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El estudio del apoyo social desde las redes personales

CAPÍTULO II. EL ANÁLISIS DE REDES SOCIALES Y LA SALUD

II.2. Aplicaciones del ARS a la salud

II.2.3. Redes sociales

II.2.3.3. El estudio del apoyo social desde las redes personales

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La investigación del capital social y el apoyo social en la salud dispone por tanto de una amplia base empírica. No obstante, tal como señalan algunos autores, es necesario avanzar en las investigaciones comparativas entre las diferentes formas de capital social, así como en sus formas mixtas y los resultados en salud (Poortinga, 2006), con el propósito de avanzar en el conocimiento sobre los modelos de redes y tipo de vínculos que facilitan la emergencia de procesos de acción comunitaria en el interior y entre las redes sociales así como los vínculos con instituciones políticas y que favorecen los resultados en salud más óptimos.

II.2.3.3. El estudio del apoyo social desde las redes personales

El interés por el apoyo social ha dado lugar a una amplia variedad de instrumentos de medición en función de las numerosas conceptualizaciones que se han hecho del término, hecho que ha supuesto una de las barreras que más han preocupado a los investigadores por las dificultades en la comparación de resultados (Sandler &

Barrera,1984). La mayoría de estos instrumentos, van desde escalas breves unidimensionales a inventarios multidimensionales que exploran la presencia de diferentes tipos de apoyo social ante situaciones en las que se dan hipotéticas condiciones de necesidad (apoyo social percibido) o durante un período concreto de tiempo (apoyo social recibido) en función de las hipótesis de trabajo (Wills & Shinar, 2000). En un trabajo de revisión, Tardy clasifica los instrumentos disponibles sobre apoyo social en función de cinco variables: la dirección del apoyo (reciprocidad), la disposición (percibido o recibido), evaluación (satisfacción), contenido (tipos) y por último las redes, para referirse a la dimensión social del apoyo integrando términos como proveedores, fuentes o relaciones. Estas dimensiones, han sido muy variables según los instrumentos y en lo que se refiere a las redes, algunos instrumentos no las tuvieron en cuenta, en otros se consideraron como proveedores la familia y amigos, y en otros los proveedores fueron listados por el entrevistado (Tardy, 1985). En esta misma dirección, O´Relly en un trabajo de revisión sobre 33 instrumentos de medición de apoyo social, subraya la necesidad de una clarificación conceptual sobre los elementos esenciales del apoyo social y también metodológica distinguiendo el apoyo como comportamiento y las redes como estructura (O´Reilly, 1988).

El trabajo de revisión realizado por Terol et al., con 22 instrumentos de medición de apoyo social siguiendo los criterios de clasificación ya propuestos por

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Tardy tres décadas antes, muestra de nuevo la gran variabilidad en los instrumentos principalmente porque evalúan diferentes aspectos del mismo constructo multidimensional desde diferentes perspectivas y niveles de análisis. Esta falta de homogeneidad conceptual y metodológica, sin ser una limitación para el desarrollo del constructo, ha condicionado según algunos autores, el alcance de conclusiones definitivas sobre la forma en la que opera el apoyo social y sus efectos sobre la salud (Terol et al., 2004).

Siguiendo con los aspectos metodológicos, el trabajo de Sarason et al. sobre instrumentos de medición, concluye con la propuesta de tres modelos en función de los objetivos: (i) el modelo de red que se centra en la integración social del individuo en un grupo y la interconexión entre los miembros que están dentro de ese grupo, (ii) el modelo de apoyo social recibido en el que la persona reporta el apoyo realmente recibido y (iii) el modelo de apoyo social percibido que se centra en el apoyo que el individuo cree disponible en caso de necesidad (Sarason, Sarason, & Perce, 1990).

Otros autores han subrayado la importancia de incluir en los instrumentos de medición, variables que hagan referencia a: (i) la cantidad de relaciones sociales, (ii) la estructura formal como la densidad, multiplexidad, frecuencia y reciprocidad y (iii) el contenido de las relaciones sociales como el apoyo social entre otras variables incluyendo el tipo, la fuente, la calidad y la cantidad (House, Umberson, & Landis, 1988; House & Kahn, 1985).

En este interés por la estructura de las relaciones y los factores macrosociales que la determinan, Kaplan et al. (Kaplan, Cassel, & Gore, 1977), proponen la teoría de las Redes sociales a partir del trabajo de Claude Mitchell “Social Networks in Urban Situations“ publicado en 1969, como una teoría pertinente y útil ya que integra diversos mecanismos en un marco medible y ayuda a clarificar la interacción de las variables que constituyen el apoyo social, empezando a considerarlo con términos propios de la teoría de redes incluyendo la naturaleza de los vínculos como el contenido, frecuencia, dirección, o intensidad. Desde la teoría de redes sociales, la Arizona Social Support Interview Schedule (ASSIS) desarrollada por Manuel Barrera (Barrera, 1980) evalúa el apoyo social a través de una entrevista semi-estructurada con el objetivo de identificar a los proveedores (vínculos fuertes) de diferentes tipos de apoyo ofreciendo resultados de tamaño y composición de la red incluyendo las relaciones negativas o conflictivas para el sujeto, el grado de necesidad del apoyo, la utilización de la red para obtenerlo,

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así como la satisfacción con el mismo. Esta escala ha sido ampliamente utilizada para el estudio de la red de apoyo social en contextos de migración (Domínguez & Maya-Jariego, 2008; Hernandez, Pozo, Alonso, & Martos, 2005), desplazados por violencia política (Palacio & Madariaga, 2005), para el caso de mujeres en situación de riesgo psicosocial (Ávila-Toscano, Díaz-Barros, Correa-Pinazón, & Benavides, 2011; I. López et al., 2007), o en estudiantes universitarios (Maya & Holgado, 2005).

El enfoque de redes personales o egocéntricas propuesta en esta investigación para el estudio del apoyo social, parte de la recogida de información de un ego que informa de sus relaciones interpersonales con otras personas de su entorno llamados alteri y de las relaciones existentes entre éstos últimos, con el propósito de determinar la influencia de cada miembro en el encuestado (McCarty, 2010). Esta perspectiva es útil para evaluar el apoyo social recibido en situación de crisis vitales o en contextos de enfermedad (Molina, Fernández, Llopis, & McCarty, 2007) y ayuda a comprender los cambios en la estructura, composición y función de las relaciones sociales que se producen ante una situación vital de estrés (Molina, Fernández, & Llopis, 2008).

A diferencia de otros instrumentos de medición, las características de esta propuesta son:

a. Facilita el estudio de diferentes dimensiones del apoyo social.

a.1. La dimensión estructural de la red personal a partir de la cual emerge el apoyo social (variables que reflejan la cohesión o fragmentación de las redes como la densidad, la centralidad, el número de componentes o aislados entre otros), ofreciendo así la posibilidad de estudiar las propiedades estructurales de la red social que no se explican por sus partes constituyentes sino a través de sus interconexiones (Marqués et al., 2013; Smith & Christakis, 2008).

a.2. La dimensión funcional del apoyo social obtenido a partir de la valoración subjetiva que el informante realiza en relación a aquellos atributos del apoyo social de cada uno de los alteri, ya sean proveedores de apoyo o no, que componen su red personal (tipo de apoyo, satisfacción, frecuencia…).

a.3. La dimensión contextual a través de la visualización de la representación gráfica de los datos, tiene un alto poder explicativo. La visualización de la red personal es una herramienta útil ya que condensa una gran cantidad de información a través de la entrevista cualitativa acerca de las relaciones en

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una sola representación visual y constituye un recurso extraordinario para indagar conjuntamente con el informante, el significado su realidad social y de apoyo, de los diferentes grupos, posición de personas o distribución de variables de su red personal, dar feedback al informante y mejorar la fiabilidad de los datos (Maya-Jariego, Cachia, Holgado, & Ramos, 2014; Molina & Ávila, 2010). En estudios de salud, la visualización puede ayudar a comprender entre otros, el contexto social de la persona enferma que está experimentando la enfermedad, la estructura de los miembros de su red de especial interés en situaciones de estrés o en caso de enfermedades socialmente estigmatizadas (Kennedy, Green, McCarty, & Tucker, 2011).

b. A través de una pregunta generadora de nombres amplia es posible obtener información sobre vínculos fuertes y débiles. Esta característica permite también distinguir entre la red personal (personal network) y la red de apoyo (social support network), y por tanto captar a los no proveedores así como sus características en términos de atributos y posición en la estructura de la red.

Por otro lado, permite diferenciar desde el punto de vista empírico, la red de apoyo de la mera existencia de contactos que provean apoyo en las que a diferencia de la primera no existan relaciones entre ellos (Kadushin, 2013b). En cuanto al número de contactos, si bien se han realizado estudios generando un número relativamente alto (entre 30 y 45), 20 es un número suficiente para capturar algunas medidas de la red y reducir la carga de los encuestados en la evaluación de las relaciones entre los alteri (McCarty, Killworth, & Rennell, 2007) . En la decisión de elegir este número de alteri, es necesario tomar en consideración los límites asociados a las dificultades propias de la situación de enfermedad, y que influyen tanto en el nivel de participación como en el cansancio en las respuestas.

c. Facilita el estudio simultáneo de fenómenos micro (las interacciones) y fenómenos meso (las estructuras locales en las que éstas se hallan inmersas, incluidas las instituciones) (Molina, 2005), y que para el caso específico del apoyo social, además del provisto principalmente por familiares, amigos, vecinos u otros contactos personales, pueden revelar la existencia de otras estructuras sociales de apoyo formal como grupos de ayuda mutua, voluntariado o recursos sociales existentes a nivel comunitario.

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d. El diseño del cuestionario para el estudio de la red personal y de apoyo, previo a la administración al informante a través de programas disponibles de evaluación como el utilizado en esta investigación (EgoNet), no requiere de la traducción lingüística y adaptación cultural como ocurre con otro tipo de instrumentos (Terol et al., 2004).

e. Permite añadir en el análisis, variables estructurales y relacionales en el estudio del apoyo social que ayudan a comprender determinados aspectos de la realidad social que lo condicionan o modelan.

Una vez presentadas las características de esta propuesta metodológica, se presenta en el apartado siguiente la utilidad del ARS para el diseño de estrategias de intervención en salud.