ASO I. MIERCOLES 16 DE NOVIEMBRE DE 1855. núm. 21.
EL ECO
DE
U TITIRINlBIi.
periódico de intereses morales y materiales.
Redactado por
D.
Miguel Viñas
yMartí, profesor veterinario de
primeraclase, residente
enBarcelona,
y JD. Juan Tellez Vicen yJD. Leoncio F. Gallego, alumnos de la Escuela Superior
de Veterinaria.
Sepublicacadaquince dias.
EnMadrid3 rs.al mes; en provincias 12 rs. por tri-
me'stre/remitiendoelimporteeon càrtafranca enlibran¬
zassobre correosA ladrden del Adm¡n¡strador.==Lasen¬
tregas sueltasde las obras quesepublican,ámedio real cada unaparalos nuevos suscritores.
ACTOS OFICIALES.
- Tenemos lamayor
satisfacción
enpoder partici¬
paránuestros lectoresun acontecimiento quepro¬
ducirá,
á nodudarlo,
uiinotable
cambio en la si¬tuación actual de la Veterinaria
española, si }os sub¬
delegados
le consideran como nosotros, como un actodeplausible iniciación, la
medida quehoy publicamos
protegelos derechos
de losveterinarios,
defiende hasta cierto puntolos limites légales de
sus
atribuciones,
y ental
concepto es. muydigna
de
elogio;
pero su verdaderaimportancia
estriba enotra consecuencia que la hace
infinitamente
mas benéfica parala profesión:
enque opone undique
casi
insuperable á la inmoralidad, precisamente
enel
terreno donde hasta ahora masimpudente
se os¬tenta; en
los reconocimientos de sanidad
enferiasy mercados. Pordesgracia^ esta disposición solo
seha
adoptado
en unaprovincia;
pero con perseveran¬cia y
celo
porparte de los encargados de velaí
por el decoro de laciehcia, ta!
veznoifuera difícil obte¬
ner su
generalización
átoda España.
. -No terminaremosestas breves lineas sin
consig¬
nar
axjui todo el aprecio
yalta, estimación
que nos ttíérece eljóven
ydigno subdelegado de Veterina-
iiá, JD. Leandro dél Valle, póf la actividad qüe ha desplegado
enla defensa de
sunoble ciencia,
por habersabidosobreponer,
con,unaabpegackm
q,uele'honra sobremanera, los morales
yma^r tériales dé laprofesión à
sutranquilidad personal;
^«mpoco podemos
menosde tributar, á nombre de
Se suscribeenMadrid en casa del Administrador don Juan Tellez Vicen ..calledelDfeaengafio-, núm 18.cuar¬
totercero; enlas libr.erías de B.úlly-Bailliere ,
calle
del Principe, yde Cuesta, calleMayor; yenÎÀ"
litograSa deGarcía yMejía, callede Atocha, nüm. 66.=En provincias
en casa delos corresponsales.
toda la clase
veterinaria,
eljusto homenaje de
re¬conocimiento y
gratitud
á queel Sr. Gobernador de
fápròvincià dé Salamanca 'se
ha hechoacreedor'^
poniéndose inmediataniehte
départe^de la ley j lá
jtisticia
contra el abuso yla intrusion.
Hé aqui los documentos que'motivan estas consi¬
deraciones, documentos
que,seadicho de
paso,det-
ben ocuparun
lugar distinguido
enlos fastos de la Veterinaria patria. '
Snbdélegacioít de Veterinaria del partido de
estacapital.
En atención á lo que
disponen la regla 4.* de las
Reales órdenes de28 de setiembre de 1800 y
de
4 de mayo
de 1802, así
comolos artículos 17
y20 de laReal órden de
19
de agostode 1847;
sii-plico á V.,S.:se sirva mandar
quelos albéitares
nopuedan ejercer las certificaciones
y actosde
reco^nocimientos de sanidad queocurran en los merca¬
dos y
feria próxima,
porconferir dichas atribucio¬
neslas
espresadas Reales órdenes
álos veterinarios.
Dios
guarde á V. S. muchos
años.Salamancçi
31 de agosto
de. 1855.
LeandrodelValle.
Sr. Gobernador civil de esta
provinda.
^GoÚerm
de laprovincià, de Salamanca.
Veterinaria,
Cdii esta fecha
digo al Sr. Alcalde de
estacapi¬
tal 16 qué
sigucf
Vistas las
disposiciones
en quesefunda el subde- iégádó de Veterinaria del partido de
estacapital,
para que
ídS i albéitares
nopuedan e^rcer
enlas
certificaciones yactos
de
reconocimientosdé
sani¬dad que ocurranenlas
ferias
ymercados; he
acor-ECO
dadodeciráY. que
prohiba
seejecútenlas aptos de
dichosreconocimientos por otros
profesores que tos
veterinarios, á
escepcion de los
quetiene obligación
de hacer el veedor de carnes
de
estacapital,
nom>brado por
el Ayuntamiento,
auncuando solo es al-
béitarherrador, puesto que como
tal veedor, está
en suderecho
ejerciendo los actos
quele están con¬
feridos, y cuya
plaza
no-puede darse á un veterina¬
rio hasta que
esté vacante.
Lo que
traslado á Y.
para suconocimiento y
efectos
consiguientes. Dios guarde á Y. muchos
años.
Salamanca 10 desetiembre
de 1853.
Bafael HümIra.
Sr.
Subdelegado de Yeterinaria del partido de
esta
capital.
VETERINARIA PRACTICA.
Reconocimientosdesanidad. Por D.
Saturio Luis Al¬
varez, redactorque
fué de Ei. Eco.
'(Goatinnacion.)
Elexámen de los dientes,
además de suminis¬
trarnos elconocimiento de la
edad, puede darnos á
^SOnocerla existencia del tiro
llamado de pwito de
dtpoyo: este
vicio, sobre todo cuando, es al pesebre,
ocasiona un
desgaste
enel borde esterno de los in-r
'cisiyos,
que, por sudirección
enforma de bisel, ho- jmede confundirse
conel producido por el roce de
unos dientes eonotros. Esta
circunstancia
es muy-iinportante
porcuanto,'no siendo el tiro vicio redhL
•Rilorio cuando existe dicha
señal
,el profesor seria
el único
responsable si. la dejara desapercibida.
Las encías,
la lengua, el paladar
ytodas las
partes
de la boca
seinspeccionarán cuidadosamen-
stev
fijando sobremodo la atención en la leogua; pues
no pocas veces se
da^a^ppr sanos animales que la
tienen cortada en
totalidad
ó en parte.¡Tan rápida
la
ojeada dé algunos profesores en el reconoci-
'•iùientol
'' >La
'disposición de las aberturas nasales,
•el coltfr
"dé la
pifuitariá
yla- salida
yolor del airé espirádo '^édeú edníucirnos á la a^h^eciacion de diversas al-
"térabiónes.'
'
'" '"
éüándo
lalüucÓsánáSál
sehalla
fen suvecdade-
"Í6'ébtádo dé
'iritégH(íad,'-;mánifiesta^ en su snpérficie
"VíéiBlé'tirib'olóh
dé fhSá algO subido;, y éStá barniza'i
^W^iibr'n^a éórtá caiHidád dé.móco. 'Pahaesploitar-
la ,
coloc^emos la cabeza del 'ániéíial' de 'htanéca queiáIñzfetrelíré'dft^étÉáiente en las cavidades que
reviste, y
-dffáláíidtf ál'ifiié'óiditíempó'tosihólláres; no
solo será la
inspección
maseúmoda para nosotros,
sinó
yor
estension
queporcualquiera otro mëdio.
No es
idféèéé'ratè^que algunos profesores con- .Jfc^daptl^s..teFmjnáqionq^ deiio?tiCandi|otq&,q§|p^les
condos
pequeñas ulceritas;
peroesto error,, qqótg^
-fcp(e6taiipflneúçla>pqe^qje]>rçfir;§pbçe:;IàiPefpta9ion
^^Lqug le.!eQmqte,,eg)§jpppre,4ai^5qn§ecueûjçi^fde.%
ggeriza.:en. ^.reesQBc^iffliqplc^. ,pjU)Çstp,qup)ía,fprm^,y
Jtòíitos -tos
:carap¿ére^¡de-dicbos
JtiRQiafli
fKtnsiderí^toi»eító 4P
ceras.
Introduciendo losdedos en las fosas nasales,
el
tacto
puede servir de auxiliar ála vista
enla esplo-
racíon.Pero estos medios serian
insuficientes siem¬
pre que en
los
senosmaxilares ó frontales se hayan
desarrollado
pólipos, toda
vez que concorta dife¬
rencia-la
pituitaria presenta el mismo qspecto que
enel estado normal : entales casos,
además de lo
que
pueda manifestarnos la salida del aire espira¬
do,
podrá suministrarnos mucha luz la percusión
sobrelos huesossubnasales, sobre
los maxilares
su¬periores
yparte del frontal. Según que el sonido
resultantesea lo quese
llama vulgarmente á hueco
ó macizo,
constituirá
unsigno de integridad ó un
síntoma de la afección mencionada.
El estado de los
gánglios submaxilares puede
ofrecernos un medio de
sospechar la existencia de
diversas alteraciones,
particularmente la del muer¬
mo y papera ;
el infarto
masó
menosduro y dolo!*
roso deestos cuerpos,
casi siempre
maspronuncia¬
do en uno de ellos,
acompañado de adherencia á
los brazos de la mandíbula ,
coincide generalmente
conla
primera de dichas enfermedades; .al paso que
enla
segunda están
muyempastados el canal este-
rior y
las fauces, el infarto
esvoluminoso y muchas
vecesindolente, y
los gánglios
gozande bastante
mobilidad.
El
globo del ojo és
unode los órganos que mas
deben
fijar la atención del veterinario, por el gran
númerode alteraciones deque es
susceptible,
ypor
là facilidad couque
hasta á los profesores mas sa¬
gaces se
ocultan algunas de ellas, tales como la of¬
talmía intermitente ó
periódica
yla amaurosis 6
gota serena.
Aquella
ñodeja despues de
susprinleros aècesôs
elmenor
vestigio de alteración, siendo entonces y
solo entonces cuando.se
halla comprendida entra
los vicios redhibitorios; perodesde
:el momento
■en
que en
la organización quedan señales' de su exis¬
tencia, toda la responsabilidad grávita sobre el profesor. Hé aquí porqué éste' debe buscarlas es¬
crupulosamente
enel réCbddcitniento.
Amedida quesé
repiten los" accesos
yen virtud
dé lacualidad-acre que en
ellos adquieren- las lá¬
grimas, las
que sedeslizan por el ángulo grande
del
,ojo
van.operajudp laj^^e^iilacipn de. toda, la pfel
con quese popen
ép contactó.; á este carácter sé
á^egan otróS nó menó'S'c'onstañtes,' tales qué'la
disminucfion^'del
volúíaen del
órgano,¡que
: porlo
-tantosehunde ent'la
;órhila.,
:yia ipérdida gradual de;Siii,.U:àsppreJíçia;|Çl,jÇcpi4q del.pjp pre^pnta en)on-
cnsipop
Iq-pomun eí,pp]or^.^e'Apjn.^ ■,
'La amaurosis
cpr^Îetp
es,fácil de.'reconocer póf
lajnmobilidad"
áBsóíuta del í'rís', (ítíééé''níadiflesti áí'pésab dB'dóddéldoS 'cátfilííbé-de'lá'Íüz Ariá ¡óscúri-
dád
J'ivicfiééréànpôt'q»étoé[ hétceifúSanAli;ánipal!,cíf
pnri'la) dfiatotóiobnipdát lád^PIá^ óf pptopfiest,ep¡-,t%,^cfjtp4
y,mpyiioi|bpt,pe,,,,dbi^
hd'ffè'èàdô'â'
ser'cómplét'a'p'tbdéS'éátbe'-'t^liíiíCwéí
regíEOjJ'-ioeBós
notabèés'; -yi
saiihacevindispenfíáW^i
paravn»jéqwppáiWPii
,nq4é fiivex^jnen.^et, ojft .y.-AÇ
esplorar
el órgano, no debe olvidar él prOtesor la
DB LA<y£TERmARU.
precaución de evitar todo movimiento brusco de los dedos Ù otro cuerpo cerca
del
ojo ; porque es muycomún que, acostumbrados,á recibir
golpes de los
chalanes al rededor deél,huyan los, caballos cie¬
gos , como si vieran nuestros movimientosála sola
impresión
quedesproduce la leve conmoción
que al .aire comunicamos. Unapráctica
muyútil
entodos
los casos , eshacer caminar al caballopor unsitio
en que tenganecesidad, de evitar ó.salvar obstácu¬
los para ver.si tropiezaenellos, sinque
jamás deba
olvidarse quelos
movimientos,de lasorejas pueden
también indicarnos hasta cierto punto
el estado de
lavista.;Hemos dicho que el
,profesor debe
estar preve¬nido contra cuanto
digan los dueños de.
los anima¬les durante el
reconocimiento;
ydebemos
añadir, que es muy útil no descuidar tampoco sus movi¬mientos, al parecer mas
;insigaiticanfces
: y en efec¬to, si afir á
investigar el estado
delos, ojos,
el dueño,del animal hace oirun,chasquido de látigo
6
cualquiera
otro sonido amenazador parael
caba¬llo , es natural queéste
haga
un movimiento.de es¬panto
^ue nosotros podríamos atribuir á
nuestraproximidad,
si no hubiéramosreparado
enla
ac¬ción del tratantei y
tomándole
por unindicio
de huena vista^ hacer un examen menosescrupuloso
de dichos
órganos
; esto, como sedeja
ver desdeluego, podria
hacernos incurrir en un errordeplo¬
rable.
(Se contwuam.J
TERAPEUTICA.Y MATERIA MEDICA.
MEmCACION UTERINA
Be la sabina y
de la ru^ù.
(Conelmion.)
En confírmacion de lo que manirestamosen el número anterior sobre la virtud de e-tos dos medicamentos y sus fiscelentes efectos comouterinos, espondremos la obser¬
vación de un caso,práctico;quehemos recogido,.
ABORTO.
El dia .ll .de setiembre del presente afip, fui llamado porD. Esteban Sanrómá, para asistir alparto deunaye¬
gua, flóf deromero,"òcho afios, la marca, raza del Poi¬
tou, destinada al líropesado. Llegadoque hube al sitio donde estaba la yegua, la encontré de piéconlas estre- midadesposteriores muyseparadas, elcuerpoechado há- cia adelante, el vientre contraído por intervalos, y de
cuandoen cuando dabaalgunos quejidos: seflales,todas queindicaban losesfuerzosqueel animal hacia.
Una vez.vistoestecuadrogeperal, procedí al reconoci¬
miento(lelaspartesgenitales, y al acercar la luzparael efecto, pues era de noche, viálospies de la yéguay algo cubierto con paja de la cama, un feto de ocho á
nuevemeses, comoes consiguiente, muerto: mandóque leretirasen, yreconocíentonceslos órganos de lapartu¬
riente. Las membranas fetales habían salido fuera de la vulva, descendiendo iiasta el corvejón, pendientes del cordon umbilical adherido aunálaplacenta intimamente unida á las paredes del útero.—El pulsoera frecuentey blando,seelevabala respiracitmd
quejumbrosa,
yla cavidad .torácica
deprimia, según los esluerzos de contrac¬
ción yrelajaciunde losmúsculosyviscerasabdominales.
Viendo quelayegna no.dejaba de obrar, intentécoo¬
perar á sus esfueczespor medio de fomentaciones emo¬
lientes enlavulva, y ápoco ratp asomópor encima del cordon un-repliegue de la placenta, lo que mehizocreer en una totaly próxima salida de,.pstâ membrana, si la parturiente persistiera en sus esluéizos.-r-Éra ya muy entrada la noche, y despues de habér
dadó
las inslriic- cionesnecesarias á uncriadodela casa, me retirééncó^
mendándole, quesi ocurría algun accidente, fueseinmqj
diatamenteá llamarme, pues temía unametroriágia, dado
quela .seoumlinacion se.verificase, por lo atrasado de lá preñez.
Aldiasiguiente estaba layegnaechada cuandoyolle¬
gué, manifestandoalgunos dolores,pero sin ha,cer esfuer¬
zos: elpulso estiba muyconlraidoy lento, las mucosas
pálidas, los ojos tristes, la piely esiremos fríos: sole¬
vantaba un momento y volvja á
pcharse, alzando de
cuandoen cuandola cabezapara mirarse el hi jar; todo anunciaba una estremadebilidad yel abatimients que es
consiguiente á tan:os esfuerzos comohiciera,infructuosa- mente, la noche anterior. Interrogado el criado que la
asistiódijo: que ya durante aquella la misma
languidez
manifestaba, y que'sin embargo, habin tomado bastante
bien el agua enblancoque habíayoprescrito.
Tomadosenconsideración todo.s estos antecedentes.,,y
viendo queporpartede la madrese notaban todavía áni¬
mos; supusedesde luegóun estado de inerciaenel útero,
queeraprecisodesvanecer. Al efecto dispuse una inliír sionde sabina y ruda, á la que
añadí
unastres dracfflasdo canela en polvoy unalibra de vino bueno.,
caatida^
igualá la de infusion. Este compuesto medicinal le fué dadoen dosveces con dos horas deintérvalo,la últimaá
la unade la tardé. i;
Las ocho-dela noche seriancuando volvíáverla ,.yda encontré.dcpie,eD sa plaza comiendo un poco de paja que,
después de
tomar u,nasgachuelas de
harina detrí^'o
yvino aguado, le habían
píicsto
enelpesélAé.^—EXamiúé las partes genitales nuevamente, y vi desde luego lüs efectos de la medicación: la placenta había..deece(idido.con el cordon umbilical.uqa buena pprçipn
ha^ta
cerca los corvejones.—Elestádo general no ofreciá nóvédáH particular: el pulso había toraadó mas vigor, coinoqUe parecía normal. A linde de-embárazarel tubodigestLr.oiyde quela acción de los intestinos favoreciese Ig. dej
selepusieron dos.lavativas, que arrojó muypronto cqn
lina cantidad gonúderablé de materias fecales bastante consistentes yfétidas.
üia 13porlamañana: toda la porción de placenta,,:que
enel anterior liabiadescendido, sedesprendió,conel coiç- don umbilical ydemásmembranas, sin duda porhaberlas
' layéguapisado pues llegaban hasta
él
suelo: un'pe¬queño replieguede aquellamembrana, de nnassiete pul-
fadas.de longitud,
través del cual Quiaasomaba
uu humorpor el orificio sero-mucoso.—Estaco vulvo-uterinp,
general: alegría, apetito bastante regular, muco.sas en estadonormal, como también el pulso, orinas frecue'n- tes, aumentode fuerzasydetemperaturaal esterior.—La medicaciónigual á la del dia anterior; régimen, dietético el mismo: se le,pusieron unaslavativas.emolientes, des¬
pues de haber inyectado por
la abeiTura
vulvo-vaginalunapequeñacantidad del mismo
liquido.
Ala nochesele diéron nuevamentelavativas; tsdo pw- sistia en el mismo estado, cuandoá CQsade lasonce,Ja porción de placenta
q[ue.hpbia quedado adherida, saijó
porcompleto; noquedándome diida alguna dequeasi era, por haberse
preáentado
bajo la formadeun saco cuya aberturasehallaba enla porciónflotante al esterior.Esto sucedió estando yo ausente, y me fué referidoal siguiente dia. En este alentadaya la yegua porla.medi¬
cación ydieta de losanteriores, y desembarazadade las secundinas, pre.-ent3baunaspecto muysatisfactorio:
té-
das las funciones seefectuaban normalmente , había ale¬
gría y mucho apetito.Se lapusoála mitad dela raciqn ordinaria, dándola ademas algunas hojas de escarola.y para beber,aguacublanco. Las lavativas secontinuaran usando hasta pasados dos días, épocaenque puestá la yegua á la ración ordinaria, sela declaró apta paravol¬
verásu trabajo.
Por la Observación queantecede será fácil conocer,. q«e si laruda.y la sabina couyieuenen lo$partoslaborip^ua^j
cuando las secundinaciones son.difícilesó tardías, nunca con masventaja pueden emplearse que en los casos de
EL ECO
aborto para promoverel
desprendimiento
yexpulsion de
lassecundinas íntimamenteunidas á las paredes internas
delútero, aislando'aqtiellas,en
virtud de
lasecreción del
fluido sero-mucóso quedeterminan entreesta
víscerá
y.la
placenta, yoponiéndose
á lasmetrorragias
, muyfáciles
ensemejantes casosá causa
de la
granacción de
que go¬zanlos vasosútero placeniarios, y que hace mirar con respeto laestraccion.
Migúel VisasyMartí.
PATOLOGIA Y TERAPEUTICA.
del reumatismo.
Sitendemos lavista al grancatálogo de enfermedade®
quepueden pres'entarseen
los animales objetos de
nuestro estudio, hallaremosáno dudarlo que mientras un gran número de ellasnossonevidentementeconocidasyaensu®causas, síntomas, marcha,duración, naturaleza, esenciay hastaen sus medioscurativos,mediosque la razón dicta
yla e.sperieiicia
sanciona;
otrashay
en que apenasdistin¬
guimos sinomuypocas
de
estascircunstancias. Las afec¬
ciones inflamatoriasdetipoagudo, las lesiones orgánicasy las llamadasporalgunosdisecrisias, setratanennuestros diasya ensu diagn>'Stico, ya en su
pronóstico,
ya en su terapéutica,conunaprecision
yexactitud casi matemáti¬
cas;perollegamos á
los estados
nerviosos, yaili
esdondg
nuestrosaber encuentraunavallainsuperable, allíse es¬
trellan lasmasveceslosplanesmejor meditados, los mas acreditadosremedios.—Aquécausasatribuirentonces la ineticacia de nuestras
prescripciones?
A la ignorancia en quetodaviavivimos
acercade la verdadera esencia del sis
tema, queálapar con
el sanguíneo, sostiene, anima,
mue¬rey, enuna
palabra, da vida á los
seresanimados.—
Mientrasno conozcamos lacausa álacualsedebe el im¬
portantísimo
papel
que entodos los actds asi voluntarios
comomolecularesjuega el sistema nervioso;
mientras des¬
conozcamosla naturaleza de les
medios
porlos cuales
trasmitesu influencia á todoslospuntos de
la economiaj
el conocimientode susdesórdenes,ylos
medios
decorre¬girlosno
pasarán
nuncadel.círculo del empirismo;
yá este
pasó mientrasen
ciencias médicas ostentarán
suriqueza
y esplendoralgunosde
sus ramos,otros
porel contrario
tendrán quearrastrar
la miseria quelosacompaflá detiem¬
po
inmemorial.
■Desde esamisma épocay quizásdesde que eb
hombre
tieneconciencia, de sí mismo, y por
consigùiëiite dé
la perfecciónáqueosllamado,
porlosidestinos de la Provi-
-
dencia,^ todo
sualón y estudios se eifraa en el conocimien.
to de.ésa insdndabléy
mtstéi'íosá armonía
con que'todo
,funciona.én,elcuerpo,
ábíma'do. Itfuchq
sebá' trabajado,
muchosehadiscurrido eneltrascurso de
los
siglos, ru¬chísimotalvez setrabaja,aun,en nuestros
dias
cqutanim¬
portanteobjeto;pero
hasta ahora el fruto de tanta modi-
jaciony afanes
está'müy lejoe dé lá sazón cí
Apesarde
las diflcuítádes
quedfjam'ó^ cónsignádag
parahallar la
naturaleza delps estados morbosos del siste¬
madérvioso; quedan
todavia
otrosestados délos
quequizá
íenenáps
nieiioé noticias,
'ysi las tenemôs,
sonmas ineiér-
. tas: tales sonlos
llamados.reHpiafM/npi. E confundi¬
dosporalgunos autorescon
los estados inflamatorios, atri¬
buidos porotros áunflujo
humoral, y-finalmente nogada
•'sü existenciapormnchísimos,seconsideranen
el dia,
ce—. mo ungrúpo d'e
en'fermedades debidas á
una causadesco¬
nocida, y
pofalgtidos,
álos (lolotesconqcé'sé manifies¬
tan, siempredistintossegún sunaturalezay su sitio.Bajo
esteconcepto suponiendovaga la palabra reumatismo, qa^
sederiva de reuma, curso, fluxion, ó derea,yo paso, yO atravieso, la han sustituido Mertens, VogelyGlannini COn
la vozcalenturaarlritica óreumática, Cúllencon la de artrodinia, Sagar con la demyositis, Svvediaurcon
la de
myordinia, yla mayorparte de los modernos conla de
reumatalgia.
Siseconsideranporun momento lossíntomasy
demás
circunstanciasqueacompañanálasafecciones
reumáticas>
severádesde luego enellas, lejos deser
inflamatorio,
un estado puramentenervioso, puestoquepresentanporúni-
00ydeterminantesíntoma el dolor: la
rubicundez, la
tu¬mefaccióny elcalor sebuscaránen vano;y
si alguna
vezseencuentran, dependen deunaalteración que con
ellos
secomplica; luegolos reumatismosnoson
estados infla¬
matorios.
Laexistencia de losreumas en los animales-estáen el
dia ya-fuera deduda, puestoque sehan
observado
enloa
caballos, perros y enla especievacuna, ynosotros
heíAos
tenidoocasión deobservarla tambiénen el cerdo, quien quizáesde los mas propensosá
contraerle.—El diagnós¬
ticoessin embargodifícil de determinar en
los grandes
animales,por nopoderdarnos nocion alguna
sobre la
na¬turalezade losdolores que esperimentan;y solo
podemos
veniren su conocimientoporlosqueofrecen los
múscu¬
los,por eldesorden delas funciones
de
estos y porlas
claudicacioupsmasómenosintensasque de ello resultan;
de dondenaceel atribuirgeneralmente al
reumatismo los
dolores articulares qne nopuedenevidentemente
referirse
áotracosa. Pero nosotros,atendidaslasobservacionesque hemosrecogido, nopodemosmenos
de suscribir á la opi¬
niondeTéxier,Gendrin yMartinSolon,y atribuir
la
na¬turalezade los reumasá unamodificaciónparticular de la
sangreque sehallaenlos sitios
afectados.
Entrelas causasque estos estados originan, ejercen la
mayorinfluencia la
humedad
yel frió,
queobrando sobre
marcadosplintosdelaeconomía,
determinan la supresión
delatraspiración cutánea, y por
consiguiente
la resor¬ción demateriales escreuienticios, queobrando localmente
éinfluyendosu acción
perniciosa á la
sangrequeentales
sitios circula yporigual motivo al sistema nervioso,
des¬
arrolla el dolor, únicosíntomaqueles anuncia. Indepen¬
dientementede lascausasgenerales enumeradas,pueden
losreumatismospresentarse á
cohseeuencia
dedistensio¬
nesfuertes de los sistemas fibrosoy cartilaginòso,j
de
iinflamacionesterminadas por;resolución, ó
congestiónes
'■por delitescencia, que
dejando
enlaS partes principios
déletérebs, jiuedenobrar sobré
el sistémá nérvioso
ydar
lugaral
fenómeno niárcácló del dolór.
■Pero sea-cuál fuere
ia
causa que losproduce
j nunca presentan otrossíntomas
queel dolor, fijo ó VagO
;;y,soIo
; enálgirnós casós,
to'mándo
unCarácter agUdO, podrán
.ofrecer sínfo.masinfl'áma.tpriós,
jiero qué" soâtenî(fos;iror
el afeéto primitivo., nuncatoman
las tendencias' de la:fló- gPSis;_Nô
entraremos- nosotros enel exámen individual
dé lasinnuihérablésOpíifi'Oneéqnesobréeste
punto'sé hbn
vertidopor
protesorés/muy ilustrados,'|)ór hbinbréá'.inhy
respetablesen ciencias
m.édicas
; pnestpquelodásrse
re-.fiérenevidentementeálainflamacionv 6 álasmodifibacio-
néáqué'espérinren.ta lá'
sátígre énTos sfliós âTééladbs.
El reumaüsiiiose
presenta
bajodos tipos'; a'gudb ùâo,
crónico otro;pero espreciso
advertir
, que sonraraslas
ocasionesen quelosanimales
lo presentén bajo el prinae-
DE LA VETEWNARIA.
rOi—Puede atacarelreumaá la mayor parte de los teji¬
dos orgánico-animales; pero en dondeconmasfrecuencia leencontramos y endondecasi únicamentelehemos ob¬
servadohasta ahoraenlosobjetos de nuestro estudio, es enlas articulaciones de los miembros, y de preferencia
en las ¡le los radies superiores. Es muy cierto quesi atendemos al "único síatomá que puede revelarnos su
existencia,nos encontraremos á cada paso con la afección quenos ocupa;pUes nohaydudaquecualquier accidente producido enlos tejidos blancos y en los sólidos de las estremidades, le referiremos inmediatamente á ella. So
hace, pues, mny precisoexaminar unapor una todas las parles que constituyen los miembros y cerciorarnosde quenoha habido flegmasías en ninguna de ellas, ni dis¬
tensiones deligamentos, tendones, ni aponeurosis, tor¬
cedoras, esguinces, niheridas, para suponerla existen¬
cia deun reuma.—Muchas veces la claudicación de un
miembro referidaá lasregionescoxo-femoraly escápulo- hnmeral, desaparece confomentaciones repercusivas, con
aspersiones astringentes", conél simple reposo, con una tracción violenta del remohácla atrás 6 adelante, ó alter¬
nativamente, con una sangría del casco, etc. ; peroen estos casos ¿la claudicación viene determinada por un reuma?—Nocreemos quenadie seatreva siquiera á su¬
ponerlo. Luegoes necesario dar á conocerla diferencia queen cadacaso existe.
ünresbalón, una caida, un golpe, una sacudida, el escesivo peso conque suelen cargarlos animales, parti¬
cularmentelos detiro, determinan, nohay duda,en cier¬
tas circunstancias distensiones, esguinces, terceduras yhasta separaciones de fibras tendinosas ó musculares, quesuelendar por resultado un dolor mas 6 menos in¬
tenso, porlogeneral maspronunciado que enelreuma y
masperceptibleque eneste altacto yála presión,acom¬
pañadocomunmente deunaligera tumefacción ycalor en ti sitio afectado. Asíy node otromodo puede e.splicarse la desaparición completa de dolores intensos y de cojeras estremadas porla simple aplicación de los ya indicados medios.
Llegados áeste punto, sehace indispensablequemani¬
festemos nuestraopinion con respecto á la naturaleza y esencia delaenfermedadque nos ocupa. Sitomamos para ello enconsideración las causas quela producen, encon¬
tramosserúnicamente lasyaenumeradas; ytanto esasí,
cuanto queBusquillonasegura,'que de cada cien casos de reuma, losnoventaynueve son dimanados del frió. El modocomoobraestay las. .domas causas enla economía quedaya consignado enotro lugar: losefectosqueprO"
úuce, observadosyaenelcursodelas enfermedades,ya
en 'las necroscopias practicadas al efebto, son (según .Texier,lüendrin y Solón): imprimirala sàngre caracté-
-res particulares,tales quë hacerla mas espesa y negra;
dificultarsu curso por los vasos;formar nn'coágulo fir- tñe"y resistente, que deja.exhalar muy poca serosidad;
"demostrandola análisis-cuantitativa de tefe"proporciones
"dé susprincipios Orgánicosen los animalds,como en el hombre, ijue estelíqnidffcontiene siempro un esceso de fibbina. Ahora bien ;estas -chelidades'imprimidas en los liquides qué se hallan en loS'sitios-afeetadós, pueden 'determinar los dolores sordos-niías ¡veces; y agudos otras, que solemos observar? las rolácioned de tejidos aparatos en la máquina animal; nO" pueden espli-¡- carnos-, conforme manifiesta Bioussais, la propaga-
■cion "dc! les'dolores reumáticos y aun stí cambio de sitio?—Creemosquesí: enefecto ¿qué dificultad hay en
concebir, quealterado el modo de ser dellíquido circula¬
torio, afectepor sus íntimas relacioncs'é influencia direc¬ taá losnerviosquese hallan en contacto conél?t¿Qué di¬
ficultadhayen comprender, quedeesaescitacionanormal sobre los nervios de los sitiosindicados, nazca unestadc nervioso que determine un aumento de calor y dolor»
acompañados detumefacción yhasta de rubicundez,.sín¬
tomascaracteríslicos de lainflamación,peroquenotoman¬
do la enfermedadninguna de las tendencias de esta,,sehan reservadotan solo al rCuma agudo? Ninguna. Porotrapar¬
te,elplan curativo quecontra ellos se emplea,noviene A- coufirmarmasy mas nuestraopinion?—Ya loveremosása tiempo.
Unavez conocidolo queentendemospor reuma, hor*
esya dequedigamosalgo desus síntomas. Elprimero,
(f-
masculminante , elúnico tal vez que nosrevela suexis¬
tencia,esel dolor, constante siempre, aunque á la verdad
engrados muydiferentes; y noofrecemenos variedades por sunaturaleza, intensidad,tipoymovilidad, queporla multitud de partesquepueden padecerle. Eldoloresáve¬
cesel mismo al nivel dalasarticulaciones,y en los interva¬
los masá menudoesdiferente; perocuandoocupaungraa número departes, porlocomún no es el mismo niento¬
daslasarticulaciones, nienlos puntosintermedios.'Des¬
pués de haber duradoporcierto tiempoenlas mismaspar¬
tes,comunmente muda do naturaleza; peroáveces dismi¬
nuyendo de intensidad, conserva el mismo carácterque¡d
reumatismocrónico.En estelos dolores son menosfuertes
engeneral que enel agudo, siendo masvivos cuando existen profundamente, y porlo común se disminuyea cuando la partecorrespondientede los tegumentos presen¬
ta caractères de lainflamación, que anuncian queel mal
sepropagaal esterior. El dolor se diferencia sobre toda por sutipoenlas dos especies de reumatismo: es siempre continuo, intensoóleve, en elagudo; y enla especiecró¬
nica.es algunas vecesintermitente, bastando en ciertas ocasiones la impresión de los agentes atmosféricos ó de cualquiercuerpo quesobre elpuntoafectada ejerzauna
presión fuerte ycontinuada para desenvolverle. Por-la quetocaá la movilidad, seha observado que el dolormu¬
daba de lugartanto masfácilmente, cuanto mas tenia de intenso;y que
disminuyéndose
en una.articulación,solia hacersemas. vivoen otra que estaba indolenteó apenas afectada. El pococonocimiento quetodavíatenemosde los reumatismos,no nospermite tratardel de cada articula¬ciónenparticular, biéuque con las precedentes conside¬
raciones., puede fácilmentevenirseen noticia de su exis¬
tencia.
Aunquehemosreferido éstaespecie de padecimientos
ásolas las articulaciones, nopor eso desconocemos que puede muybienpresentarseen los músculosy enlos te¬
jidos fibrosos,tales quelos tendones, el périostió, etc.t
çòaiaihanifestàremós ehlasobservaciones insertas á con¬
tinuación.
De-todos-modos, su existencia-nos esreveladap'dr et estadode claudicación, ysíehdo lo's médióscurativos'arór- lühadamentc losmismos,'de.aquí,que,loserroresdeldlag- no'stíco nópuedensertraspendentales.
(Se continuará.),
2."—iObséSvacionde'tjIvaherNï.aestr.vngoládaen us, ca¬
ballo capon" ror iM.il.'Verrier. (1).
El 21 de setiembre de '1332 someconsultéacercadeun
(1) Véase el nüm.anterior'Patologia y
Terapéutcia.»
EL ECO '-eeeîi-—-B-EB---==™—BEEE—=====BSB
«aballocapon, bayoclaro, de
diez
aflosde edad próxiina~
'mente, grantalla, derazacomún,,
destinado al
tiro pesa-•do;el cualálasoncede lamañana.de aquel mismo
dia Tué
atacado deligeroscólicos que, aunque no muy
intensos
al principio, inquietaron por su
persistencia al diieño.
i£ste, porludemás,enlos pucos meses que
hacia le había
'^comprado, jamásle notó tales
síntomas de cólicos nique el
ateoescriital estuviesemasdesarrolladoqueloque.^comun- mente'seobservaenlos caballos castrados ya de mucho tiempo.
Miprimera esploracion recayó sobre
el estado de los
órganos sexualesdel animal enlermo, siguieiiduen estola
átil costumbre quetengode dirigir mis mirasanle
todo á
dicharegion Siempre que se rae
presenta
unanimal afecto
de cólicosviolentos. Con efecto, aunque se me dijo queel
caballoera capon, yo reionoríenla esploracion de la rer^
gioninguinal del lado
derecho
untumorbastante pendien¬
tey voléminosoparàpresentar todas las
apariencias de
un testículo; y como elpropietario afirmase de una ma¬
nerapositivaquejamás lehabía notado nada
semejante^
debí examinarescrupulo.-tamente aquel desarrollo tan sú¬
bitocomo sorprendente. Alsimple.coptacto me fué
fácil
alejar la posibilidad dé la existencia de untestículo
:la
piel tensa conservabala cicatrizde
lacastración: la for¬
madel tumor seasemejaba bastante á ladeunapera grue¬
sa,deconsistencia b|anilay enteramente diferente de la
densidad deltestículo; por último, la parte superior de
estetumorera dura,deunostresdedos de grueso hasta
«n laingley deun.i sensibilidadmuy pronunciada.
• Todosestossíntomas mehicieronpensar enlaposibi¬
lidad deupahernia intestinal; dela que.me aseguré
intro¬
duciendo mi br.izoenel intestino recto,
siéndpme
çnton-cesfácilreconocerlapresencia de unasadel intestinodel- gado.en'el conducto
inguinal.
Inmediatamentehice colocar al animal en la posición
masfavorable á la operación; y despues, introduciendo
<ana mano en elrecio mientraslaotra obraba esteriormen- 1e,conseguí lareducción de la hernia al cabo
de hora
y medía de continuos esfuerzos. Lalongitud de laparteher¬niadaeraalmenos tonconsiderablec- mo en li>s> caballos
«nterpsylaconstricción determinada porel anilloacaso
mas fuerte.
Operada la reducción,
desapare'ció
el fúniórcompleta-
-mente, yelcaballo, desembarazadodesus
ataduras,
em¬pezó á comertranquilamente.
Pero
apenasse pusode pié,
reconocí, colocando lamanosobreseí sacoescrotalcorres¬
pondiente á la hernia,que
el
tumorvolvía sensiblemente á
formarse; pasadosalgunosinstantes tenia ya el volumen
unhuevogrueso.. . Confiesoque al principio me sorr prendídesagradablemente; pero
haciendo
uueximen'bas¬
tantedetenido, sentíunafluctuación bienmapifiesta; sig¬
noque meanunciaba
solaméntela
presepcia de unacierta«antídad deliquido seroso,productode la sobrescitacion
momentánea de lamembrana peritoneal, y- que despuos -desapareció poranimal curó
resorción.
perfectamente; peroahora se presenta■anacuestiónen estehecho curioso: Un caballucapou que
■ha
llegado
i esperimontar unaccidente de tal naturaleza,se hallaporéste solo hecho predupuesto á repetidones ulteriores?—Aestopuede respondersequela hi>rnia;en un
«aballo castrado es un accidente de los mas rarps; ac¬
cidente que podrá reprodúcírse en consecuencia
de
lasmismascausasquele han déterminado la vez' primera;
:pero quecuaudo elurificio superiordel trayecto inguinal
no haesperimentodo.ningún desgarramiento, ninguna di
lataciónaccidental,el animalnoestá de modoalgunoPi'é-
■dispuesto á contraer unaségundaherniaporqueanteshaya
contraídootra.
Porotraparte, si la hernia inguinal puede manifestar-
~seen los caballoscapones, lacastración que se considera
como unaOperacióncomplementariade la reducción ob¬
tenidaporla taxis,noseráun medio tan completamente suficiente para llenar este objeto comogeneralmentese
supone.
Yocreo, en efecto, queen todos los casosen que no
«sposible aidicar la mordaza hasta sobre las. paredesab- domina'ler,'la-opéracion es dé ningún valbr; y comono siempre puede hacérsela castraéionconlacertezade obli¬
terarcompletamentelaenvolturavaginal, resulta quesolo
servirá muyimperfectamente.de obsláculo á una nueva Avasion deltrayecto inguinal por el intestino...
Unicamentecuando lasmanipulaciones esteriores han sido violentas y quehanproducido contusiones
capaces.dq
ocasionar,elingargitamientoó aunla formación de
absce^
sos en lasenvolturas,escuandopareceindicada la castra¬
ciónátestículo cubiertoparaabreviar los sufrimientosdel
animal y laduración
de
sucnnvalecencia.
M. H.
Bouley, redaclor
enjefe del Recueil de
Médecine
Vétérinaire, al incluir
eneste periódico ias
dos observaciones quedejamos traducidas, aña.->
de lo
siguiente
;Las dosobservaciones, dice, que nos ha
comunicadq
M.Verriersonpormuchos títulos interesantes;
ambas
ádos sonuntestimonio, de que, perseverandocon pacienr
ciaenel empleo de la táxis, puede concluirsepor
obtener
lareducción dehernias que, á primeravista, parecen
irr
reductibles. La primera suministra además un
ejemplo
rarodeunaperforación completa por
desgarramiento de
a últimaparte del rólon flotante,
sin
quehayan sobreve¬
nidocomplicacionesgra ves;,la segunda
constituye la his¬
toriade.unhecho enteramente esccpcional.
Apropósito do estosdos casos,
M. Verrier suscita
una cuestióncuyasoluciónprácticaesde
las masinteresantes;
la de lautilidad de lacastración como medio complemenr
tariode la reducción de lahernia.
Lacastración, en mi concepto, cualquiera que sea
el
procedimientoempleado
parapracticarla, jamás determina
la Obliteración de la parte,deenvoltura
vaginal
queestá
contenida en eltrayecto inguinal.
Esta
parte, que comr prende el orificio de,dicha envoltura
enel peritoneo
yel
cuello de da envoltura misma , quedacomo estabaantesí despues, de la.ponttacion; puesque
siendo el resultado dé
dichaoperacionla destrucción
deli
sacovaginal
,esdeqift
de la partede estoenvolturaeu cuyo
interior está alojado
el testículo, sesiguede aquíque su
orificio permanecerá
abierto en el peritoneo y su
cuello libre de adherencias
conel cordun. Nohay pues una razón
anatomática
paracreer,quelas bernias no
puedan
presentarseenlos cabaí-
líos capones.
Sinembargo,la esperiencia enseñaque
las hernias inw
guíñales sonmucho
mas-frecuentes
enel cabalUi entero
que'enel
castrado
;yla
razónde esto
mayorfrecuencia
consisteprobablemente en
el
pesodel órgano testicular
yenel esfuerzodedilataciónqueeste peso,
suspendido de
la estremidad delcordon, ejerce sobre
el orificio
supe-rio»deltrayecto
inguinal.,
porel intermedio del cordon
mismo.
; Lo queime parece,
viene
en apoyode esto opinion, es
el observarquedashernias son
mucho
masnumerosasien
la épocade los calores
escesivos, cuando los órganos sus-
suspensores de los
testículos están relajados
yles dejan
pendurcontodasu peso, que en
la estación de los friOf,
cuando el cremásterestáretraído sosteniendoysoportan¬
doengranpartesumasa.
La castración:será,pues, un
medio de provenir la
reapariciónde la hernia; perono
obliterando el orificio por
dondese desaloja elintestino,
sino destruyendo la acción
de lacausaque, en ciertas
circunstancias, puede determi¬
narladilataciónforzadadaesteorificio y
abrir al intes¬
tino una víamas àmplia pordondq
pueda enfilarse.
Me apresuro, no
obstante, á añadir
quela castración, á
pesardeeste
efecto cierto
queproduce,
nodebo ser con¬
sideradacomo un medio complamentorío
absolutamente
indispensablede
lareducción de las bernias, sea el que
fuere elprocedimiento
quirúrgico, á
que sehaya recurri¬
do paraobtener