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Deporte y medios de comunicación como bastión del machismo

2- MARCO TEÓRICO

2.1. Introducción. El periodismo deportivo en la comunidad académica

2.4.1. Deporte y medios de comunicación como bastión del machismo

El deporte ha sido dominado y controlado por los hombres desde sus orígenes. En la Grecia clásica las mujeres estaban excluidas del deporte y tenía vigencia la orden de lanzar por acantilados a las mujeres que vieran los Juegos.85 Aún así las mujeres después de los Juegos masculinos celebraban los Juegos Hereos en honor a la diosa Hera, celebrados en Olimpia cada cuatro años con la prueba de la Heraia, una carrera pedestre de 160 metros donde se batían las mejores atletas griegas.86 La espartana Cinisca (369 a.C.) es considerada la primera mujer campeona olímpica, aunque en una prueba especial al ser proclamado vencedor el propietario del caballo (García-Romero, 2005). La hegemonía masculina ha fabricado del deporte una institución patriarcal con la idea androcéntrica dominante de la superioridad física del hombre respecto a la mujer, y todavía en este siglo el deporte es un mecanismo de propagación de esta desigualdad (Washington y Karen, 2001; Speer, 2001; Hagreaves, 2002).

El deporte ha reforzado la supremacía del hombre y la subordinación de la mujer en la sociedad (Fink, 2015) y ha servido de poderoso mecanismo de construcción del dominio del hombre (Cunningham y Sagas, 2007). Sólo hace falta rememorarse a los tiempos de los primeros Juegos Modernos, en los que no participaron las mujeres para imitar a los antiguos (MacAloon, 1981). Una frase del fundador del Comité Olímpico Internacional, Pierre de Coubertin, en el inicio de los Juegos Olímpicos de 1896 muestra la exclusión de la mujer en el deporte de aquellos tiempos: “Une petite Olympiade femelle à côté de la grande Olympiade mâle. Où serait l’intérêt ? [...] Impratique, inintéressante, inesthétique, et nous ne craignons pas d’ajouter : incorrecte, telle serait à notre avis cette demi-Olympiade féminine”.87 El deporte femenino creció atrapado entre lo que tiene como dispositivo de control de masas y de forja nacional-capitalista, con un “desarrollo

85 Golden, M. (1998). Sport and society in ancient Greece. Cambridge University Press

86 García, J. (2015). El origen del deporte femenino en España.

87 Coubertin, P. (1912) Les femmes aux Jeux olympiques, Revue olympique, no 79, juillet 1912, pp.109-111

109 patriarcal que impidió a la mujer crear su propia identidad respecto al deporte” (De la Cruz, 2016).

Tal como expresa Pierre Bourdieu en La Domination masculine (1998) las formas de dominación se ejercen de dos maneras. A través de estructuras objetivas (profesiones en las que no están representadas o están en puestos menos relevantes), y subjetivamente:

sobre valores y principios de la visión del mundo conforme a la oposición masculina-femenina existente en las estructuras mentales. El teórico francés desarrolla el concepto del ‘habitus’: sistema de percepción, pensamientos y acciones que hace que ante una misma situación dos personas construyan la realidad de forma diferente. Argumenta la existencia de una somatización de las estructuras objetivas de forma inconsciente y describe la dominación masculina como la “forma por excelencia de la violencia simbólica”. Una imposición de la visión del mundo, de los roles sociales y de las estructuras mentales incorporadas en quienes las sufren. Como por ejemplo, las mujeres como objeto portadoras de la condición social de los hombres. Muy significativo en el caso de la prensa deportiva con el tratamiento informativo de las deportistas.

Los medios de comunicación han jugado un rol muy considerable en la propagación del dominio masculino en el deporte y todavía mantienen esa desigualdad de manera más que notable (Schmidt, 2013). Diferentes estudios de diversos países como Estados Unidos y Suecia, en los que la mujer deportista tienen mayor número de profesionales, convergen en las principales características del mensaje discursivo coincidiendo en una representación de la mujer con un marcada idealización sexual del atractivo (Cooky, Messner y Hextrum, 2013; Tolvhed, 2013). Los medios de comunicación han contribuido en esta transmisión de estereotipos y estigmas sobre el deporte femenino, ante los que hoy día se enfrentan las mujeres deportistas.

Las investigaciones longitudinales principalmente de países anglosajones coinciden en la escasa representación de mujeres deportistas y la mínima cobertura dedicada a los espacios netamente informativos del deporte femenino, lo que ha supuesto invisibilidad

110 de los éxitos y marginación (Crolley y Teso, 2007; Bruce, 2013; Kane, LaVoi y Fink, 2013).

El autor de esta tesis muestra un palmario interés por el deporte femenino y se ha sentido atraído por este discurso político que cuestiona el orden establecido. El uso de las gafas violetas feministas conlleva para Varela (2013) una nueva forma de estar en el mundo que reclama la capacidad emancipadora de las mujeres y que se enfrenta a los micromachismos. Según palabras de Luis Bonino: “las pequeñas maniobras que realizan los hombres cotidianamente para mantener su poder sobre las mujeres”88 En las colaboraciones en El País intenté reivindicar el papel de la mujer en el deporte escribiendo dos de cada cinco artículos sobre los triunfos y la cruda realidad de las deportistas, sin embargo por su esencia machista dentro del sistema patriarcal caí en un lenguaje sexista. Como ejemplo un artículo sobre la genial nadadora Katie Ledecky en el que titulé ‘La sirena de la mirada asesina’89. A las mujeres en la prensa deportiva se las representa como objeto observado, pasivo y no como sujeto activo. Los periodistas recurren a menudo a títulos honoríficos como reinas, guerreras, sirenas, princesas para las deportistas, dando a entender que el título conseguido es fruto de un premio y no del esfuerzo. De ahí con “la facilidad con que se titula en prensa actividades realizadas por las mujeres sin verbo, con la infantilización de ‘las chicas’ o con el habitual uso de la metáfora ‘sirenas’ donde prima el factor elegancia para atribuirla a mujeres que nadan”, estima Gallego (2014). Estos estereotipos limitan y dan forma a nuestros pensamientos ante los cuales cayeron intelectuales como Pasolini, que escribió que las mujeres jugaran al fútbol era “un desagradable mimetismo un tanto simiesco”.90 Este machismo discursivo no se acota a ideologías, Gambetta (2000) explica que los discursos repletos de testosterona, virilidad e imposición han primado a izquierda y derecha.

“El lenguaje es el depositario de nuestros prejuicios, creencias y presunciones”, analiza Chimamanda Ngozi Adiche (2017:44) en Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo y sugiere ensañar a cuestionarlo. En lo que respecta a la problemática de la

88 Varela, N. (2013). Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B

89 Loaiza, F. (2014, agosto 24). La sirena de la mirada asesina. El País. Disponible

http://deportes.elpais.com/deportes/2014/08/24/actualidad/1408907955_843099.html

90 Pasolini, P.P. (2015). Sobre el deporte pág 119. Barcelona:Contraediciones.

111 sexualización del lenguaje y el género como conflicto del discurso destaca la obra La prensa deportiva española: sexismo lingüístico y discursivo, realizada por la profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga, Susana Guerrero Salazar. En este trabajo de investigación cualitativa se analizan qué sesgos sexistas están presentes en la información deportiva entre 2002 y 2016 y se llega a la conclusión de que existe una vertiente machista constante en las noticias con un “lenguaje paternalista que emplea a las mujeres como si estuvieran necesitadas de una protección masculina”.

Hay un gran número de estudios académicos sobre género y deporte que ayudan a pensar históricamente el presente del periodismo deportivo. Los artículos están inscritos en un contexto periodístico concreto y con un pasado deportivo de injusticias y hegemonía cultural del patriarcado, y también para idear el futuro y actuar. En los estudios se observan avances, sin embargo como dijo la nadadora Mireia Belmonte:

“Importa más el pelo de Sergio Ramos que mis récords del mundo”. En la visión feminista se halla el compromiso por cambiarlo. Según Ngozi Adichie (2015: 55): “Está al alcance de todos, ya que feminista es toda mujer u hombre que dice: Sí, hay un problema con la situación de género hoy en día y tenemos que mejorar las cosas entre todos”.

Recalcamos algunos de los estudios dentro de la literatura académica como ‘Femmes dans le journalisme sportif en Suisse: Comment’s ajuster aux passions masculines?’ por Lucie Schoch y Fabien Ohl de la Universidad de Lausana (2014). Revela un punto muy interesante sobre la vocación del periodismo deportivo por sexos. Según apuntan los autores las mujeres escriben de deporte por el amor a la escritura y al periodismo. Unas diferencias que se notan en la producción periodística: “las mujeres desarrollan una aproximación más humana y psicológica del deporte” que se desmarca del tratamiento habitual de la información deportiva que ha privilegiado los análisis técnicos. Se entiende por tanto que la feminización de la profesión conducirá a una renovación en el periodismo deportivo.

112 La investigación ‘Women reporting sport: Still a man's game?’ por los británicos Suzanne Franks y Deirdre O’Neill (2015) examina la escasa presencia de las periodistas en la prensa de Gran Bretaña y se cuestiona si los Juegos Olímpicos de Londres 2012 tuvieron algún efecto en la proporción de mujeres periodistas y si ha mejorado en comparación con el decenio anterior. De sus conclusiones se puede extraer que las oportunidades para que las mujeres periodistas escriban en diarios sobre deportes siguen restringidas y hay pocas señales de haber mejorado en el último decenio. Se explica también el caso de Martha Kelner del Mail on Sunday que ganó el premio Young Sports Writer of the Year 2012. En ‘Women in sports journalism: A “Vision beyond the surface”? | [Mulheres no jornalismo esportivo: Uma “Visão além do alcance”?]’, por Adriana Brum y André Mendes Capraro de la Universidad Federal de Paraná en Curitiba, Brasil (2015) se desarrolla cómo a pesar de que las mujeres son mayoría en el ámbito periodístico brasileño son minoría en las secciones de deportes. Analiza cómo se reproduce el modelo de producción periodístico bajo dominación masculina y capitalista en el que las periodistas deportivas están sujetas a presiones.

En el artículo ‘Has she got "sex appeal?": Critical feminism and the Australian sports media’, Chelsea Litchfield y Steve Redhead de la Universidad Charles Sturt de Australia (2015) explican la invisibilización del deporte femenino en emisiones televisas y en las páginas de la prensa deportiva de Australia. Un ocultamiento del que las cadenas de televisión se excusan por centrarse en deportes “premium” centrados en grandes audiencias como fútbol australiano, rugby, fútbol y cricket, todos con participación masculina.

La perspectiva feminista, como apostillamos en el siguiente punto, también forma parte de los últimos estudios académicos del periodismo deportivo como ‘It’s Complicated:

Negotiations and Complexities of Being a Lesbian in Sport’, por Jennifer J. Waldron de Iowa (2016) donde se analiza el deporte desde el enfoque del post-estructuralismo feminista. El propósito de este artículo es examinar las complejas experiencias de deportistas lesbianas en el deporte. Se explica el ejemplo de resistencia institucionalizada It Takes a Team! Una campaña de educación sobre lesbianas, gays, bisexuales y transgénero y los problemas en el deporte. En las conclusiones se destaca

113 que “se deben activar estrategias que cuestionen discursos dominantes para caminar hacia un entorno más inclusivo en el que el deporte se convierta en un lugar mejor para todos los participantes”.