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Usos del lenguaje desde la Lingüística Sistémica Funcional

7.3. Una visión del lenguaje evaluativo

7.3.1. Usos del lenguaje desde la Lingüística Sistémica Funcional

El lingüista teórico Michael Halliday desarrolló la Lingüística Sistèmica Funcional (LSF) como repuesta a la necesidad de tener en cuenta la naturaleza social del lenguaje y sus usos en el marco de la semiótica social. Como campo, la semiótica social se ocupa de comprender las prácticas de construcción de significado en contextos sociales y culturales específicos. Un recurso fundamental de las prácticas de significación es el lenguaje y Halliday (1982) introdujo la perspectiva de la semiótica social en su intento por comprender el uso del lenguaje, desarrollando así una visión sociosemiótica del mismo.

La obra sobre la semiótica social de Halliday en la que se basa este trabajo, es la primera edición en español de su libro original “Language as Social Semiotic: The Social Interpretation of Language and Meaning” de 1978, llamada “El lenguaje como semiótica social: la interpretación social del lenguaje y del significado” (1982).

A. Una visión del lenguaje desde la semiótica social

La visión del lenguaje desarrollada por Halliday sitúa el texto en el centro de las prácticas comunicativas y no lo considera como un objeto físico organizado sino como unidad básica del proceso semántico, que posee su propia estructura y esta codificada por oraciones. El texto representa una opción seleccionada por el hablante o productor de textos, es decir, “lo que quiere decir” de entre “lo que puede decir”. De este modo, Halliday (1982) define a la opción de significados seleccionados, también llamada estructura semiótica, como el sistema semántico asociado a un tipo particular de “situación” o “contexto social”, que deriva de todo el sistema semántico del lenguaje, también llamado “contexto de cultura”.

El hablante o productor de textos, mediante la estructura semiótica del contexto social, conforma típicamente configuraciones semánticas en contextos de tipo dado, a lo que Halliday denomina registro. El registro del hablante o productor de textos hace referencia a 3 dimensiones: al asunto que trata (campo); a los niveles de formalidad entre los roles que participan de su significado (tenor); y al medio de lenguaje escrito u hablado seleccionado para comunicarse o transmitirse (modo). Estas 3 variables sociosemióticas, campo, tenor y modo, actúan colectivamente determinando el texto, y deben su significado en el lenguaje a los componentes funcionales de la semántica: ideacional, interpersonal y textual, respectivamente.

Por lo tanto, los modos de significación presentes en toda utilización del leguaje en todo contexto social, se corresponden con estas tres Metafunciones del sistema semántico del lenguaje, que a continuación, se detallan más profundamente:

La función ideacional: es la función del contenido del lenguaje, el lenguaje como

“acerca de algo”; es la formación de ideas; el hablante interpreta y representa la experiencia del mundo que le rodea y del mundo interior.

La función interpersonal: es la función participativa del lenguaje, el lenguaje como

“algo que se hace”; los roles que se asumen o se imponen, tanto al tratar de expresar la

actitud, el juicio, el deseo, los sentimientos y las creencias, como al tratar de influir en las actitudes y comportamientos de los otros; el hablante expresa las relaciones de los roles vinculados a la situación.

La función textual: el potencial de formación del texto que el hablante construye en éste, proporciona coherencia al lenguaje, y actualiza los significados ideacionales e interpersonales en un texto cohesivo.

Lo que se pretende en este trabajo es conocer la relación entre la estructura semiótica del lenguaje en un tipo de situación y el potencial de significado del RAR, por medio de las metafunciones del sistema semántico. Halliday, dice textualmente: “Existe una correspondencia sistemática entre la estructura semiótica de la situación tipo y la organización funcional del sistema semántico” (Halliday, 1982:154). Lo cual le permite afirmar que las opciones generalizadas del sistema semántico del lenguaje son una realización de la semiótica social en un potencial de significado asociado a un contexto social (o tipo de situación). Para Halliday (1982), “significar” es reflejar y actuar al mismo tiempo, tanto en lo particular (situación) como en lo general (cultura).

B. La Lingüística Sistémico Funcional de Halliday

De la Semiótica social nace la teoría de la Lingüística sistémico funcional (LSF) de Halliday (1985). La LSF sostiene que el lenguaje es un conjunto de opciones disponibles para el hablante de una lengua, de las cuáles éste selecciona aquellas que considera más adecuadas a sus necesidades comunicativas, en cada ocasión. Las opciones realizadas o construidas constituyen una determinada estructura y organizan un texto adecuado a la situación social en particular.

La LSF propone a las "metafunciones", mencionadas anteriormente, como funciones: más abstractas, propiedad inherente a todas las lenguas, inherentes a todos los usos del lenguaje, y comunes a todas las culturas.

El lenguaje posee una organización estratificada, es decir, es una red de (sub)sistemas de opciones para construcción/interpretación de significados; es un sistema complejo que posee la propiedad formal de estar estratificado en niveles, estratos o (sub)sistemas funcionales que tienen entre sí una relación jerárquica y constitutiva. Hay 4 estratos lingüísticos: uno externo llamado Contexto (categorías de la situación social); y otros 3

internos, llamados: Semántica (sistemas de significado); Lexicogramática (sistemas de expresión); y Fonología (sistemas de sonido).

C. La Gramática Sistémico Funcional de Halliday

Para la LSF, el valor de la unidad semántica es definido por la gramática que la construye, y su significación se define en relación al contexto, dando lugar a la Gramática Sistémico Funcional (GSF). La GSF indaga cómo funciona la lengua en contexto (los usos lingüísticos) y reconoce que son estos usos de los hablantes los que tras generación, han configurado el "sistema lingüístico"; explica cómo se han desarrollado los sistemas gramaticales como un potencial para construir significados sociales, mediante las formas que les acompañan y también como un recurso del que disponen los hablantes para configurar su experiencia en el mundo y para interactuar con otros.

La gramática es importante para el análisis de textos: los significados ideacionales, interpersonales y textuales, se realizan (se construyen) a través de la selección de opciones que ofrece el sistema léxico-gramática de una lengua y se proyectan en la cláusula que es la unidad básica de la GSF.

La organización textual de las cláusulas (estructura temática y la estructura de la información) constituye los recursos internos para estructurar la cláusula como un mensaje, es decir, para darle un status particular en relación con el discurso que la rodea. Para que una secuencia o complejo de cláusulas constituya un texto es necesario explicitar las relaciones externas entre cláusulas de una manera no estructural (gramatical) por medio de un recurso denominado cohesión. La GSF, permite explicar la construcción del significado del lenguaje mediante la forma y función de éste. De esta forma, la GSF se constituye como herramienta teórica y metodológica para poder analizar discursos (Márquez, 2002).