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de Ipswich, no admiten rival, mereciendo sin embargo especial mención,

Dans le document ARRENDAMIENTO DE LA PROPIEDAD RURAL. (') (Page 127-131)

lasinglesasdeChayton,Marshal,yRustony

las de Albaret

y

Mareschaux

deprocedencia francesa.

Los perfeccionamientosy mejoras dedetalleque enestas

máquinas se

observan, tienden ádisminuir los rozamientos,á

dolarlas de

aparatos

de

doble ventilación para hacermás perfecta la limpia, y otros

quitaraspas

paradesbarbar algunoscerealesyal empleo

de la misma paja

y

toda cla¬

se derestosvegetalescomocombustible, enlas

máquinas de

vapor

desti¬

nadasá poner en movimiento lastrilladoras.

Los diversosaccidentesocurridos enInglaterra álos obreros

colocados

LAS MÁQUINAS AGRÍCOLAS 447

enlaplataforma de las máquinas de trillar, paraintroducir la miesporla

aberturalongitudidal que la conduce á la acción de los batidores, han hechoquelas Cámaras inglesasseocupen sériamente deeste asunto, dis¬

poniendo que desde i.° de Agosto de 1879, todas las máquinas de trillar

movidaspor medio del vapor,han de ir provistas de aparatosde seguri¬

dad al rededor de dicha abertura, que garanticen al obrero. Naturales que los constructores hayan fijadosuatención eneste punto, presentán¬

dosevarios sistemas, entre otrosel deClayton y Shuttleworth,que son los que parece han resuelto el problema.

Las grandestrilladoras movidas por medio delvapor, sonconocidas en España donde funcionan hace algun tiempoenAndalucía,Extremadura,

enalguno de los pueblos próximos áMadridy enla Escuela de Agricul¬

turade la Florida, donde grannúmero de propietarios presenciantodos

los añossu excelentetrabajo. Y á la verdadque no secomprende, cómo

losgrandes agricultoresque seencuentran encondiciones dadasy cuen¬

tan con los elementos necesarios para practicar la trilla mecánica, per¬

manecen aferrados á los antiguos procedimientos, quetantos inconve¬

nientes presentan.

Que las trilladoras son caras ycomplicadas. Tienen queserlocon pre¬

cision, porquecuantomayorsea el número de lasoperacionesque seexi¬

gen deuna máquina, mayortieneque ser su coste,más grandesu com¬

plicación, más numerosos los órganos deque se componen sus diversos mecanismos, mayoreslos rozamientos ypérdidas de fuerzaymás pode¬

roso también elmotorempleado. Lasmáquinas de trillar ejecutan el des¬

grane, verifican la limpia dando yael grano medido enlos costales, cor¬

tanlapaja y la trituran, suavizan ymachacan, metiéndolaademás en el pajar. Quesecompare conlasumade esfuerzosy de trabajoque suponen lasnumerosas,lentas y embarazosasoperaciones de la trilla común; que

se haga, siesposible, unaestadística exactade las pérdidas que seexperi¬

mentan en laseras, conlos hurtos é incendios frecuentes,con el grano que se llevan el viento ylas hormigas, conel que comenlas yuntasal

trillary con el que destrozanconel pisoteo,y severácuál delos proce¬

dimientos esmás costoso enúltimo resultado. Aparte deque, combinan¬

doarmónicamente todas lasoperacionesquedeben practicarseen una ex¬

plotación ruralbien administradaydirigida,serelacionanunos conotros lostrabajos^ sucosteseaminora.

El elevado precio de la máquina de trillar, depende principalmente

del costede la máquina devapor:si éstase aplica solamente á la trilla, podrá resultarcara en ocasiones, puesto que no durando los trabajos de

la recolección arriba detres ó cuatro meses, la máquina permanece sin funcionarlos ochorestantes delaño; perosise emplea en dicha época

en trasformar un producto, ó ejecutar unaoperación cualquiera del cul¬

tivo, la máquina devaporgana su jornaly contribuye á disminuir los

gastos de producción.

Por esto, y como ya queda dicho, la tendencia de los fabricanteses

448 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

construir máquinas de vapor que puedan aplicarse indistintamente á

todoslostrabajos,tanto interiores como exteriores, de la casade labor.

Con respecto á las máquinas de vapor agrícolas, seobserva también

la tendencia á dar más importancia á las locomóviles que á las fijas,

hastael punto de que, constructoresque enotras Exposiciones y desde

antiguo sededicaban á la fabricación de máquinas fijas que se distin¬

guíanporsu esmeradaconstrucción, no han presentadoen París niuna

solamáquinade estaclase. La razón es sencilla: es más fácil y econó¬

mico trasportarlas máquinas al sitio donde seha de ejecutar la opera¬

ción,que nola materia que se ha de trabajar; aparte de que quitándola

las ruedas, la máquina locomóvil queda convertida á voluntad en má¬

quinafija.

Niloavanzado de lahora, ni misescasas fuerzas, me permiten conti¬

nuarocupándome deotra porción de máquinas de que hoy dispone la

agriculturaperfeccionada, contentándomecon el rápido bosquejo queá

grandes rasgoshediseñado, y quepuede daruna idea del estado que en

la actualidad presenta,laimportante cuestión de máqfiinas aplicadas al

trabajo de loscampos, según se desprende delestudio de la Exposición

Universal.

Nose hanpresentado,como sevé,nuevos sistemasninuevos mecanis¬

mos queaumentanel ya considerable catálogo de las máquinas de que

hoydispone laagriculturaperfeccionada;peroen cambio han sido mu¬

chas lasmodificacionesymejoras dedetalle, que revelanunprogreso in¬

dudable.

Y estoteniaconprecision quesuceder, dadoelcorto tiempo trascurri¬

do desdeque severificaron las últimasExposiciones universales: el pro¬

greso esseguro, pero lento; y la humanidad, enesto como en todo, no camina tandeprisa,que destruyaentanbreveplazo la obra acumulada

de tantasinteligencias.

Loshonores dela Exposición, pertenecen por completoy sin ningún

género deduda á losEstados-Unidosyá Inglaterra, quehan

demostrado

una vezmás,su gran superioridad en laconstrucción de las máquinas

aplicadas al cultivo. Alpenetraren las espaciosas galerías del Campo

de

Marte, donde seencontraban los departamentos agrícolasde estas

nacio¬

nes,causabaadmiración,apartedel lujoy propiedad de las instalaciones,

elsin númerode aparatosde toda clase, y lo acabado y perfecto de su construcción;preguntándose elvisitador, sieraposibleque aquellas má¬

quinas alparecertancomplicadas,tan vistosasy brillantes,

construidas

algunas de ellasconmaderasfinasyadornadas devistososdibujosque

las

hacíanverdaderas obras deartedignas de figuraren un salon, pudieran

serutilizadas enlasrudas faenasdelcampo. Losmillares demáquinasque

salen de los talleres délos constructores,en cuyas fábricas trabajan ásu

vezmillares de obrerosycuyoempleo se generaliza cada vez más en la

prácticadelcultivo, constituyen lamás elocuente

contestación

áesta pre¬

gunta ycompruebansobradamentesu bondad.

las máquinas agrícolas 44g Aunqueen menorgrado, son dignostambién de mención los adelan¬

tos realizados porlos constructoresfranceses; y pormás que, engeneral,

sus máquinasson modificaciones de los sistemas americanos éingleses, existe, sin embargo, unamarcada diferencia entrelostoscos instrumen¬

tos, de pesadas formas, quetuve ocasión deexaminar en las anteriores Exposiciones de París yde Viena, conlaesmerada construcción de mu¬

chos de los ahorapresentados, entre los cualesmerecenseñalarselos del afamado constructor Mr. Albaret, la casa de Meixmeron de Dombasle, fundada por el célebre agronómo Mateo de Dombasle, autor del arado queha servidode base alarado deGrignon, Lotz,Mareschaux, Pernollet, Guilleux,yotros ménos conocidos.

Con respectoá España, ¿qué puedo yodecirque vosotros ignoréis? En

nuestro país no existen,pordesgracia, el número y variedad de fábricas que en el extranjero suministran al agricultor losmedios de hacer más fácil y barata la producción. Los sencillos aperos é instrumentos de la¬

branza,se construyen porlos carreterosy herrerosde laspoblacionesru¬

rales, existiendo alguno que otro fabricantey limitadonúmero de depó-, sitos de máquinas extranjeras, en algunas, no en todaslas capitales de provincia. No es, pues,de extrañar, quehayamos hecho-en esta sección

un papel algo más quedesairado,pormás quehubiéramos podidopresen¬

taralguno que otrO invento español, entre otros,uno que no debe ser tan malo, cuando los franceses se hanapresurado á apropiarsesu pater¬

nidad, bautizándoleen sus obras modernas de agricultura, conun nom

bre, que noesseguramente el de su inventor.

Lageneralizaciónyelempleo delas máquinas agrícolas, deuso tan fre¬

cuente en otras naciones, presenta enla nuestra sérias dificultades. No

pueden, sin embargo, desconocerse las grandes variacionesacaecidas des¬

de el año 1862. En dicho año, y conmotivo de laExposición deLondres

enel palacio de Kensington celebrada, unode los hombres más entusias¬

tasyá quien más debe portodosconceptos la agricultura española; cuyo nombre, bien conocido en el extranjero, se pronuncia con entusiasta simpatía por nuestrosagricultores, fué el que inició el movimiento rege¬

nerador quedió por resultadotrasportaránuestro suelo multitud de in¬

ventos hasta entónces desconocidos; gracias ásus esfuerzos éiniciativa,

se formaronlosprimeros depósitos demáquinas queaquí han existido;

se hicieron repetidos ensayos,y desde entónces, áuncuandolentamente,

se han ido introduciendo en la práctica del cultivo muchos instrumentos ymáquinas de fecunda yprovechosa aplicación. El nombre de esa per¬

sona, por tantos títulos respetable, que ha prestado grandesserviciosal país, y que inspirándose en las tradiciones de esaaristocracia inglesa, in¬

teligente y poderosa quepatrocina siempre los grandes intereses de su

pàtria, tiene por desgracia tan contados imitadores en España, es el del señor marqués de Perales. Habiendo tenido la suerte de acompañarle

en la citada Exposición de Lóndres,así como enrepetidos viajesy escur-siones agrícolas, tanto en España como en el etitranjero, á su-profundo

Tomo IX

29

45o GACETA AGRÍCOLA DELMINISTERIO DE FOMENTO

conocimiento de la agricultura europea, á su ilustrada experiencia y á

susconsejos, queformaronloscimientos de mieducación

agrícola, debo

la mayorpartede lopoco queenmaterias de

agricultura. No

es

mucho,,

pues, que tratándose de máquinas agrícolas,

recuerde aquí

su

nombre

respetable, enviándole desdeeste sitio las seguridades

de mi verdadera

y

cariñosagratitud.

La Exposición Universal de París ha sido visitada por

ilustrados

pro¬

pietarios españoles,que han podido convencerse

de lo mucho

que

hay

que hacertodavíaen beneficio denuestros

intereses rurales; al

recorrer

lasgalerías que encerrabanlosproductos agrícolas, he

tropezado más de

una vez con modestosagricultores, queluchando con el

desconocimien¬

todel idioma y contoda suerte de dificultades,se enteraban con

verda¬

dero afan deinventosparaellosdesconocidos;gran número de

ingenie

ros agrónomos, guiados por el noble deseo de

aprender algo útil

que

trasportará su pàtria, han acudido igualmente de una manera

espontá¬

neaal certámen; laadministración,por su parte, no ha descuidado tam¬

pocotanimportante asunto,yentrelosrepresentantes que con

carácter

oficial recibieron el encargo deestudiar laparte agrícola, se cuenta el

aprovechado jóven ingeniero agrónomo, ayudante

de la Escuela de

Agricultura de laFlorida, D. José de Arce, ayer

mi discípulo, hoy mi

maestro, cuyos trabajos han de ser indudablemente de

grande utilidad;

el mismo directorgeneral deAgricultura, Sr. deCárdenas,cuya

actividad

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