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Evolución de la industria maderera española

2. EL CONTEXTO ECONÓMICO

2.4 La producción forestal y la industria maderera

2.4.2 Evolución de la industria maderera española

La madera es uno de los productos forestales con valor de mercado, quizás el más conocido y más destacado. En los montes mediterráneos, no obstante, no era el único producto forestal de importancia. A diferencia de las zonas forestales del centro y el norte de Europa, donde la madera llegaba a representar más del 70% del valor total de los productos forestales, pastos, corcho y resina, por ejemplo, siempre han tenido gran importancia en la producción forestal española. Aquí trataremos solo la madera.

Hay que hacer una distinción importante cuando hablamos de madera y diferenciar la madera utilizada como combustible (leña o carbón vegetal), de la utilizada como material de construcción o materia prima para otros usos (papel, tablero, …). El consumo de la madera como combustible era, de lejos el más importante y representaba una proporción superior al 90% de la madera producida entre 1860 y 1879. Esta proporción disminuyó después progresivamente, pero solo hasta el 80% entre 1920 y 1935. Más concretamente, mientras que el consumo de madera-combustible fue relativamente estable, manteniéndose a un nivel aproximado de 15,5 millones de metros cúbicos con corteza, el consumo de madera-transformada aumentó de 1,4 a 3,7 millones entre 1860 y 1935 (Iriarte, 2007, p. 179).

Fig. 23. Lewy, Fritz. Sin árboles no hay industria ni Trabajo.

Fuente: Departament d'Agricultura. Generalitat de Catalunya. Servei Forestal. 1937

Entre 1850 y 1860, Madrid y Barcelona eran ya las dos provincias más importantes económicamente, muy por delante del resto (Fig. 24). Madrid concentraba el 14% de las contribuciones industriales y de comercio (C.I.C.), y Barcelona el 12%.

Les seguían Cádiz, Sevilla y Valencia45. En 1859, Tarragona ocupa la octava posición (2,57%), Gerona la décimo-novena (1,57%) y Lérida la treinta-cuarta (0,96%), sobre 45 provincias46.

45 INE 1858.

46 INE 1858.

Fuente: Elaboración propia en base a los Anuarios Estadísticos de España, INE, 1851-1860.

Si comparamos ahora la importancia de la industria maderera en el conjunto de la economía, en la década 1850-1860 era poco significativa. La primera industria (no-alimentaria) de la Clase 3 de las C.I.C. era la textil (algodón, cáñamo y lana), seguida de curtidos, tintes y blanqueos, vidrio y vasijería, y después por metalurgia y jabones. En 1856, la industria maderera estaba tipificada como “Fábricas de serrar maderas con sierras movidas por agua, vapor o caballerías”, en un apartado genérico de “Otras fábricas” (Cuadro 14). Contaba con 103 contribuyentes en todo el Estado (0,022% del total de contribuciones del 1856) que aportaban en conjunto 38,453 Reales Vellon (0,06% del total). La industria de transformación primaria de la madera tenía entonces la misma importancia que el conjunto de fabricantes de pianos o que el de los pintores sobre madera. Pero considerar únicamente las clases “industriales” de la C.I.C. nos da una visión muy parcial de la economía de la madera. Había toda una serie de actividades y de actores económicos que vivían de la madera y que también debemos considerar.

Las fábricas de aserrar sólo representaban, en 1856, el 1,57% del conjunto de la economía maderera española47. En cambio, carpinteros y carreteros, representaban el 34,71%; los almacenistas de maderas representaban el 16,09%; y las carbonerías el 12,45%. La economía maderera representaba, en su conjunto, el 3,84% del total

47 Basándonos en la Contribución Industrial y de Comercio, sin contar con las fábricas de papel o cartón, ni las fábricas de tapones de corcho, las importaciones y las actividades que no están sujetas a la C.I.C.

Fig. 24. Contribución Industrial y de Comercio de 8 provincias (% del total nacional).

nacional de contribuciones, porcentaje superior al 0,06% de los aserraderos, pero claramente reducido, de todos modos, en relación con la economía nacional.

Cuadro 14. Contribuciones en valor y porcentaje de las C.I.C. del sector maderero, 1856.

  Almacenistas de muebles de lujo y espejos 210.011     8,57 Mercaderes y constructores de pianos, órganos y otros

instrumentos 38.442     1,57

Mercaderes y tratantes en corteza de árboles 4.340     0,18 Tiendas de tinteros de objetos de madera 8.654     0,35 Almacenes de muebles de madera de pino blanco o pintado 7.128     0,29

Carbonerías 305.032     12,45

Maestros de zuecos, hornas y lanzaderas 7.670 0,31

Silleros 44.063 1,80

Molinos de corteza de árboles48 4.655 0,19

Fábricas de serrar madera 38.453 1,57

  

Total 2.450.167     100

Fuente: Elaboración propia en base a la

Estadística administrativa de la Contribución Industrial y de Comercio, 1857.

48 Es probable que quede ligeramente subestimado porque incluye únicamente los molinos

“independientes” dedicados a la molienda de corteza de árbol y no los molinos integrados en fábricas de curtidos, también dedicados a la molienda de corteza y que son muy superiores en nombre (394 y 22.946 Reales Vellón de Contribución respectivamente).

Los aserraderos más concretamente, se concentraban en los centros de consumo (Barcelona, Cádiz, Sevilla, Madrid, Zaragoza) y en zonas de producción forestal (Burgos, Soria, Lérida, Pontevedra, Huesca). Eran instalaciones rudimentarias, con sierras rectas, movidas muchas de ellas con agua, y con una productividad muy limitada de entre 1 y 2 m3 diarios (1 o dos troncos). A veces compaginaban esta actividad con la molienda de grano o aceite. Cataluña y Castilla y León, eran las dos regiones que concentran la mayor parte de los aserraderos (Cuadro 15).

Cuadro 15. Contribuyentes y contribuciones de aserraderos por provincias, 1856.

      Contribuyentes  Contribuciones (R.V.)

Fuente: Elaboración propia en base a la Estadística administrativa de la Contribución Industrial i de Comercio, 1857.

En 1900, la estructura de la economía de la madera era similar a la de 1856. La lista de categorías de contribuyentes del sector era un poco mayor (34 categorías contra 28 en 1856) y las categorías estaban mejor detalladas (Cuadro 16). El cambio más importante fue justamente el mayor peso de la industria. Si sumamos las categorías de la clase industrial (talleres de carpintería y ebanistería, y sierras), la industria maderera representaba entonces el 12,65% de las contribuciones del sector maderero. Los primeros contribuidores seguían siendo los carpinteros (20,98%), ahora separados de los carreteros (6,87%), seguidos por la industria maderera, y después por las carbonerías (11,94%) y los almacenistas, separados entre maderas de construcción, de carpintería y

de tonelería. Los talleres de transformación de la madera situados en las grandes ciudades o acoplados con saltos de agua en las montañas, empezaban a tener máquinas de vapor o electricidad (unas horas al menos durante ciertos días)49, pero la mayoría seguía utilizando la fuerza hidráulica. También observamos que la tonelería (construcción de toda la pipería de madera) tenía importancia, con una categoría específica y un volumen significativo de contribuciones (2,95%).

49 Arxiu ANC. Fons Cunill, Correspondencias. Carta del 18/12/1949 del Sr Ramoneda al Sr Cunill, Maderas del Noguera Pallaresa, La Pobla de Segur, informándole que, debido a una feria local, las autoridades dieron energía eléctrica a todas las industrias del pueblo ese mismo día, en lugar del jueves de cada semana.

Cuadro 16. Contribuciones en valor y porcentaje de las C.I.C. del sector maderero, 1900. Almacenistas o tratantes o especuladores al por mayor en carbón vegetal 18.381     1,59 Almacenistas o tratantes o especuladores en leñas  3.764     0,33 Almacenistas o tratantes o especuladores en maderas de construcción  97.648     8,44 Almacenistas o tratantes o especuladores de maderas extranjeras o del

país para carpintería 83.057     7,18

Almacenistas o tratantes o especuladores de maderas extranjeras o del

país para la construcción de toneles 12.444     1,08

Almacenistas o tratantes o especuladores en maderas de derribos 4.347     0,38 Establecimientos de muebles de lujo y de adorno o colgaduras de todas

clases 71.993     6,22

Establecimientos en que se venden muebles nuevos de maderas finas sin tallar, sin mármoles ni bronces, y de tapicería en telas que no sean de

las determinadas en la clase segunda 22.518     1,95

Tiendas de muebles de madera de pino en blanco o pintado 7.204     0,62

Carbonerías 138.097     11,94

Tallistas para objetos de escultura y ebanistería 5.133     0,44

Carpinteros con taller abierto 242.669     20,98

Maestros carpinteros de obras de fuera o de armar 4.184     0,36

Calafateadores y carpinteros de ribera 1.651 0,14

Carreteros o constructores de carros 79.417 6,87

Embaladores 3.370 0,29

Constructores a mano de hormas, zuecos y lanzaderas 3.016 0,26 Ebanistas, silleros y tapiceros con taller en que se construyen muebles de

todas clases de maderas finas u ordinarias 37.292 3,22 Ebanistas, silleros y tapiceros con taller sin tienda 33.084 2,86 Silleros o constructores de sillas con paja y madera basta 15.829 1,37

Torneros en madera, marfil o hueso 10.531 0,91

Doradores sin tienda ni obrador abierto al publico 3.907 0,34

Pintores de brocha 15.289 1,32

Charolistas en maderas 243 0,02

Ebanistas silleros y tapiceros que construyen toda clase de muebles

dorados y tallados 42.923 3,71

Cuberos 21.650 1,87

Talleres de carpintería y ebanistería mecánicos 42.297 3,66

Fábricas de aserrar maderas 10.764 0,93

Cuchillas destinadas a chapear 1.682 0,15

Sierras alternativas de una hoja destinadas a chapear 3.299 0,29

Sierras sin fin 80.028 6,92

Sierras circulares 8.282 0,72

  

Total 1.156.584    100

Fuente: Elaboración propia en base a la Estadística administrativa de la Contribución Industrial i de Comercio, 1901.

Durante la primera mitad del siglo XX, el sector maderero vivió cambios estructurales importantes: el carbón vegetal dejó de ser el combustible principal de la industria y las ciudades (a pesar de los gasógenos), el acero reemplazó a la madera en numerosas actividades, en particular en la construcción naval, y la electrificación de los talleres de carpintería y aserrío, junto con la política de autarquía, generó una nueva industria maderera. Ésta se convirtió en 1950 (Cuadro 17) en la primera contribuyente del sector maderero, con un 36,07%, seguida por los almacenistas (20,68%), vendedores de leña y carbón (16,15%), vendedores de muebles (11,38%), y carpinteros (5,76%).

Cabe resaltar que dos sub-sectores importantes no aparecen en nuestros datos: la industria papelera, por la dificultad de separar las instalaciones que utilizaban madera de las que utilizaban pasta importada; y las fábricas de tableros, que a finales de los años 1940 empezaban a tener importancia, y utilizaban maderas nacionales.

Cuadro 17. Contribuciones en valor y porcentaje de las C.I.C. del sector maderero, 1950.

 

Contribución 

(Ps) %

Vendedores o alquiladores de muebles de lujo, nuevos o usados  1.357.865     5,80 Vendedores de muebles nuevos de maderas finas o imitación  479.426     2,05 Vendedores o alquiladores de muebles nuevos de maderas finas o

imitación 714.857     3,05

Alquiladores de muebles usados no comprendidos en clase superior  28.607     0,12 Vendedores de muebles de madera de pino en blanco o pintado  83.472     0,36 Carbonerías que tengan un almacén exceptuado fuera del

establecimiento 60.359     0,26

Carbonerías sin almacén exceptuado fuera del establecimiento 40.229     0,17 Vendedor al por menor de carbón sin disfrutar del beneficio de almacén

exceptuado 38.714     0,17

Carbonerías o tiendas no comprendidas en clase superior donde se

vende al por menor leñas y astillas 610.111     2,61

Como el anterior pero sin poder vender leñas 1.440.795     6,15 Almacenistas o tratantes o especuladores en maderas de construcción

llamadas "de hilo" de todas clases 2.687.473     11,48 Almacenistas o tratantes o especuladores de maderas extranjeras o del

país para carpintería de taller 1.788.557     7,64

Almacenistas o tratantes o especuladores de maderas extranjeras o del

país para la construcción 251.264     1,07

Almacenistas o tratantes o especuladores en maderas, puertas, rejas y

otros efectos procedentes de derribos 114.883     0,49 Almacenistas o tratantes o especuladores al por mayor en carbón

vegetal 961.072     4,10

Almacenistas o tratantes o especuladores en leñas 630.373 2,69 Almacenes o depósitos para la custodia y conservación de muebles,

alfombras, esteras y cualquier clase de efectos - 0,00

Talleres mecánicos de labrar madera 3.252.520 13,89 Talleres mecánicos de aserrar maderas 4.899.933 20,92

Talleres de aserrar madera 185.983 0,79

Talleres de tornería en madera 83.443 0,36

Fábricas de molduras y marcos dorados, plateados, pintados o

barnizados 24.248 0,10

Pintores de brocha 428.158 1,83

Ebanistas silleros y tapiceros que construyen toda clase de muebles de

lujo 159.322 0,68

Ebanistas, silleros y tapiceros con taller en que se construyen muebles

de todas clases 294.848 1,26

Ebanistas, silleros y tapiceros con taller 259.345 1,11 Silleros o constructores de sillas con paja y madera basta 43.179 0,18 Carpinteros y constructores de herramientas de carpintería 1.349.030 5,76 Maestros carpinteros de obras de fuera o de armar 156.693 0,67

Carreteros o constructores de carros 397.490 1,70

Cuberos 83.842 0,36

Embaladores 39.515 0,17

Talleres de hormeros a mano y los que hacen zuecos y lanzaderas 12.507 0,05 Tallistas para objetos de escultura y ebanistería 52.225 0,22

Torneros en madera, marfil o hueso 25.470 0,11

Charolistas en maderas 13.534 0,06

Doradores sin tienda ni obrador abierto al publico 22.274 0,10 Calafateadores y carpinteros de ribera 46.414 0,20

Constructores de mesas de billar 4.926 0,02

Fábricas de dominós 4.580 0,02

Fábricas de lanzaderas para telares 8.809 0,04

Fábricas de rodetes, canillas, husos y demás accesorios 8.462 0,04 Constructores de instrumentos músicos de aire o de cuerda 268.126 1,14 Constructores de pianos, arpas, órganos y armóniums 5.030 0,02

     

Total (Ps) 23.417.963     100

Fuente: Elaboración propia en base a la Estadística administrativa de la Contribución Industrial i de Comercio, 1951.

Para resumir la evolución que tuvo el sector maderero a largo plazo, se agrupó en 5 grandes categorías contributivas: combustibles (leña y carbón, distribuidores, productores y vendedores), muebles (fabricantes, distribuidores, almacenistas), maderas (productores, vendedores, distribuidores y almacenistas), industria (talleres y aserraderos) y oficios (carpinteros, ebanistas, carreteros, toneleros, etc…). Estos grupos permiten seguir la evolución del sector de forma agregada, por cadenas de valor, y mercados específicos.

Fuente: Elaboración propia en base a la C.I.C. 1850-1950.

Observamos una relativa estabilidad de las categorías de combustible, muebles y maderas: el volumen de sus contribuciones se mantiene entre el 10% y el 20% de las contribuciones del sector maderero. En cambio, las aportaciones a la C.I.C. de los oficios, compuestos por los talleres pequeños de una multitud de artesanos de la madera, muestran una disminución muy importante del 55% al 15% entre 1850 y 1950, y, vemos claramente como es la industria quien compensa esta disminución por su aportación creciente a la C.I.C durante todo el siglo, hasta alcanzar el 35% (Fig. 25).

Fig. 25. Evolución de las C.I.C de los subsectores madereros, en porcentaje del total, 1857-1950.

2.5 Conclusión

La madera como materia prima jugó un papel importante durante la Revolución Industrial y su producción vivió cambios estructurales importantes: perdió importancia para la construcción naval y la ganó para la fabricación de papel, tableros y productos químicos. A mediados del siglo XIX, la madera era al mismo tiempo fuente principal de combustible y material de construcción. Pero la situación de los montes españoles era desastrosa: montes descapitalizados, con problemas de erosión y afectados en algunos casos por inundaciones devastadoras. Junto con la voracidad de la industria metalúrgica durante la primera Revolución Industrial, generaron una situación muy precaria.

Además, la política de desamortización transfirió en 70 años, casi 5 millones de hectáreas de montes públicos a la propiedad privada, que en aplastante mayoría fueron totalmente cortados para su transformación en pastos o cultivos agrícolas.

Asimismo, la producción nacional estuvo muy condicionada por dos factores: la red de transportes (que limitaba la accesibilidad a las masas forestales productivas) y la expansión de grandes centros de consumo con acceso fácil a los mercados internacionales. El relativo retraso español en infraestructuras de transporte, fue así una causa destacada en el lento desarrollo de la industria transformadora y en la consiguiente dependencia del mercado de las importaciones.

De hecho, la industria maderera no fue un sector estratégico de la política nacional entre 1850 y 1950, aunque a mediados del siglo XX representara para un gran número de municipios forestales, el principal pilar de sus economías. Muy a finales de los años 1940, los sueldos fijados por la industria maderera pasan a ser los más altos del ramo industrial, reflejando así una apuesta decidida para su desarrollo, pero cuyos efectos se dieron en la década de 1950 (fuera del alcance del presente trabajo).

El consumo nacional de madera aumentó de forma constante, pasando de un millón de m3 con corteza en torno a 1850, a cerca de 5 millones en 1950. En este tiempo, la superficie forestal española disminuyó constantemente, y las importaciones de madera, exceptuando el periodo de la Primera Guerra Mundial, aumentaron. Hay un

punto claro de inflexión en el comercio exterior forestal: el arancel de 1891 rompió con el modelo liberal anterior e instauró una política proteccionista que se prolongó hasta la Guerra Civil (especialmente elevada para los productos elaborados). En este contexto, la madera fue el producto forestal más importado, seguido desde la década 1910 por la pasta de papel, materias curtientes y esparto. En cambio, el corcho lideró las exportaciones, seguido por la madera, esparto y resinas.

La industria maderera estaba aún poco desarrollada en la década 1850. Los aserraderos solo aportaban el 0,06% del total nacional de contribuciones y el conjunto del sector forestal-maderero, el 3,84% del total. Las actividades más importantes eran las de carpinteros y carreteros, almacenistas y carbonerías. La estructura productiva tuvo pocos cambios durante la segunda mitad del siglo XIX y en 1900 únicamente la industria de transformación de la madera había crecido hasta representar el 12,65% del sector. En cambio, en 1950 aquella actividad se había consolidado y representaba el 36,07% de la economía forestal-maderera.

Las grandes perturbaciones de los mercados mundiales durante la Primera Guerra Mundial provocaron la entrada en el sector de un número considerable de aserraderos. El aumento de precios y la escasez de madera disponible en el mercado exterior fomentaron la instalación tanto de pequeños aserraderos de montaña como de grandes fábricas de aserrar cerca de los centros urbanos y los puertos. A su vez, esto creó una nueva capacidad de transformación industrial que en tiempos de paz fue muy superior a las necesidades del mercado interior. Una de las consecuencias fue que se desincentivó la inversión en nueva maquinaria y técnicas productivas. Otra, fue el renovado aumento de las importaciones y la reducción de los precios (lo que afectó la rentabilidad de muchos aserraderos). Por todos estos motivos, en 1933 la asociación de aserraderos de Valencia pidió al Gobierno la prohibición de nuevas instalaciones (Arbós, 1935, p. 181).

3. CONSUMO Y MERCADOS DE LA MADERA