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Límites territoriales y formas de explotación forestal en fase 3 de La Bastida

En las fases anteriores 1 y 2 se habían producido dos momentos diferenciados en relación con el límite territorial y formas de explotación forestal. En primer lugar, en fase 1 se presentaba un momento de exploración con una adquisición de gran variabilidad taxonómica leñosa disponible en el territorio desde las cotas más inmediatas al asentamiento hasta el entorno culminal de las sierras próximas (Sierra de la Tercia y Sierra Espuña). En el transcurso de fase 2 se detectó una reducción del territorio con preferencia a los estadios más cercanos a La Bastida, momento en que la población asentada en el yacimiento se detecta de forma intermitente con repetidos abandonos y nuevas construcciones dispersas en el sector del Piedemonte.

En subfase 3a, el incremento del número de viviendas evidencia un aumento de la población en el asentamiento. Este hecho precisa de una reorganización del trabajo para garantizar el mantenimiento de esta población y, en relación con las tareas de construcción, fabricación de instrumentos y combustible, implica una mayor necesidad de recursos forestales para el asentamiento. La cuestión es si los datos conocidos acerca de la población y las categorías sociales a partir del 1800 cal ANE coinciden con las mismas prácticas de explotación forestal.

Lull et al. (2014:399) exponen que una población de alrededor de 1000 personas habitaban en La Bastida en la fase 3, cuando el asentamiento controlaba un vasto territorio de más de 3000km2, que esta población sería probablemente la capital de un sistema de gobierno de tipo estatal y uno de los centros argáricos de mayor influencia, tal vez junto con Lorca –Murcia- y El Argar –Almería-.

En subfase 3a la vegetación de ribera y de ladera de los pisos oro y supramediterráneo están presentes –sin contar Balsa I1- en solo 5 ámbitos de 12, que son: Corredor 0, Habitación H19, Habitación H2.1, Habitación H41 y Habitación H7. En este caso es destacable que los ámbitos que pueden acceder a la vegetación de ribera también tienen acceso a la vegetación de ladera

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de los pisos oro y supramediterráneo. Para el resto de ámbitos su adquisición vegetal se circunscribe exclusivamente en el entorno más inmediato al yacimiento. En el caso de subfase 3b esta situación se presenta de forma más acusada donde solo 2 ámbitos –Habitación H2/H5 y Habitación H3- de un total de 9 presentan restos leñosos de ribera y de los pisos oro y supramediterráneo. En todos estos casos, la población representada corresponde a clase social intermedia. Además, estos ámbitos que presentan esta diferencia taxonómica también presentan un mayor número de taxones que corresponden a los pisos termo y mesomediterráneo (fig. 7.25.).

Figura 7.25.: Presentación del valor relativo del número de taxones por piso bioclimático en subfases 3a y 3b.

La diferencia que presentan los restos antracológicos en los distintos ámbitos da pie a estas dos hipótesis:

- Cada ámbito funciona de forma autónoma para la adquisición de recursos forestales, aunque presenta límites territoriales dependiendo de la categoría social a la que pertenezca el agente que realiza la tarea en cada caso.

- Los ámbitos de mayor categoría social (clase social intermedia) del Piedemonte son los agentes encargados de la gestión de los recursos leñosos, tanto por libertad de movimiento territorial como por sus capacidades instrumentales con herramientas de corte más efectivas, en su ciclo completo: adquisición, transporte y redistribución en el asentamiento. Estos son los que presentan la mayor diversidad de pisos bioclimáticos a partir de los restos antracológicos analizados.

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

Nº de taxones mesomediterráneo Nº de taxones meso y termomediterráneo Nº de taxones oro y supramediterráneo Nº de taxones vegetación de ribera

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Una de las cuestiones a resolver era si entre las subfases existe alguna correspondencia en los ámbitos que ocupan una misma potencia. A simple vista parece existir un patrón claro mantenido en las dos subfases para las potencias H2/H5 y H7/H3. La detección de la mayor variabilidad taxonómica en estas potencias para ambas subfases podría sugerir una continuidad social. El resto de potencias presentan solo una parte de la flora explotada y, en cambio, H2/H5 y H7/H3 presentan el total corológico de la fase. Es decir, a partir de la variabilidad diferencial taxonómica entre las potencias de subfase 3a y subfase 3b se establece para H2/H5 y H7/H3 una continuidad de las formas de explotación de los recursos y, por lo tanto, de la organización social para la adquisición y redistribución de las maderas para esta fase de El Argar Final.

Para corroborar esta relación se procede con el análisis de componentes principales de forma aunada para ambas subfases en el que se incluyen todos los ámbitos de estudio y las 4 variables de piso bioclimático/tipo de vegetación definidas presentes/ausentes en cada una de las unidades. Algunos de los ámbitos no presentan continuidad en subfase 3b –Corredor 0- y otros tienen una funcionalidad de almacenaje –Balsa I1- pero se incluyen para ver cómo se organiza la distribución de puntuaciones sin valorar estas cuestiones como inclusión/exclusión.

En este caso, el análisis de componentes principales ha proporcionado un porcentaje de varianza muy elevado, donde el CP1 explica el 94,46 % de la variación y el CP2, el 4,2 %. En total un 98,66 % de la varianza para un diagrama de dispersión muy significativo (fig. 7.26.). El CP1 ordena los casos según la variabilidad taxonómica que presentan los ámbitos para la vegetación mesotermófila. Aquellos que presentan un mayor número de taxones de los pisos meso y termomediterráneos. Estos tienen su puntuación en el polo positivo –Corredor 0, H19, H2.1, H41, H7, H2.2, H3 y H5-, mientras que los ámbitos con una menor presencia de taxones para este piso se ordenan en el polo negativo –Departamento VI, H20, H21, H26, H52, H62, Balsa I1, Departamento XI, H11, H18, H37, H4, H54, H61 y H8-. En el diagrama, los puntos opuestos según el CP1 son H2.2 –con el valor positivo más elevado- y H21.

El único sector que presenta una clara identidad en ambas subfases es Cima –H61 y H62- que solapa sus puntuaciones para subfase 3a y 3b. En cambio, para Piedemonte no existe ninguna coincidencia en sus potencias, lo cual indica patrones diferenciados en relación con el número de taxones adquiridos en cada piso bioclimático.

En relación con las puntuaciones obtenidas para los ámbitos de Piedemonte surgen una serie de cuestiones en función de estos resultados, ya que tanto en 3a como en 3b se disponen de las mismas materialidades y categorizaciones sociales:

- ¿Por qué los ámbitos H2.2 y H5 no corresponden en una puntuación idéntica si son una única estancia?

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- ¿Por qué no hay correspondencia directa entre los ámbitos que ocupan una misma potencia?

Esto podría deberse a que cada contexto/ámbito refleja un momento diferenciado de la recolección de las maderas, e incluso de un uso diferenciado de estas (material constructivo, artefactos, mobiliario, combustible, etc.).

FigXUD 7.26.: Análisis de componentes principales del número de taxones por ámbitos en relación con los pisos bioclimáticos de procedencia.

En primer lugar, las dos estancias que conforman el ámbito -H2.2 y H5- presentan un uso distinto del espacio y esto conllevaría a una utilización diferenciada de las plantas leñosas.

En segundo lugar, la no correspondencia directa entre los ámbitos que ocupan la misma potencia resulta indicador de las mínimas diferencias existentes entre las subfases, aunque este hecho no puede explicarse a partir de las puntuaciones representadas.

Además de estas apreciaciones, el análisis de componentes principales no parece indicar nada añadido a las observaciones que se habían realizado anteriormente. Existe una clara distinción entre las unidades domésticas receptoras de madera (que marcan la tendencia general de consumo de esta fase 3) y las gestoras de la explotación forestal (H2/H5 y H7/H3) que presentan la totalidad de estadios vegetacionales de la fase.

En esta fase se garantiza para unas pocas habitaciones/talleres la madera procedente de todos los pisos bioclimáticos existentes, en cambio, para la gran mayoría, el acceso a la madera se restringe a los pisos inmediatos termo y mesomediterráneo.

El territorio de explotación de los recursos de la clase intermedia es superior al de las clases más bajas. Esta relación con el territorio se puede dar directa o indirectamente. La forma

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directa sería demarcando zonas prohibidas o recursos forestales no accesibles a las clases más bajas. Por otro lado, la relación indirecta sería una repartición diferenciada de los recursos forestales por parte de los agentes encargados de su gestión.

Sea como fuere, los resultados obtenidos indican una interferencia en el acceso directo a los recursos forestales y, por lo tanto, una desigualdad que viene marcada por las relaciones sociales existentes. Por una parte, aquellos ámbitos donde vive la población sometida y, por otro lado, los ámbitos que tienen el control alimentario –carne, vegetales, adornos, útiles de hueso- que por inferencia de los ajuares hallados en el interior de las tumbas evidencian la pertinencia mayoritaria a la categoría social intermedia.

En el asentamiento de La Bastida esta continuidad de control de la gestión forestal por parte de las habitaciones de la primera terraza del Piedemonte H2/H5 y H7/H3 puede implicar derechos sobre la tierra. Por otra parte, algo tendrá que ver la capacidad instrumental y de movilidad en la adquisición de maderas en pisos bioclimáticos más alejados (como se verá en el siguiente subapartado).

En El Argar Final de La Bastida, la gestión del territorio forestal está controlada por una parte de la sociedad, la misma a la que pertenecen ciertas responsabilidades de redistribución alimentaria. El territorio presenta una clara dualidad de control. Por una parte, está el límite territorial colindante entre asentamientos (existente en fases anteriores) y, por otra, a nivel interno, la posible propiedad/derecho de gestión de los terrenos correspondiente a cada ámbito y/o clase social, que radica en las diferencias de ubicuidad de los taxones detectadas en esta fase 3.

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