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(1)

EL ECO

DE

U TETEBINiBU.

PERIODICO DE INTERESES MORALES Y MATERIALES,

REDACTADO POR

D.

Miguel Viñas

y

Marti, profesor veterinario de primera clase, residente

en

Barcelona,

y T). Juan Tellez Vicen y

D. Leoncio F. Gallego, alumnos de la Escuela Superior

de Veterinaria.

Sepublica cadaquince dias.

En Madrid3 rs.al mes; en provincias 12rs. por tri-

naestre, remitiendoelimporteeon cartafranca enlibran¬

zas sobrecorreos á la orden del Administrador.=Las en¬

tregas sueltas delas obras que sepublican, á medio real cadauna paralos suscritores.

111 1' 111II FumJgag

MANIFESTACIOIN.

Cuando

emprendimos la publicación de

El Eco de la

Veterinaria,

nuestro solo ob¬

jeto

era., corito

dijimos, abogar

por

la cleu¬

da,

los profesores

y

alumnos,

y

estábamos

muy

lejos de abrigar la pretension ni de

que

nuestros nombres

pudieran dar autoridad

d nuestros

trabajos, ni de

que

estos,

por su mérito hubieran de

adquirirnos la

menor ce¬

lebridad:

aquí

porqueno nos

dimos

á co¬

nocer al

público. Siendo

en el

dia iguales

nuestras

convicciones, hubiéramos

continua¬

do el mismo

sistema,

d pesar

de las instan¬

cias que por

los suscritores de provincias

se nos hadan para que

publicáramos quienes

somos, porque no nos

consideramos

en el

caso de

Satisfacer tales exigencias

; pero

hay sugestiones de

otra

espede ante las cuales

se

subleva el hombre de corazón

entero,

y que

nos

obligan d adoptar otra conducta.

Así,

pues,

d escepcion del segundo artí¬

culo del número

1que pertenece d D. SatUr-

rio Luis

Alvarez,

y

del de Esploracion de las claudicaciones,

en que

tomó parte D. José

Velazquez

y

Salinas, (ambos

d

dos

redacto¬

res

entonces), tódo

cuanto se

ha publicado ó

se

publique

en

El Eco sin firmarlo, perte¬

nece d los que

abajo suscribimos

; y

sobre

Se suscribeenMadrid en casa delAdministrador don Juan Teticz Vicen, calle del Desengaño, niím IS, cuar¬

toteiC'ro; enlas librerías de Biiill^-Bailliere, calle del Principe, v de Cuesta, calle Mayor; y en la ¡itogratia de GarcíayMejíi, callede Atocha, mím. 66.=En provincias

en casa de loscorresponsales.

nosotros únicamente debe recaer la responsa¬

bilidad,

que

{lo decimos

muy

alto) aceptamos

en todos

conceptos.

Leoncio F.

Gallego.«=Jüan Tellez^cen.

ie ^

¿QUE NECESITA LA VETERINARIA?

Proposiciones sobre

reforma

de los estudios vete¬

rinarios.

{Continuación.)

Conla luz que de sí arrojan las tresciencias cuya

importancia

acabamos de evidenciar, ya podemos

con paso

firme

y seguro raartihár al análisis de la Historia Natural. EstaA^astísima ciencia que, como

su nombre lo indica, abraza el estudio de la Natu¬

raleza, del Universo entero,es laque masintimidad

tiene con laVeterinariay la. Agriculturacomo bijas

legítimas

quede ella son.—La Mineralogia y la Geo¬

logia prestan á

la

unanociones

positivas sobre los

terrenos cultivables, y ála otra uno de los manan¬

tiales de medios propios para

combatir las

altera¬

ciones del organismo. La Zoología en su parteór¬

gano-gráfica suministra al

médico-veterinario

elco¬

nocimiento de los diferentesresortes de la máquina animal, su mútua relación para el resultado final

que es la vida, como

también

las

notables

diferen¬

cias que entre unos y otros seres

animados

se no¬

tan. Al agricultor y al zoononomólogo

les

indica

cuales sean los caractères- físicos de las clas es, órdenes, géneros, especies, variedades

é indivi¬

duos, con lo cual marcharán siempre firmemente

persuadidos de

quecuantas mejoras

pretendan

esta¬

blecerya pormedio del cruzamiento,ya por

la all-

(2)

mentación, enla ciiay

multiplicación délos anima¬

les, estarán en el círculo delo posible; y nodivaga¬

rán como aipiellosque

pretenden

cruzar

animales,

cuya

analogía

notan

solo

no es

de especie, sino

que ni aun de genero. Semejantes

ridiculeces desapare¬

cerán da entre los

ganaderos,

tan pronto cerno se haganestos estudios.

El plis en que se encuentran

los animales

que,

pudiendo

prestar

utilidades al hombre, han escapado

lodavia ásuyugo, las

costumbres

qútílesson pecu¬

liares,como también el climaen que viven yel ali¬

mentoquelossustenta,son

circunstancias

que

el

zoo- nomólogo no debo ignorar, y que para

buscarlas

y poseerlas

la Zoologia le ilumina.

La Botánica es de tinaaplicación importantísima á la Medicina en su parte

farmacológica

por

los infi¬

nitos recursos terapéuticos queia proporciona, y quetan

eficaces suelen

ser en

el

mayor

número de

casos.--La \gricullu a no es mas que una mano que tiende esclosivamente á limitará la iVaturaleza, yá semejanzade lo queesta

hace

en

ciertas

y

determi¬

nadas regiones, hacerlo pormedio

del

arte

estemsi-

blemente á tudas, beneficiando hasta losmasincul¬

tos terrenos.—La Botánicaes el cuadrode la Natura¬

leza vejetal, alpaso que

la Agricultura, vaciada

en ella, es elflorido mai c que la engalana.

La gran diversidad de

plantas

que nuestro

globo

nospresenta, las

innumei abies familias

enque

están

constituidas, las clasesqueforman, los climasen que viven, los ju;¡s de que se alimentan

constitujen el

objeto de la Botánica, en

la cual la Agricultura

va calcando sus principios

teóricos

y sus

prácticas

razonadas.

Comocomplemento de estos

estudios,

se nospre¬

senta la Geografía física

suministrándonos

cuantos coaocimieníus ymedios puedan

ilustrarnos

en seme¬

jantes materi

is, y que

sí bien

su

utilidad

es

palpable

y

evidente

, na

ha habido

aun

quien la haya tomado

en .:ousideracion para

aplicarla á los

estudios vete- rinaiios. En elPlan de 1847 se trata de las demái ciencia;espresadas, y ni siquiera se

ha tendido la

vista iiáciaesta que espara

la Agricultura

y

la Zoo-

nomologia unnorte

infalible.

Tales son las ciencias que prestansu apoyoá la Yeteiiuariay ásu

b .tmariala Agricultura. Conocien¬

do evidentementeel Gobierno deS. M. enel anode 1847 esta,verdad, dispuso quee.Uas

materias,

como complemento délos

estudios veterinarios,

se cursa yan simultáneamente con los

años

decarrera. Pero

esta

uisposicion

¡cuantos

perjuicios

no

ha acarreado!

y¡cuantas

dificultades

no

ha presentado

para su rea¬

lización!

Sise

conceptúan útiles tales 'estudios,

como no pue¬

demenosdeser asi; siseconsidera quelas

materias

•queabrazauncursoenVeterinariasondepor

su- -Hcientespara ocupartodú

la atención del alumno apli¬

cado, severá inmediatamente lo

perjudicial de'se- ínèjante

medida.

Por lo dicho anteriormente,no puede quedarnos

dudaalgunade que las ciencias cuyo estudio se hace

como complemento do la Veterinaria, y

quesería

mejor considerable comopreliminar,son labaseso¬

bre quegravita asísu parte

médica

como la zoono-

mológicay

agrícola;

y^ siendo tal, parece una ano¬

malía elno hacerle preceder

al estudio

de-esta. Por

este medio ¡cuantasdudas

quedarían

desvanecidas

en el momentomismo depresentarse! y ¡cuantos

problemas

se

quedan

sin solución por no aclararlos

con la luz que desprendenlasciencias físico-mate¬

máticas y naturales1 A veces sepresenta unfenó¬

meno en lacienciaque llama la atención,

sorprende,

admira; y enmedio de tantarareza, iros

quedamos

comosi nada viéramos.

¿Sucedería

en

el

caso con¬

trario?- Tal vez, pero

sería

poco

frecuente.

El cuerpo animal, asícomo la

Naturaleza

entera, bien examinado, no e.s mas que un

laboiatorio químico,

cuyos

instrumentos

son

los órganos

y apa¬

ratos constituyentes, ó loquees lo mismo, suspar-

tesyel conjunto; la mano que

los dirije

en

todas

sus

operaciones

es

la vida, la Naturaleza

;yaunesta

mis¬

ma vidaes tan inherente á latrabazón y armonía de

las partes, que

puede decirse

muy

bien

seresta

mis¬

ma. Pues si tales cosas conocemos, y

presentando

tanta exactitud la Física y la

Quiinica, podremos

permanecer

siempre

en

la inacción? No adelantare¬

mos

siquiera

un

paso?—Es bien evidente

que

sí.

Mientrassealamateria á la quenos

dirijamos,

nues¬

tra empresapodráverse

coronada de buen éxito;

pe¬

ro si,comosuele suceder, nos hallamos frente

de

esaparte

inmaterial, de

ese

-pavvlum vite, de

ese

in¬

sondable mas allá que nuestra

imaginación

apenas distingue

confusamente,

entonces

serán

vanos nues¬

tros esfuerzos. De este modovendremosen conoci¬

miento de que hemos

equivocado el camino; de

que

es

preciso marchar siempre afianzado

por

los buenos principios

; y que para

dirigirnos á la investigación

de lo maravilloso,es necesario cimentar bienlapi¬

rámide, cuyacúspide

debe bendir la region de los

arcanos, yprestarnosun

medio de llegar á descifrar

los queboyuospresenta

la Naturaleza. Si volviéra¬

mosla vistabáciaatrás jcuantas maravillas noscon¬

tarían nuestros predecesores,que

boy

son

verdades

-evidentes, puestas al

alcance

detodos

!—Si tal prodi¬

gio

observamos ¿porqué acobardarnos ahora?

No haymas que

enlazar bien los estudios;

no

hay

mas que

cimentar la obra

y

dirijirla conveniente¬

mente, que ella mas

tarde ó

mas temprano nos en¬

señarácomo debemos concluirla. Mas si por

el

con¬

trario la basamos mal, crecerá si, pero envanease

pretenderá adornarla,

porque

al llegar á cierta al¬

tura ella mismase derrumbará.

He

aquí

pues,

lo

que

sucede á la Veterinaria ac¬

tualmente: que la obra

marcha

; que se

la

carga

de

adornos queno

puede

sostener; queno

están

en re¬

lación con su modo de ser, y que por

lo tanto

se

desprenden sinó

por

sí mismos, al

menospor

la cau-

(3)

sa masiasignifleante. ¿Sucederíaasi, si loque ahora sirve de adorno

constituyese

la base?-Es bien se¬

guro que no.

Sicuando el alumno penetra enla clase de Anato¬

mía que eslaprimerapuerta de la ciencia, conociese las

Matemáticas,

la Física, laQuímica y la Historia Natural ¿severía envuelto en el caos enque vive

durante elcurso, y quesolo ai tocar ásu fin puede aclarar ligeramente? Si los mismos conccimientos le

acompañasen

cuando oye hablar de los mecanis¬

mosdela vida ¿dudaría tanto comoduda? ¿tantova¬

cilaría queal final tuviese que confesar, nada sabe¬

mos?—Si alllegar á los desórdenes orgánicos pudie-

era aplicar losprincipios indicados, ¿se creeriaco¬

moahora

obligado

áno ver nada? á divagarsin ra¬

zónfundadaenbusca de

esplicacionesde

los fenóme¬

nos massencillos?—Es indudable que no.

Hay

mas^: talespresion sueltaá veces elmaestro, tal idea vierte un

condiscípulo,

queel quela oye, hallándose bien

dispuesto,

larecoge y la desbasta,

otrola pulimenta, yfinalmente.otro laperfecciona.

¿Se quiere aunmas?—Sino hay un puntofijo, sóli¬

do y seguro en dondefijarlasobservacionesrecogi¬

das,son castillos en el aireque caerán sin duda al

maslevesoplo de una contradicción.

Al entraren la parte histórica de la Medicina, y al referir lasgrandes

plagas

morbosas y los grandes contagios acaecidosen

cualquier

puntodel Globo, si tenemos por medidde laGeografía«nconocimiento

exactode la situación

topográfica

del pais, en una

palabra, del clima¿no tendremos bastante aclarado el origen de tamaños males?—Esta misma ciencia

¿nonos dice, cuandotratamos de alentar ánuestra tan decaída

Agricultura,

que entaló cual pais, y en tales ó cuales condiciones viven algunas plantas de que carecemos, y por las cuales rendimosun creci¬

do tributo á los estrangeros? no nos ausilia también paraemprender nuevas conquistas deanimales que

podrían prestarnos grandes ausilios. y cuyos pro¬

ductos alimentarían y desarrollarían nuestra in¬

dustria?

Tales son, pues, los grandesrecursos que

pueden

utilizarla Medicina Veterinariayia

Agricultura

mar¬

chando unidas como vanboy dia: tales son también losinconvenientes que, como hemos tenido ocasión de esperimentar, preséntala simultaneidad desu estudiocon los anteriores. Al gobierno le toca cor¬

regir tan gravesmales, conlo cual lacienciatomará

un nuevo

impulso

yadquirirámaslustreyesplendor.

Véase, pues,si la reforma debecifrarseenla am¬

pliación

delos estudios

veterinarios,

ó en la adqui¬

siciónde buenos preliminares. Sin un conocimiento íntimo de lasMatemáticas no puede comprenderse laFísica; sin esta, no puede entrarse confruto enel estudio de la Química: el matemático será buen fí¬

sico; el físico será químico; y sin abrazar estas tres

cualidades,

no puede un hombre sernaturalista , ni médico ni agricultor.

Estos preliminares son

indispensables

al veterina¬

rio, sin que por eso dejede haberotros que le son muyconvenientes. Puesqué ¿estáacaso el veterina¬

rio exento de discurrir, deraciocinar, en una pala¬

bra, de conocer la lógica?le serán embarazosas las lecciones de oratoria que se dan en los Elementos deFilosofía? la

lengua

latina, la historia, la geografía

están desposeídas acaso deinterés{tara los veterina¬

rios?-Examínese, medítese condetención sobrees¬

punto, y so. verá que es absolutamente

indispen¬

sable el quetodo aspiranteá alumno, debeestarim¬

puestoentodas las materias desegunda enseñanza:

esto es, que sea bachiller en filosofía. Así y no

otro modo se colocaría á la Veterinaria en la senda del desarrollo teórico que merece enunion de la

Agricultuiay Zootecnia.

(Se continuará.^

ARREGLO DE LA

VETERINARIA.

Contestación que

ha dado el profesor de

primera clase D. .José María Giles á la comunicación que

le pasó el catedrático

D. Ramon Llórenle Lázaro.

Penetrado de laimportancia de la comunicación queV. se sirvedirigirme, y animado de los mismos deseos que le hanconducido al honrarme conella, procuraré contéstarlos delicados estreñios queabra¬

za,.sino conla copia de datos que lanaturaleza del

caso exige, al menos con la imparcial

independen¬

cia del que solo ambiciona la justicia y la equidad

para la claseá que se gloría pertenecer.

Es innegable (|uelosprogresos de la sociedad y los intereses de la ciencia están : e.'lamaiido hace tiempo un arreglodefinitivo, quefijando deim mo¬

do terminante lis atribucionesde los que ía ejercen, ponga coto á la e.specie de anarquía científica á que está entregada, y que conperjuicioen los intereses de todos estaciona y liiuita los adelantos que liácia

su

perfección

y mejora tiene hechos; dejan<to por ello de obtener el

lugar

á que por su conocida im¬

portancia enla escala de las [.rofcsiones útiles está llamada á ocupar.

Bajo este supuesto creo que el fraccionamiento

de la clase Veterinaiia es un perjuicioinmenso, ora para losprofesores, ora para la sociedad; encuyo convencimiento y en la conciencia que tengo de las vectajas de la reformaen este sentido j paréceme conveniente que nuestra tendencia y nuestros es¬

fuerzos deben encaminarse áautiiiila haciendo que de una vez para siempre desaparezcaesta divisiony

conella el nombre que

simboliza

el empirismo que tanto ha contribuido á rebajar la importancia de la profesiop y el bienestar de los quela ejerceu: esco¬

gitar los medios de llevarlo á.cabo, lastimando lo

menosposible los intereses creados, hé aquí lo que

nos proponemos ensayar.

Paraellojuzgamosdenecesidad reduci.'á lastres clases siguienteslos [)iofesores que con diversostí¬

tulos existen enla actualidad: veterinarios de pri¬

meraclase, id. desegundayprácticos enveterina¬

ria.—A los primeros corresponderá

precisamente

(4)

ejei'cerla Veterinariaen

toda

su

estension

con

de¬

recho á la

primacía

en

los

actos

públicos

concer¬

nientes á la Administración; á los segundos con la

limitación marcada en el Real decreto tlel 47 ; y á losterceros solamente les estará permitido el trata¬

miento de las enfermedades que afectan á los solí¬

pedos, según

los conocimientos de

que en

lo

gene¬

ral están adornados y la

interpretación

masjuiciosa

quepuede darse

á las atribuciones marcadas

ensus títúlos respectivos;

podiendo

no

obstante ejercer las

demás funciones áfalta de profesores de las doscla¬

ses citadas , respetando de este

modo lo

que])revie-

nela lej' o.", título

14 de

la

Novísima Recopilación.

Mas para operar esta

reforma de

un

modo decoroso

yacertado deben

considerarse desde luego de

pri¬

meraclase á los veterinarios puros ; exigiéndoles únicamente lapresentación

de

una

Memoria

sobre Agricultura, sinotro

sacrificio, de ningún género,

considerando por una parte

la conveniencia

y por otralajusticia, en razón

á

que

his mateiias

quehoy

seenserian

(si

se

esceplúa la Agricultura

en

toda

su

estcnsion) las han

cursado durante

su carrera; lo

cual se bada comprobado por sus

títulos

y por el Reglamento del TI. Estas Me

norias deben

ser exa¬

minadas simultáneamente por cualquiera de

las

es¬

cuelas superior ó

subalternas á voluntad de los inte¬

resados, á fin desimplificary abreviar laoperación sin nuevos

entorpecimientos

; y

si hubiese

algun

profesor

tan negligentey

desposeído del suficiente

amorfacultativo que desoyese

el llamamiento,

seria

no obstante considerado con las atribuciones de los de primera, osceptoen cuanto con

-ierne

á la

Agri¬

cultura , pero siempre

postergado á

estos entodo y para todo.

Parapremiar la aplicación y

el talento

de los al- béitares que hayan sabido

distinguirse

de sus com¬

pañeros

elevándose por sus

conocimientos

científi¬

cos á la altura de losveterinarios, deberá incorpo¬

rárselos en la segunda clase,

prèvia

la sufic¡;mte

prueba

de su

idoneidad mediante

un

exámen

de las

materias que estoscursan en su carrera: verificán¬

dose este acto en las escuelas de la lacultad, y aun también pudieran hacerloante uno ó mas tribuna¬

les que al efecto se

nombrasen

en

aquellos

puntos que

estuviesen

muy

distantes de los establecimientos,

siempreque hubiese en

ellos universidades,

en ra¬

zón á que deben precisamente componerse

de

vete¬

rinarios di' iirimera ó segunda clase y de un cate¬

drático de :nedicina que á su vez haria de presiden¬

te. Espirado que

fuese el plazo

que para esto se se¬

ñalaseserian tácitamente los (|ue

quedasen

compren¬

didos en la terceraclase conla denominación yatri¬

bucionesque le hemos asignado, terminando con

ellos esta sección de profesores que. como debe co-

mocersenopue,temenosdeserlimitadasuduración.

De este modo quizás podria lograrse el-arreglo ape¬

tecidoconciliando cu lo posible el respeto á los in¬

tereses creados sin menoscabo de la ley.

Creo haber contestado los pormenores que

abra¬

za su precitada comunicación, sintiendo no sea con la estension y conocimientosque

reclama la impor¬

tancia delasunto; pero su ilustración y talento su¬

plirán

mi falta, esperandopor ello desu

buen juicio

y amorá laciencia un informe tan

imparcial,

exen¬

todepasionesy acertado que, satisfaciendo

las

ne¬

cesidades del presente, asegure y

garantize el

por¬

venir de lajuventud ácuya instrucción está digna¬

mente consagrado, Dios etc.

Ecija

11 dejunio de 1853.

José Marix Giles.

Sres. redactores de Ei, KcO de la Veterinaria.

Muyseñoresmíos: Espuse enrai escrito del20delpa¬

sado mayo elmodo brevey segurode obtener lu

esladísti-

eade todos losanimales domésticos de bspaûa. para que el arreglo departidosvaya unido alReglamentoque para el ejercicio de la veterinaria civil debo luego publicarse,

porserestaal parecerla grandificultad que sepresenta,

b.iprensa médica conoció el gran

compromiso

que

tenia

contraído enesta interesantecuestiónconla ciencia y con las ciasesque representa, dio la voz

de alerta, todos

se pusieron enguardia, ycadauno en elterreno

de

sus eo- iioeimientos haemitido sus ideas y opiniones, unánimes

todascon muypequeñas diferencias enel

modo

como

de

bia verificarse. El proyecto ha llegado á su término con

losdictámenes favorables de los Consejos de Sanidad y.

Real, y se encuentraenmanos

del Gobierno, próximo á

publicarse. Entre tanto nuestras

notabilidades veterina¬

rias¿han dado alguti

paso?

encaso

afirmativo bueno seria

saberlo paraestarles

agradecidos;

encuanto

al único ór.

gano quehastabápoco

ha representado á la Veterinaria

¿qué lia

hecho? regístrense

uno por uno

los números pu¬

blicadoshastahoy,yenellosse

encontrará la contestación.

Empero aunquelarde,aun es

hora: acudan luego todos los

directores do lasescuelas,conrespetuosas esposicionesal

Gobierno de S. M., haganlo mismo todos

los subdelega¬

dosdedistrito; espongan losmales que

venimos sufriendo

losprofesores de partidoque

forman

en

la sociedad una

clasenumerosaycientífica, pero

desgraciada,

que nece¬

sita, comola que mas, protección y amparo, aunque no

sea masque porlos muchos

bienes

que reporta

la indus¬

triaagrícolay pecuaria.

Y Vds. Sres. Redactores,

que

al¬

gundia acaso"tengan que ser

profesóles de partido, le.

vaiilensu enérgicavciz por medio del

periódico

que tan

sáiiia y oportunamente

dirigen,

para que

todos coadyuven

« tanlaudableobjeto; y vosotroslosque porvuestros co¬

nocimientosmédico-veterinariosy porvuestra suerte ocu¬

páis losaltos destinos de la

ciència; trabajad sin

cesar,

in¬

terponed vuestras relaciones paraconvuestros

hermanos,

saeadlos delestadoangustioso y precario en que en

los

pueblosso encuentran,

de

esa

dependencia

agena

del si¬

gloilustrad'iquecorremos, y

vuestro galardón

y

su re¬

conocimiento seráneternos. Profesores todos, eneste mo

mentó la cienciaos llama;acudidpresurosos á su invita¬

ción, dejad á unlado osas

miserables rencillas de clase

que eneldia os ocupan, pues

la

grau

cuestión de vida ò

muerte esol arreglo de

partidos; boy

es

tiempo de elevar

nuestrassúplicas á lasgradas

del Trono, mañana quizá

sea

tarde. Elarreglo de losprofesores

de las ciencias médicas

toca ásutérmino; sivenciendo dificultades

conseguimos

que el nuestrose una

á

este,

lo hemos logrado todo; si

este se publicasinnuestro

consorcio quedamos orillados,

nuestros males seguiránen un aumento

creciente,

y no

habráquiennostiendauna mano

amiga; solos sufriremos;

siquiera ahora tenemos

compañeros de inlortuuio, emisuelo

estéril, perocierto.

Si Vds. Sres.Redactoresconsideran de algun

provecho

lainserción deestas reflexiones en su apreciable

perió¬

dico, estimaré las di'ii publicidad, de

lo

que

les quedará

agradecido su

afectísimo servidor

y

suscritor

q.

b. s m.

Junio 12 de 185.3. ^

Un Veterinariode 2. clase.

Dispuestos

siempre á secundar con todos nues¬

trosesfuerzos lasmedidas útilespara

la Veterinaria,

(5)

no titubeamosen adherir nuestros votos á los del comunicante, á quien damos las gracias por sus no¬

bles esfuerzos en favor de la profesión.

Nosotros

que estamos convencidos de que esta no

saldrá del

estado

deplorable

en que se

halla,

en tanto que

los

que la ejercen no tengan su

subsistencia decente¬

mente asegurada, y mientrasqueal

mismo tiempo

no cesenciertas costumbres indecorosasque nosle¬

garan los hombresque hasta ahorahan ejercido

el

arte de curar los animales, tal (entre otras) como hacer accesorio esemismo arte al de herrar y prac¬

ticarlos ambos por la sola retribución para este estipulada; nosotros que sabemos bien ([ueninguno

de estos dos importantes objetos se

conseguirá

sin elarreglo de partidos; nosotros enfin que

solo

en la realización de este arreglo reconocemos el poder depremiar el verdailero mérito y de cortar los funestos efectos de la inmoralidad, no podemos

menos de encarecer sobremanera á todos los pro¬

fesores el medio que proponeel comunicante para alcanzar el noble fin á que en bien de todos aspira.

Si los profesores sedecidieran á secundarle, si los veterinarios sacudieran la apatia en que numerosos y reiterados desengaños les han sumido, si cadauno

interpusiese

su influencia é hiciese valer sus cono¬

cimientos,

quizá se obtendría unareal órden man¬

dando formarla estadística por el medio que el au¬

tor del reinitido propuso en el núm. 10 de

El

Eco.

Si los veterinarios permanecen sordos á este se¬

gundo llamamiento, solo nos será dado lamentar su silencio y lanzar desde el fondo de nuestro corazón

un voto de amarga censura á los que,

sumiéndolos

enel abandono de la desesperación, han herido tan gravementeá la cienciaen sus adelantos y á lapro¬

fesiónen su categoría.

No terminaremossin hacer notar queel profesor

quemotiva estaslíneas está al frente de unasubde- legacion deVeterinaria, la quedesempeñaconinte¬

ligencia y dignidad; mereciemlo portanto susindi¬

caciones ser apreciadas con la mayorconsideración

que estacircunstanciales da.

Algunas reflexiones acercadel deslinde deatribuciones entreveterinarios yalbéitares\ ysobre el Reglamento de Veterinaria de1847.

Granilcsliansiiio los adelantos quesehan hecho enlas nacionesestranjeras, después del arreglo de losestudios veterinarios; grandes las ventajas é inmensas las riquezas

queestos estudios hanproporcionado: grandes serán, no lodudo, las queesperiinentará España despues delmismo arreglo,y numerosaslas riquezasqueadquiera; perohas¬

tasinqueestosuceda ^,quá de conflictos, qué de calamidades

cuenio noe.sperimentamos?La industria, el comercio, las artes, í;éaquí los elementospor los quelas naciones

sehacen polerosas, héaquí los medios porlosquela In¬

glaterra,la Francia, etc., sehan enriquecido: pues bien

estosmediosnopueden prosperarsinque vengaen su so¬

corro laAgric-Uura; estasin la Veterinariaserá un pig¬

meoen coin^ :iracionde loqueconella puede ser: (1) de aquí, lógicamente so desprende que, la indu-tria, elco¬

mercio, las artes, sondeudoras de la Agricultura, y co¬

moestaloes de la Veterinaria, resultaqueloserán doble¬

menteaquellas.

Atenibendo, sinduda, á estasrazones, S. M. elRey l).

Cárlos I\ decretóel establecimiento deEscuelas Veteri¬

narias enEspaña. En 1783seestableció la de Madrid, ba¬

jo los mejores auspicios; en1849 fueron establecidas en

Córdoba y Zaragoza, y en1851en Leon. EstastresUlti¬

mas, como sabemos, de órdcn mas inferior quela prime¬

ra. Si á imitacióndenuestra vecina Francia, se estableció (1) Véase Ei. Eco, artículo«qué esla Veterinaria.»

la Escuelade Madrid ¿porqué no seha hecho lo mismo

con las quesucesivamente se hanestablecido? ¿porqué

no son en untodo iguales á la de Madrid? ¿quérazones hay para que en aquellasno sehagan los estudios comple¬

tos, ysi de la de.Madrid salen Veterinarios de 1." clase, suceda lo mismo enCórdoba, Zaragoza y Leon? que asi

no sea es un mal, es unerror crasísimo que no se puede '

perdonaral Reglamento de 1847. lié sentado porprincipio

queel establecimiento de Escuelas de 2."clasees un error y pasaréá probarlo.

Tiempo hacia quenuestra patria clamaba, porelesta¬

blecimiento deEscuel.is Veterinarias, de donde salieran personas instruidas, y adornadasde los conocimientos necesarios, parade ellas poilcr echarmano enlaiutiuidad de las apremiantes necesidadesquela rodean: porfin so instalaron las escuelas, y lo que es mas, seinstalaroncon escesosegnnmi opinion. Efeciiv.ainente; enFrancia ápe¬

sardel considerable aumentode población relativamente

á l'lspañay dequeelterreno cultivableesen dicha nación

muclio mayor, solo hay tres escuelas (en Alfort, Liony

Tolosa), todas ellasde unamismacategoría. Este número

de escuelas basta á la Franciaactual, tansuperior áEspa¬

ña; peronosotrosnecesitábamos sin duda desprendernos

de la imitación enquehabiamos incurrido, y aunque á la

verdad no seguimossuejemploenlaparteinstructivaqui¬

simos sersuperioressino enconocimientos al menos en

número; yhéaquí quecontamos cuatroescuelas. Conce¬

dido, sinembargo, queestas medidassehayan adoptado;

perolo quedebe fijarnuestraatención eslaformaenque

seadoptaron. Se fraccionóla enseñanza cuando debióten¬

derseá su unidad,y con taldeterminación y otrasS"me-

jantes que habian precedidoal reglamento de 1847, se creó eldesórden yla confusionque hoy lamentamos.

Las necesid.ides noquedaron cubiertasconel estableci¬

miento de escuelassubalternas, porqueó los estudios ve¬

terinarios necesitan cinco afios ó no necesitan mas que tres: si cinco, claroes, quelos que no loscursen, nopo¬

drán adquirir aquellosconocimientos quetan indispensa¬

bles son; sitres, demásestá que en laescuela de Madrid

seestudien cinco. Do las cscuilas subalternas salenveteri¬

narios (le 2."clase, que nipor la leynipor sus conoci¬

mientos, puedenservir paraatender á las necesidades de laAgriculturayGanadería, resultando además que estos profesores , despues de tres añosdeincesantes estudios,

seencuentranconfundidos conlosalbéitares,y deben des¬

mayar ante el desempeño desu carrera, no procurando hacer adelanto-, deningún géucro, ni,-ervicios á la ciencia á que sededicaron:ellos no pueden enrealidad desempe¬

ñar ningunasubdclegacion, ni revision de carneshabien¬

do veterinariosde1.' clase, no pueden optar álas plazas del ejército, niencargarse de las casas de paradasetc.

etc. ; luegoentonces ¿paraqué han sidocreados?—según

las leyes vigentes, paralo mismo quelos albéitares cob corta diferencia. ¡Tri-tees en verdad, elporvenir de los

\eterinarios de 2." cíase! Según esteporvenir, pn hom¬

bre adornado de los mejoressentimientos, queno repare, ni le arredren bis continuos ypenosos estudios de la cien¬

cia, ante un cuadrotandesengañadorytan trist',nopue¬

demenosdedesmayary recordarunay mil vo,.es, olpre¬

cioso tiempoperdidoyel capital empleadomieatrasestuvo

en la escuela: capital que. unidoá lo que se hubierapo¬

dido ad¡nirirenel espacio de tresaños,tal vez le hubie¬

ra proporcionadounacómoda e.vistencia.

Asies quedetalesdisposiciones reglamentariasno pue¬

do surgiruna consecuenciafeliz;ylos veterinariosde í.' clase puras yde 2.° asi comolos albéitares, giran ácie¬

gas en un circulovicioso, siendo su pautareguladora el abandono, el abuso, la intrusion, la imoranciadesusde¬

rechos y susdeberes. Desiiert.: queEspaña, esta nación privilegiada por la naturaleza, cuyaposicióntopográfica,

fértiles colinas,y espaciosas llanuras, la hacenser es' n- cialrneiiteagrícola;se encuentrahoy completamenteaban¬

donada desus hijos. El Gobierno, lasdiferentes sociedades económico-rurales que sehan formado, lasociedad rutera,

conocen esta verdad, lodos demancomúntrabajan para su fomento; masinútilesseránsu.s e.sfuerzos, siantesde todo

nose tratadeunarreglo radical, de una mejora palpable

enlos adelantos de losestudios veterinarios: eneldia es¬

tos adelantos sehan hecho c«si imposibles, hay un muro,

una barrera,quese oponeásudesarrollo, yque es nece¬

sario destruirátoda costa, redncir ápolvohasta el último

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