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Capítulo I. Privatización y nuevas estructuras de gobernanza educativa educativa

1.2 Nuevas formas de regulación y alianzas público-privadas en educación educación

1.2.3 Alianzas público-privadas históricas

En un número importante de países, el crecimiento del sector privado en educación se produjo, o bien con anterioridad, o bien de manera desconectada de la emergencia de las políticas y discursos pro privatización de la última parte del siglo XX. En estos casos, se configuraron sistemas educativos duales público-privados originalmente como respuesta y

Privatización y nuevas estructuras de gobernanza educativa | 31 solución al conflicto entre los Estados –que procuraban ser artífices de la instauración de sistemas educativos nacionales– y las corporaciones religiosas –que ostentaban a priori una fuerte presencia en el ámbito educativo (Verger, Fontdevila, et al., 2016).

En algunos de estos casos, el proceso de estatalización de la oferta educativa que describe Archer (1979) para la mayoría de los países occidentales se produjo de una forma distinta desde sus orígenes, con los Países Bajos como caso paradigmático (Vanderberghe, 1999).

En otros, el proceso de estatalización se interrumpió conforme crecía la presión sobre la estructura estatal (capacidad instalada y financiamiento) ante el incremento de la demanda asociada a la universalización de la educación obligatoria (Martínez Boom y Narodowski, 2016).

Vandenberghe (1999) llama a estos esquemas de provisión público-privados ‘viejos cuasi-mercados’ para distinguirlos de aquellos de aparición más reciente. En efecto, fueron distintos los procesos y determinantes que guiaron la instauración de unos y otros. Mientras que los segundos resultaron de la traducción al campo de la educación de las premisas fundamentales del programa de reformas del Estado del NPM, en la discursividad que dio origen a los primeros no existieron referencias a la teoría del cambio ‘libre elección escolar - competencia - calidad - eficiencia’. Por el contrario, estos ‘viejos cuasi-mercados’ fueron la consecuencia lógica del conflicto institucional irresuelto entre el Estado y el conjunto de corporaciones educacionales preexistentes (religiosas en la mayoría de los casos) en el marco del desiderátum de universalización y gratuidad educativa (Vanderberghe, 1999).

De modo similar, Narodowski y Nores (2002) denominan a estas configuraciones público-privadas ‘cuasi-monopolios estatales’ recuperando el concepto de ‘cuasi-monopolio’

utilizado por Wallerstein (1984) y D’Aspremont y Gabszewicz (1985), y poniendo el foco no ya en el conflicto institucional ‘Estado-corporaciones’ sino en la tensión

‘universalización-crisis fiscal del Estado’. D’Aspremont y Gabszewicz (1985) muestran que en los casos en los que un monopolio tradicional no logra satisfacer un incremento súbito de la demanda (por ejemplo, la universalización de la escolarización obligatoria en contextos de crisis fiscal), la configuración de una estructura de oferta alternativa paralela puede actuar como bailout de la estructura de oferta original. Esta caracterización describe especialmente los casos en los que la instauración de mecanismos de financiamiento público parcial destinado al sector privado (generalmente bajo la forma de subvenciones a la oferta) ha oficiado como incentivo para la salida –en los términos propuestos por Hirschman (1970) y trabajados por Di John (2007)– de muchas familias del sector público

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hacia el privado, reduciendo así el estrés fiscal sobre la capacidad instalada estatal (Narodowski y Moschetti, 2015a). Así pues, las configuraciones educacionales cuasi-monopólicas han logrado incrementar las tasas de escolarización en muchos casos merced a la partición del sistema, la concentración de los sectores desfavorecidos en el sector estatal y el incremento del gasto privado familiar en educación en el sector privado parcialmente subvencionado, pero no gratuito (Narodowski, 2008).

‘Viejos cuasi-mercados’ y ‘cuasi-monopolios’ comparten lógicas causales similares asociadas a un conjunto de factores histórico-estructurales propios de cada contexto e independientes de los más recientes desarrollos en materia de políticas de privatización. Sin embargo, están vinculados con el concepto de PPP por el hecho de que en esencia suponen esquemas que combinan, a través de distintos vehículos regulatorios, financiamiento estatal y provisión privada. A propósito de esta continuidad, Verger, Zancajo, et al. (2016b) postulan la denominación ‘alianzas público-privadas históricas’ (PPP históricas) para este conjunto de esquemas de gobernanza educacional. En estos casos, paradigmáticamente representados por los Países Bajos, Bélgica y España, pero entre los que se encuadran también muchos otros casos nacionales, han existido diversas razones históricas, políticas y sociales asociadas a una fuerte tradición corporativa preexistente, religiosa en su mayoría, que caracterizaba a las estructuras educativas anteriores a la instauración de los sistemas educativos nacionales. En algunos países latinoamericanos donde la Iglesia Católica jugó un papel decisivo en las instancias previas a la construcción de los sistemas educativos nacionales, este esquema de alianzas público-privadas históricas se presenta de modo similar aunque combinado con trayectorias de privatización por default (Moschetti, 2015;

Verger, Moschetti, et al., 2018a).

Verger, Fontdevila, et al. (2016) identifican una serie de factores contextuales comunes que, dependiendo del caso, se presentan con mayor o menor intensidad. Así pues, los países en donde imperan este tipo de arreglos institucionales suelen dar cuenta de una vasta e histórica tradición de provisión educativa privada, generalmente asociada a la labor de diversas corporaciones religiosas previa a la constitución del Estado moderno. En estos casos, el proceso de instauración de los sistemas educativos nacionales no logró doblegar el poder de las corporaciones preexistentes que debieron ser integradas en algún punto como solución al conflicto. Como señalamos, estas experiencias no han recibido ni han estado determinadas por el influjo de discursos pro-mercado. Sin embargo, en muchos casos la combinación efectiva del mandato de expansión del acceso a la educación y las

Privatización y nuevas estructuras de gobernanza educativa | 33 restricciones presupuestarias del Estado abrieron la vía de las alianzas público-privadas como alternativas costo-eficientes, en una lógica que, de algún modo, anticiparía las premisas de los posteriores programas de reforma del Estado.