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La gestión de la calidad del proceso de traducción en la Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra

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Academic year: 2022

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Master

Reference

La gestión de la calidad del proceso de traducción en la Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en

Ginebra

REVUELTA LOSADA, Cristina

Abstract

This research is aimed at analysing the quality management of the translation process carried out in the Spanish Translation Section of the United Nations Office at Geneva from three different approaches: workflow management, participants in the translation process, and available resources. For this purpose, we reviewed literature on quality management in institutional translation and carried out field work consisting of a survey and interviews in which members of the Section participated. We concluded that, although quality is a key element in the Section, there is not a comprehensive quality management system in place, but a series of implicitly established practices.

REVUELTA LOSADA, Cristina. La gestión de la calidad del proceso de traducción en la Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra. Master : Univ. Genève, 2020

Available at:

http://archive-ouverte.unige.ch/unige:145369

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Cristina Revuelta Losada

La gestión de la calidad del proceso de traducción en la Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra

Directrice de mémoire : Samantha Cayron Jurée : Carlos Moreno

Mémoire présenté à la Faculté de traduction et d’interprétation (Département de traduction, Unité d’espagnol) pour l’obtention de la Maîtrise universitaire en

traduction, mention Traduction spécialisée

Août 2020

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Resumen

El presente estudio tiene como objetivo el análisis de la gestión de la calidad del proceso de traducción en la Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra desde tres perspectivas: la gestión del flujo de trabajo, las personas que intervienen en el proceso de traducción y los recursos disponibles. Para ello, llevamos a cabo una revisión bibliográfica de la gestión de la calidad en el ámbito de la traducción institucional, y realizamos un trabajo de campo que consistió en una encuesta y varias entrevistas en las que participaron miembros de la Sección. Finalmente, concluimos que, aunque la calidad es un elemento clave en la Sección, no existe un sistema de gestión de la calidad global, sino una serie de prácticas establecidas tácitamente.

Palabras clave: gestión de la calidad, traducción institucional, ONU, flujo de trabajo, herramientas de traducción, externalización.

Abstract

This research is aimed at analysing the quality management of the translation process carried out in the Spanish Translation Section of the United Nations Office at Geneva from three different approaches: workflow management, participants in the translation process, and available resources. For this purpose, we reviewed literature on quality management in institutional translation and carried out field work consisting of a survey and interviews in which members of the Section participated. We concluded that, although quality is a key element in the Section, there is not a comprehensive quality management system in place, but a series of implicitly established practices.

Keywords: quality management, institutional translation, UN, workflow, translation tools, outsourcing.

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Déclaration attestant le caractère original du travail effectué

J’affirme avoir pris connaissance des documents d’information et de prévention du plagiat émis par l’Université de Genève et la Faculté de traduction et d’interprétation (notamment la Directive en matière de plagiat des étudiant-e-s, le Règlement d’études des Maîtrises universitaires en traduction et du Certificat complémentaire en traduction de la Faculté de traduction et d’interprétation ainsi que l’Aide-mémoire à l’intention des étudiants préparant un mémoire de Ma en traduction).

J’atteste que ce travail est le fruit d’un travail personnel et a été rédigé de manière autonome.

Je déclare que toutes les sources d’information utilisées sont citées de manière complète et précise, y compris les sources sur Internet.

Je suis consciente que le fait de ne pas citer une source ou de ne pas la citer correctement est constitutif de plagiat et que le plagiat est considéré comme une faute grave au sein de l’Université, passible de sanctions.

Au vu de ce qui précède, je déclare sur l’honneur que le présent travail est original.

Genève, le 16 de juillet 2020 Revuelta Losada, Cristina

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Índice

1.Introducción ... 9

1.1. Hipótesis ... 10

1.2. Objetivos ... 11

1.2.1. Calidad de la gestión del flujo de trabajo ... 11

1.2.2. Calidad de las personas que intervienen en el proceso traductor ... 12

1.2.3. Calidad de los recursos disponibles ... 13

2.Estado de la cuestión ... 13

3.Marco teórico... 15

3.1.La traducción institucional ... 16

3.1.1.El concepto de TI... 16

3.1.2.Características y dificultades de la TI ... 17

3.2.La traducción en la Sección ... 19

3.2.1.Marco institucional de la Sección: la ONU ... 19

3.2.2.Funciones de la Sección ... 21

3.2.3.El proceso de traducción en la Sección ... 23

3.3.La gestión de la calidad ... 25

3.3.1.El concepto de calidad ... 25

3.3.2.Normas para la gestión de la calidad ... 27

3.3.3.La gestión de la calidad en el ámbito de la TI ... 31

4.Marco metodológico ... 36

4.1. Encuesta ... 38

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5

4.2. Entrevistas ... 41

5.Análisis ... 43

5.1. El concepto de calidad en la Sección ... 44

5.2. Calidad de la gestión del flujo de trabajo en la Sección... 48

5.3. Calidad de las personas que intervienen en el proceso de traducción en la Sección .... 54

5.4. Calidad de los recursos disponibles en la Sección ... 62

6.Conclusiones ... 67

7.Bibliografía ... 72

Anexo 1: Organigrama de la División de Gestión de Conferencias ... 79

Anexo 2: Glosario de términos de las Naciones Unidas ... 80

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6

Siglas y abreviaturas

DGT Dirección General de Traducción de la Comisión Europea

E[1,2] Entrevistado [1,2]

F[1, 2, 3, 4, 5] Encuestado [1, 2, 3, 4, 5]

FTI Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Ginebra

ISO Organización Internacional de Normalización

LCP Departamento de Servicios Lingüísticos, Conferencias y Publicaciones de la Organización Meteorológica Mundial

OI Organizaciones internacionales

ONU Organización de las Naciones Unidas

ONUG Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra

PSL Proveedor de servicios lingüísticos

Sección Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra

SLCE Servicio Lingüístico de la Secretaría General del Consejo de la Unión Europea

TA Traducción automática

TI Traducción institucional

TM Texto(s) meta

TO Texto(s) origen

Unidad Unidad Española de Traducción del Parlamento Europeo

UE Unión Europea

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Figuras

Figura 1: Flujo de trabajo en la Sección………....50 Figura 2: Personal de la Sección………54

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Agradecimientos

Quisiera dar las gracias a todas las personas que han contribuido a la realización de este trabajo, en especial:

al jefe de la Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, por su inestimable ayuda y su buena disposición;

a los participantes de este estudio, por aportar una información tan valiosa e interesante;

a mi directora, Samantha Cayron, por haberme guiado durante todo este proceso;

al profesor Carlos Moreno, por haber aceptado ser el jurado de esta tesina;

a mis amigos, especialmente los de Ginebra, por su apoyo durante estos tres años;

y a mi familia, por todo.

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1. Introducción

En el Máster en Traducción Especializada (especialización en «Traducción Jurídica e Institucional») de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Ginebra (en adelante, FTI) se otorga una gran importancia a la calidad con la que los estudiantes han de llevar a cabo el proceso de traducción y con la que deben generar el producto final. Esta importancia de la calidad se ve reflejada en muchos de los descriptivos de las asignaturas ofertadas, en los que la producción de traducciones de calidad se contempla como una de las competencias que se ha de adquirir, y en la existencia de asignaturas que abordan este tema, como es Gestion de projets et assurance de la qualité. En el marco de este programa académico, hemos tenido la oportunidad de realizar pasantías en el Departamento de Servicios Lingüísticos, Conferencias y Publicaciones de la Organización Meteorológica Mundial (en adelante, LCP), en la Unidad Española de Traducción del Parlamento Europeo (en adelante, la Unidad) y en la Sección de Traducción al Español de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (en adelante, la Sección). Gracias a estas experiencias hemos podido conocer en primera persona qué tipo de funciones desempeña un traductor en el ámbito institucional y constatar que también en el ámbito profesional y, más concretamente, en el de la traducción institucional (en adelante, TI) se le confiere gran importancia a la calidad con la que debe gestionarse el proceso de traducción y con la que deben estar redactados tanto los textos origen (en adelante, TO) como los textos meta (en adelante, TM).

Dado nuestro interés por el ámbito institucional y la producción de traducciones de calidad, nos proponemos abordar en este trabajo el análisis de la gestión de calidad que se lleva a cabo en el ámbito de las organizaciones internacionales (en adelante, OI) y, más concretamente, en la Sección a fin de generar un conocimiento que podría resultar útil para el estudio y la práctica de la traducción institucional, y para nuestra formación en traducción.

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10 1.1. Hipótesis

La Organización de las Naciones Unidas (en adelante, ONU) es «la única organización del mundo con carácter verdaderamente universal» (Organización de las Naciones Unidas, 2015b), por lo que se ha convertido en «el principal foro para abordar las cuestiones que trascienden las fronteras nacionales» (id.). Habida cuenta de este carácter transnacional, la ONU tiene un régimen lingüístico de gran interés para el ámbito de la traducción, ya que cuenta con seis lenguas oficiales: árabe, chino, español, francés, inglés y ruso (Organización de las Naciones Unidas, 2014). En este marco institucional y de comunicación multilingüe al que, además, se suma la complejidad temática que resulta de las variadas actividades de esta organización, la calidad adquiere sin duda una gran importancia y puede llegar, incluso, a afectar el funcionamiento de la ONU. En este sentido, «la correcta interpretación y traducción de estas seis lenguas […] tiene un gran valor para el trabajo de la Organización, porque es precisamente lo que permite la comunicación clara y concisa en los asuntos de importancia mundial» (id.).

Desde un punto de vista académico, la calidad ha sido un tema que también ha despertado gran interés, dado que el concepto de «calidad» y los procesos conducentes a lograrla son piedras angulares del estudio y la práctica de la traducción en general y, particularmente, de la TI. Tanto es así que, a lo largo del tiempo, numerosos autores han centrado sus estudios en analizar cómo se gestiona la calidad en diversas instituciones, como se detalla infra en el apartado «2. Estado de la cuestión».

Teniendo en cuenta la especial importancia que tiene la calidad en el ámbito de la TI y, más concretamente, en el seno de la ONU, y debido a que ya se han realizado estudios para evaluar los sistemas de gestión de la calidad en otras instituciones similares, nos resulta plausible plantear como punto de partida para el presente trabajo la hipótesis de que debe existir un sistema establecido en la Sección que garantice la calidad. Se tratará, pues, de constatar la existencia de dicho sistema o, en su defecto, de las medidas que se hayan establecido para

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11 gestionar la calidad del proceso de traducción, y de describir sus características. Si dicho sistema de gestión de la calidad existe, este podría servir como modelo en el caso de que satisficiera las exigencias de la calidad de la ONU, o ser objeto de revisión en el caso de que detectáramos deficiencias en la gestión de la calidad que hubiera que subsanar.

1.2. Objetivos

Este estudio, que es de carácter explorativo, tiene como principal objetivo analizar la gestión de la calidad en el proceso de traducción en la Sección. Entendemos que, en términos generales, el estudio de la calidad en el ámbito de la traducción puede partir de dos enfoques diferentes:

la calidad centrada en el proceso y la calidad centrada en el producto. En este caso, hemos optado por centrarnos en el proceso, ya que hemos querido analizar qué medidas y qué comportamientos se adoptan durante el proceso de traducción para producir textos de calidad en el seno de la Sección, a fin de establecer elementos clave de la gestión de la calidad que podrían aplicarse o servir de punto de partida en otros procesos de traducción.

A efectos prácticos y al objeto de abordar metódicamente el estudio de la gestión de la calidad del proceso traductor, hemos optado por realizar nuestro análisis desde tres de las perspectivas propuestas por Biel (2017) para el estudio de la calidad de los procesos en los servicios de traducción de la Unión Europea (en adelante, UE), a saber, la gestión del flujo del trabajo, las personas que intervienen en el proceso y los recursos disponibles. De esta forma pretendemos estudiar de manera sistemática los elementos principales que intervienen en el proceso de traducción y mediante los cuales se pueden adoptar medidas para garantizar la calidad de los TM.

1.2.1. Calidad de la gestión del flujo de trabajo

Para Biel (ibid., p. 42), la gestión del flujo de trabajo, que se ocupa principalmente de la contratación de profesionales y el desarrollo de recursos técnicos teniendo en cuenta las

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12 limitaciones presupuestarias, constituye el principal factor que afecta la calidad de la traducción como servicio y, en última instancia, es un factor que influye de manera decisiva en la calidad de la traducción como producto.

En nuestro trabajo, estudiaremos la forma en que se gestiona el flujo de trabajo, tanto el interno como el que se externaliza, en la Sección. Por lo tanto, analizaremos las características del flujo de trabajo, las fases del proceso traductor desde la llegada del TO hasta la finalización del TM y la manera en que se asignan los trabajos. Asimismo, nos centraremos en investigar de qué manera se reparte la responsabilidad relativa a la calidad.

1.2.2. Calidad de las personas que intervienen en el proceso traductor

Sin lugar a duda, el personal de cualquier servicio de traducción juega un papel central en la elaboración de un producto de gran calidad. Dentro de las personas que intervienen en el proceso de traducción —que Biel (id.) denomina «recursos humanos»— se encuentran los traductores, revisores, asistentes lingüísticos, terminólogos, gestores de la calidad y expertos.

Se trata de profesionales que trabajan en el seno de las instituciones, o que son ajenos a las mismas y se encargan de los trabajos que dichas instituciones externalizan.

En el contexto de la Sección, estudiaremos qué tipo de puestos de trabajo existen dentro de la misma y qué funciones llevan asociadas cada uno de ellos; y de qué forma intervienen otros miembros de la ONU que no pertenecen a la Sección. En cuanto a la dicotomía entre los miembros de la Sección y aquellas personas que se encargan de los trabajos que se externalizan, analizaremos cuál es su proceso de selección y qué competencias han de tener. De igual manera, examinaremos quién y de qué manera controla que su trabajo satisfaga los requisitos de calidad, y si este control difiere dependiendo de si el trabajo se ha realizado interna o externamente.

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13 1.2.3. Calidad de los recursos disponibles

Para Biel (ibid., p. 49), los recursos son aquellas herramientas que permiten garantizar la coherencia y la normalización de las traducciones, como los recursos terminológicos, las bases de datos, las guías de estilo, las herramientas TAO, la traducción automática (en adelante, TA) o las herramientas de gestión documental y del flujo de trabajo.

En el presente trabajo determinaremos con qué tipos de recursos de los ya mencionados cuenta la Sección y con cuáles no, y si existe un mismo nivel de acceso a dichos recursos por parte de los miembros de la Sección y de los traductores externos. Además, determinaremos particularmente si existe algún recurso centrado en la garantía de la calidad, como, por ejemplo, guías sobre cómo debe gestionarse dicha calidad o herramientas de seguimiento del control de la misma.

Para cumplir estos objetivos abordaremos el estudio desde una doble vertiente. Por una parte, dado que queremos estudiar un caso real de gestión de la calidad en el ámbito de la TI, la naturaleza de este trabajo será eminentemente práctica y se materializará en un trabajo de campo con las limitaciones de un trabajo de tesina. Por la otra, somos conscientes de que, para poder abordar el estudio de la gestión de la calidad en la Sección, es necesario contar con unos fundamentos teóricos sólidos a fin de poder definir el contexto en el que se enmarca el presente estudio y los conceptos necesarios para la investigación en materia de gestión de la calidad aplicada a la traducción. Esta parte teórica complementará al trabajo de campo, ya que nos permitirá establecer una base teórica a partir de la cual podremos elaborar las herramientas que necesitaremos en la parte de trabajo de campo del estudio.

2. Estado de la cuestión

Como señalamos supra en el apartado «1.1. Hipótesis», la calidad constituye un foco de interés tanto en el entorno académico como en el profesional, y especialmente en el ámbito de la TI,

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14 en el que la calidad constituye el objetivo último de quienes redactan los TO y de quienes los traducen (Prieto Ramos, 2018, p. 2), y el requisito necesario para lograr que la TI cumpla su importante cometido. De manera más concreta, en el mundo académico este tema ha sido objeto de varios estudios sobre la gestión de la calidad de los TO y TM en diversas OI. La mayoría de estos análisis se han centrado, sin duda, en las instituciones de la UE.

En este contexto de la UE, la cuestión de la calidad ha ido ganando relevancia en los últimos años y ha sido el objeto de estudio de un número cada vez mayor de publicaciones (Svoboda et al., 2017, p. 5), entre las que se encuentran los estudios de Biel (2017), Hanzl y Beaven (2017), Strandvik (2018) y Lafeber (2018). Estos autores han abordado el estudio de la gestión de la calidad desde diferentes enfoques y centrándose en aspectos diferentes.

De los autores citados, Biel (2017) es quizá la que ofrece una visión más amplia, dado que estudia de forma general la traducción de la UE —que define como «translation rendered by and for European Union institutions» (ibid., p. 32)— y su calidad tanto desde el punto de vista del producto como del proceso. Otros autores, como Hanzl y Beaven (2017) y Strandvik (2018) han optado por centrarse en una institución en particular —el Servicio Lingüístico de la Secretaría General del Consejo de la Unión Europea (en adelante, SLCE) y la Dirección General de Traducción de la Comisión Europea (en adelante, DGT), respectivamente—, como haremos nosotros con la Sección. Otro posible enfoque es analizar un aspecto concreto de TI de manera transversal en varias instituciones, que es lo que hace Lafeber (2018) en su estudio comparativo de las habilidades exigidas a los traductores en la UE y la ONU. Esta autora sí que propone un acercamiento al estudio de la gestión de calidad en la ONU, aunque comparándola con la de las instituciones europeas, centrándose en un elemento específico —en este caso, las competencias de los traductores— y sin distinguir entre secciones lingüísticas. En estos estudios se presentan diferentes definiciones de la calidad, adaptadas a las características de cada contexto institucional, y se analiza de qué forma se gestiona y se fomenta esta calidad en cada caso.

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15 Por su parte, Prieto Ramos y Guzmán (2018) ofrecen una visión más amplia de la gestión de la calidad en las OI al abordar el estudio de la coherencia y la adecuación de la terminología jurídica como indicadores de la calidad en tres entornos institucionales: la UE, la ONU y la Organización Mundial del Comercio. Estos autores ponen de relieve la necesidad de obtener más pruebas empíricas de la relación entre el proceso traductor y el producto resultante, esto es, los TM, teniendo en cuenta los diversos factores que pueden influir en la calidad, entre los que citan los procedimientos de trabajo, el perfil de los traductores, las prácticas de revisión y las limitaciones de tiempo (ibid., p. 81).

A pesar de la diversidad de perspectivas desde las que se ha estudiado la calidad, parece existir un acuerdo general sobre su importancia en el ámbito de la TI. Asimismo, las conclusiones de todos estos estudios indican que se está realizando un esfuerzo consciente en el ámbito de la TI para mejorar la gestión de la calidad. A pesar de estos avances, las instituciones se enfrentan cada día a nuevos retos que podrían afectar negativamente la calidad de sus traducciones. Por este motivo, resulta necesario seguir investigando qué medidas se han de adoptar para establecer sistemas que garanticen una adecuada gestión de la calidad en cada institución.

3. Marco teórico

Para poder abordar el estudio de la gestión de la calidad en la Sección, consideramos que es necesario contar con unos fundamentos teóricos sólidos a fin de poder definir el contexto en el que se enmarca el presente estudio y los conceptos necesarios para la investigación en materia de gestión de la calidad aplicada a la traducción. Esta base teórica, que presentamos en este apartado, nos permitirá elaborar las herramientas que utilizaremos en el trabajo de campo.

Comenzaremos este apartado del trabajo presentando el contexto general en el que se encuadra el estudio, es decir, el de la TI, y explicando en qué consiste este tipo de traducción, cuáles son sus características y qué dificultades puede presentar. A continuación, describiremos el

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16 contexto específico en el que se llevará a cabo nuestro estudio de campo, esto es, la ONU y, más concretamente, la Sección. Por último, abordaremos el estudio del concepto de calidad, de sus características y su forma de gestionarla, así como su aplicación en el ámbito de la TI.

3.1. La traducción institucional

Dado que el órgano cuya gestión de la calidad es el objeto de estudio del presente trabajo se encuadra dentro de una organización internacional, habremos de comenzar esta parte teórica estudiando las implicaciones que tiene que su proceso de traducción se desarrolle en el ámbito institucional.

3.1.1. El concepto de TI

A pesar de que, en la actualidad, la TI parece ocupar un lugar importante en el ámbito de la traducción, lo cierto es que el interés académico por esta rama del saber es un fenómeno relativamente reciente (Prieto Ramos, 2011, p. 204). Esto implica que ofrecer una definición concreta del concepto «traducción institucional» sigue resultando una tarea compleja. Son muchos los autores que han propuesto definiciones de esta noción y que, incluso, se han planteado qué es realmente una institución (Koskinen, (2011 y 2014a), Mossop (1988) y Castellano Martínez (2015), entre otros).

Asimismo, las características del concepto de TI varían en función de la institución en la que se desarrolla y, por lo tanto, no podemos hablar de la TI en términos absolutos. Kang (2014, p.

472) apoya este argumento al constatar que una cuestión que se trata en los estudios al respecto es que es necesario establecer un marco de referencia institucional para poder analizar correctamente la TI en cada caso. Esto se debe a que cada contexto en el que se desarrolla la TI se rige por una legislación y unas requisitos oficiales de manera diferente, y el nivel de institucionalización varía de unas instituciones a otras (Koskinen, 2011). Por lo tanto, para poder entender adecuadamente la forma en la que se lleva a cabo la TI en una institución, será

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17 necesario contextualizar correctamente dicha institución, como haremos infra en el apartado

«3.2. La traducción en la Sección».

A efectos del presente estudio, utilizaremos la definición amplia de la TI que establecen autores como Kang (2015, p. 141) o Schäfnner et al. (2014, p. 494), esto es, el tipo de traducción que se realiza en contextos institucionales. Se trata de una definición amplia que es aplicable al trabajo de la Sección objeto del presente estudio.

3.1.2. Características y dificultades de la TI

En las instituciones de carácter internacional, como la ONU, la TI engloba una amplia cantidad de documentos multilingües caracterizados por un alto grado de hibridez en cuanto a los ámbitos y las características discursivas, y por los retos que suponen la gestión de la terminología, la necesidad de especialización de los traductores y la ambigüedad que presentan los documentos que han sido negociados (Prieto Ramos, 2018, p. 2). A estas características propias del ámbito institucional hay que sumarle que, como hemos mencionado supra en el apartado «3.1.1. El concepto de TI», cada institución genera textos oficiales que responden a sus especificidades (id.). Por ejemplo, si una institución centra sus actividades en la protección de los derechos humanos, los documento que produzca serán totalmente diferentes a los que elabore una institución dedicada a cuestiones climáticas. Además, en casos como el de la ONU, el contexto institucional también será multidisciplinar debido a la variedad de campos en los que la institución en cuestión desarrolla sus actividades. Como consecuencia, en la TI se da cabida a «documentos de diversa tipología ya sea por su contenido, por su forma o por su finalidad» (Castellano Martínez, 2015, p. 5). La TI, por lo tanto, no se relaciona con un conjunto cerrado de géneros textuales o de temáticas, sino que es un ámbito de la traducción de carácter transversal.

Asimismo, la TI se emplea como una herramienta encaminada a lograr la consecución de los objetivos marcados por las instituciones (Prieto Ramos, 2018, p. 2). En este sentido, la TI cobra

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18 una vital importancia, ya que no solo permite que los documentos emitidos por una determinada institución estén disponibles en varias lenguas y, por lo tanto, resulten más accesibles a todos los lectores, sino que, de hecho, constituye un elemento esencial para el funcionamiento de la institución, puesto que favorece que las medidas adoptadas en el seno de las instituciones tras una serie de negociaciones se puedan llevar a la práctica. Esta función es lo que Koskinen (2014, p. 480) denomina «government by translation» y define como «the particular practices of using translating as a technique for “directing the conduct of the governed1” in multilingual government».

Este uso de la TI como herramienta para cumplir los objetivos de las instituciones lleva aparejada la necesidad de subordinar la traducción a los procedimientos establecidos en dicha institución. Esto supone que «en el contexto de las organizaciones internacionales, la labor de traducción se desarrolla dentro de parámetros institucionales que condicionan todo el proceso»

(Prieto Ramos, 2011, p. 205). Algunas de las herramientas que garantizan que la traducción se lleve a cabo de una manera determinada son las guías de estilo, las bases terminológicas y las memorias de traducción. El objetivo de estas limitaciones suele ser que el traductor ajuste su forma de trabajar a la institución en cuestión (Kang, 2014, p. 475), lo que conlleva una armonización del proceso de traducción. De esta forma, los traductores trabajan anónimamente, colaborando entre ellos y adhiriéndose a las normas establecidas por la institución (Schäffner et al., 2014, p. 494) para que el receptor perciba todos los TM generados por una institución como de un mismo autor, sin importar cuántas personas diferentes los hayan traducido.

Esta armonización es especialmente importante cuando los textos que se producen en el seno de las instituciones (sobre todo, los de corte jurídico) tienen «igual autenticidad». Este concepto

1 Para Koskinen, “the governed” son las sociedades y los ciudadanos cuya gestión forma parte del mandato de la institución en cuestión, así como a otras instituciones que se encuentran subordinadas a esta en el orden jerárquico (véase Koskinen, 2014, pp. 481 y 491).

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19 alude al principio de que todos los textos emitidos por una institución, independientemente de la lengua en la que estén redactados, tienen el mismo valor y el mismo sentido, y, por consiguiente, «ningún texto autenticado, ya sea original o una traducción […] prevalecerá sobre otro» (Prieto Ramos, 2011, p. 203). Lógicamente, esto tiene un efecto claro en la labor del traductor, cuya prioridad será la de mantener la univocidad en la interpretación de todas las versiones del documento (Šarčević, 2018, p. 13). La dificultad en este caso es el que el traductor debe determinar claramente el propósito del texto y, en ningún caso, transmitir un sentido que no aparezca en el documento o añadir una intencionalidad que el TO no tiene al aclarar ambigüedades intencionales, que resultan de «la necesidad de conjugar posturas de partida divergentes mediante fórmulas susceptibles de más de una interpretación» (Prieto Ramos, 2011, p. 206).

Asimismo, este enfoque supone que no se produce un cambio en el skopos del texto, esto es, en su función comunicativa (Šarčević, 1997, p. 21), que suele ser uno de los principales elementos que caracterizan la TI.

3.2. La traducción en la Sección

Como hemos mencionado supra en el apartado «3.1. La traducción institucional», aunque es posible establecer ciertos rasgos específicos de la TI, las características propias de la traducción en el ámbito institucional varían en función de la institución en la que se desarrolla dicha actividad. Por este motivo, resulta imprescindible describir el contexto institucional en el que se enmarca el presente estudio.

3.2.1. Marco institucional de la Sección: la ONU

Tras la Segunda Guerra Mundial, se decidió crear una nueva organización internacional para el mantenimiento de la paz: la ONU. Así, el 24 de octubre de 1945, los representantes de los cincuenta y un Estados Miembros fundadores ratificaron la Carta de las Naciones Unidas (Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas, 2017, p. 3) y la ONU empezó

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20 a existir oficialmente (Organización de las Naciones Unidas, 2015a). De acuerdo con el artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas (Organización de las Naciones Unidas, 1945), la ONU fue concebida para:

1. Mantener la paz y la seguridad internacionales […];

2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal;

3. Realizar la cooperación internacional […];

4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.

Para cumplir estos objetivos, la ONU cuenta con una serie de órganos que conforman lo que se conoce como «el sistema de la Naciones Unidas». Según los dispuesto en el artículo 7 de la Carta de las Naciones Unidas (Organización de las Naciones Unidas, 1945), los órganos principales de la ONU son la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria (cuya actividad se suspendió en 1994 (Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas, 2017, p. 18)), la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría. Además de estos órganos, en la Carta de las Naciones Unidas (Organización de las Naciones Unidas, 1945) se estipula que «se podrán establecer […]

los órganos subsidiarios que se estimen necesarios» (art. 7.2. Carta de las Naciones Unidas).

Cada uno de estos órganos desempeña unas funciones concretas que permiten el buen funcionamiento de la ONU. Todos ellos se encuentran ubicados en la sede principal en Nueva York y en las tres oficinas regionales situadas en Ginebra, Viena y Nairobi. La Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (en adelante, ONUG), que es en la que se centra este estudio, es

«la segunda en importancia después de Nueva York» (Nóbrega, 2008, p. 137) y «uno de los centros de diplomacia internacional más activos del mundo» (Pazos Antas, 2019, p. 22). En ella se tratan temas «relacionados con los derechos humanos, la Comisión de Derecho Internacional, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la

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21 Convención Marco sobre el Cambio Climático, etc.» (Nóbrega, 2008, p. 137), que, lógicamente, su repercusión en el tipo de documentos que se han de traducir en la Sección.

La Secretaría, que es el órgano de mayor relevancia para el presente estudio, se organiza mediante «una estructura departamental» (id.) en la que «cada departamento u oficina tiene un ámbito de actuación y responsabilidad distintos» (id.). Uno de estos departamentos es el Departamento de la Asamblea General y de Gestión de Conferencias, que:

presta servicios de apoyo técnico y de secretaría a la Asamblea General, al Consejo de Seguridad y al Consejo Económico y Social, a sus comisiones, comités y otros órganos subsidiarios, así como a las conferencias que se celebran en la Sede y fuera de ella (ibid., p.

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Se trata del mayor departamento de la Secretaría de la ONU (Departamento de la Asamblea General y de Gestión de Conferencias. Organización de las Naciones Unidas, s. f.-c), ya que cuenta con unos 3 000 trabajadores repartidos en las oficinas de Nueva York (1 000), Ginebra (620), Viena (174) y Nairobi (65) (id.). En Ginebra este departamento se denomina División de Gestión de Conferencias (Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, s. f.), cuya estructura se detalla en el «Anexo 1: Organigrama de la División de Gestión de Conferencias». De él dependen los servicios lingüísticos, que se encargan de «procesar y publicar todos los documentos en los idiomas oficiales de la Organización» (ibid., p. 22) y entre los que se encuentra la Sección.

3.2.2. Funciones de la Sección

La traducción juega un papel fundamental en el seno de la ONU debido a que, como señala Pazos Antas (2019, p. 23), el multilingüismo es un carácter esencial de esta institución. Por este motivo, la ONU es una de las organizaciones que genera mayor empleo para traductores profesionales en el mundo (Zhao y Cao, 2013, p. 203). Entre estos traductores, hay «personal permanente, temporal y contractual» (Bermúdez Bausela, 2014, p. 65). Además de traductores, la ONU cuenta con otros tipos de personal especializado que intervienen en el tratamiento de los documentos la organización, como son los revisores, los editores, los correctores de pruebas

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22 y los redactores de actas literales (Departamento de la Asamblea General y de Gestión de Conferencias. Organización de las Naciones Unidas, s. f.-c).

La importancia del español en el seno de la ONU no se limita únicamente a que sea una de las seis lenguas oficiales de esta institución —lo que implica que pueda utilizarse, tanto oralmente como por escrito, en la ONU (Instituto Cervantes, 2019, p. 47)― sino que, además, «ocupa la tercera posición» (id.) en cuanto a su uso en esta organización, por detrás del inglés y del francés. En 2019, el 6,5 % de los TO cuya traducción se encargó a la División de Gestión de Conferencias estaban en español, mientras que el 85 % y el 8,4 % estaban en inglés y francés, respectivamente2. En este sentido, la Sección desempeña una función clave en la gestión del uso institucional del español al ser el órgano responsable de la traducción a esta lengua de documentos que, como menciona Pazos Antas (2019, p. 25), abarcan un amplio abanico de temáticas (como los derechos humanos, el comercio, el derecho internacional, el desarme y el cambio climático) y géneros (por ejemplo, instrumentos internacionales, observaciones de los órganos de tratado, y decisiones y dictámenes del Comité de Derechos Humanos). Los lectores de estas traducciones al español son ciudadanos de todos los Estados Miembros hispanohablantes de la ONU, entre los que se incluyen:

no solo diplomáticos de las misiones permanentes, sino también funcionarios públicos de las capitales, medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales, instituciones académicas y el público en general (Departamento de la Asamblea General y de Gestión de Conferencias. Organización de las Naciones Unidas, s. f.-a).

Esta multiplicidad de Estados hispanohablantes, con sus respectivas variantes del español, no pasa desapercibida para la Sección. De hecho, este órgano es un fiel reflejo de dicha pluralidad, ya que está integrado por funcionarios que provienen de varios de esos países y que se esfuerzan por cumplir el objetivo de que:

2 Datos de 2019 de la Sección de Evaluación, Análisis y Supervisión de la ONUG proporcionados por un miembro de la Sección.

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23 la versión en español de cualquier documento tiene que ser fiel al original, respetar la terminología que se haya establecido y ser de fácil comprensión para los lectores de cualquiera de los 21 Estados Miembros hispanohablantes (id.).

Esto implica que se busca traducir hacia una variedad «panhispánica» del español (id.). Este uso institucional del español que se hace en la ONU, que bien podría constituir una variedad lingüística propia, a veces conduce incluso a la generalización del «uso en español de nuevos términos y conceptos» (id.). Por lo tanto, el trabajo de los profesionales de la Sección no se circunscribe únicamente al entorno institucional en el que llevan a cabo su labor, sino que también tiene una repercusión en un marco más amplio.

3.2.3. El proceso de traducción en la Sección

En líneas generales, el proceso de traducción se inicia en la Dependencia de Control de Documentos (Docs Control), que «recibe los textos enviados por los departamentos autores y verifica que se ajusten a determinadas normas técnicas y administrativas» (Servicio de Traducción al Español de las Naciones Unidas, 2012, p. 2). A continuación, se hacen las correcciones editoriales (id.) y se envían los documentos a las secciones de traducción. Allí, el repartidor (programming officer) recibe los encargos de traducción y distribuye «los trabajos entre los traductores y revisores de acuerdo con los plazos que se les hayan asignado y la disponibilidad de personal» (id.). Una vez que se han realizado la traducción y la revisión, los TM se envían a la Dependencia de Procesamiento de Textos (DPT), que «le da forma definitiva para la publicación» (id.) para ser subidos posteriormente al Sistema de Archivo de Documentos (Official Documents System)3 (Pazos Antas, 2019, p. 24). Por último, los documentos «se envían a las dependencias correspondientes para su impresión y distribución» (id.).

Como destaca Pazos Antas (2019, p. 26), a lo largo de este proceso se siguen unos métodos de trabajo, que son: «observar las normas de estilo […]; respetar la jerarquía de fuentes […];

realizar comprobaciones del texto retomado de otros instrumentos jurídicos; y justificar las

3 Disponible en: https://documents.un.org/prod/ods.nsf/home.xsp. Fecha de consulta: 10 de julio de 2020.

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24 decisiones de traducción». En este sentido, resulta muy útil el uso de herramientas que facilitan la traducción. Respecto a la traducción en sí, se utilizan aplicaciones informáticas, como, por ejemplo, «la herramienta de traducción asistida por computadora eLUNa y el sistema de TA integrado en ella, TAPTA4UN» (Departamento de la Asamblea General y de Gestión de Conferencias. Organización de las Naciones Unidas, s. f.-b), que describimos infra en el apartado «5.4. Calidad de los recursos disponibles en la Sección». La creación y puesta en marcha de estas herramientas demuestra no solo que la ONU sigue las tendencias actuales del mundo de la traducción, sino que se ha producido una gran evolución en cuanto a este uso de herramientas. En 2008, De Saint Robert (2008, p. 107) afirmaba que «the United Nations may seem to be the perfect environment for the deployment of language technologies yet, surprisingly enough, translators and language staff in general do not rely heavily on tools».

No obstante, parece que el uso de herramientas TAO y TA ha aumentado en dicha organización.

Asimismo, en el caso particular de la Sección, sus miembros han creado un sitio web, denominado «la Paginilla»4, descrito infra con más detalle en el apartado «5.4. Calidad de los recursos disponibles en la Sección», que reúne de manera sintética y organizada información útil para el proceso de traducción.

Por último, «además de valerse de recursos comunes como diccionarios, bases de datos terminológicas o Internet, la Sección recibe opiniones de colegas y delegados de todo el mundo hispanohablante» (id.), lo que, como se explica infra en el apartado «3.3.3. La gestión de la calidad en el ámbito de la TI», suele repercutir positivamente en la calidad de la traducción.

4 Disponible en: https://ls-sts.unog.ch/. Fecha de consulta: 27 de junio de 2020.

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25 3.3. La gestión de la calidad

Una vez que hemos establecido el contexto en el que se enmarca el proceso de traducción objeto de estudio, procedemos a centrarnos en el análisis de la gestión de la calidad y de sus elementos conexos.

3.3.1. El concepto de calidad

La cuestión de la calidad ha sido objeto de numerosos estudios traductológicos y sigue siendo relevante tanto en el sector de la traducción como en el mundo académico (Görög, 2014, p.

391), a pesar de que, según dicho autor (id.), «estos dos ámbitos no hayan colaborado para avanzar en el concepto de calidad», una carencia que pretendemos subsanar en cierta medida con el presente estudio. Esta amplia presencia de la gestión de la calidad en el ámbito académico, que se opone sustancialmente a la situación de la TI que describimos supra en el apartado «3.1. La traducción institucional», no implica, sin embargo, que definir qué es la calidad resulte una tarea de menor complejidad. Aun así, como Pazos Antas (2019, p. 34) apunta en su estudio, «definir la calidad es una cuestión clave para determinar su alcance», y, por lo tanto, es una tema que debemos tratar en el presente trabajo.

El concepto de «calidad» ha sufrido una gran evolución, desde un enfoque más vago y subjetivo de la concepción de la calidad hacia una perspectiva que se centra en mayor medida en la situación comunicativa en la que se ubica el texto y en las necesidades del receptor (id.) . House (2015) explica claramente esta progresión, haciendo hincapié en cuatro enfoques diferentes desde los que se ha estudiado: el anecdótico y subjetivo (anecdotical and subjective approaches), un tratamiento intuitivo de la calidad que rechaza la posibilidad de establecer principios generales aplicables a la calidad de la traducción y para el que la calidad de la traducción depende únicamente del traductor; el centrado en la respuesta del receptor (response- oriented, psycholinguistic approaches), que da la máxima importancia a que la respuesta de los receptores del TM debe ser equivalente a la que tienen los receptores del TO; el que toma como

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26 elemento central el texto (text-based approaches), en el que se comparan el TO y el TM para establecer si existen prácticas sistemáticas a la hora de transferir elementos sintácticos, semánticos, estilísticos y pragmáticos; y el funcional y pragmático de gestión de la calidad (functional-pragmatic model for translation quality assessment), que permite el análisis de las particularidades lingüísticas y contextuales de los TO y los TM, la comparación de ambos textos y la evaluación resultante de sus correspondencias (ibid., p. 224).

En la actualidad, se considera que el concepto de «calidad» se caracteriza principalmente por ser una noción dinámica, lo que supone que su definición depende en gran medida del contexto en el que se aplique (Strandvik, 2015, p. 142). Por este motivo, «quality has been reconceptualized as a dynamic negotiated concept which comprises varied degrees of quality, depending on a number of factors, including fitness for purpose, utility, time, and price» (Biel, 2017, p. 33). No existe, por lo tanto, un modelo de calidad único para todos los contextos, sino una multiplicidad de definiciones de calidad y de formas de gestionarlas adaptadas a cada situación de traducción (House, 1997, p. 1), por lo que «cada tipo de contenido, propósito o canal de comunicación requerirá un enfoque diferente o una combinación de enfoques» (Görög, 2014, p. 391) a la hora de abordar el estudio de la calidad. En este sentido, Hanzl y Beaven (2017, p. 144) argumentan que la calidad va ligada al concepto de «fitness for purpose»

(adecuación al uso), esto es, que se tiene en cuenta el tipo y la función del texto. Por esta razón, la definición de calidad no se puede establecer en términos absolutos, sino que, en cada caso, habrá que definir la noción de «calidad» en función de las características de cada contexto para, de esta forma, evaluar si el sistema de gestión de calidad establecido en ese marco satisface lo que se entiende por calidad en ese caso determinado. Esta perspectiva abre las puertas a sistemas de gestión de la calidad mucho mejor adaptados a las necesidades y las características específicas de cada proceso de traducción, y esto, sin duda, lleva aparejado una mejora de dicha gestión. En el presente trabajo, por lo tanto, habremos de establecer de qué forma se define la

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27 calidad en la Sección a fin de determinar si el sistema de calidad establecido satisface las necesidades de calidad de dicho órgano y, por lo tanto, resulta adecuado.

3.3.2. Normas para la gestión de la calidad

Al objeto de ofrecer definiciones más objetivas del concepto de «calidad» —o, al menos, de presentar algunas directrices generales para alcanzar dicha calidad— se han elaborado una serie de normas internacionales que recogen características asociadas con dicha noción e indicaciones para lograr satisfacerla. Estas normas internacionales, que han experimentado un gran auge sobre todo desde la década de 1990 (Prieto Ramos, 2015, p. 15), son de interés para el presente estudio porque, como explica Biel (2017, p. 39), se encuentran ligadas al concepto de calidad centrada en el proceso, que, como mencionamos supra en el apartado «1.2.

Objetivos», es el enfoque desde el que abordamos el presente estudio. Además de la obtención de estas certificaciones, estas normas pueden servir de referente para la puesta en marcha de buenas prácticas aplicadas al proceso de traducción.

Una de las organizaciones que ha realizado progresos de manera significativa en el ámbito de la normalización de la gestión de la calidad es la Organización Internacional de Normalización (en adelante, ISO). Esta organización ha creado diferentes normas de calidad (como las normas de la serie ISO 9000) y, lo que es más relevante, normas de calidad aplicadas a la traducción.

De entre estas últimas cabe destacar la norma ISO 17100:2015.

La norma ISO 17100:2015 (Organización Internacional de Normalización, 2015) busca ofrecer requisitos que se puedan aplicar a los procesos principales, recursos y otros aspectos necesarios para generar traducciones de calidad que cumplen las especificaciones pertinentes (ibid., p. 1).

Dichas especificaciones pueden incluir las del cliente, las del proveedor de servicios lingüísticos (en adelante, el PSL) o las de cualquier código o guía de buenas prácticas del sector de la traducción (id.). Para establecer directrices que garanticen la calidad en los servicios de

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28 traducción, la norma se centra en cuatro aspectos: los recursos, los procesos de preproducción, el proceso de producción y los procesos de posproducción. En lo referente a los recursos, esta norma busca regular los recursos humanos y los recursos técnicos y tecnológicos. En cuanto al primer aspecto, la norma establece que el PSL debe contar con procedimiento documentado para garantizar que las personas que participan en el proceso de traducción tienen las competencias y las cualificaciones necesarias (ibid., p. 5). En la norma se recoge qué cualificaciones han de tener algunos participantes del proceso de traducción (como los revisores y los gestores de proyecto), y se detallan especialmente las competencias que han de tener los traductores y los requisitos que han de cumplir. En este sentido, se espera que los traductores cuenten con competencias de traducción, lingüísticas y textuales en las lenguas de trabajo, de búsqueda y procesamiento de información, culturales, tecnológicas, y del ámbito temático de los textos con los que trabajen (ibid., p. 6). Además, se establece que estos traductores tienen que contar con una formación universitaria en traducción o en otro ámbito y dos años de experiencia profesional en el ámbito de la traducción o con cinco años de experiencia profesional en el ámbito de la traducción (id.). Asimismo, se recalca que, en caso de que se externalice la traducción, el PSL sigue siendo el responsable de que se respeten los requisitos de la norma (ibid., p. 5). En cuanto a los recursos técnicos y tecnológicos, la norma establece que los servicios de traducción han de contar con los equipos técnicos, de comunicación y de información, y las herramientas de traducción necesarios para llevar a cabo la traducción (ibid., p. 5).

En lo referente a los procesos de preproducción, la norma estipula que el PSL deberá contar con procedimientos que le permitan analizar y gestionar las solicitudes, determinar la viabilidad de los proyectos, preparar presupuestos y celebrar acuerdos (ibid., p. 7). Esto implica que los servicios de traducción deben contar con un sistema establecido que les permita llevar a cabo todas las fases necesarias desde la recepción del encargo hasta el inicio de la traducción en sí.

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29 La traducción forma parte de los procesos de producción, que también están regulados por la norma, que dispone que el PSL deberá garantizar el cumplimiento de los acuerdos que celebre con sus clientes desde el momento en el que se formalizan hasta que finalizan los proyectos objetos de los acuerdos (ibid., p. 9). Así, se observa que, de acuerdo con la norma, un proceso de traducción de calidad requiere el cumplimiento de parámetros establecidos en cada caso, y no unos parámetros generales y fijos concebidos para todos los encargos. De los procesos de producción, la norma fija estándares para la gestión del proyecto, la traducción, la revisión, la verificación final (esto es, la «confirmación del gestor de proyectos de que se han cumplido las especificaciones» (ibid., p. 12)) y la entrega. Finalmente, en lo relativo a los procesos de posproducción, se establece el proceso de tratamiento de los comentarios del cliente sobre el TM y del cierre del proyecto.

En general, se trata de una norma que da cabida al carácter dinámico de la calidad que describimos supra en el apartado «3.3.1. El concepto de calidad» y pone de relieve que las medidas de control de la calidad deben formar parte de un sistema que se aplique metódicamente en los servicios de traducción. En relación con esta norma, cabe señalar el estudio de Barros (2017), en el que comparó la norma ISO 17100:2015 con las prácticas relativas a la calidad de los servicios lingüísticos de la ONU. Esta autora destaca el carácter exhaustivo de esta norma, ya que, según afirma, abarca todas las etapas de los procesos llevados a cabo por la División de Documentación, que pertenece al Departamento de la Asamblea General y de Gestión de Conferencias de la sede de la ONU en Nueva York (ibid., p. 3), del que dependen los servicios de traducción. Tras su investigación, Barros (ibid., pp. 22-24) concluyó que los servicios lingüísticos de la ONU cumplían total o parcialmente la mayoría de los requisitos establecidos en esta norma y, además, la tomó de base para proponer posibles mejoras para el proceso de traducción de la ONU, como la modificación del sistema de revisión.

Por lo tanto, parece que la adopción de esta norma o su uso como guía para el establecimiento

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30 de un sistema de gestión de la calidad propio podría tener muy buenos resultados en el proceso de traducción de la ONU, en general, y de la Sección, en particular.

Asimismo, la ISO cuenta con más normas que rigen aspectos relativos a la traducción, aunque, al contrario que la norma que acabamos de describir, son normas mucho más específicas que regulan procesos más concretos de la traducción y que se alejan algo más del objeto del presente estudio. Así, la norma ISO/TS 11669 (Organización Internacional de Normalización, 2012) establece las directivas generales de los proyectos de traducción y la norma ISO 18587 (Organización Internacional de Normalización, 2017) determina cuáles son las exigencias requeridas en los procesos de posedición de textos traducidos mediante TA.

Además de las normas establecidas por la ISO, también existen normas creadas por otros organismos que, en gran medida, establecen medidas de gestión de la calidad similares a la de la norma ISO 17100: 2015. Entre estas normas cabe destacar la norma europea de calidad EN 15038:2006 (Comité Europeo de Normalización, 2006), creada por el Comité Europeo de Normalización y que es a la que sustituyó la norma ISO 17100:2015 (Linguavox, s. f.), y la norma ASTM F2575-06 (American Society for Testing and Materials, 2006), establecida por la American Society for Testing and Materials y que, de forma similar a la norma ISO 17100:

2015, define la calidad como «the degree to which the characteristics of a translation fulfil the requirements of the agreed-upon specifications» (id.).

La existencia de todas estas normas deja claro el esfuerzo consciente que se está llevando a cabo para intentar gestionar la calidad de la manera más metódica y adecuada posible. En el contexto del presente estudio, resultará interesante saber si la Sección cuenta con alguna certificación de calidad o si, por el contrario, gestiona la calidad siguiendo directrices establecidas internamente.

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31 3.3.3. La gestión de la calidad en el ámbito de la TI

Al igual que la TI en sí, la gestión de la calidad aplicada a este ámbito ha sido analizada relativamente poco hasta el momento, por lo que requiere su estudio mayor profundización en los aspectos relativos a la calidad con el fin de poder conjugar los conocimientos teóricos con la práctica (Svoboda et al., 2017, p. 1). No obstante, esto no le resta importancia, ya que, en el ámbito de la TI, la consecución de la calidad se ha convertido en un pilar fundamental (id.). En este sentido, Koskinen (2008, p. 25) asegura que la calidad de la traducción tiene implicaciones incluso en la reputación de la institución en cuestión, ya que, según explica, la calidad de la traducción en una institución no afecta (negativa o positivamente) al traductor, sino a la reputación de la propia institución. Lafeber (2012, p. 23) parece coincidir con esta idea, pues afirma que una de las funciones de la TI es «[to] make the translation service (and hence the organization) look good». De manera más concreta, Biel (2017, p. 31) afirma que, debido a la importancia de la traducción en las instituciones de la UE y el volumen de trabajo que genera, la calidad se ha convertido en un concepto fundamental que aparece cada vez más en las políticas de la UE. Asimismo, Strandvik (2018, p. 52-54) establece que la garantía de la calidad siempre ha formado parte de las funciones de la DGT y que, debido a la carga de trabajo de las OI y al aumento de la externalización, se ha convertido en un elemento fundamental para garantizar la eficiencia. Por lo tanto, la calidad constituye un elemento de gran importancia para las instituciones, lo que parece indicar que, por lo general, deberían contar con medidas para poder gestionarla correctamente.

En el contexto de las OI, la correcta gestión de la calidad se puede ver comprometida por una serie de elementos característicos del contexto institucional, que mencionamos supra en el apartado «3.1.2. Características y dificultades de la TI». Así, por ejemplo, en este ámbito, la traducción se lleva a cabo a menudo «bajo una enorme presión de tiempo, conforme a procedimientos de trabajo bien definidos […] y respetando numerosas convenciones

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32 terminológicas y estilísticas» (Prieto Ramos, 2011, p. 205). A menudo, estas convenciones se establecen al objeto de lograr la armonización y la coherencia entre todos los textos producidos por una misma organización, lo que supone un reto para el traductor, ya que ha de adaptarse a los parámetros impuestos por la organización, pero, a la vez, es una forma de garantizar que todos los TM alcancen los niveles de calidad requeridos. Las características del ámbito de la TI condicionan sin duda la forma en la que se traduce y en la que se gestiona la calidad. Ante estas posibles dificultades, las instituciones se han preocupado por adoptar medidas que fomenten la correcta gestión de la calidad de las traducciones y palien, con mayor o menor éxito, los posibles efectos negativos que puedan resultar.

Uno de los elementos que está muy presente en el ámbito de la TI es la externalización. Se trata de una práctica bastante extendida, dado que las instituciones contratan cada vez más a traductores externos o a otros tipos de PSL externos (Kang, 2015, p. 143) para complementar los trabajos que se llevan a cabo internamente. Las instituciones saben que externalizar un determinado volumen de trabajo puede conllevar la asunción de cierto riesgo y por eso ejercen diferentes niveles de control en la contratación de traductores, la calidad de las traducciones y los procesos de producción de TM (id.). En el caso de la UE, las instituciones están obligadas a evaluar la calidad de todas las traducciones realizadas por traductores externos (Wagner et al., 2002, p. 38), lo cual muestra el interés de estas instituciones por mantener la calidad. Sin embargo, esta evaluación puede ser desde una revisión completa a un control al azar de ciertas partes del TM para comprobar que está completo (id.) dependiendo de la función y la importancia del documento en cuestión. En la ONU, «hasta un 25 % del trabajo» (Departamento de la Asamblea General y de Gestión de Conferencias. Organización de las Naciones Unidas, s. f.-b) se realiza externamente y, luego, «cada servicio controla la calidad de todo el trabajo

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33 que hacen los contratistas5 para cerciorarse de que tiene el nivel que se exige en los documentos de las Naciones Unidas» (id.). En el caso de la Sección, Antas Pazos (2019, p. 27) afirma en 2019 que el porcentaje de TO que se externaliza es ligeramente menor, ya que se sitúa en el 20 %. La cuestión que se plantea a este respecto es la de saber hasta qué punto los controles de calidad de los TM son realmente efectivos.

En este contexto de externalización de la traducción, además de adoptar medidas de gestión de la calidad de los productos finales, hay que garantizar que el proceso de traducción se realice de acuerdo con los niveles de calidad exigidos por la institución desde antes de que dicho proceso se inicie. Así, en la DGT, «la normalisation de la qualité des traductions externes passe d’abord par la normalisation de l’information donnée aux prestataires» (Toudic, 2011, p. 31).

Además, también se facilitan guías de estilo de las instituciones y de guías específicamente creadas para los traductores externos (id.). De esta forma, se busca conseguir una armonización lingüística y de los procesos tanto a nivel interno como externo. Sin embargo, en ocasiones los traductores externos no tienen acceso a todos los recursos de los traductores internos y esto puede suponer una diferencia de nivel de calidad entre los textos traducidos interna y externamente. Por lo tanto, la posibilidad de ofrecer a los traductores externos un mayor acceso a los recursos que, en la actualidad, solo están disponibles para los traductores internos seguirá siendo central en la cuestión de la externalización de traducciones (ibid., p. 43). Se trata, sin duda, de un asunto en el que hay que valorar cómo mantener la confidencialidad de la información institucional sin poner en riesgo la calidad de las traducciones, y qué tipo de información sí se puede poner a disposición de los traductores externos y de qué modo se les puede dar acceso a la misma.

5 La Sección puede externalizar sus traducciones a un PSL de dos formas: contratando personal externo por medio de la Dependencia de Gestión de la Traducción por Contrata (contratistas) o por medio de contratos temporales in situ u off site (temporeros). Ambos perfiles se describen infra en el apartado «7.3. Calidad de las personas que intervienen en el proceso de traducción en la Sección».

(35)

34 Otro de los retos que se plantea en la TI y que nos gustaría señalar en este apartado es la calidad de los TO. En el contexto de la UE, que, en nuestra opinión, puede equipararse al de los textos de la ONU, Wagner et al. (2002, p. 70) apuntan que «the texts are collectively produced with disparate input from various sources, in the process of consensus formation and political compromise», por lo que resulta difícil establecer quién es el autor de dicho texto al objeto de poder realizarle alguna consulta. En otras ocasiones, la calidad del TO no es la correcta porque el autor de dicho documento no lo ha redactado en su lengua materna y, por lo tanto, ha cometido errores o ha utilizado formulaciones poco claras. Así, por ejemplo, la mayoría de los documentos generados en las instituciones de la UE en inglés o francés no son redactados por hablantes nativos de estas lenguas (id.), lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta el amplio multilingüismo —la UE cuenta con 24 lenguas oficiales (Parlamento Europeo, 2019)— que existe en las instituciones europeas. Pazos Antas (2019, p. 26) también menciona que la cuestión de la calidad de los TO constituye una de las dificultades a las que se enfrentan los miembros de la Sección.

Como medida para lograr la calidad de los TO, recientemente en el ámbito de la TI se está promoviendo de manera especial la colaboración entre los autores de los textos y los traductores con el objetivo de identificar y revisar cualquier error, incoherencia o formulación que no sea clara en el TO antes de que este esté terminado para poder mejorar así la calidad de todos los documentos, que son igualmente auténticos (Šarčević, 2018, p. 19). De hecho, se ha demostrado que la participación de los traductores en la fase de redacción del TO suele comportar la mejora de la calidad del TO y del TM (Šarčević, 1997, p. 97), ya que, al tener que analizar detenidamente el TO para poder traducir, los traductores son capaces de detectar errores que se hayan cometido o formulaciones que sean poco claras y dificulten la comprensión del texto.

Tanto es así que Bermúdez Bausela (2014, p. 68) considera que las «características tan propias de la producción de textos emanados de organismos internacionales no afecta realmente a la

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35 calidad de los originales, ya que estos textos pasan por varios “filtros”» al ser leídos por las personas que intervienen en el proceso de traducción. Esto explica por qué:

cuanto más temprana sea la fase de elaboración en la que nos encontremos y cuanta más responsabilidad se delegue en la secretaría de una organización en los trabajos preparatorios, mayor será la aportación potencial al control de calidad de los proyectos de textos, incluso en la lengua origen, por parte de los servicios lingüísticos antes de la adopción definitiva (Prieto Ramos, 2011, p. 211).

Asimismo, esta colaboración desde una fase inicial permite que el traductor conozca en profundidad la función del texto, así como la intencionalidad con la que sus autores lo redactaron. En este sentido, en la ONU, «en los procesos de producción y posterior traducción hay una relación directa entre juristas, expertos en el ámbito que proceda y traductores»

(Bermúdez Bausela, 2014, p. 66), a fin de «lograr una interpretación uniforme de las distintas versiones» (id.) de los textos producidos por dicha organización.

El grado de colaboración entre traductores o revisores y redactores de TO es diferente en cada institución y se ve circunscrito «a situaciones en las que se reconoce a los servicios lingüísticos un papel activo en el marco de algún comité de redacción» (id.). En este sentido, Prieto Ramos (2011, p. 211) explica que, en el caso de los tratados internacionales, «en casi todas las organizaciones internacionales se suele fomentar la consulta al personal técnico familiarizado con los trabajos preparatorios». En el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, jueces y traductores trabajan codo a codo, y estos últimos pueden realizar consultas a los autores o proponer mejoras en los TO cuando traducen propuestas de sentencias, e, incluso, asistir a las deliberaciones en las que los jueces analizan las dos versiones de las sentencias —en inglés y en francés— y señalan cuestiones lingüísticas que no les parecen correcta, y los traductores responden a las preguntas que los jueces puedan plantear acerca de sus traducciones (Brannan, 2018, p. 176). En el contexto de la UE, existe el concepto de «co-revision», que implica que los traductores —sobre todo los juristas-lingüistas— pueden proponer correcciones para los TO (Guggeis y Robinson, 2012). Además, algunos de los servicios de traducción de las

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