de la ciudad de Barcelona superaba seguramente la media nacional, nuestra aproximación subestima probablemente el consumo real.

Fuente: Elaboración propia, basada en Zapata (2001, p. 333).

En este contexto, podemos también aislar una sub-serie sobre la madera utilizada exclusivamente para la construcción de viviendas nuevas: madera maciza, y madera de carpintería (puertas, parqués, ventanas, etc.). En los Anuarios Estadísticos de España existen dos series parciales de la construcción de viviendas: la primera de 10 años, va del 1923 al 1933, y se basa en las solicitudes de permisos para viviendas nuevas en la ciudad de Barcelona; la segunda, va de 1941 a 1950, exceptuando los años 1942 y 1947, y recoge las obras hechas de reformas de viviendas y también de construcción de viviendas nuevas en las cuatro provincias de Cataluña. Por otra parte, también

54 Realmente Robert (1957) utiliza un coeficiente de 0,05 (p. 61 y 62), que Zapata transforma en 0,06 (p.

333). Gortari (1951, p. 622) también utiliza 0,005 m3 por habitante y año. Iriarte (2006) se refiere directamente al 0,06 de Zapata (p. 5). Sin explicación sobre el origen de la diferencia entre uno y otro, hemos utilizado la referencia de los autores más recientes.

55 Queda excluida de esta estimación la parte dedicada a la construcción naval, y al consumo propio de los puertos, que en Cataluña (en particular Barcelona) podía ser significativo. A pesar de la sustitución de la madera por el hierro, y luego por el acero, en la construcción de barcos grandes, las embarcaciones más pequeñas y las de pesca, siguieron construyéndose con madera. Los puertos además consumían madera para reparaciones, embalajes, transporte, etc.

disponemos de una serie completa de viviendas nuevas en Barcelona, entre los años 1850 y 1935, exceptuando los años 1897 a 1900 (Carreras y Tafunell, 2005).

El primer paso será estimar el consumo de madera para la construcción de viviendas nuevas en la ciudad de Barcelona entre 1850 y 1935. Luego calcularemos las construcciones nuevas de vivienda en la provincia de Barcelona y finalmente en Cataluña. Para estimar las viviendas nuevas construidas en la provincia de Barcelona, hemos calculado el peso demográfico relativo de la capital provincial (Cuadro 23), y aplicado éste por decenios a la serie de viviendas nuevas de Carreras y Tafunell para Barcelona (Cuadro 25). El resultado es una serie de viviendas nuevas a escala de la provincia, y queda entonces por estimar el número de viviendas nuevas construidas en Cataluña. A tal efecto, disponemos de datos provinciales para Cataluña, para los años 1940-1950, que nos permiten calcular la proporción de viviendas nuevas construidas en cada una de las cuatro provincias catalanas (Cuadro 24). Supondremos que el coeficiente obtenido para la provincia de Barcelona (84,38%), fue estable durante los años 1850-1950, y lo aplicaremos a nuestra serie de viviendas nuevas de la provincia de Barcelona para obtener la serie para Cataluña (Cuadro 25). Finalmente, aplicamos a ésta última, el coeficiente de FAO de 3,7 m³ de madera por vivienda nueva, para obtener el consumo de madera para la construcción de viviendas nuevas en Cataluña entre 1850 y 1935 (Cuadro 25).

Cuadro 23. Peso de la ciudad de Barcelona en la población provincial.

Año % 1860 26,2 1877 29,7 1887 30,2 1900 50,5 1910 51,4 1920 52,6 1930 55,8 1940 56,0 1950 57,4

Fuente: elaboración propia en base a los censos poblaciones del INE.

Cuadro 24. Estimación de la proporción de viviendas nuevas a Catalunya por provincias.

1941 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950

Barcelona 899 1.011 1.455 1.144 676 1.788 1.211 2.929 1.809 12.922 84,38%

Cuadro 25. Estimación del consumo de madera para la construcción de viviendas nuevas en Cataluña, 1850-1935.

1882 1.169 3.871 4.587 16.973

1934 4.219 7.561 8.961 33.154

1935 6.673 11.959 14.173 52.438

Nota: no hay datos para los años 1897-1900 y se ha cogida la media entre los años 1896 y 1901. B. Se han utilizado los datos del Cuadro 23 por decenios de la siguiente manera: 1860 (26,2%) para los años 1850-1870, 1877 (29,7%) para 1871-1880, 1887 (30,2%) para 1881-1895, 1900 (50,5%) para 1896-1905, 1910 (51,4%) para 1906-1915, 1920 (52,6%) para 1916-1925, 1930 (55,8%) para 1926-1935.

C=B/0,8438. D=C*3,7m3.

Fuente: Elaboración propia en base a INE y Carreras y Tafunell (2005, p. 495).

Finalmente, para los años 1941 a 1950, solamente disponemos de los datos del número de permisos solicitados al ayuntamiento de Barcelona para viviendas nuevas (INE). Para estimar el total de construcciones nuevas, hemos calculado para los años 1923 a 1933, la proporción entre los permisos solicitados y las construcciones nuevas (Cuadro 26)56, y hemos aplicado este porcentaje a la serie de permisos solicitados en la década 1940.

Cuadro 26. Proporción de permisos solicitados y viviendas nuevas, en Barcelona, 1923-1933.

A. Viviendas

Para la década 1923-1933, vemos que, en promedio, había 2,18 veces más viviendas nuevas construidas, que permisos solicitados. Con éste dato, podemos ahora estimar la construcción de viviendas nuevas entre 1941 y 1950 (Cuadro 27).

56 Hay más construcciones nuevas que permisos solicitados por el hecho de que las obras pueden hacerse sobre varios años, y porque se pedía un único permiso para las obras de construcción de inmuebles multifamiliares.

Cuadro 27. Viviendas nuevas en Cataluña, 1941-1950.

A.

Permisos

B. Ciudad de Barcelona

C. Provincia de Barcelona

D. Total Cataluña

E. Madera m3 con corteza

1940 - 3.000 5.357 6.349 23.491

1941 1011 2.204 3.936 4.664 17.258

1942 - 3.000 5.357 6.349 23.491

1943 1042 2.272 4.056 4.807 17.787 1944 1548 3.375 6.026 7.142 26.424 1945 1987 4.332 7.735 9.167 33.918

1946 904 1.971 3.519 4.171 15.431

1947 1380 3.008 5.241 6.211 22.982 1948 2146 4.678 8.150 9.659 35.739 1949 3323 7.244 12.620 14.957 55.340 1950 2211 4.820 8.397 9.952 36.821

Notas: B=A*2,18; C=B/0,56 para 1940-1946, y C=B/0,574 para 1947-1950 (Cuadro 23); D=C/84,38%

(Cuadro 24); E=D*3,7.

Fuente: Elaboración propia en base a INE.

Fuente: Elaboración propia en base a INE y Carreras y Tafunell (2005, p. 495), coeficiente de FAO 1967.

Fig. 32. Estimación del consumo de madera utilizada para la construcción de viviendas nuevas en Cataluña, entre 1850 y 1950 (m3 de madera con corteza).

Por último, en nuestra estimación se incluye un aspecto del consumo que no acostumbra a ser considerado: el uso de la madera en la construcción de grandes infraestructuras como podían ser los embalses. A pesar de que desde 1890 el servicio forestal defendiera las repoblaciones ordenadas y sistemáticas de las partes altas de las cuencas internas, como posible alternativa a la construcción de pantanos57, a partir de 1910, la regulación de una gran parte de los ríos del Pirineo para la generación de electricidad, provocó la construcción de embalses en muchos puntos58. En 1920 se inició la construcción del pantano de Camarasa sobre el Noguera Pallaresa, por la empresa La Canadenca; el pantano de Tremp, también sobre el Noguerra Pallaresa, se construyó en 1918, y el pantano de Sau, sobre el Ter en Osona, se construyó en 1949 por la Hidroeléctrica de Cataluña S.A. La estimación del consumo de madera vinculado a la construcción de estas infraestructuras es difícil, pero debió de ser elevado, ya que, por ejemplo, para la construcción del pantano de Sant Ponç al Solsonès, ocho sierras móviles fueron movilizadas durante varios años para tratar in situ la madera necesaria59.

Considerando que se trabajaban realmente 300 días al año (descansos, clima, accidentes…), y que la tasa de utilización real de las sierras era del 50% (carga de trabajo, reparaciones, fases de la construcción con necesidades diferentes de madera…), obtenemos el consumo de madera por pantano siguiente (Cuadro 28).

Cuadro 28. Consumo decenal de madera para la construcción de los pantanós.

Consumo madera (m3)

Fuente: Elaboración propia en base a Arxiu Comarcal del Solsonès y Archives Départementales de l'Ariège60.

57 Montes, 325. La consideración principal de los ingenieros forestales era entonces que las repoblaciones eran la única manera de prevenir las inundaciones más fuertes, además de proporcionar durante todo el año, un caudal medio superior de los ríos y afluentes.

58 Provocó a su vez el cierre de muchas serradoras de montaña, al monopolizar los embalses la fuerza hidráulica disponible.

59 Arxiu Comarcal del Solsonès, Fons Ramon Pera.

60 Los datos de productividad por sierra provienen de la « Cote 2R67 », Liste des scieries du département demandée par l’armée en vue d’une réquisition pour l’effort de guerre.

El consumo de madera para construcción fue pues elevado, y siguió el ritmo del crecimiento urbano, y de la mejora del nivel de vida de la población61. La ciudad de Barcelona ocupó al respecto un lugar destacado, al concentrar la mayor parte del crecimiento urbano62.

Fuente: Elaboración propia.

61 Robert (1957) estima que durante la década de los 1950, el consumo por habitante aumentó cada año 0,005m3 por habitante.

62La madera de carpintería para la construcción requería de cualidades que pocas veces se encontraban localmente, especialmente antes de los años 1940, y lo más probable es que una parte importante de esta demanda fuera cubierta por importaciones.

Fig. 33. Estimación del consumo de madera para la construcción de viviendas nuevas, pantanos, y total, en Cataluña entre 1850 y 1950 (m³ de rollo con corteza).