• Aucun résultat trouvé

Han sido analizadas 10 muestras procedentes de los niveles prehistóricos de ocupación de la Cova del Sardo, de las cuales 6 proceden de las mismas unidades estratigráficas que algunas muestras de fitolitos que han sido estudiadas en esta tesis (Tabla 14.4). Las muestras cubren la práctica totalidad de las ocupaciones del Holoceno medio, fechadas entre 7563 y 4495 cal ANE (7,5 y 4,5 ka cal BP) (Tabla 14.2).

Además, ha sido analizada una muestra procedente de una fase de ocupación fechada en 7001-6574 cal ANE (9 - 8,5 ka cal BP), del Abric del Estany de la Coveta I (2465 m snm), con

155 la intención de evaluar los datos polínicos del piso alpino y subalpino superior en el Holoceno inferior final (Gassiot et al., 2012) (Tablas 14.1 y 14. 4).

Figura 3.12. Diagrama polínico de la Cova del Sardo de Boí y el Abric de l’Estany de la Coveta I. En el diagrama se muestran los porcentajes de los principales taxones documentados en las 11 muestras analizadas.

Además, en el centro de la gráfica se indica la relación porcentual entre el porcentaje polínico de las especies arbóreas (Betuláceas y Coníferas), frente a las no arbóreas (Poáceas y Ciperáceas). Analista: Francesc Burjachs (según Gassiot et al., 2012).

En general, los datos polínicos procedentes de la Cova del Sardo han sido interpretados como indicios de impacto antrópico en el paisaje durante el V milenio cal ANE, recuperándose un paisaje, aparentemente, menos impactado en el entorno del abrigo en las ocupaciones más recientes, del III y IV milenio (Gassiot et al., 2012; Obea y Rodríguez-Antón, 2016).

No obstante, si comparamos los resultados polínicos de la Cova del Sardo, con la secuencia polínica del Estany Redó de Aigüestortes (Figura 2.25(b)), vemos que podrían haber habido diferentes momentos de cambio en el paisaje vegetal del valle a lo largo del Holoceno medio.

Concretamente, se observan alteraciones significativas en 3 momentos: 7ka, 5,7 ka y 4,9 ka cal ANE (Catalan et al., 2001), que se corresponderían con 3 periodos de ocupación de la Cova del Sardo (fase 8/9, fase 7 y fase 5). De hecho, en esta secuencia polínica lacustre, seguramente el momento de mayor apertura del paisaje durante el Holoceno medio se produce durante la fase 7 de ocupación de la Cova del Sardo, en torno a 5,8 - 5,6 ka cal BP,

156 cuando el porcentaje de Pinus se sitúa en un mínimo (alrededor del 50%) y el de Poaceae en un máximo (cercano al 10%), de manera continuada.

Si observamos los resultados del estudio polínico de la Cova del Sardo vemos que las 5 muestras procedentes de la fase 8, fechadas en el intervalo 6,8 - 6 ka cal BP, muestran porcentajes de poáceas superiores al 20%, mientras en el resto de la serie se sitúan en torno al 10%. Paralelamente, el polen de Pinus sylvestris / mugo ssp. uncinata, que es siempre ampliamente predominante en los estudios polínicos lacustres del valle, situándose habitualmente en 60% - 80% (Catalan et al., 2001 y 2013, Valero-Garcés et al., 2017), en estas 5 muestras decae significativamente, a favor de dicotiledóneas caducifolias (Betula, Quercus y Corylus), que aumentan su presencia (Gassiot et al., 2012). Este hecho, normalmente, se explica en el contexto del valle como una respuesta “natural” de la vegetación a los incendios. Éstos afectan más a las coníferas, que son plantas de crecimiento lento, de manera que las dicotiledóneas caducifolias suelen colonizar los espacios alterados o abiertos por el fuego, con cierta rapidez.

Si observamos los datos polínicos del Estany Redó d’Aigüestortes vemos que a lo largo del V milenio cal ANE el porcentaje de Pinus varía, con un mínimo en 6,2 ka cal ANE, mientras las caducifolias se mantienen en porcentajes muy significativos: Corylus (15%-10%), Quercus caducifolia (5-10%), Betula (5%-2%) (Catalan et al., 2001). Estos datos relativos al polen de las principales plantas arbóreas son bastante coherentes entre los dos muestreos polínicos comparados (Cova del Sardo y Estany Redó) (Figura 3.13), apuntando a un paisaje en el piso subalpino del valle de Sant Nicolau dominado por Pinus, pero con abundantes caducifolias, especialmente, en el fondo del valle (Gassiot et al., 2012).

Si analizamos los datos polínicos del Estany Redó d’Aigüestortes, situado a 2105 m snm, en la cabecera del valle, podrían estar apuntando también a una apertura relativamente significativa del paisaje en torno a 7 ka cal ANE. El porcentaje de Ericáceas pasa de 0 a 1%.

Parece un dato poco relevante, pero es un porcentaje importante, si tenemos en cuenta que el porcentaje promedio de la serie es de 0,26%, y que actualmente que el paisaje está moderadamente impactado, se sitúa en 1,25%, siendo el máximo histórico un 2%. La abundancia de ericáceas, que pueden formar brezales, ocupando espacios de bosque abierto o clareado, es un buen indicador de antropización del paisaje vegetal en el piso subalpino (Ninot et al., 2017b).

En cualquier caso, de cara a evaluar una posible apertura permanente del paisaje habría que observar el porcentaje de poáceas, que son la familia más característica de las praderas antrópicas, ya sean de uso ganadero como agrícola. En este caso, los datos polínicos

157 lacustres señalan un ligero repunte, pasando del 3% al 5,5%, acompañado de un aumento en las asteráceas. Ambos indicadores polínicos señalan a una débil señal de aumento de la extensión de las praderas, no una deforestación generalizada.

Si lo comparamos con los resultados de algunas muestras polínicas de la Cova del Sardo, como M3 o M4, procedentes de la terraza inferior (UE A-8A5 y A-8A6), los valores polínicos apuntarían claramente a una apertura de claros, con porcentajes de poáceas superiores al 20%, acompañado de un aumento significativo de Asteracae y Plantago. Si tenemos en cuenta que porcentaje polínico promedio de la familia Poaceae en el valle durante el Holoceno medio, según el registro del Estany Redó, se sitúa en un 4%; un porcentaje de un 20% es muy indicativo de la presencia de praderas en el piso subalpino.

La explicación más sugerente para estos datos es una cierta deforestación sostenida del fondo del curso medio del valle o, como mínimo, una apertura del entorno forestal del sitio durante la fase 8 de ocupación del yacimiento (Gassiot et al., 2012; Obea y Rodríguez-Antón, 2016).

Otro resultado relevante del análisis polínico de la Cova del Sardo sería un elevado número y porcentaje de taxones termo-mesófilos en el V milenio cal ANE, en relación con el registro actual documentado en las muestras polínicas de Forcall de Sant Esperit (Figura 3.12).

Entre las especies mesófilas más significativas estaría el roble (Quercus caducifolia), que sería característico del piso montano, no del subalpino, en la actualidad. Sin embargo, ha sido documentado en el estudio antracológico, presentando porcentajes de hasta el 25% del combustible en algunas estructuras de combustión de la fase 8 (8B2, 8A4-base). Justamente, su concentración polínica es coherente para dichas muestras (M3 y M4) (Tabla 14.4 y Figura 3.13), junto con otros taxones de plantas dicotiledóneas leñosas, termo-mesófilas (Alnus, Tilia, Corylus). Esta distribución de especies nos estaría señalando a unas condiciones ambientales atemperadas, características del Holoceno Medio (8 – 5,3 ka cal BP) en la zona (Figura 2.23(a)).

158

Figura 3.13. Porcentaje de polen de especies termo-mesófilas documentada en el análisis polínico de la Cova del Sardo. En el diagrama se comparan la variación en el porcentaje de especies termo-mesófilas en relación la curva isotópica GISP2 (según Gassiot et al., 2012).