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Los telelocales, los telecentros y los centros de servicios compartidos compartidos

“Sociedad Informacional”

3. Una nueva forma en la organización del trabajo: El teletrabajo o “e-work” trabajo: El teletrabajo o “e-work”

3.3. El teletrabajo, un fenómeno de ambiguas e imprecisas definiciones. imprecisas definiciones

3.3.2. Los telelocales, los telecentros y los centros de servicios compartidos compartidos

Como hemos visto, los telecentros representan una particularidad en la amplia variedad de formas de teletrabajo, concretamente en Europa.

Los “telelocales”, “teleoficinas”, “telecottages” o “centros de vecindad”67 se desarrollaron principalmente en los países nórdicos en zonas con baja densidad demográfica. En Suecia, la asociación Telecottages Sweden, creadora del concepto, agrupa desde 1989 a los “telecottages” existentes en el país y los define: “el telelocal, implantado en un pueblo, pone en común los medios

67 Término inglés que designa un telecentro en región rural, experiencia específica desarrollada en Suecia desde 1984. (Breton, 1994a)

telemáticos, de oficina e informáticos. Agrupa a empleados, acepta diversos trabajos en subcontratación y ofrece diversas prestaciones a las personas y empresas de la vecindad” 68. La red, creada con el objetivo de comercializar los servicios y de crear una red interna de “telecottage”, ha convertido a cada uno de ellos en una pequeña empresa autónoma de teleservicios.

Los “Centros de negocios” o “Centros de servicios compartidos” surgieron en Estados Unidos en los años 60 con el nombre de World Trade Center. Su función se centra principalmente en reagrupar empleados de diferentes empresas que trabajan teóricamente deslocalizados más cerca de sus lugares de residencia y utilizan los recursos que les ofrece el centro para realizar su trabajo. En este caso se considera un centro multiservicios siempre y cuando financieramente dependa únicamente de la venta de los servicios prestados, y ello lleva a que sea necesario llegar a un 80% de la tasa de ocupación, umbral muy difícil de conseguir. Por este motivo muchos de ellos, para compensar, abren sus puertas a los trabajadores pendulares que se encuentran de paso, al gran público en general, y refuerzan la venta de prestaciones de servicios al exterior (como puede ser acogida telefónica, secretariado a distancia, oficina comercial para otros productores, etc).

En algunos casos más avanzados, los Centros de Negocios, se han desarrollado como estructuras de acogida permanentes o temporales para utilizadores de servicios de oficina virtuales, los llamados ASP. Los “Assistant Services Providers”, se presentan como plataformas o centros, vía Internet, que

68 Citado en Eurotechnopolis Institut (2002).

ofrecen servicios en línea muy especializados, industrializados y principalmente para especialistas.

Por otro lado, los “Telecentros” o “Cibercentros” se diferencian de los llamados “Centros de negocios” en que la mayoría de ellos están respaldados y cofinanciados por instituciones, asociadas o no a un “partenaire” y/o empresa, a nivel local y utilizados principalmente como centros de recursos en regiones periurbanas o rurales, siendo considerados como elementos estructuradores del desarrollo económico local (Eurotechnopolis Institut, 2002).

La función atribuida a los telecentros ha ido evolucionando y, si bien en un principio se presentaron como plataformas dirigidas en primer lugar a la creación de empleo y a favorecer el desarrollo económico local, se ha visto que las funciones principales se han ido concretando según las necesidades de las zonas y de los potenciales usuarios. Así, actualmente la gran mayoría de telecentros ofrece una amplia gama de servicios, principalmente instalaciones de trabajo para el teletrabajo pendular, una base para empresas deslocalizadas, un lugar para desarrollar iniciativas empresariales, instalaciones de videoconferencia para las instituciones y las empresas locales, recursos educativos de formación, etc. En ellos, los teletrabajadores encuentran los despachos, salas de conferencias y reuniones con los servicios necesarios para su trabajo (acceso a Internet en banda ancha, teléfono, fotocopiadora, fax, etc...), la población local interesada puede acceder a Internet y a la red de telecomunicaciones existente de manera libre e incluso gratuita (en algunos casos) o incluso participar en programas de formación sobre el uso de las TIC.

A pesar de esta gran gama de ofertas, según los estudios de Stanek y Mokhtarian (1998), aquellos telecentros que han basado su modelo de financiación principalmente en la oferta de oficinas, más que en los teleservicios, han conocido un importante fracaso; dibujando un futuro del teletrabajo en los telecentros muy incierto.

Por el contrario, los llamados “telecottages” o “telecentros rurales”, concebidos como elementos de mantenimiento de las actividades locales en áreas de baja densidad demográfica y económicamente en crisis, han conocido un mejor desarrollo y estabilidad en los últimos años.

La CEE, en su “Status Report on European Telework” de 1997 los definía como

“(...) una categoría especial de telecentro, llamado así en relación a sus orígenes rurales. El fenómeno de los ‘telecottages’ se inició en Escandinavia y se ha expandido a otras regiones de Europa como Irlanda, Francia, Inglaterra, etc.”.

Los “telecottages” juegan múltiples facetas, principalmente desarrollan una función de formación en TIC69, pero también ejercen una atracción sobre los trabajos que necesitan de estas competencias, y de este modo estimulan el desarrollo económico local. Ofrecen también servicios de soporte técnico y de formación, así como el acceso a las tecnologías más actuales a las entidades y empresas locales, pero muy pocos de ellos se presentan como centros de teletrabajo directo y su financiación se basa, en gran parte, en subvenciones y aportes económicos de entidades públicas70.

69 Ya en 1996, tres cuartas partes de los “telecottages” presentaban una función principalmente formativa. Murray, (1996).

70 Es interesante ver las diferentes experiencias que Eurotechnopolis (2002) expone en Australia, Nueva Zelanda, USA o Francia.

Las administraciones autonómicas como la Generalitat de Catalunya han creado servicios específicos para la nueva promoción de tecnología de comunicación en zonas rurales. Es el caso de la Secretaria de Telecomunicacions i Societat de la Informació, del Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, con ayudas para la financiación de telecentros en poblaciones de menos de 15.000 habitantes. La iniciativa, que se engloba en el proyecto NODAT71, tiene como objetivo crear una “Xarxa de telecentres de Catalunya”

aglutinando las iniciativas existentes bajo el amparo de la “Secretaria” y con la colaboración de los Ayuntamientos y Consejos Comarcales. Actualmente pertenecen a esta red 20 telecentros de toda Cataluña entre los que encontramos iniciativas como Teletrebages, Televall, en Ribes de Freser;

Telestany, en Banyoles; Telecentre SBG, en Sant Bartomeu del Grau, el Centre de desenvolupament econòmic de la Terra Alta, en Gandesa o Pobl@ en el Pirineo central, entre otras72.

A continuación veremos cuáles son las cifras de implantación del teletrabajo y las diferentes realidades que muestran.

71 El proyecto NODAT, fruto del “Pacte Institucional per a la promoció i el desenvolupament de la societat de la informació a les administracions públiques catalanes” de julio de 2001, dotado con 7.242.195 €, pretende evitar la fractura digital y social en Cataluña, facilitando el acceso a Internet a sus ciudadanos mediante la creación de una red de puntos públicos que permita la realización de tareas de divulgación, formación y acceso a la red. Se pueden consultar la líneas prioritarias en : dursi.gencat.es/generados/catala/societat_informacio/recurs/doc/presentacio_generalitat _v5_(pdf).pdf

72 Todos estos telecentros son accesibles desde www.bages.org/xtc/index.htm

3.4. La implantación del teletrabajo en los últimos