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La calidad de vida en la salud y en el dolor crónico

CAPÍTULO III. LA CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD

III.1. La calidad de vida en la salud y en el dolor crónico

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CAPÍTULO III. LA CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD

The best measure of quality is not how well or how frequently a medical service is given, but how closely the result approaches the fundamental objectives of prolonging life, relieving distress, restoring function and preventing disability.

Lembcke (1952)

Este capítulo se centra en el segundo elemento clave de esta investigación: la calidad de vida. Además del análisis conceptual y sus inicios teóricos, se presenta la relevancia de su estudio en el contexto de enfermedad crónica en general y dolor crónico en particular. Desde un enfoque metodológico, en uno de sus apartados se presentan los instrumentos utilizados en su evaluación centrando el interés en el cuestionario SF-36 utilizado en esta investigación. Por último, cierran el capítulo los aspectos sociales y en concreto el apoyo social como elementos constituyentes de la calidad de vida.

III.1. La calidad de vida en la salud y en el dolor crónico

La calidad de vida ha sido definida por la OMS como la percepción del individuo de su posición respecto de la vida en el contexto de la cultura y de un sistema de valores en el cual vive, con relación a sus metas, expectativas, normas y preocupaciones.

El interés por la calidad de vida se sitúa en los años 70s a partir de una serie de estudios realizados por científicos sociales. En estos trabajos, la recogida de información y datos objetivos como el estado socioeconómico, el nivel educacional o el tipo de vivienda, se mostraron insuficientes para explicar la calidad de vida por lo que desde la psicología se planteó la inclusión de conceptos subjetivos como la felicidad y la satisfacción, en un intento de captar otras dimensiones del concepto.

En su desarrollo, la calidad de vida ha despertado el interés desde diferentes áreas de conocimiento como la economía, la medicina, la psicología y las ciencias

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sociales, hecho que ha favorecido una pluralidad de definiciones si bien la mayoría de ellas pueden agruparse de forma única o combinada en las siguientes categorías:

condiciones de vida, satisfacción con la vida, sistema de valores en el cual se vive así como los procesos cognitivos asociados a su evaluación tomando en consideración de este modo tanto dimensiones objetivas como subjetivas (Espinosa, 2014; Urzúa &

Caqueo-Urizar, 2012).

En el campo de la salud, el interés por el estudio y evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), tiene sus inicios en la década de los 80s, al ser reconocido el papel central que ocupaba el individuo en la evaluación de la calidad de la atención sanitaria y señalando, por lo tanto, la necesidad de incorporar una dimensión subjetiva en su valoración. En concreto, diferentes aspectos justifican esta inclusión: (i) su asociación clara y consistente con fenómenos de salud tan relevantes como la mortalidad, la hospitalización y el consumo de recursos sanitarios, (ii) su complementariedad con indicadores específicos de enfermedad proporcionando de este modo una información más completa del fenómeno salud-enfermedad que se pretende evaluar y (iii) en el caso de personas con una esperanza de vida limitada, la mejora de la calidad de vida a través de un mejor afrontamiento y adaptación a la enfermedad (Alonso, 2000).

Se presenta en la Ilustración 6 un marco conceptual que representa un continuum que refleja cómo de izquierda a derecha los resultados relacionados con la salud, pasan de ser específicos y objetivos como los representados por marcadores biológicos, a resultados más genéricos que incluyen, además de la dimensión física, los roles psicológicos y sociales.

Ilustración 6: Marco conceptual para los resultados relacionados con la salud (Maruish, 2011)

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Poco más de una década después de la aparición del concepto de la calidad de vida en la salud, el interés por la investigación sobre el tema, dio lugar desde un punto de vista institucional a la fundación en 1995 de la International Society for Quality of Life Studies 6 (ISQOLS), con el objetivo general de incentivar el desarrollo de estudios sobre la calidad de vida a nivel mundial así como estimular la investigación interdisciplinaria desde la gestión política, ciencias ambientales, conductuales, sociales y médicas.

En situación de enfermedad crónica, la calidad de vida ha sido un objetivo prioritario de atención por su capacidad para evaluar la valoración global que hace el individuo frente a la adaptación funcional, cognitiva, emocional, social y laboral (Vinaccia & Orozco, 2005). En el marco de la cronicidad, el dolor crónico, constituye uno de los ámbitos donde se han desarrollado estudios con el propósito de evaluar la calidad de vida, sobre todo por la convergencia de dos factores: por un lado el creciente aumento de su prevalencia y los recursos destinados a su tratamiento, y por otro el consenso teórico que defiende que el dolor afecta a la persona como un todo.

Diversos estudios demuestran que el dolor afecta a la mayoría de los ámbitos de la calidad de vida, principalmente el funcionamiento físico y emocional dependiendo su efecto de la extensión, duración, gravedad, intensidad, afectividad, y el significado del mismo, así como de la enfermedad subyacente y las características de la persona. Del mismo modo, es importante considerar que el dolor por sí solo, no es sinónimo de una calidad de vida pobre, si no que constituye únicamente un factor importante que la determina (Niv & Kreitler, 2001), ocupando un papel relevante la evaluación de la calidad de vida por su poder predictivo en el inicio y recuperación del dolor crónico en mayor medida que otras variables sociodemográficas (Elliott, Smith, Hannaford, Smith,

& Chambers, 2002). La Ilustración 7, muestra gráficamente, la repercusión multifactorial del dolor en la vida de la persona y por tanto en su calidad de vida.

6 International Society for Quality-of-Life Studies ( http://www.isqols.org/ )

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Ilustración 7. Dolor y calidad de vida.

Banco de imágenes CHANGE PAIN (www.changepain.org)

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En el contexto actual, la evaluación de la calidad de vida es relevante tanto para población general como para grupos específicos de población con determinadas enfermedades. Los resultados de calidad de vida de la Encuesta Nacional de Salud (ENSE) 7 realizada en el año 2011 mediante el cuestionario EuroQol 8, reflejan que la dimensión que presenta problemas con mayor frecuencia en el momento de la entrevista es el dolor/malestar, que afecta al 24,8 % de la población de 15 y más años.

El 3,9% sufre dolor fuerte o extremo (2,1% de los hombres y 5,7% de las mujeres) y el 20,9% padece dolor o malestar moderado o leve (INE, Ministerio de Sanidad, 2013).

Estos datos, ponen en evidencia la necesidad de prestar atención al problema del dolor desde una perspectiva holística, sobre todo por su prevalencia y el severo impacto que ejerce en la experiencia de vida a nivel individual. Un modelo bio-psico-socio-ambiental y cultural, podría permitir entender más coherentemente la enfermedad crónica multifactorial, ubicándola dentro de un espacio dinámico que cambia a lo largo del tiempo, según se modifiquen las interacciones funcionales entre sus diferentes componentes (Vinaccia & Orozco, 2005).