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(1)

1855. NÚM. 22.

EL ECO

DE

U

periódico

TETlRINiRIl.

fie intereses morales y materiales.

REDACTADO FOR

D.

Miguel í).

Juan

Viñas

Tellez Viceny

Martí, profesor

y

D. Leoncio F. veterinario

de

Veterinaria. Gallego, de

primera

alumnos clase, de residente

la Escuelaen

Superior Barcelona,

y

Sepublica cadaquince dias.

En Madrid3 rs.al mes; en provincias 12rs. portri¬

mestre,remitiendo elimporteeon carta franca en libran¬

zas sobrecorreos á laorden del Administrador.=Lasen¬

tregas sueltas delas obras qücscpublican, á medio real cadaunaparalosnuevossuscritores.

CONSIDERACIONES

ACERCA DE LA ACTUAL SITUACION DE LA VETERINARIA.

El santuario de las ciencias

seabreSolamenteá uiiû peque¬

raporción deciudadanos aeci

cadas dinvestigar en silencio

los misterios de lanaturaleza, paradeclararlos d la nación.

JovELLANOs.—Elogio

de Carlos111.

Cuando contemplamos do quier esa animada

juventud, llevada

del deseo de

saber,

encaminarse á los

colegios, liceos, seminarios, institutos

y univer-,

sidades,

con la noble intención y el entusiasmo pa¬

trio de ser

algun

dia útiles á sus

conciudadanos;

cuando meditamos sobre

los,provechosos

frutos que están llamados á difundir por nuestro

suelo;

cuan¬

do vemos, en

fin,,

que el Gobierno de S. M. celoso de la alta misión que le

está.conferida,

cifra todo

su conato en la

enseñanza,

punto dedonde emanan

la

civilización, la.cultura.y,

en ana

palabra,

lapre¬

potencia de un

Estado,

no podemosmenos que la¬

mentarnos de eseprofundo y tristeolvido enque

deja

lafacultad quizáslamas

influyente

enla

prosperidad

de las

nacione,s:

la

Veterinaria

en sus relaciones intimas con la

Agricultura,

sumadre

legifima.

Sen¬

sible es ciertamente la

abyección

en que

hoy la

mi¬

ramos, al lado de la decidida protección quelahan

dispensadp los

últimos monarcas,

Gáríos III, C,ár-

ios IV y

Fernando VII;

y no será por

cierto,en,,la.

eliz y venturosa era

abierta,á 1^ ,ciencias-

y á,las

artes en el reinado de nuestra augmsta

soberana,

cuando la veamos marchar á su

perigeo, desde

la,

ni,^',estuosa. altura

á que,

aqüello.s

la

eleyaíkn.

Nunca la escelsa

magestad de

nuestra

adorada

Reina podrá'mirar

imjiasible

los

perjuicios

que

al

Se suscribeen Madrid en casa del Administrador don.

Juan Tellez Vicen, calle del Desengaño, nuin i8, cuar¬

to tercero; enlas libreríibde

Baiíly-Bailliere

, calle, del Principe, y deCuesta, calle Mayor; y enla litografia de García yMejía, calléde Atecha, núm. 66.=En'provincias

en casadeloscorresponsales.

ejército y á los

pueblos,

á la agricultura y á

la in¬

dustria,

está acarreando la falta: de uña reorgani¬

zación veterinaria.—Mírese por donde

quiera

nues¬

tra

España,

y en.todas partes be hallarán huellas indelebles del indifereiitismo con que asi el Gobiei>

no como los particularesmiran la mas interesante

•y

noble

delas ciencias.

En 1847 se echaron los cimientos al verdadero . edificio de laVeterinaria: al reinado de la

segunda,

¡sabel

estabareservada tansublime empresa: y en él y

solo de

él esperamos la continuación de una

obra

bajo

tan brillantes

auspicios'comenzada.

4' no nos engañamos.—Enlos catorce años trascurridos desde que

el

abrazo de

Vergara

terminó las discor¬

dias y escesos de la guerra

civil,

hanrecibido gran¬

de

impulso

así las ciencias como

lasarles,

la indas- tria comoel comercio; y nuestro

suelo,

en dias mas

aciagos árido

é

inculto,

los campos talados y

las

vegas

destruidas,

los miramos

boy, abiertos

por la

mano del

hombre,

alzar alfombras de

verdura,

flo¬

resy

frutos,

brindándonosá los goces de una apa¬

cible

vida,

que nosotros,

nacidos

enépocas desan-,

gre y

esterminio,

y amamantados,con el odio y

el

rencor, no,hablamos todavía conocido.

Hoy

quepor todas partes miramos estenderse esos br.a.zo? de, hierro que muy pronto cruzaránnuestras provincicts,

para

llevar

de unas á otras,la, verdadera.vida

çle,

los

^ijueblos; bqy. qüq

en,todas

partes

ve.nios,

elevar-,

se colosales edifici,osá la,

lnd.ustria; boy

que cqu-;

templamos do quier la

hercúleafuerza del

bombrq

abriendo',)b i' las entrañas de la tierra para dar nuevo

cauce,á nuestrosnos, manantiales de ,1a fertilidad 'de;

márclia aqv|ella| |)rógr'ésiva'dé'ñaeétfa nada

qmppro yernos

agricúltúra,

que nqs

revelé

estació-la

(2)

EL ECO

nadatodavía enlas

añejas prácticas

que

ios roma¬

nos y

árabes

nos

legaran: y nuestra ganadería, la

mejor

y

la

mas

numerosa del mundo en otros tiem¬

pos, se

desliza á nuestros ojos raquítica y misera¬

ble. ysinó

¿dónde -están aquellos caballos andalu¬

ces, que

tanta magostad, brillo y ■esplendor daban

á nuestros guerreros

de la edad media? Dónde nues--

tros merinos, que

surtían los mercados estranjeros

de las

mejores lanas del orbe conocido? Los prime¬

rosacaban de

estinguirse, los segundos miradlos en

laAlemania,

Francia é Inglaterra, constituyéndo¬

nos tributariossuyos,

de señores

que

éramos algun

dia.

À

quése

deben tari tristes consecuencias? á qué

tantos

progresos?—A vergonzosos tratados, unas;

y á

profundos estudios y protección decidida de

parte

de los gobiernos estranjeroS, ótros.

LaEspaña en

medio de todo esto ha hincado un

clavo á la rueda

del tiempo,

y

sin tomar, en. cuenta

que

cada siglo tiene sus usos

,

sus-costumbres, sus

creencias, sus

tendencias,

se

ha estacionado en los

principios

y usos

de la dominación arábiga. Pero

tanta indolencia

había de tener

un

término, y la

civilización denuestros

días impeliéndola va hácia

suocaso.

Sí; la instalación de vías férreas, la cana¬

lización' de rios,

el levantamiento de puentes, la

abertura de caminos

vecinales,

esos

monuriientales

edificios elevados á

la industria manufacturéra,

todo,

lodo anuncia

una

época restauradora de

nuestra

agricultura

y

nuestra ganadería ; y no hay

que

dudarlo, sin loso productos de estas riltimas,

esas artérias de

hierro;,

que

conducen el soplo vi¬

vificador de las naciones,

quedarían sin jugos,

y

su muerte seria la

consecuencia

mas

inmediata,

y

con ellalaruina de

muchas faínilias.

La

Inglaterra,

ese

gigante del mundo que'con

cien brazos abarca

los ' continentes

y

los'mares,

debe á su industria

solairienté

su

poderío

y su

fuer¬

za; pero ¡ay

de ella el dia ôn-que coligadcis las po¬

tencias'del

continente, lé cierren suS puercas de co-;

mercioI

¿Dónde hallárá récüfsós páriá Súárínnume-

rables

habitantes? ¿Cónio acallará el pavoroso grito

del mónstruo de la

iriiselia

que

jior millones de

lenguas

resonará en su terrítorio?... —La Espa¬

ña,

pais reservado póir lá ttiküo del Omriipoterité ' á '

las

esplotaciones rurdles, con suá variados ' climhs^'

con sus altas

móiltáñas

;

6'on süs'süávék colládós,

con sus amenos valles y

WStíeñas praderaá,' con sus

estensasvegas'

ytecuridOs rios, li'ds está llamárido á

voces que

dejemos de imitar á 'áquéllá tan'siri con¬

cienciay

un

modo tari absoluto; porqué'áriíés '

que

ei 'foriièntò de la industria', debé tîiarchar el dé

agricultura;

y

porqué'ésta en nuestro suelo es,

por

Sí sola bastári'té á 'áliinéntár, lá náciíon'y dé'vól-

verle la

preponderancia de

que

gozaba en tiempo·

menos cultos.

Estas verdades no

pueden ocultarse al ilus¬

trado Gobierno de

S. M.

; pero para

tal conflicto,

¿dónde hallar el remedio?—En la ciencña de la

producción,

en

la ciencia "Veterinaria. Si hasta

ahora solo se había

ocupado de la.medicina de los

animales domésticos, en

el dia

su

misión es mas

elevada é importante; su

cometido es procurar,, dirigir

y

aumentar la producción, y conservarla

para

las infinitas

y

variadas aplicaciones á que es

llamada. La

Veterinaria

es, pues,

á

no

dudarlo^

mas

digna de consideración, y el- áninio de .nues?'

tros

gobernantes debe indudablemente inclinarse á

adoptar

las medidas mas conducentes, ora sea para¬

la foi'macion de buenos

alumnos, ora par'a lá de

buenos

profesores

, con

cuyas, luces esperimenta-

rían los

pueblos

un

renacimiento en las prácticas,

del cultivo y

el Estado recogerla mas abundantes y

mejores frutos.

'

En otras'ocasionesnos

hemos ocupado del plan

de reformaescolar

én-toda

su

estension, pero cum¬

ple

no

obstante á nues.tro propósito en este mo¬

mento,

el

trazar

aunque incompletamente sus mas-

animadog

rasgos.—Es indispensable para estudiar

con fruto una

ciencia,

cuyas

raices se hallan muy

profundamente implantadas en oti-as ciencias, un

conocimiento

íntimo

y

anterior de estas, para en.-

trar con paso

firme

y

ánimo sereno y resuelto en;

el

templo de aquella: son de todo punto necesarias-

ciertas ideas

preliminares, que al mismo tiempo-

;que

descubren al aspirante el espinoso sendero qué-

debe

seguir

para

llegar á la meta de sus déseos, le-

llenan de

entusiasmo hácia el fin que se promete,,

circunstancias que

le

ponen

en él caso de conse¬

guir algun dia el noble objeto á que por sus estu¬

dios le es

dado alcanzar; porque es innegable, que

«el

santuario

de

las ciencias se abre solamente á

una

pequeña porción de ciudadanos dedicados á

investigar én silencio los misterios de la naturale¬

za,para

declararlos á la nación.» Solo por fòs me-

¡dids indicados Veríamos entrar en nuestras escue¬

las

jóvenés dispuestos y estudiosós ,■ qhe llégárian

.al^üh diá á ser unos ciudadanos dignoS, Cdn cuyos*'

icônocimientos ,

inculcados más tardé á' nuestros''

Iprópietariós, á riuéstros- labradores y ganadérbfe,

répórtariári á lós pueblos'y aP Estadó' bienes sin

:cuento. '

Al Gobiernode

S. M. corrqspbndé la justa aprej

cia;CÍon dç nuestros votos, con le cual qüéd'ám^^ará

siémpré afiárizádo el porvenir dé lá ciencia Veteriñá--

rial'Ünávez'trazado el de esta

,

debemos teiidér^á'

vistá

iiácia áquéilós hombrés

;con •••• y"tt.í

cfín

(3)

la

cultivan,

y en cuyo

holocausto llevan sacrificados

sus

mejores años,y

sus escasas

fortunas;.—^Para piu¬

lar,lo anómalo de-su

posición

, su

situación lamen-

^ble y

la

poca

ó ninguna

reccimpensa que

ásus des¬

velos rinde la sociedad de nuestrosdias,

preciso

se¬

ria empapar

nuestra, pluma

ep

la hiél del sufrimien>-'

to.,,60 las

ardientes lágrimas. de la miseria. Tálen¬

los

dignos de admiración hombres grandes

en

la faèultad, profesores

muy

instruidos, los

vemos en¬

vueltos en la mas

deplorable situación, sin

que

el siglo XIX, á'

pesar

de

su

título de ilustrado, rinda

su

ti'ibuto al mérito de tan eminentes hombres.

¿De

dónde parten tantas

amarguras? ¿De dónde

emanan

desengaños

tan

tristes? ¿Dónde está el mal? ¿Dónde

el remedio?—La sociedad , el

Gobierno

y

la clase

diqen á una voss: «en nosotros estálacausadevues¬

tra

abyección,

en

nosotros está también el detener

su

perniciosa iníluencia.» Manifestadnos

vuestraap- litud en los

negocios

que mas nos ocupan ,

dice la

sociedad; el Gobierno á suvez pregunta,

cuáles

son las

ventajosas utilidades

que

podemos reportarle;

y la clase en fin,

eleva

su voz, no la voz de la

insur¬

rección, no la voz de la ira y

del

encono ,

sino la

del sentimiento

profundo

qüe la

agobia,

al contem¬

plar

en su seno

la

apatía

de algunos de

sus

hijos,

•la indiferencia de los otros y

la molicie

de los ma-

en tan

apremiantes

y

sentidos

momentos.

Agrupémonos

ya

bajo

unasola banderalospro¬

fesores de Convicciones'íntimas y verdadera fé; y en nuestrasreunioüés'.

dé familia,

ennúestrás sesiones,

en nuestros concursos, deliberemos acerca de

Ips

¡medios mas eficaces

para,alzarnos

de una vez de la

'postración

vergonzosa en que yacemos, represen^

tando al Gobierno deS.

M.,

para que

Colocándonos

en circunstancias

apropósito

,

podamos

desarrollar las luces que

jas escuelas

nos inculcaron, y

mani¬

festarle ¡los, inmensos bienes

que

podemos

suminis-

-trarle;

yentonces

poniendd bajo

nuestro

cuidado

la

agricultura

y

la industria ganadera,

hariamos verá ia.faz

del,país nueétrá aptitud

y

utilidad, siempre

acreedoras á

más,

alto

aprecio.—El Gobierno

y

la miase.constituyen la piedra angular del edificio

de la

Teforma,

y á

ellos directamente

encaminaremos snùèstros débiles ecos.—M.' V. y

M.

PATOLOGIA Y TERAPEUTICA.

DEL REUMATISMO.

{Continuación.)

Vamos ya aliora á tratarde la medicación mas gene-

■Talmente

adoptada,y

que,mas en relación está conla na¬

turaleza del padecimiento. Los purgantes, los diaforéti¬

cos y mayormente tos sudoríficos, los alterantes alcali-

inos, los estimulantes,los rubefadentes, la cauterización

actualtrascurrento ó inherente, los baflos de chorro,, la sangría, etc., etc., y todoscnanlosmedios son capaces depromoverlatraspiración cptáne.a, ó de cambiar lavi¬

talidad del ritió afectado, (5, de prpducjr.una derivatíon hacia otro punto de la eçononjía: talps son los medios preconizadospara esta esppcie de padecimientos, y que mejoresresultadosofrecen.

. Con efecto, los porgantes,en virtud de la escitacion queimprimenen el tubo intestinal, produciendo una. ver¬

daderarevulsión; los

diaforéticos,,por

su acción sobre pl

sistema cntáneo, eliminándolos principios deletéreosque originan la enfermedad; los

alterantes

alcalinos fluidifi¬

cando el escesodefibrina queexisteen lasangre, y que llegaáproducir los infartosyconcrecionesqueá vecesse

observan, haciendo este líquido mas acuoso y fluido, y facilitando porconsecuenciasucirculación enlos peque¬

ños vasos capilares de la parte que es el asiento de la

congestion; la sangría obrando, aunque pordistinto me¬

dio, á pocadiferencialos mismosefectos; los irritantes, rubefacientesy hasta elmismocauterio actual cambiando el modo deser de las partes; lossedales constituidos en

emunctorios artificiales destinados á suplir la falta de acción de la traspiración enel sitioafectado; los baños de chorro ó sean duchas, en fin, activando la rirculacion del mismo ¿no vienen á confirmar con ¿1 resultado de

su acción la idea que hemosmanifestadoacerca de la na¬

turaleza(lelos reumas?

A la vista de todas estasconsideraciones pasarem(>s á espqner los ,casos ríjcogidos en nuestra,práctica; pero antesde que vayamos, mas adelante, buenoseráque;to- quemosunpuntode los de mas importancia. El hombre que tiene bajo su cuidado, sea.cualquiera la.especie de animalesdomésticos, nollevaotro objeto al, adquirirlos,

que sacar ,(!(» iCllo.s todas las utilidades posibles,sin que le.importe nada sudisposición ói indisposición para con¬

seguirlas: asíes que solo én los casos que los ve im¬

posibilitados impetra losconocimientos delfacultativo,, y siempre esperando una curación instantánea, para vol¬

verlos inmediatamenteá su acostumbrado trabajo; en la inteligencia deque con ó sin,autorización del profespr los dueños saben maybien satisfacer sus antojos, siem¬

pre mas bien en perjuicio do sus intereses,que de

íps

del facultativo, aunquelasmasdpilasvecesponen yuSin motivoelcrédito.deesteenpeligro. Estacircunstanciajy la de.negarse algunos propietarios á la adopcióndetodo tratamiento internoen afecciones ai parecer simplomcflte esternas, porque .no.pueden digerir el modo deobrap de

las sustancias administradas, 7 porque tampoco escoba de queel profcsoc sepo.ngaá -disertarsobre ellopai-a„ba- cérselo com|)ronder,,ponea á ésteen el caso de desisfir

de su empeñoy le obligan átratar tópicamente afecció-

nes, cuyo remedio pende,mas bien de upa raedicacion genérale) interna.; sucediendo deaquí la ineficacia

de,,lj),<;

medios, el incremento de la enfermedad, el,paso á o.tçps estados cada vez mas difíciles de curar.-r-Todo cimulo acabames deesponer va locando.ep,su práctico elpijpjp-

sor, y endonde con masfrecuepcia lo observa, esenlas afecciones reumáticas; porque como i-aravez imposibi¬

litan del todo ajos animales^ este os el motivo de no atenderlos con aquel interés que reclaman siendo por consigiiiepte la causa de,grandes pérdidasp.qrparle pe

susdueños.

Entre las varias observaciones con que tcrminamps

este artículo , hia.hay queDadatienenque ver con Ips

(4)

EL ECO

¡•enmatismos; pero que siu embargo sirven como medio ,

dd comparación, para distinguirestos

estados

de otros muy parecidos á primera vista, yapara espliciirnos

'el.d.es-

ábrollo de! reúmaindependientemente de

la

acción del frió y la humedad, quehasta ahorason lasmaéconstantes.—! Con estôs'preliminares pasaremos á la esposicion de los dalosrecogidos.

' 1.' observación. D. Juan

Batista^ vecino del pueblo

d'è SantaColoma deGramanet, condujo en setiembre de

1852 á mí establecimiento una mula francesa, castaña oscura, cinco años, la marcay tresdedos, con destino ai tifo pesado, porque cojeaba de la mano derecha. En

efecto, dospnes de iiacerla andar, trotar, dar vueltas so.

bre el.miembro enfermo y descender por un plano de

mas de treinta grados de inclinación que existe á la

"puerta de mi

establecimiento, la actitud del miembro

, su débil éinstantáneo apoyo, los movimientos de la cabeza 'y ei dolor queá la presión e.sperimentaba

là region

cs- cápulo-humeral, mehicieron suponerla afección eneste

sitio. Persuadido deesto, puse en prácticaun medio que los curanderosdelpais (porque hay queadvertirque los

tenemos engran número, y muy acreditados, con men¬

guade la época que atravesamos) usan comolapana¬

cea universal, yque sibienno entodos losrasos se sa¬

lenconla suya, en muchos

de ellos consiguen,

no

obs

tante,elfin que se prometen.

El medio

en

cuestión,

es

unprocedimiento

mecánico consistente

en

tracciones vio¬

lentasdelremoafectado hácia delantey arriba, sujetando

éste de antemano enla cuartilla por medio de la plata- lónga de laque

tiran

tres

ó cuatro hombres

con

mucha

fuerza, despues de haber

movido de derecha à izquierda

el miembro tenso y dirigido hácia delante

(estension);

mientrasqueotro,

apoyada la palma de la

mano,

la

ca¬

beza, unatabla ò cogiendo

fuertemente

un

repliegue de

lapiel que cubre

la

parto

anterior de la articulación

ya

dicha, dirige elmovimiento

producido

en

los radios de la;

estremidad porlos demás

(contra estension); continuando,

lastraccioneshastapercibirunchasquido, serial inequí¬

vocadel bneUresultado dela operación, A esta le llaman

curarde desagullat, nombrequeal síntoma leseñalan, y quoámi

entender quiere decir dislocado, ó lo qué

es

lo,

mismolujación de las

articulaciones escápulo-humeral

-y fémoro-cotiloidea; suposición inexacta, puesto

qtie'los.

estrembs en laestaciónningunadeformidad presentan ni,

ála vista,nial tabto:lo^qUe sí qjiinamos, es^queen los.

esfuerzosque los

animales'en trabajo suelen haééf; al¬

guna

fibrilla tendinosa ó muscular se replegará ó disláce-;

rará,colocándose

sobre otra,

y

obasionando

por su

si

tuarion anormal la

claudicación. Esta Idea

parece

además;

Venirconfirmada por

el

ligero

chasquido

que se

observa,

á sureducción. ' ''

Volviendoahora álaobservación enunciada, diréquej

con solo este

prócedimientó

y

sin necesidad de sujetar la

; mula porlas

cuartillas

con

trabones ó maniquetes

,

ni dei

la bizma queles es

inseparable, desapareció

como

por'

encanto lacojera,sin que á pesar

del trabajo continuado

;

á quefué

sometida lii mula desde el siguiente dia

,

haya

vuelto á

presentársele.

' -

2.* obseevacion. D. J. Amó, de San

Martin de Pro-

vensals, me llamó para que viera una

mula de

so pro¬

piedad, por

cbiudicacion

en

la

mano

derecha

:

hecho el

reconocimiento de laestremidad, y oida la

relación

ana-

méstica, no me cupo dudaningunade que

la cojera

era motivada por unesguinceen la

articulación de la espalda

conelbrazo. Ensu vistadispuseunas fomentaciones,re¬

petidaspor trCs<5 cuatro veces durante el dia, de unco^

cimiento de vino, yerbas aromáticas, sangrede drago y sulfato de alúmina, añadiendo, una vezfrió, unpoco de aguardiente alcanforçido, y consiguiendo por este,solo

mediola cúracion enel espacio de dos dias.

3.* Observación. Aun mulo de D. Pablo Garrió que por unacaida violenta habla sufrido el mismo accidente-

queel anterior, si biencon masintensidad,puesdosarro- JIó unestadogeneral quealarmó al dueñoyásuscriados,

selo tratóconelmismo medio, sele hizoademás unasan¬

gría de seis libras,yá los dos dias volvió ásu acostum¬

bradotrabajocompletamente curado.

k.' Observación. D. GabrielMolins pusobajomi cui¬

dadouncaballo porigual motivo, yen vano le trató pór

los medios iidicados;en vanole apliqué un vejigatorioen el sitio enferao; en vanousé del aguardiente

alcanforado

yel aguarrás; en vano apelé á la fórmula del

veterinario

Luckow: laenfermedad burló siempre

todos

misplanes:

estoylacircunstancia deoponerseél dueño á laadopción

de

unplan internoyá la aplicacióndel cauterio, han

motiva¬

do elquedespues de tanto tiempo el animalnohaya

dado

muestrasdealivio.Esta particularidadyla de la

intermi¬

tencia quesuele guardar lacojera desde la

suspension del

tratamiento, nodejan dudar niun instantede la

existencia

deunreuma, paracuyacuración senecesitan

medios

mas apropiados. Talvezalgun diasele trateconvenientemente

yseconsiga loquehasta ahora no se ba

podido.

5." Observación. Otro caballode D. Bartolomé Sitjá,

á consecuencia deundoloren la caña posterior izquier¬

da, fuécauterizadoen rayas pormi señorpadreenlos

dos

metatarsos; peroápesar de la eficacia del medio

emplea¬

do,nopudoconseguirsemasque uncambio

alternativo de

asientoenel dolor. Después decuatromeses, tiempo su¬

ficientepara aburrir al dueño delanimal, se le

cauterizó

nuevamente enlosespaciosque quedaran libres la pri¬

meravez; ysolo despues de algun tiempo,

ayudándola

accióndel fuegoconfricciones de aguarrás y de alcohol

alcanforado,y favorecidosporla

estación,

se logró una curaciónradical. ;;

6." Observación. D. José Ascrigasmellamópara ver

unmulo degrande alzada,qué

presentaba también

unaco jeramuy

marcada procedente de

una

alteración

en

las

re¬

giones superiores de la

estremidad anterior derecha:

y

pomome manifestasedesdeun principio;su poca inclina- na.cionásuspenderle,de sutrabajo, leprescribí las.fomen-

tacionesyacitadas, co;i cuyo medio se

logró

mas

ó

menos tafdeladesaparición de

la dojera. A

poco

tiempo volvió

esta á

pfèsentàrse'êh el-miembro ó¿rao.-to';

y

éntóbces fué,

'cuandollamando nUóstrasotros dos étresalbéitarCs,dos castrad,ores de cerdos, -curanderosmuy afamados nosolo

entreelvulgo, siqo entropersonas

de alguna categoría,

y

finalmente áuna hechicera conribetes desanta, muy co¬

nocidaen el,

pms por su desenfrenada sup.ercberia, nada

emperoconsiguió

lii coíi

losrécürsos

de'los

primeros,que

talvezno fueron bienempleadospor los dueños, ni con

losprocedimientosyacitados de tos segundos,

quienes

tuvieronpormuchos dias el enfermo á lavista, cosa que

raravezconsiguen los profesores;y ápesar de la

seguri¬

dadqueátribuianásus remedios,'y de los

exorcismos de

labéchicera, que,'en sunefando óstasis, revelóno

haber

ihedio decuración, fué llevado á mi establecimiento para quedecidiese Sitendría óno

remedio,

y en caso

de

tener¬

loasegurarlà curación. Atales

demandas contesté

con

el

(5)

ofrecimiento (lemis pocosalcances, losque no me permi¬

tían daruna seguridad deremedio. Solo la necesidadymi ingènua contestaciónpodríanhaberobligadoaldueño del animal á tomar estepartido, despues detantos engaños de

quehablasidovíctima, ydespucs de losmuchos dispen¬

diosquehiciera.

- : ;Asi, pues,teniendoencuenta lo queacabo de manifes.

tar, yreconocidoel estado dela estremidad ;yel carácter delaclaudicación, no mecupoduda ninguna de la exis¬

tencia deun reuma en la articulación escápulo-humeral- ,Ensuconsecuenciadispuse la cauterizaciónporel sistema

de Nanzio.

(Secontinuará.)

CASO DE GASTRALGIA AGUDA.

El dia 21 de setiembre delpresente aflo fui llamado porel Excino Sr. marqués de

Gastailaga

para que asis¬

tiese á un caballo entero, nueve aftos, nueve'dedos, destinadoal tiro de lujo, quetenia enfermoy que en¬

contré en las caballerizas de dicho señor enla estación libre y cubierto con unamanta deverano.

El animal sudaba copiosamente, sufria convulsiones de las cuatro

estremidades y se miraba al vientre con

frecuencia. Esta cavidad estaba muy distendida; perono hasta el estremo de impedir que se notaran perfecta¬

mente los contornos de lasregiones inmediatas: lares¬

piraciónera pequeña y acelerada: pequeño y débil el pulso, y liabia dolorvivo á la presiónen laregion epi¬

gástrica. El caballose echaba pocas veces, y cuando lo hacia era indistintamente sobre el lado derecho ó iz¬

quierdo,sin quejamásse le haya visto dejarse caer so¬

breel vientre.

•Hacecosa de dos horas, me dijeronlos palafrene¬

rosf leenganchamosal coche para marchar á Noréña (pueblosituado áleguaymedia de Oviedo); mas apenas habla salido de la ciudad, setendió, sin querer levan¬

tarse ápesar de los latigazosdelcochero, yle acometió

un sudor tanabundante quenos puso

en cuidado; por finconseguimos hacerle ponerde pie,y conociendo que le seria imposible llegar"al pueblo

mehéibnado,

liubb precisionde èngancbafbtro'ensu'lugar,para cóhflucirle

nueVo'á'áit'plazh.»

Tal fué la relación anaméstica queme hizo; en

'Vánóïfâdates dé lostrate

palafrenerçjs,

de recavárpor

llegando

mis preguntashasta

aségùrajrles

mas anteceden¬que

sabria aun cuando elcaballo hubiese contraído enfermedad pcjr un descuido de

eílqs:

lodo,fué, inú¬

tiluná afección;yiné hubiese visto reducidoquesemeprcisehtabaáconigimrar

síntomas

la causatansiií-de

gifláres

, a no, serpor

,el

(ionociinientoque yo tenia del

plan higiénicocircunstancia quequemese observapermitióenformaraquellas

eaballer,izas,

.conjeturas bas¬

tante probables.

Jj¡p todo tieippo

acostumbranádar,aguaálos anima- Jes una sola vez cada veinticuatro horas, sacándola al efecto de un pozo que continuamente está tapado; de

este modo,privada del contacto del aire,atmosférico, contiene una

cantidad muy corla deélen disolución; lo cual, unidoá la gran proporción desales terreas que en

ella.'Seencuentra, la hace naturalmente muy poco pota- 1 ble.—Puesbien, yo presumí que aquella mañanasela

J

habrían dado en escesey muy temprano al caballo en cuestión,con objeto de evitarseel cuidado de abrevarle en.el punto á queiban. , .

Hallábame porde pronto indeciso aceroa del trata—

miento masconvenienteen el casoque nos ocupa pera- deseandono perder un tiempo precioso mientras medi¬

taba sobre las indicaeiones que

debia

llenar, prescrilú-

unaslavativas emolientes conagua tibia, que eraloque-,

maspronto podia prepararse.—No las retuvo mucho, y al devolverlas, arrojó' cierta' cantidad de escreinentos- que nada ofrecían departicular.

Atodoestoel sudor persistia conla misma intensidad;

queal principio: parecía queel animal acababa de salir de un baño caliente,ysin embargo la respiración, con¬

tinuaba pequeñay acelerada, y el pulso débil.... Hubo

momentosen que llegué á concebir séries temores por lavida del caballo.

El cuadro de síntomas quepresentaba me convenció- (le quela raeteorizacion nopodia serla afección primiti¬

va y no mepermitiatampocosuponerla existencia deuna- indigestion por esceso de alimentos: la localización deí doloren laregion epigástrica, el manifestarse conparti¬

cularidadálapresión, la tendencia de! caballoá perma¬

necer en la estación, sumanera deecharse, el estado del pulso yde la re.spiracion, yeníin, mis congeturasacerca- de la causa de la enfermedad, todo estomeindujo ácon¬

siderarla como una gastralgia agudaproducida por el

agua; yámirar como secundaria la meteorizacion, que

enmiconceptofué el resultado del trastornoconsiguiente

en la digestion.

Naturalmente,formadoasí eldiagnóstico , la primera indicación que necesitaba satisfacererala de calmar el dolor;y como por otraparle, aun cuando el desarrollo

de gases hubiese sidounfenómeno consecutivo, el hecho- es'que existia la meteorizacion y sus consecuencias son;

siempre funestas, debiprocurartambiénsu desaparición.

Dispuse, pues, que se administrase al enfermo dos drac-

mas (le láudanoliquidoy tres de éter sulfúrico en cosa (le dos libras ymedia de agua templada: además'ordené que continuasen con laslavativasemolientesy que sele arropase con una manta mas.

, Habría pasado escasamente una hora después de ad- ,minis,lra;laaquella bebida, cuando yase empezó á notar algun alivio: los sudores cedieron bastante,conservando la piel ungrado regular de calor. A las dos horaspróxi¬

mamente, repetí la administracipn del

láu(jano

á la dosis

(le cercadeunadracma y otra de éterenla misma canti¬

dad de aguatemplada qpe lavez primera: las lavátivás-

de cocimientode tabacosustituyeron á lasemolientes.

Al

pocO; tiempo

apareció el animal muclio

mas

calmado,

y

seechó. M« separé

de

él á las doce

(lela

mañana.

Repetími visita á las

dos

de

la tardéi

yya

habían

Ce- sado todos los sintcimasalarmantes: únicáménte.cncóiitré de particularunestado

notable (íe soñolencia, (l(:bidó

sin

dudaálasvirtudesnarcóticas de la bebida administrada.

Prescribí dieta absoluta ymandé seguir con las lavativas

emolientes.

,A las sietedelanoche solo quedaba,en el caballo un

ligerovestigio

de enfermedad. La soñoleneia había des--

aparecidoy

había apetito. En mi presencia toihó el animal

conplacer

medio cubo de

agua en

blanco templada.

A lasdiez de lamañanasiguiente le encontréya com¬

pletamente

restablecido. Sin embargo

no

juzgué

conve¬

nientetodavíadarle alimentos de difí(;il digestion: asr

(6)

EL EGO

todoaquel dia rio

sé hizo otra cosa que echarle de cuan¬

do en cuandoalguriiis

escarólás, dándole además una em-

ipajadayaguaen

blanco. Se supriiriieron las lavativas.

El diá25 se le'émp'ezó ádar

alguna cebada mezclada

con paja,cuya

cantidad

se

fué aumentando en los diassu-

cesivos hasta llegará la

ración ordinaria.

Oviedo50 octubrede11155.

Satübio L. ALV.AREÏ.

ZOOTECNIA.

bEÍXA IKFI.TTENCIADE RESPIRACION

SOBRE

.

LA

SECRECIONDE LALECHE.

Elección,•producción

de las

vacas

lecheras;

por

M. Magne,

profesor

de Agricultura y de Higiene em la Escuela

imperial

veterinaria de Alfort.

David Low, en muchos pásagcs

de sri Historia de los

miimales domésticos, Imcc notar que

las buenas

vacas

lecheras tienenel pecl)o

estrecho ordinariamente. Dice

••que las

de la isla de .Jersey, bien conocidas por la activi¬

dad desusmamas tienenel pechopoco

ámplio

y

el vien¬

tremuy

abultado:

que en

las de Glamorgan (Inglaterra),

«scesivamentenotablesporla

abundància de

su

leche,

dichacavidadse encuentra

medianamente desarrollada.

M.ternairehabla

sistematizado

esta

opinion,

y

soste¬

nia,en el Recueil

encyclopédique d' agriculture qtíe un

pecho ancho es

contrario á la producción de la leche;

(Royer,

traductor de David Low, habla admitido esta teo¬

ria, que

también

Ora

adoptada

por

otros'fisiólogos.

Pero estacuestiónofreCe ün gran

intdrés,

para que haya dé pasarseen

silehciO. En primer lugar, importa

resolverla áfin de conocer

los

caracteres

de las buenas

vacasdoleche; ycomo,

además, si estuviese lieconocido

que un

pecho ancho

no

puede ser bueno para la produc¬

ciónde laleche, riOsotrosno

deberíamos tratar de eOrre-

gir ennusslrasrazas

la estrechez de efsta cavidad, he

creídoútildirigir hoymis

esfuerzos hácia este objeto.

Nosotrosno qrt'e'rémos

saber úriicáittente si las buenas

vacaslecherastienen el

péchomás éstréchb

que

lás de¬

más; estaseria iiriasimple

cuestión dé observhcion', que

nos erafácilresolver

comparando las tiué dau mucha te¬

che coulas qu,é dan

po'cá.'S'é'trata de reconocer hasta

qué

punto

la acción qué 'ejeí-'de la' respiración sobre la

sangre

puede

ser

favorable ó perjudicial'á la secreción

de la leche.

Entraremosen esta

discusión, coridriciéndò'nuestro

«xámenbajo,el

purito de viStá déla fisiologia comparada,

del de la

composición química de la teché, y sin perder

devistalaanatomíay

fisiología de'la especie vacuna.

1." M. Leraaire, después de

hábér hecho notar

cuan

estrechaes lacavidad

torácica

en

lás büenàs

vaeas^

le¬

cheras, hainvocadodiechos

delisiólogía comparáda, para

llegar á

demostrar

que no

hay una necesidad de que los

materialesque

deben

ser

espulsados por las glándulas

fueradel organismo,

estén

tan

completámeníe animali¬

zados como los quehan

de quedar 'fijos

,

incorporados;

que

una'auimalizacion'

mas

perfecta de los principios de

lasangreauraéntaria la

asimilación,

con

perjuicio de la

secreción de laleChe.

aqui dequemanera

ha planteado la cuestión

t

^Todo esteconjunto de conformación (la deuna

bue¬

navaca lechera!) indicaquela

eláboracion pulmonari tan

lútil cuando se trata del cebamiento, encuyo casonos proponemos una

asimilación abundante,

no' es

llevada á

ungrado tan

elevado

en

las-vacas destinadas á la produc¬

ción de la leche. Lasventajasdeesta

conformación, deri¬

vande quela

elaboración respiratoria

noes

bastante po¬

derosa parahacer

todo el quilo asimilable.»

«Cuándo decimos quelas funciones

respiratorias están

enoposicióncon las

funciones mamarias,

y

que la elabo¬

ración de lasangroporla

respiración

no

necesita ser tan

perfectapara

suministrar materiales á las secreciones, co¬

mopara

proporcionarlos á la asimilación,

es

decir

,

á la

nutrición yá la

reparación íntima

y

molecular de todos

los tejidosdel organismo,esporque

de ello

nos

han con¬

vencido numeros.aspruebas.i

El autorinvoca á continuaciónel ejemplo

de algunas

glándulas que

reciben directamente sangre venosa, para pi'obabque,

en

ciertos Cases, puede la sangre servir á las

secreciones sin habérsido

elaborada

por

la respiración.

Nótese, sin embargo,que

los riíiones

y

el hígado,

citados

apropósito

,

ejercen

, como

los pulmones, una ac¬

ción continuade

eliminación

;

mientras

que

las mamá's,

cuya función es

intermitente

,

preparan uh líquido que

tieneunobjetobien

determinado

;

líquido cuya produc¬

ción,en vezdeser

necesaria-al sostenimiento de la vida,

estenúa á losanimales que

le suministran. Adenú'is, de¬

bemos tenerpresente que

dichas glándulas ( la.s'fnatnás)

no está demostrado reciban sangre

absorvida

cii

otros

órganos,como

sucede al secretor éu la bilis, al cual se

la proporcionan

las venas que se distribuyen en su pa-

rénquima. ¿A

qué fin baria la naturaleza que los mate¬

rialesdestin,idosála

secreción de la leChe hayan de pa¬

sarporel

pulmón-prévianicnte

,

si la acción preliminar

del aparato

respiratorio

no

fuese necesaria, y lo que es

mas, sifoes<; nociva?—Esto es poco

probable. La com¬

paración no es, puesV,

posible, entre el hígado y las

mamas. , ;

/Losmisinos

caractères de.confoimacion, se ha dicho

todavia., ppcdcn

servirnos

para

distinguir los carneros

que

producen

mas

lana

y

mas churre. El carnero. como

la vaca,debç, secretar

lo

queno

piiedc asimilar. Los me¬

rinos, con

SjU,,pecho pequeño, su vientre enorme, sp coja

mas

bien cilindroide que cónica cu el nácimjento ,j

los numerosos

repliegues de

su

piel, yiepen á appyar

nuestrosasertos.".

' 'Sí; los

mismoSj'caractéres de bonformacion,. el pecho

estrecho, pueden

servir parà distinguir el carnero, me,-

rino delcarnero Disliley; pero

servirían también para

diferenciaresté mismo

méririó de iina infini dad de razas

y

subráza's q'iie'éncontrámos en él Oeste

,

en Limousin,

'Quercy;

Róuerg'ué

;

cic.—^¿Y pódrá decirsó que el me¬

rino, -¿uarido

ise

le compara

cóii éstas

r-azas,

tiene ol pe-

'cho

pequeño? Gilbert,' que évidériteVrièiité lé ha Cómpára-

do, diceenunpasaje:

leí mémo tiene lás espaldas redon¬

deadas,eldorsocilindrico,

el pecho ancho.

Nosotrosañadiríamos, si

necesario fuese, quesería di¬

fícil admitirqué una sangre

imperfectaraenté elaborada,

propia solamentepara

producir una materia análoga á las

sustancias vegetales,'

pudiese suministrar los raateriates

del churre,de la lana, dela

materia córnea.

:M. Ivart,hademostradoenun

trabajo sobre las lanas,

queiexiste una

relación de ostensión entre la piel y la

membrana mucosa delas vías

digestivas;

y

M. Lemairedia

partido deeste

hecho

para

sostener que.las mamas tienen

Références

Documents relatifs

una relación de esta especie, sustituyendo á la estension de las superficies el número y grado de prominencia de.

dico como es El Eco de la Veterinaria no me permiten estenderrae lo suficiente quizáá sobre la etiología de esta. , enfermedad. Por eso procuraré ser

lapráctida; y porque conociendo su gravedad, he creído conveniente referir todo lo indispensable para poder fijar de un .modo mas seguro el diagnóstico y. pronóstico , tan útil, y

este año recibió del señor subdelegado ya mencionado en el que le manifestaba, entre otras cosas, era preciso no solo investigarse todas las vaquerías pertenecientes á aquella

aún que sus palabras, pues nosotros bien nos pasamos sin él, y es muy probable que lo mismo podamos decir en adelante; porque así como la vejez va encaminando al Bo¬. letín á la

mientos , pueden servir para atender á las necesidades de la Agricultura y Ganadería , resultando además que estos profesores , despues de tres años de incesantes estudios,.

Obrando de esta suerte, a,-¡ los veterinarios puros que pasen á la 1,&#34; clase, como los albéitares que lo bagan á la 2.' podrán considerarse tan apios para el desempeño de

M, para el adelanto de esta tan útil ciencia, qui¬. siéramos encontrar eco para que ampliando