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gen la yerba del suelo y la tela sin fin la eleva por el tablero, subiéndola

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al carro,enelcuál la descarga. Este

ingenioso procedimiento está

lia-LAS MÁQUINAS AGRÍCOLAS 443 mado, sin duda alguna, á producir una grande economía en la mano de obra, enlas grandes explotaciones forrajeras,en las quetan lentay espuestaátantas contingencias esla cargaá brazo.

Las máquinas desegar ordinarias destinadas al corte de los tallos rígi¬

dos y secos de los cereales, deben presentar necesariamente algunas diferencias con lasanteriores,cuya misiónescortartallos tiernos y her¬

báceos, y que carecen de tablero ó plataforma y de aspas ó volantes, puesto que la yerba tieneque quedar sobre el terrenopara su deseca¬

ción, no formándose la gavilla. Las aspas en las segadoras, sostienen é inclinan el tallo parafacilitar la acción del aparato cortante,consiguién¬

dose deeste modo lo queconsigue el segador al sosteneré inclinarcon el brazo izquierdo la mies, entanto que con el derecho hace obrará la hoz.

Las máquinas de segar ganan cada dia más terreno en la práctica del cultivo, ylas de Wood, Johnston y Samuelson, continúan prestando grandes servicios á los agricultoresy funcionan deitna manera admira¬

ble. Así lo han patentizado una vez más los ensayos hechos enla lla¬

nura de Mormant,en los cualestrabajaron 69 máquinas,y enque toma¬

ron parte todos los constructores que figuraban en las galerías de la Exposición, exceptuando los ingleses, quese abstuvieron de concurrir.

El gran acontecimiento y la gran novedad de la Exposición, es el mecanismo destinado á ataró amarrarlas gavillas, problema cuyasolu¬

ción veniapersiguiéndose tiempo há y que se halla completamente re¬

suelto enla actualidad.

Este invento ha venido ácompletar la siega mecánica, puesto que la

carestía y escasez de brazos, poníanengrande aprieto al propietario que

utilizaba las segadoras, siempre bajo la presión de las exajeradas exigen¬

cias del obrero,que pediapor el atado casi tantocomo porla siega.

La disposición y mecanismos para atarlas gavillas, es ingeniosa por demás. La segadora, basada en el principio anteriormente conocido, tiene su aparato cortante, aspas ó paletas del volante, palanca para subir óbajar la sierra, etc., del mismo modo que las ordinarias. Lamies

cortadaporla sierra,cae enel tablero ó plataforma de la máquina, don¬

deuna tela sin fin armada degarfios de hierro, lavacogiendo y la eleva

por unplano inclinado colocado á la derechay á la altura del asiento del conductor. Los alambres ó garfios que cogen y elevan la mies por el plano inclinado, vanfijos en unas correassin fin quesedeslizanen unas

ranuras practicadas á lo largo del plano. Llegada á la parte superior,

caetendida á lolargo sobre una pequeña plataforma, siendorecibidapor

elaparato de ligar, que secompone de dos barras encorvadas de hierro;

una quearrastrael alambre que va desarrollándose en un huso, y Otra quelleva una cremalleray un órgano de corte, de tal suerte dispuesto,

quecuandosejuntan las extremidades de los brazos, abrazando el haz,

se retuerceel alambre,se corta, y es arrojada la gavilla fuera de la má¬

quina,quedando depositada sobre el terreno.

444 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

A pesarde la aparente complicación de estemecanismo,

desempeñan

sutrabajo deuna manera satisfactoria; y en los ensayos de Mormant,

donde funcionaron las de Mac-Cormick, Wood y Osborne, todas de

origenamericano, fueron saludadascon entusiasmo por el

público

nu¬

meroso éinteligente quepresenciabasu trabajo.

Además de las anterioresque atan lasgavillascon alambre, existe la

deJohnston que lo hace con cuerda,y otrade Howard de

procedencia

inglesa, que notrabajaronen los citadosensayos. El

alambre

es

prefe¬

rible á lacuerda, porlamayor solidez con quequeda la ligadura, y por

sumayor economía,puesto que esmás grandesu valor como

desecho,

prestándose además en mejores condiciones á los

movimientos de la

máquina.

Enalgunas, como enla deOsborne, deja algo quedesear lamanerade

desprenderseel haz; enla de Wood eslanzado con demasiada

violencia,

pudiendo producirse el desgrane.La de

Mac-Cormick,

el

célebre mecá¬

nico,que fuéel primeroque en i85i presentó en Lóndres

la primera

segadoraque ha servido de base á las modificaciones despues

introdu¬

cidas, eslaque hace mejortrabajo. Sus buenos resultadoshan recibido

tambiéncompleta sanción, enel concurso celebrado en Bristol, por la

Sociedad Real deAgricultura de Inglaterra, en donde le fuéadjudicada

lamedalladeoro, en competencia, entre otras, con la de Wood, el cual

recibió mención honorífica.

Aun cuandosusceptibles todavía de algunas mejoras,no pueden des¬

conocerse los grandes servicios que están llamadas á prestar, y que

actualmente prestanlas segadoras-ligadoras. Enla recolección de 1877,

seemplearonenlos Estados-Unidos 10.000 máquinas, elevándose á

más

de20.000los pedidoshechos á los constructores, para la campaña de

1878. Unhombreyuna yunta bastan para su manejo,y según

datos

que

tengoporfidedignos, producen una economía deun 25 pOr loo

sobre

los procedimientos ordinarios. Con el mecanismo auto-motor, se

pierde

ménosgrano, hasta el punto deque este aumento paga con usura

el

costedel alambre. El atadoes perfectoysólido, las gavillas no sedesha¬

cen, segandoportérmino medio4 hectáreas al dia. En la galería

de los

Estados-Unidos funcionaban estas máquinas á la vista del visitador,

atandoalgunas de ellas catálogosen vez degavillas demies. Por

el

que

tengoen la mano, puede juzgarsedelasolidez dela ligaduray

de cómo

queda retorcidoel alambre.

Lasegadora devaporinglesa deAveling y Porter,que por vez

primera

funcionabaenFrancia, hadespertado tambiénel mayorinterésentre los

agricultores queacudieroná los ensayos de Mormant.

La citadamáquina, de enormes dimensiones, siega en una

extension

de 3m,5o,que eslalongitudquetienesu aparatocortante,

depositando la

mies, pormedio deunatelasin fin, enandenes regulares.

La máquina

de segar vaunida á la locomotora,construidapara andarpor

los caminós

ordinarios, por medio de un árbol poderoso, comunicándose

el

movi-LAS MÁQUINAS AGRÍCOLAS 445

miento de la máquina devaporcon ayuda de unacadena de Vaucanson.

Unsolo hombre basta para manejar este aparato gigantesco, causando admiración la facilidad con que sela dirige yla manerade ejecutar su

trabajo, empujando á la segadora sobre la mies que se vaá cortar. La lo¬

comotora lleva en su parte anterior una grua, quesirve para levantarla máquinaenlas vueltasy durante eltrasporte.

En las citadasexperiencias de Mormant, verdaderasolemnidadagrícola, realzadacon la presencia de Mr. Teisserenc de Bort, ministro de Agri¬

cultura dfla vecina Francia, de altos funcionarios y de un numeroso

público de agrónomosy propietarios de todas laspartes del mundo, pu¬

dieron apreciarse igualmente los serviciosquela luz eléctrica puede pres¬

taraplicada al trabajo de los campos. Uno de los primerosconstructores de Francia, Mr. Albaret,es el autor de esta fecunda idea, y su procedi¬

miento no presenta ninguna dificultad. El productor de la electricidad

se pone en movimiento pOrla misma locomóvil que se utiliza parala trilla, por medio de una correa de trasmisión. En la parte anteriorde la máquina de vaporydelante de la chimenea, hay unlargo mástil formado

de tubos de hierroqueenchufanunos en otros. La electricidadproducida por un aparato Gramme, ó por otrocualquiera, es conducida á la altura de 20 á 25 metros, que es laque tiene el mástil, en cuyoextremosecolo¬

cala linterna que produce la luz. Esta linterna estásostenida por una cuerda que pasasobre pequeñas poleas y puede subir ó bajar ávoluntad sin necesidad de mover el mástil, el cual, á su vez, puede subiró bajar

con ayuda de un torno. Laluzse proyectaá larga distancia, clara y bri¬

llante, permitiendo percibir perfectamente todoslos objetos.

¡Qué espectáculo presentaba, señores, el campo de Mormant la noche

en queseverificaron los ensayos! ¡Los dos más grandes descubrimientos de nuestros diasquetan completa revolución han operado enlos proce¬

dimientos de la industria, el vapor yla electricidad, aplicadostambién á todas las faenas agrícolas! ¡Las segadoras, hábilmente manejadas por obreros experimentados, cortaban la mies de una manera perfecta y aca¬

bada; la incesante respiración yel silbido de las máquinas de vapor, se mezclaban con el estrépito de las trilladoras, que dejaban el grano lim¬

pioyencostalado enlas condiciones deseadas;y todo estode noche, á la claraluz de esesolartificial, hijo de la ciencia! En presencia de estas ma¬

ravillas, seagolpaban á mi mentelosrecuerdos de esta hermosa España

paratan querida, yveia al infeliz segador de nuestrascomarcas rura¬

les,con los miembros carbonizados por los rayos abrasadores de un so!

tropical, rendido y agobiado bajo el peso de un trabajo penoso ybrutal;

veia al trillador, sentado sobre el histórico trillo depedernales, que esel mismo tribuhim de lostiempos de Virgilio, pasandoy repasandosuyunta

con tardo y perezoso paso por encima de la parva, para desgranar la miesy triturar la paja; recordaba el tiempo perdidoyla ansiedad conque ellabradoresperalapresencia del aire para ejecutar la limpia,ylos des¬

engaños y pérdidas considerables, cuando en vez del anheladoviento.

44^ GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE

FOMENTO

sobrevieneuna lluvia torrencial quele roba gran parte de la

cosecha.

Y al pensar en todoesto, y al .recordarlos numerosos

accidentes

que

enlosprocedimientos ordinariosconspiran de continuo contra

la salud

del obreroylafortunadel labrador, no podia ménos de

bendecir á la

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