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La educación se disloca y se pone al servicio del cálculo económico

Capítulo 3. Las competencias. Un objeto–máquina para el gobierno de los recursos humanos 91

2) La educación se disloca y se pone al servicio del cálculo económico

El profesor japonés Ikujiro Nonaka, investigador en el campo del management, observó que los economistas sólo consideraban el conocimiento como un recurso que se podía distribuir y no como un recurso que se puede producir. A partir de ésta observación Nonaka postuló que el aprendizaje es un proceso colectivo y que está situado en los lugares del mismo trabajo. Tanto los

trabajadores como la organización son quienes desarrollan nuevos saberes, si bien siempre en relación con saberes y prácticas previas o redundantes. Con ello Nonaka criticó los enfoques atomistas, centrados sólo en los individuos y en situaciones aisladas (problema solving), y planteó una noción de

"inteligencia" de las organizaciones y un ciclo de aprendizaje más amplio o completo, es decir un "ciclo cognitivo entero" (Enzo Rullani, 2000, p. 236)86. La

86 Rullani (2000, p. 238) propone el siguiente esquema:

idea es que la creación de conocimientos ocurre por un proceso conformado por diversas operaciones cognitivas en las cuales se transita entre

conocimientos tácitos (presente en un contexto específico) y explícitos

(separado del contexto originario y explicitado a través de un código), en una serie de "conversiones" del saber, de manera que:

"[…] el conocimiento de los agentes tiene que ser socializado y, sin cambiar de calidad, tiene que ser compartido por muchos agentes que integran el grupo originario. Entonces, se puede transformar en explícito (externalización) para que pueda circular también fuera del grupo

originario e integrarse con otros conocimientos del mismo género (combinación). Por último, los conocimientos externos necesitan ser re-contextualizados, a través de su internalización en los grupos y en los individuos que deben actuar." (Rullani, 2000, p. 237)

Este proceso, de naturaleza totalmente empírica y funcionamiento circular (o espiral), en el cual ocurre la conversión del conocimiento de tácito a explícito y viceversa, hace posible una verdadera producción de conocimientos, por lo que el profesor Nonaka considera que "la ciencia no constituye el único lugar en el que se produce conocimiento porque también la organización de la empresa produce conocimiento" (Rullani, p. 241). En realidad se trata de una visión sistémica que considera las competencias como un stock de saberes que se crean y se guardan en la organización, que se vinculan con la estructura organizacional de la empresa y que se sitúan en un sistema de proyectos orientados a la eficiencia económica de la actividad empresarial. Es una perspectiva sistémica cercana a la propuesta de Peter Senge (1995), que plantea que la innovación requiere una capacidad de "aprendizaje

organizacional" que sólo es posible cuando se piensa "en sistemas". Es

importante tener en cuenta que los procesos de generación de conocimiento suponen un espacio de trabajo cooperativo, donde no sólo tiene lugar la solución de problemas, sino que además se fijan hallazgos y se producen técnicas que permiten reproducir formas de hacer, se produce una

socialización del conocimiento y se generan metáforas que permiten compartir las experiencias. Por otro lado, el ciclo cognitivo de aprendizaje que ocurre en el trabajo, donde una parte del espiral de aprendizaje es un saber tácito (un saber que no sigue los procesos lógicos) recuerda el concepto de

"conocimiento tácito" de Michael Polanyi (1966), que expresa una de las fuentes de creación de conocimiento desde la dimensión empírica, donde se conjunta la pasión y el enfrascamiento con una situación concreta y la

búsqueda de soluciones. En otra perspectiva, se trata de un tipo de aprendizaje más cercano al oficio de la artesanía, en el sentido que ha desarrollado Richard Sennett (2008).

Sin embargo, lo más relevante es que la relación entre educación y trabajo queda sustancialmente modificada, pues ya no se trata de ámbitos separados o de dos etapas secuenciales: la formación en las instituciones educativas y la posterior inserción laboral. Ahora la educación o al menos el aprendizaje se localiza en múltiples lugares y de modos diversos: en el lugar de trabajo, como parte de la formación profesional, pero sobre todo como lugar de producción de nuevos saberes. Son nuevos espacios de aprendizaje, no porque antes no existieran en el trabajo, sino porque ahora se conceptualizan como espacios de distribución y producción de conocimiento, y son objeto de gestión y de análisis en las ciencias de la administración y los negocios.

Esta emergencia del papel clave del aprendizaje en la empresa será algo que se revertirá en las instituciones educativas cuando las competencias generales y específicas comiencen a colonizar el lenguaje del aprendizaje en la escuela y en las universidades. En todo caso, esta dislocación de la educación conlleva que el aprendizaje se pone al servicio del cálculo económico, porque las competencias necesarias para producir conocimientos son "factores

competitivos", es decir elementos que generan valor económico en la empresa, frente a otras, en el juego de competencia económica. Por eso, el estudio de un proceso de transformación de los saberes (tácitos y contextuales – explícitos o

codificados – tácitos o recontextualizados) también considera necesarias las acciones que economicen los conocimientos:

La segunda acción [acciones para que el círculo o espiral cognitivo completo sea eficiente en la competencia económica de la empresa] […]

se refiere a la defensa y al desarrollo de las competencias contextuales que deben acompañar, como fundamento básico del conocimiento, al crecimiento del saber codificado que se intercambia en las redes globales […] [ello] implica la [conservación] de los recursos esenciales tanto para la producción de conocimiento (capacidad para encontrar soluciones empíricas, para generalizarlas en la comunicación y en la investigación), como para el uso de conocimientos externos (capacidad para recontextualizar, para experimentar soluciones apropiadas al contexto específico). […] la segunda acción para economizar los conocimientos y las competencias que se poseen alude al

fortalecimiento de la capacidad de autorreferencia y de evolución que tienen los sistemas que se han radicado en los distintos contextos. Esto se puede conseguir si, al interior de cada contexto, se descentralizan el poder y la inteligencia empírica, para que se fomente la evolución [de la empresa] sin perder la identidad. (Rullani, 2000, pp. 249 – 251, énfasis añadido).

Es una inmensa tarea de metacodificación de formas de organización, de producción de técnicas, de aprendizajes colectivos y de constitución de identidades grupales que buscan siempre la eficacia y se enfilan hacia la incesante eficiencia económica. Es en dicho sentido que la educación

dislocada o el aprendizaje recolocado en los espacios de trabajo, se ha puesto al servicio de cálculos que hacen posible la rentabilidad económica.