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(1)

AlÜO I. JÜEVES 1.° DE SETIEMBRE DE

1855.

MÚM.

16.

—^

EL ECO

DE

LA YETERINARIA.

periódico de intereses morales y materiales.

redactado por

«

2).

Miguel Viñas

y

Marti, profesor veterinario de

primera

clase, residente

en

Barcelona,

y

i).

Juan Tellez Vicen y

D. Leoncio F. Gallego, alumnos de la Escuela Superior

de Veterinaria.

Sepublica cada quince días.

En Madrid3 rs.al mes; en provincias 12rs. por tri¬

mestre, remitiendoel importeeon carta franca en libran¬

zassobre correosá ladrden del Administrador.=Las en¬

tregassueltas de las obrasque se publican, á medio real cadauna paralos nuevossuscritores.

A NUESTROS SUSCRITORES.

Defendercontesónàunaclase beneméritadelaso¬

ciedad, consignar los adelantos teóricosy

prácticos

alcanzados enlosdiversos ramosdel saberhumano,

darpublicidadá los servicios que los hombres dis¬

tinguidos

por su laboriosidadprestan á los demás, combatirconperseverancia y

bajo

todas susformas la ignoranciay lainmoralidad; né qui la noble mi¬

sión de los periódicos científicos,hé

aquí

como son útilesá las

profesiones

y

á

los que las ejercen, á las ciencias yá los qne

las

cultivan, á todaunanación y aun á la humanidadentera.

Nada masnecesarioen efecto, que estos

órganos

consagrados á ilustrary moralizar; nada mas

digno

y elevado que procurarlaconsecución de este do¬

ble

objeto

por medio de la

poderosa

palanca de la discusión; porque la disensión es la antorcha mas segura para iluminar los puntos oscuros de la via

esperimental,

el elementomas eficazpara

señalar

las afinidades de hechos al parecerinconexos,lapie¬

dra de toque, con cuyo auxilio podemos llegar á juzgar de! valor filosófico de unateoría; porquela discusión

disipa las

preocupaciones, combate la in¬

curia,atacaá lamala fé... Los

periódicos

científicos solo dejan deserútiles cuando, representantes de bastardos

intereses,

no sostienen laverdadera dis¬

cusión; estaesinconveniente cuando laprocacidad de personas interesadas enello, la

imprime

una marcha torcida...

Tales erannuestrasconviccioues alemprender la

publicación

de Et, Eco, quejuzgamos

indispensable

atendidaslastristescircunstanciasquerodeabaná la Veterinaria

española.

Sobre ella pesabancomo un

Se suscribeenMadrid en casa del Administrador dea Juan Tellez Viceu, calle delDesengaño, nüm. 18 ,cuar¬

to tercero; enlas librerías de Bailly-Bailliere, calle del Principe, y deCuesta, calleMayor; y enla litografia da Garcíay Mejía, callede Atocha, nüm. 66.=En provincias

encasade los corresponsales.

manto de

plomo los

antecedentes de la

Albeitería;

esta so esforzabapara retenerla

cobijada

en su fu¬

nestasombra, parasofocarla

bajt»

el abrumador le¬

gado de sus tradiciones, yla nueva profesión que

arrastraba desde su

origen

una infancia

trabajosa,

tenia que resignarse á vegetar enla oscuridad, por¬

quecarecía de medios de defensa.Nosotros en nues¬

tra debilidaddesvalida, concebimoselatrevido pro¬

yecto de proporcionar á los veterinarios algunosde

esosmedios,y noslanzamos á la realización.

Conocíamos muy

bien

quenuestraaparición enla

arena

periodística,

había deser.la señal de alarma para veterinarios y

albéitares,

para los

agoviados

porla

desgracia

y la

desesperación,

y para losque

paladean

ásu

placer

los frutos de la ajena indolen¬

cia... No se nosocultaba que la lucha que íbamoa

á emprendernos suscitaria enemistades

personales.

Comprendimos

desde

luego

cuántos odios hablamos de concitarnosal

despojar á

los ojos dela razóndel prestigio

inmerecido,

pero inveterado, con que ciertos hombres hablan tenidola

complacencia

dere¬

vestir á ciertos otros.

Empero

la

deplorable abyeccior

en que

la

Vete¬

rinaria

languidece,

era paranosotrosmas atendible quetodas las consideracionesde conveniencia per¬

sonal; resolvimosarrostrar todas las consecuencias,

y... ElEco fué creado.

En mal hora resonáransus

primeros

acentos, por¬

que antes deque vierala luz

pública,

esperimentó

ya rudos ataques,

dirigidos

conintención siniestr»

y deuna manera

oblicua;

ataques quetendían áma¬

tarle enembrióny que hubieron de estrellarse en lainesperada energía de susjóvenes

fundadores.-El

Eco se vió desdeel

primer

indicio desu existencia

ultrajado,

eicarnecido y

hasta

amenazado con la

(2)

EL

creación de otro

periódico, El Alhéiiar, falso re¬

presentante

futuro de la clase de su nombre. Estos

conatos deintimidación,

manifestados tan inoportu-

tunameiite y porpersonas

de valimiento por su po¬

sición,

imprimieron á El Eco

un

carácter de acritud

y

exasperación ajena de lamarclia témpiafla aunque

firme que

se.jprpponja seguir. Pero dbspués que re¬

chazamos con

indignación,^ nuestrt^ ;1nijioderado9

advei'sai'iíp^,- nosapartamos

cuanto qjïs fuú pebble

: de las

personalidades. Conducidos por la razón, he¬

mos atacado á la

Albeitería

;pero

nadie noS habrá

hallado

incompasivos

paraconsus

profesores desgra-

graciados, ni ultrajantes para con los de reconocido

ifaéritó.'TárfeS'EL Eco.

ElBbletin de VeteHmria era en

aquel tiempo el

único campeón

de la facultad. Solazábase sin duda

en su .existencia

solitaria

con su

apiigua dicha....

Cuandoelcorazónde El

Eco dejó sentir

su

primer

latido,

ElBolélinlü dió

un

consejo, y al mismo tiem¬

po se

declaro, semincM/raí. Desde entonces parece que

faá cumplidosu

palabra,

y

seguiao una marcha que

no es delcaso

examinar ahora.

Peroentretantola amenaza se

realizó; E¿ Alhéitar

.

s^ió á luz \ El Alhéitar\\\ Hé aquí un periódico dé

áó

que

únicamente la necesidad puede hacer que ños

ocupemos ;

hé aquí un periódico que pretende ser eï

órgano

de los profesores de su nombre, y al cual

sïn

embargo agradecerán muy poco su celo los al-

béilaressensatos; porque

todos cuántos le conside¬

ren coino

legítimo representante de

sus

intereses,

aceptan

iácitamente las poco gratas calificaciones

que

de lo qué vamos á decir se desi)renden, y que

omitireniós enlo

posible, dejándolas á la penetra¬

ciónde nuestros lectores.

Un conjunto

dé palabras (que álgunas veces hasta

dejan

do c-crlo), vertida? sin mesura', sin considera¬

ción, sin rc.speto

de ningún género, sin demostra¬

ción dé lo qué espresan

ni de lo que constituye el

objeto paVa que

se estamparan ; en esto consisten

los artículosdeEl

Alhéitar,

que

lleva hasta

un

eS-

tremo fabuloso, el

desprecio háciála discusión

ra¬

zonaday

prudente. Aventurar proposiciones que la

razón rechaza,

aducir pruebas'rqas falsas

aun

qué lo

quese

trata dé demostrar, y sacar conclusiones ofen¬

sivas para

todos los veterinarios en general y para

cadauno en

particular,

este es

el sistema de los re¬

dactores delAlhéitary

de

sus

àílegadós. Veamos

con efecto como defienden sus

intereses científicos

y

profesionales.

Cuando seocupan

délos primeros, incurren

en

errorescrasísimos,

además de

espresar

mal las

co¬

sas massencillas yvulgarmente

sabidas;

y

como pa¬

rarealzar 'suinstrucción, los mismos que

destro-

'zan las nociones masexactasde los puntos

cientí¬

ficos quetocan,

pretenden imperturbables dar lec-

■' ¿iones á losveterinarios;llegando

á tal estremo

sus liamos de

superioridad

que se creen en

el derecho

'deinsùltar, acusándolos deignorantes,

á profeso-

ECO

-rescuyos

conocimientos

no

están

en

el

caso

de

po-

.'der admirarsiquiera.

(1)

Si discuten sobre cuestiones

profesionales, los

dislates en que

incurren

son mas

trascendentales

todavía. Para ellosnada hay

respetable, todo lo

atrepellan, dé

todó

Se

mofan; los razonamientos mejor^empleados, las leyes, los reglamentos. los

gobiernos, las personas mas autorizadas, las medi-

, dasmasjustas todo

lo

que

ostensiblemente

no

les

favoreceesel blanco de sus infundadas

recrimina¬

ciones. A las objeciones

de los veterinarios,

aun

á

las

simples observaciones contestan

con

violentas y

destempladas

personalidades, hiriendo

en

lo mas

delicado elpundonor

de profcsorcs justamentéihoii-

rados por

el'público aprecio. Desde la injima am¬

biguamente

lanzada, hasta los conatos mas marca¬

dos de difamaciónpara

nombres respetables, todos

losgrados

intermedios han aparecido

en

ese pei'ió-

dicó.Sus redactoresnohantitubeadoen

los medios

con tal de alcanzar el fin que se

propusieron (2).

Nos abstenemosde citarejemplos

de

esto, porque serianecesario descender á un terreno

demasiadó

cenagoso para

ello

:

basta saber

que

jamás han con¬

fesado quehaya un

alhéitar indigno nimn veterina-

i'io

apreciable;

pero

qué-mas si han llevado su osa¬

día hasta elpunto de

hacer mención de Mr. Rainard

entono de mmfa!

Tal esEl Alhéitar.

Hace tiempo que formamos

el propósito de

no ocuparnos

de

un

periódico

cuya

conducta es tal cuafl

la heiíiós trazado; queno es

ciertamente el objeto

Ac El Eco dedicar sirs' Colufnriâsá

polémicas

poco

decorosas. Quédese en

buen bora semejante modo

de

proceder

para

los

que se

complacen

en

c'ometer

continuos desacatosá larazón y la

réctitud He¬

moscreído no obstante dé nuestrodeberconsagrar á ElAlhéitar estasbreves líneas,

á fin de supltcarÁ

nuestrossuscritoresquenos

imiten

, no

volviendo

(1) Solo

citaremos

en

apoyo de lo

que

decimos dos

ejemplos, que

podriamo's multiplicar á nuestro arbitrjo.

Girunartículo, nnlaldc'pormas deunconceptoy

de

que

tienen noticianuestroslectores, despues desenisrsu au¬

tor quela sangrepepetraeu

el torrente linfático

,

con

otrascosasñom nos

científicas^ concínye

conla

própo-

sicioninjuriosade quedos

veterin.Trios deben ageadecerie

semejantecsplicacion.—Kn

otro,.(Jestiníído á impugnar un

escrito (leunveterinarioqueatesora t aita

instrucción

co¬

mo á su adversariofalto. se cree esto

autdrizado

para lanzar sobre aquel dip.o

prôb'.soritduras calificaciones,

todo poique el señoj-

albéitarás,

como

vulgarpientefge

dice, aidocampanas ij no

si(l)e ildnae:

es

decir

porque

elignora queademásde

ios aliiuentos pi/risf/cos, hay lias

respiratorios,qpe up son

azoados,

v porqueno

ha podido

aprender queestqsúltimosson

precisaniepte los

que

jue¬

gan 01papel

prinrípal

en

el cebamiento; durante el cnal

ios animalesdepositan entodas las partes

de

,sucuerpo y

enmayorómenor

abuqdancia el ¡irecioso prodiictollama¬

do grasa qué tampoco

ós'azoado. Ül articulista alhéitar

soloadmite comoalimenticiaslas sustancias que

contie¬

nenázoe!

(2) Para

las

personas

dé criterio esta conduélalo que

significaos la

conciencia

que

El Alhéitar tiene de la in¬

justicia de?u .causav

conciencia

que

le obliga á huir del

campode la razóny

agitarse

y

esgrimir las

armas

de

que usan.

(3)

DE LA VETERINARIA.

áaludir directa ni indirectamente al mencionado, periódico, ymucho menosá entrar en contestacio¬

nes.de la repugnante especie que hemos señalado

con los redactores delmismo ó sus adictos.

.ISlEiflITIlíO.

Sres. Redactores de El Eco de la Veterinaria.

Muy seftoresmios: sírvausoVds.dar cabida eusuapre¬

ciable periódico á las mal pergeñadas líneas siguientes, producto de unasencillaespansion de sentimieutos, que debeconcederse á los que, como yo, cursaron la Escuela Superiory obtuvieron eltítulo despuesdel año 1847; pues en ello les quedará sumamentereconocido su afectísimo suscritor Q. B. S. M.

Mxncel San Roman.

Convencido íntimamentede mi e.scasezdeconocimientos, paratralaren si| verdaderoterreno ia cuestión de conve¬

niencia de arreglo de partidos y demarcación de atribu¬

ciones entre veterinarios y albéitares, no deberiatomar parte en tandelicadatarea, resignándomeá dejarlapara unapluma mas hábilquela mia;pero alverdesvanecidas las bien fundadas esperanzas que nos hizo cnnccbir el real derreto de 19 de agosto de 1847, cuyocumplimiento

ensu parte esenciales una quimera, eldisgusto dehaber gastado ia juventudy elpatrimonio, en una carreracien¬

tífico-económica, de lacualconrazón nos proponíamosre¬

coger algnn fruto,y elobservar tristemente losinmensos perjuiciosque ocasionaá la sociedad el escandaloso,abuso de Unaciencia tan difícil ydelicada, lOmo esla de curar, me hanalentadoparaunir mi débilvoz al EcodelaVete-

binauia, conelprincipal objetodequenuestrosjustoscla¬

mores lleguep un dia áseroídosporel gobierno de S. .11., ysedecreteunarreglo quetan imperiosamentereclaman eldécoíode la cienciaque

profesamos,

y

el interesante

ra¬

mo de la Agrieultura. ¡sentadoesioprecedente, esplanaré,

si bienconpoca habilidad, condemasiadabuenafé, no to¬

dos losperjuiciosqueestá ocasionando la faltadelarreglo

que solicitamos, porque seria una vastísimatarea, sino losmayores', y que principalraonie necesitan un pronto

temedio.

Si todaslas industrias nacionales merecen del gobier¬

no un impulso protector, con el cual ¡puedan alzarse de lapostraciónenquedesgraciadamenteyacen,ninguna

con preferencia á la Agricultura, que sobre serJa mas arruinada,esla principalennuestranación,ylaquepue¬

de desarrollar un gérmen fçcundo deriqueza ennuestro

Erivilegiado suel.o. Kada importa

aya dedicadoá ella algunos desvelos,

que el gobierno

sino persiste

de S. M.

en

ellos,y corta de raiz sus principales dolencias. Todo el mundo sabequeehprincipal aperodelaAgricultura, yel que causa,desembolsos de mas entidadal labrador, esla compra de animales, y por la misma razón sededuce quela buena conservación de ellos seria la quelerepor¬

taria ventajas de consideración, l'eroestonopodráconse-

seguirse, mientras nosereprimancon mano fuerteesas

criminales intrusiones delos albéitares-herradoresenlos

C,(ÍgÍstros de sanidad, y mientras la curación delosanima¬

lesno salgade esepequeñoy oscuro circuí> delrecetario que usan yobtuvieron por herencia de susabuilos;por¬

que son innumerables los inconvenientes que nacen de aquí. Si al registrar de sanidad, desconociendolos defec¬

tos, porquedesconocen laTatología, Esterior,etc., causan

con suatrevida estupidez un vejamendecuantía al labra¬

dor, no esmenor el queleocasionan alusar desumalde¬

cido recetario; porqueignorando absolutamenteelpadéci- mienjoy sus caucas, aplican medicinas quesurten contra¬

rios electos al apetecido, y cuandomenor mal ocasionan, privan al dueño indebidamentedel necesario yútiltrabajo

de lus animalesenlastemporadas maspreciosas de labor.

Estees un mal de trascendencia, digno de tomarseen

copsideraçipn,Este yfie anUcarle,unpronto y eficaz remedio.

es un malcuya

e'sti'ncion

reportaria utilidades co¬

nocidas y palpables' á nuestra Agricultura, Industria y Comercio; que nos sacaria de [la vergonzosa posterga¬

ción que hoy sufrimos respecto-de otras naciones¡en

nuestrasrazasdecaballos, yotras producciones anima¬

les, colocándonos no solo al iiivel, sino masadelante;

porqueasí lo ha querido la naturaleza. Pero,paraestoes necesario quehayajusticia, quesedéá Dios loque esde Dins, y al Césarlo que esdel César. Queno se

propalen,

ni tomen en consideración esos infundados temores

perjudicar derechoscroados, porque soyel que con mas exactitud losrespetarla, si efectivamente existiesen. Qpe

seguardeel sábio principiode preferir el bien generalal particular, y una vez enestajustasenda, circunscribir á los albéitares al estrecho círculo' de sus atribücionés.

Prohibirles absolutamente, y bajolas penasdel Código, practicar registros judiciales enférias, en mercados, las curaciones de,otra especiedeanimalesque no sean caba¬

llo, mula y asno, y los reconocimientos de parada'á,

matriz de nuestros mayores males.

¿Podrádecirseporellos nipor nadieque esla medida perjudica sus derechos/'Su astro, suguia,el mismo Ca- herodesearla quecontestase; prescindiendo de que bien terminantementelo hace la ley -5.", título 14, libro 8."de la NovísimaRecopilación.

Otro de los inconvenientes ;]Ue acarrea la indife¬

rencia con quesemira la intrusion de los albéitaresen

ajenas prerogativas, eselatraso decienciaáquc induda¬

blementenosconducen,

pórqíie

iio habráunsolojoven,

quequiera dedicarse á unacienciaen laque despues de soportar gravesdesembolsosy sufrir las incomodidades, irabajosy desvelos, deuna carrera, solo bailaráverse co¬

locado alniveldeesa clase dehombres, asesinos denues¬

troidioma, que, condecoradcis con sn estupendo acial á guisa de banda;pasean las fériasvendiendo no sus cono¬

cimientos, sinosuignorancia, susandezy sus despropó¬

sitos, áundenigranteprecio.

No por esto dejaré de conocerque hay quehacer salvedades, porque entre los albéitares, hay sugetós'de provecho cuya aptitud científica les hace acreedores' á

ser tratados con consideración; pero toda vezqueicoH mengua de sus conocimjentps despreciaron la

proiec-

cion que les dispen--arà una real Residucioii , quede¬

bieron acatar comb al :stro vivificador de una ciencia

tan títil y uéoesaTia, sufran también las consecuencias que-enla parlo lucrativa merece la generalidad de sus

conjprofesores.Esteesotromalciertaipenteconsidera'bjie;

pero que^ueile

tambieii

remediarse condemasiada justi¬

cia. El'arreglo departidos, para el qne está snflcienle-

menteprob'adíi qne no puede babordificultades, todavez

quelacstadísiieapudiera conseguirse en el breve plazo

de dos meses, y la provision de ellos en veterinariosde idoneidad, adornadoscon ellionro/o distintivo de haber sufridoun exámen, le alzarla un moro insuperable,, y prontomuy pronto se palparían los buenos resultados, l'rodiiciriaánodudarlo unestímulo, delque podríansa¬

carse grandes ventajas, porquevistoqueelmérito hallaba lajustarecompensa, todosconavideznofe dedicariaraós á

adquirirle,yno separalizarlauna cienciatan oportuna y necesaria.

Medina deRioseco25 deagostode 1853.

PATOLOGIA

Y TERAPEUTICA.

CLINICA.

{Continuación.)

•Estadescripcióntansencillaytanbien cirqunstahcia- da llevaen untinte de verdad práctica, que coií difi¬

cultad podrá apreciarse debidamente. Lasteoríps médicas

de laépoca qué encubrieron ú originaron entoncestantos errores, notomaron enellapartealguna: todo lleva else¬

llo deuna sanayjuiciosa observación, queinspira y me¬

recela confianza. Pero por otra pártelaautoridad de So- lleysülno es solo laúnica que patentiza laexistencia de la lesion patológica de que setrata, pues si se abre la Parfaite Cárinaissance des Chevaux, por

Gaspar^

■Sa«ni«r,se:«que se presentanocasionesen que ua

(4)

EL EGO

•caballoforcejeandoen

el

potro

ó

en

otra parte cualquiera

•el nervio que se

estiende desde la punta del corvejón á lo

•largo de lapane

posterior del muslo sufre un estirón y

•confrecuenciaseacorta, yno

puede

mover

la pierna ni

•sostenerse, como si el hueso

del muslo estuviese fractu-

•rado.»Ladescripcióndeeste autor, aunque

incompleta

y muy

imperfecta,

se

refiere evidentemente á la afección

tanbiendescritapor

Solléysel: la

que

da Lagueriniere pa¬

rececopiaday

compendiada de este último. «En el corve-

»jon(dice

) los huesos

no

llegan á dislocarse; pero el

«grueso

tendon

que

vá á insertarse en la punta de aquel,

•sufreávecesuna estension tan

violenta,

que

la pierna

nparecc estar

colgante, sobre todo cuando el caballo le-

•vantadmueve la grupa. Sereconoce

además esta enfer-

•medad porel dolor

é hinchazón de la parte.»

nGarsault da masestensionú

la historia de esta clau.

dicBcion poco común,pero

desde luego se puede recono¬

cer con facilidad, porla cita

siguiente, el manantial de

donde la hatomado. «El

esfuerzo del tendon grueso del

•corvejón(dice

] infunde

mas

temor que espone á peli-

•gro,pues pareceque

la pierna está fracturada porque

»estetendonque

ordinariamente

se

halla muy tenso, ad-

•quiereen

el momento del esfuerzo un movimiento como

nel de unacuerdafloja,

de

suerte que

cuando el caballo

•tienelapiernaal

aire, esta

parece

pender del corvejón

mabandonadacomoside él

estuviese suspendida. Se per-

•cibe además estetendon mas

movible al tacto

que

de or-

•dinario: estemal puede

provenir de esfuerzos hechos por

•elanimalen unpotroó

al herrarlo.»

•En vano se recurrirá á

Lafosse

y

demás autores del

periódico

científico

que

principió en Bourgelat y se ha

estendido hastanuestros

dias,

pues no se

hallará en ellos

vestigio alguno que

haga relación á las precedentes citas:

contodo, esta

reunion de síntomas tan esencialmente dis¬

tintos delos que

caracterizan todas las demás afecciones

conocidas, nopuedeser

patrimonio

mas

que de una enfer¬

medad cuya

existencia

es

incontestable, una vez apoyada

por tantas ytan

antiguas autoridades; pero entonces ¿á

quécausa

atribuir la omisión de este accidente tan nota¬

bleennuestroscuadros

nosológicos actuales? Esta cues¬

tión queestámuy

enlazada con la desaparición gradual

ycasi

general del uso del potro destinado á contener los

caballosdurante la

operación del herrado

,

y por conse¬

cuenciaconlacausa

preponderante

y

la

mas

efieaz del de¬

senvolvimientode la

afección, de lo cual ha debido resul¬

tarquelas

ocasiones de observar el accidente son escesi-

vamente raras, debe

todavía encontrarse sujeta a la tras-

formacion dela

Veterinaria,

que

despues de los siglos de

rutinase

dogmatizó hácia la misma época: además la des

- cripcionde

los antiguos hipiatras pudo parecer marcada

de

exageración

y error

al rigorista y esceptico espíritu

delosreformadores,yla

colocarían

por

esta causa en¬

tre lasnumerosas

preocupaciunes de sus predecesores,

quedebían ser

separadas de las vias de la ciencia, que

acababan doabrirlaboriosamente

á

sus

sucesores.

■Sindudasehabráyanotadoque,

á

pesar

de la nume¬

ración tan acordede los fenómenos

morbosos desenvuel¬

tos porla

claudicación

que nos

ocupa, los autores que

de ella hantratadodejaronen

la

mayor

oscuridad el pun¬

tocapital de la

cuestión

que se

propusieron resolver, que

os la determinaciónde lalesion que

constituye el mal.

En todas las descripciones

precedentes el esfuerzo del

nerviogruesoó deltendonaparece

vagamente designado

como causaprimordial

del accidente; pero al interrogar y

discutircon cuidadosobre elvalor de

los hechos

que

sir¬

vende base ásemejante

opinion,

no se

tarda

en

recono¬

cer que,apesar

del modo indeterminado usado para for¬

mularla, seencuentraen

todas

sus

partes atacada por ar¬

gumentos

poderosos. Asi

es

que no debemos confundir

comoen estas descripciones bajo

la palabra esfuerzo, de

lacualdurante un periodo

dilatado

se

ha abusado en es-

tremo,lafuerza

etiológica

con

el efecto morboso que pro¬

duce;sin embargoy enesta

última acepción, traduciendo

la palabraesfuerzo por

la de distension y de dislacera-

don, su aplicación

al

grueso

cordon tendinoso en el cual

seproduce, no

será

por eso mas

propia, porque este ór¬

ganono es

simple

como

suponían los escritores antígos,

sino que por

el contrario resulta de la reunion de mu¬

chostendones

pertenecientes á músculos distintos, que si

bienestán reunidos y

confundidos

poruna

especie de tor¬

sion, no por eso

dejan de

ser

agentes de potencias cuya

acción es distinta,

originándose de aquí la necesidad de

manifestarsi la distension

ó la dislaceracion pertenece al

conjuntode

los tendones ó á uno de ellos en particular.

Pero en este último caso,

cual

es

el que se encuentra

afectado?

»La incertidumbre quese

origina de las precedentes

objeciones acreceaun mas,

si se tiene en cuenta esta sor¬

prendente

anomalía de la aparición y'desaparición jalter-

nativade los .síntomas

del mal,

según

que el miembro es¬

encogidoó

apoyado sobre el suelo, y con todo

,

biec

considerado,pareceque

mientras la estremidad sostiene«1

pesodeuna

parte del cuerpo, el dolor y la resistencia de-

beriannaturalmente

manifestarse con la mayor evidencia,

mientras que por

el contrario parece deberia seguir á la

suspension

del miembro, por la fuerza de los agentes

musculares queleson

propios, un alivio considerable; pe¬

ro nosucedeasí,ycontra

la ley general que rige en to¬

das lasclaudicaciones, elapoyo es

normal y la flexion di¬

fícil,dolorosaymuy

irregular. Se pretenderá todavía es-

plicar esta

contradicción con la palabra es/uérzo? Por má¬

gicaque aun

parezca á muchos veterinarios podrá .ser co¬

mentada, torturada, peío

siempre aparecerá impotente

ante lainflexible

lógica:

es

necesario pues llegar forzosa¬

mente á esta

conclusion; queia causa orgánica, bajo cuya

dependencia

nacen

los síntomas enumerados anteriormen¬

tees'ypermanece

todavía completamente desconocida.

■Tales eranenresumen

las reflexiones que me habían

sugerido

la observación de los hechos y la lectura de los

principales parajes citados. Los pueblos antiguos pinta¬

ban la ocasiónbajo

la figura de un hombre ágil, que no

podia cogerse

sino por el único meehon- de cabellos que

sobresalía dosu cabeza:yo

la aceché de modo que no pu¬

diese escaparseá

mi vigilancia; pero se pasaron muchos

añosantes que

pudiese interrogarla sobre el problema cu¬

ya

solución procuraba con una infatigable tenacidad : por

fin ensetiembrede

1836 esta orasion tan buscada se pre-

senió por

misma

y me

apresuré á aprovecharla. Un ca¬

ballo ya

viejo,

entero,

resabiado y de poco valor, habiendo

sufridoelaccidente

descrito, fué considerado económica¬

menteincapazdecompensar

los gastos de tratamientos,

por

consiguiente

se

le sacrificó en mi ¡presencia, y en su

exámen

necrosrópico fué donde adquirí la prueba de ser

la claudicación

de

que

tratamos determinada por la rotu¬

radeldiminuto

tendon del músculo peroneo-calcanóideo.

{Se

continuará)

(5)

DB LA VETEBINABIA.

Dela hematdriaiorinamiehto de sangbe enelganado tacüno.

^

Muchos sonlosveterinarios que se han

ocupado

del estudio de estaenfermedad, y cada cual lo ha hechoy descrito

hajo

la forma en que mas comun¬

mentesepresenta en el pais dondesehalla estable¬

cido. Deaquí la diversidad de opiniones acercade

sunaturaleza, desos causas y de los medios, áve¬

cestan opuestos, que se

han

empleadopara com¬

batirla.

Enefecto, algunosla consideran como el resul¬

tado deuuairritaciónenlosrinones, producidapor eluso de plantasacres y venenosas, que sehallan

en abundancia enlospastos pantanosos: otrosco¬

mo procedente del uso de los

retoños

de los árbo¬

les, sobre todo de los resinosos: otros por

plantas

acuosaspoco nutritivas; y algunos, en fin. como

el resultado deun estado

pletórico

escesivo del

animal.

Voy

pues

también

á decir algoacerca de ella, fi¬

jándome

en el modocomo

siempre

so me ha pre¬

sentado en mi cortapráctica.

Entiéndese porhematuria el orinamiento de san¬

gre,

cualesquiera

que seanlascausas quelo produz¬

can.Puede ser síntoma deuna inflamación de los ríñonesó dealgun otroórgano delaparatourinario,

comopuede tambiénserla espresion deuna enfer¬

medad generalcon acción localenlos

ríñones,

de¬

mostrándose por unaexhalación sanguínea, verda¬

dera hemorragia pasiva.

Los síntomas que nos sirvenpara distinguir la hematuriainflamatoria, de la resultante deuna ex¬

halaciónsanguínea pasiva, son los siguientes:

En el primercaso va

siempre

acompañada deuna fiebre de reacción inflamatoria muy fuerte; calor y dolor enla region

lombar;

cólicos, evacuacio¬

nes urinariasen poca

cantidad,

de un rojomuy su¬

bido, cuajándose la sangre que se deposita en la vejiga. En el segundocaso, nada de lo queprecede

seobserva; no existe el dolorenla region lombar, las orinasson evacuadascon facilidad, deuncolor rojomas ómenos negruzco, ylasangreni se

depo¬

sita, nisecuaja.

Ademas,

lascausas quela producen

sontambién diferentes.—La inflamatoriaes

siempre

ocasionada porgolpes, ó alimentosacresé irritan¬

tes, ó por los retoños de los árboles resinosos: la

otra es

siempre

el resultado de una alimentación insuficiente para reparar

las perdidas

del animal.

No meocuparéeneste

trabajo

mas quedeesta

úl¬

tima, que es laque verdaderamente recibe el nom¬

bredehematuria; no considerando laotra mas que como unsíntoma de lainflamaciónde losríñones.

Estaenfermedad considerada tambiénpor

algunos

como una

fiebre

asténica,

puede

presentarse

bajo

tres formas diferentes:

forma benigna, forma

grave y

forma maligna.

1." Forma

benigna. Síntomas:

nada indica en elaspectodelanimal que

esté enfermo,

á no ser la alteración de la secreción urinaria: la

digestion

y la rumiase efectúan comodecostumbre; el pulso

esnormal, la bocahúmeda, lomismoqueel hoci¬

co; temperaturadelcuerpo, cuernosyorejasregu¬

lar ;

piel blanda,

sin estar adherida, color natural de las membranas, emisión de la orina frecuente y

fiácil,

siendodeun colorrojo oscuro.

Sin embargo

á

veces, y es cuando sobrevieneen

algunas resesjóvenes que

hasta

entonces no hayan trabajado, suele esta misma variedad

acompañarse

del aumento delcalordelcuerpo, masmarcadoen la base deloscuernos y orejas, sensibilidad deles¬

pinazo

,

marcha del animal

mas

rígida, apetito

y

rumiadisminuidos, boca un poco seca y caliente, constipación, frecuencia del

pulso,

mucosas rubi¬

cundas, orinas

rojizas

y conemisiónmasfrecuente.

Suele durardos ótresdias yterminarsecasi siem-

Ere por

lecimiento

la salud

de la secreción

; lo que se reconocerá

urinaria,

por

del

el

apetito

resta-

y de laalegría del animal; ó bienpasar

á la

otrava¬

riedad mas grave, persistiendo y agravándoselos síntomas que

acabamos

demanifestar.

Causas:

(Predisponentes) la juventud

ó la vejez;

el paso

repentino del régimen

seco al verde; el en¬

gordar el animal demasiadopronto:

(ocasionales)

los

calores delestíoy

otoño,

los trabajos

escesivos,

ios alimentos poco nutritivosylos

retoños

sobretodo.

Las lesionesno nos sonconocidas,porquees muy

raro de esta variedadproduzca la muerte de nin¬

gúnanimal.

ElPronósticoserátanto masfavorablecuantomas

jóven

y masrobustoseael animal, y cuyaenferme¬

dad no habrásido descuidada en su

principio.

Paso ahora al exámen de la segunda forma, que, por sus

síntomas

mas alarmantesy sus resultados

masó menosfunestos, he calificado de grave, para ocuparme masadelante del tratamiento quemejor

convengaácada variedad.

2.' Hematuriagrave. Síntomas:muchasvecesel animal nicome ni rumia ; en otroscasosestánsola¬

mente disminuidos estos actos. El

buey está

mas ó menosabatido, hay sensibilidaddel

espinazo,

ri¬

gidez deltronco,tiene el hocicoseco,la temperatu¬

ra del cuerpoaumentada, yloscuernos y orejas al¬

ternativamente calientes y

frias.

Laboca seca y ca¬

liente, plenitud delos

estómagos, constipación

ó diarrea,pulso frecuentey la arteria blanda; muco¬

sasaparentes pálidas: las orinas abundantesy emi¬

tidas sin dolor,aceitosas primero, despues sangui¬

nolentas, tomando por

último

un colornegruzco.

La secreción láctea está también alterada ,y lasma¬

masestan

flojas

y segregan una lechemas

líquida

y

rojiza

que de costumbre. La debilidad es generaly muyaparente; elcorazón lateconmucha

fuerza,

y lares sedebilitatantomascuantomayor sealacanti¬

dad de sangre quesalga mezcladacon las orinas.

La enfermedad dura de seis á ocho dias: puedeter¬

minarse deun modofavorable,comotambién porla muerte,y en muchoscasospresentar untiporemi¬

tente.Enefecto, senota este tipo cuando lascausas han obrado conmucha intensidad:aparecen estos

paroxismos siempre

por la tarde á las dos ótresho¬

ras deella, yduran hasta lascuatro ó las cincode lamadrugada

siguiente.

Entonceslos animales

pade¬

cenmucho: todoslossíntomas se han exacerbado sobremanera;el cuerpo

está

muycaliente, asicomo

loscuernosyorejas; el animal está de

pié

descan¬

sando lacabezaenel

pesebre, ó

echado,segúnlagra¬

vedad delmal, pero

siempre

tristey

abatido; babea

mucho, rechinalos dientes, elpulsoes mas fuerte

y frecuente,

lo

mismoque la

respiración,

y sufre

mucha sed. Pasadosestos paroxismos

vuelve

ásu estado anterior, hasta que por la tarde del mismo

dia yá la misma horaque en

el precedente

aparecen denuevo y concierta

regularidad.

En algunosani¬

males

persisten hasta despues del restablecimiento

de la secreción dela orina, y quelaresbaya recu¬

perado sus

debilitadas fuerzas.

Guando debe terminar favorablementeestaenfer¬

medad, se conoce en que las orinas adquieren un colormasclaro, el animal tienemasapetito yrumia de cuando en cuando;elpulsose pone mas

regular

siendomenos frecuente, la sed

disminuye,

lospa¬

roxismos sisepresentan

duran

menos y no sontan

(6)

Eï/ ECO'

intensos,la res está mas

alegré á pesar de

que

las

fuerzas.tardanalgunos

días

en

restábieceísé. Cuando

su terminación debeser

fatal

-,

sucede todo lo

con^

trario■.las orinas son

espulsadas

con

frecuencia

y

enpoca

cantidad,

su

cojor es de un rojo sanguíneo;

el

pulso

es mas

pequeño

,

blando y da hasta 80 y'

mas

pulsaciones

por

minuto ; los cuernos, orejas.y

estremidadesse ponen

frios

; mucosas muy

pálidas;

se presentauna

diarrea fétida, acompañada de pu¬

jos;

el

corazón

late

con

mucha frecuencia ; él ani¬

mal está siempre

echado,

y

si

se

le.obliga á'levan- tar^epinchándole

con

él aguijón en las estremidades

posteriores,

no

demuestra sensibilidad ninguna; es^

^

como

p,i.ralizado,

yse

levanta con mucha dificul- i

tad, bamboleasu

tercio posterior

y cae

pronto. Lle¬

gado á este

estado, la mnérte es inminente; la respi¬

ración corta,

frecuente

y

quejumbrosa,

,

hay temr

blor.es, laresmuge ymuere.

Estavariedad,aÇaca

á los viejos

y

jóvenes

, y su¬

cesivamente á todos los

animales de

un

cortijo

es- puestos

á las mismas causas.

Autopsia.

Todos los tejidos'están pálidos, des¬

coloridos, sin

inflamación ni ulceración

en

ningüna

parte :

ios

vasos

estan vacíos., y la poca sangre que

algunos

contienen

esmuy

líquida y casi desprovista

de.fibrina.

Causas. Las miomas,que

producen la forma be¬

nigna,

á las

que

añadiremos los. trabajos escesiyps

durante los mas fuertes calores

del estío

y

otoño, acompañados de

una

alimentación insuficiente é in¬

capaz

de

reparar

las pérdidas del animal. Las sus¬

tancias que mas

la ocasionan

son :

el maiz dema¬

siadotierno ó malsecado, las

hojas de la vid, Ig paja

damijo,

ios forrajes alterados, la yerba muy tierna

y

dada

por

único alimento, y en general la ali¬

mentación escasa en

comparación del trabajo

que lares ejecuta.

Pronóstico. Esteserá

favorable si el enfermo

es

jóven

y

robusto

,

conserva un poco de apetito

,

sus

fuerzavSnoestánanonadadas,

los paroxismos

son

de

corta duración, las

orinas

mas

bien

negruzcas que

deunrojo

sanguíneo, la defecación

se

hace sin pujos

ylasmucosas se

presentan más bien,pálidas que co¬

loradas. Será al contrariomuy

funesto^ cuando recaí-,

ga en

algun animal viejo

muy

estenuado, ó que á pe¬

sar de ser jóveny

de

un

temperamento robusto,

permanezca

casi siempre echado ; que baya temblo¬

res,

balanceamiento del tercio posterior, y marche

con suma dificultad, como

también el

qtie

durante

las exacerbaciones, que son muy

frecuentes

y

du¬

raderas, esté

echado

y con

el hocico apoyado

en

el

suelo; que

el pulso esté blando, pequeño y fre¬

cuente,

la-respiración acelerada

y

quejumbrosa,

y.

lasmucosasenalgunos

rojizas

y enotrosmuy

blan¬

cas, lasorinas

sanguinolentas

,

escretadas eü poca

cantidad, pero muy

á'mpnudo

y con

alguna dific.ul-

tad, y que

la dolencia

se agrave

á pesar de los re¬

medios que se

empleen

; que

el apetito

sea

nulo

y

las estremidades golpeen

el piso.

3." Formamaligna:

La llamo así perla irregu¬

laridadcon que se

anuncia

, por su

marcha tan rá¬

pida

yporsu

terminación casi siempre funesta.

Lo primero quesé

nóta

, esque

ia

res

esá como

aletargada y

hay abatimiento de fuerzas

;

rigidez y-

sensibilidad

del-espinazo

muy

marcadas; calor nota¬

ble del cuerpo,

sobretodo

en

la base de los

cuernos

y_orejas; piel árida, adherida á los músculos y cre¬

pitación del tejido celular subcutáneo

; en

algunas

pateamientoy temblores convulsivos de los miiscuH"

ios delcuello, espaldasy

babillas., El animal and.a

con bastantefirmeza; el

apetito

es nulo

asi

como

ía

rúinia;tab'o'carnuy-

cafiénte

y

entendida

;

él- vientre

un poco

abultado

con

constipación ó diarrea. En este

último caso, la defecación va

acompañada de pujos

masó menosfuertes, ylose-scrementos .son muy

fé¬

tidos: el

pulso.duro, lleno y¡frecuente, mucosas ru¬

bicundas áveces; hay to.sy

la respiración

se

hace

también frecuente: la escreçion de

la orina

es rara

al-ftdncipio,

muy

frecuente mas tarde y vaacompa-,.

ñada de dolor:-esto líquido

sale

muy

encendido de

un

colorrojo

sanguinoionto bastante

oscuro.

En esta variedade.s dondese

observan

estas exa¬

cerbaciones tan fuertes, que,

anonadan las fuerzas

del animaly

acaban

con

él. Entonces todos los sín¬

tomas seexasperan, lares

padece mucha sed

y

bebe

bastacon avidezelagua, ymejor

síes acidulada;

es¬

tá por

lo geneial echada

,

arrojando mucha baba.

Empiezan

siempre al mediodia y duran basta muy.

avanzadalamadrugada;

después de los accesos está

el animal mas alegre, menos

caliente,

perosus

fuer-

zasestánmas

débiles,,bambolea al

menor

movimien¬

to, y

.debilitado

mas ymas

después de cada paroxis¬

mo,

acaba

por no

poderse,levantar.y sucumbo en el

tercero ó cuarto.

Su-marchaduramuypoco;

dos ó

tres

dias,

cua¬

tro á lomasi es todo lo que

puede aguantar, termi¬

nándose casi siemprepor

la muerte. Esta siempre

seda áconocercomo en

la segunda forma.

Lesiones cadavéricas.

:Los tejidos estan rojos Io«

mismo-quela mucosa

intestinal; la vejiga está llena,

desangre;

el bazo voluminj)go, observándose alguno

que otro

equimosis pequeño en.el tejido celular del

pulmón y en

el subcutáneo;, como en las afecciones

carbuncosas con las queparece

tener alguna ana- logia.

Causas. Lás mismas pero mas

intensas

que

las

de-las otrasvariedades.

Suele

atacar,

á los animales

jóvenes

venidos de parajes en donde comían buenos

alimentos y

trabajaban'poco ó nada,-y obligados re¬

pentinamente, sin olxservar en este tránsito ninguna

regla

higiénica, á bacer trabajos escesivos y conti¬

nuos,sobre todo, durante

los calores mas fuertes,

y que

sudando

son

sorprendidos por lluvias borras¬

cosas; á los

quc'babitan establos llenos de estiércol y

poco

ventilados; 'á los quo cbmen pajas alteradas por.

ci tizen, cuyoU.SG

prolongado produce una irrita¬

ción intestinaly

altera la

sangre

ocasionando

esta

enfermédad.

Naturaleza de la

enfermedad. Tomando en con¬

sideración iossíntomas,

marcha, terminaciones y las

pocas

lesiones encontradas en la autopsia de los ani¬

mates muertosde esta

enfermedad, todo nos con¬

duce ámirarla comouna

afección de naturaleza as~

téraica

general,

con

acción local en los ríñones; don¬

de,se

efectúa

una

exhalación sanguínea pasiva, com- piiéada dé

una

altéracion de la sangre mas ó menos

marcadq y

evidente,

por

la disolución ó disminución

.delàfibrina, asícomo

de la materia colorante, cuya

alteración,,

produce

una

perversion mas ó menos

fuerte en el sistéraa

nervioso, como lo demuestran

los temblóres

convulsivos

quese

notan, sobre todo

en laVariedad

maligna. Esta alteración y pobreza de

los

principios constitutivos de la sangre ocasionan en

infinidad de casos

la anbemia

y

la muerte del

aniniíd.

Tratamiento.

Conocida

ya

la naturaleza de la he¬

maturia,,las

indicá clones'que hay que llenar son:

primero, moderar la reacción febril y basta inflama-

tó^ia,

que

én algunos individuos se presenta., por

medio deatemperantes y

emolientes; segundo, rea¬

nimarlas fuerzas

de los enfermos por medio deles

tónicos,ya

solos

ya

combinados con ios astringentes.

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