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5. Análisis

5.2. Calidad de la gestión del flujo de trabajo en la Sección

Durante nuestra pasantía en la Sección pudimos observar las fases por las que pasa un documento desde que el TO llega a la Sección hasta que se finaliza el TM, y se nos explicó la forma en que se asignan las traducciones. En líneas generales, este proceso se corresponde con lo descrito supra en el apartado «3.2.3. El proceso de traducción el Sección». Cuando los

49 encargos llegan a la Sección, el repartidor8 los distribuye principalmente en función de la temática y la prioridad. De hecho, la asignación de traducciones suele resultar de la combinación de ambos factores. Como explicaremos infra en el apartado «5.3. Calidad de las personas que intervienen en el proceso de traducción en la Sección», los miembros de la Sección se especializan en ámbitos específicos y existen grupos de trabajo destinados a mantener la calidad de los TM. En cuanto a los plazos, como observamos en los resultados de las encuestas, estos pueden variar entre unas pocas horas e, incluso, meses. Esto implica que, especialmente en el transcurso de reuniones o conferencias importantes, los traductores de la Sección trabajan bajo una gran presión y durante turnos largos. Para gestionar este aspecto eficientemente, existe un sistema de prioridades con una gradación que va de P1 (muy urgente, como los documentos de las reuniones que se están celebrando) a P6 (nada urgente, como informes anuales que necesitan luego maquetación). Teniendo en cuenta estos dos factores ―la especialización y los plazos― si llega, por ejemplo, un texto con poca prioridad sobre un tema en el que está especializado un traductor que no está disponible en ese momento, se espera a que termine con sus textos para que pueda ocuparse del nuevo encargo. Además de estos dos criterios principales, existen otros parámetros que influyen en la distribución de las traducciones, como son el número de palabras, la disponibilidad de los traductores, los plazos, la combinación lingüística, el nivel de referencias a otros documentos ya traducidos y si el documento se va a editar.

Una vez que se ha asignado una traducción, la persona que se va a ocupar del documento recibe una notificación en la plataforma de seguimiento gDoc. Se trata de una herramienta que permite hacer el seguimiento del documento en todas sus fases, incluidas las que se realizan en

8 Puesto rotatorio de duración variable que ocupan de manera obligatoria los miembros de la Sección que son P5 (senior revisers) y, de forma voluntaria, algunos P4 que consideran que es interesante para su formación. Las funciones asociadas a este puesto son la asignación y el seguimiento de tareas. Cada semana, el repartidor asiste a una reunión con la jefa de la Dependencia de Gestión de Documentos para examinar el estado de la carga de trabajo y establecer las prioridades de traducción de cara a la semana entrante (E2).

50 dependencias que no son la Sección, y en todas las lenguas. Cuando la persona a la que se ha asignado la traducción está disponible para ocuparse de ese encargo, esta lo acepta en gDoc y va a buscar la hoja de ruta9 en papel, que deberá devolver cuando haya terminado el trabajo que se le hubiera asignado para que el repartidor sepa que ha terminado. Una vez que el traductor finaliza el encargo que se le ha asignado, lo indica en gDoc y en la hoja de ruta, que devuelve al repartidor. En caso de que otro miembro de la Sección tenga que revisar la traducción, este también tendrá que indicar en gDoc cuándo empieza y termina esta tarea, así como recoger y devolver la hoja de ruta al inicio y al final de la revisión, respectivamente. De esta forma, existe tanto una forma electrónica como física de saber qué fase del proceso de traducción se está llevando a cabo en cada momento y cuál es la disponibilidad del personal. Cuando se ha revisado el TM ―por el mismo traductor o por otro miembro de la Sección, en función de la jerarquía que explicamos en el apartado siguiente «5.3. Calidad de las personas que intervienen en el proceso de traducción en la Sección»―, el documento se devuelve al cliente o se transmite a Dependencia de Procesamiento de Textos, que, como mencionamos supra en el apartado

«3.2.3. El proceso de traducción en la Sección», se encarga de su maquetación. A continuación, presentamos la figura 1 infra recapitulativa del flujo de trabajo en la Sección:

Figura 1: Flujo de trabajo en la Sección

9 Documento en el que figura la información sobre el encargo (como el autor, el número de palabras y la temática) y que elabora la Dependencia de Control de Documentos. Se puede consultar en formato electrónico en gDoc.

51 El volumen de trabajo de la Sección es de unas 14 millones de palabras al año (E2), con fuertes variaciones mensuales que, según las respuestas de la encuesta, van desde 800 000 a 1 500 000 palabras por mes. Teniendo en cuenta la composición de la Sección y el porcentaje de externalización que mencionamos infra, cada miembro traduciría aproximadamente 400 000 palabras al año. La gran mayoría de los TO suelen estar redactados en inglés (85 %), por lo que el porcentaje de documentos en otras lenguas (francés, 8,4 %; árabe, 2,9 %; ruso, 2,5 %; y chino, 1,4 %)10 es muy inferior (E2). Para gestionar esta carga de trabajo, E2 menciona que el jefe de la Sección cuenta con herramientas que le permite conocer la previsión de volumen de trabajo que tendrán a lo largo del año y, de esta forma, poder repartir el presupuesto para contratar apoyo externo en los periodos de mayor volumen de trabajo. De forma individual, existe un criterio de productividad, que varía dependiendo de las funciones que tienen los miembros de la Sección, de las que hablaremos en más detalle infra en el apartado «5.3. Calidad de las personas que intervienen en el proceso de traducción en la Sección». En la actualidad, el mínimo de productividad diaria se sitúa en «cinco páginas11 para un traductor; para alguien que se autorrevisa son cinco y media; y [para un revisor] son doce de revisión» (E1). El promedio diario de palabras traducidas por cada miembro de la Sección se sitúa entre 1 500 y 2 000 palabras, aunque varía dependiendo de la época del año, de la persona y su afán de minuciosidad, y de la dificultad de los textos, así como de la carga de trabajo (E2). Cumplir este objetivo puede ser difícil, sobre todo al principio de la carrera profesional en la ONU o en casos en los que los textos sean de alguna especialidad muy técnica —según E1, «hallar el equilibrio entre el esfuerzo dedicado y el tiempo invertido a muchos nos costó»—, y puede generar interferencias e, incluso, angustia (E1). Por este motivo, E1 propuso la eliminación de este criterio e, incluso, sugirió que «no tuviéramos un criterio de productividad individual, sino

10 Datos de 2019 de la Sección de Evaluación, Análisis y Supervisión de la ONUG proporcionados por un miembro de la Sección.

11 Cada página equivale a 330 palabras.

52 un criterio de productividad de la Sección», puesto que «sería mucho más propicio a generar traductores seguros de sí mismos y capaces de generar buena calidad en poco tiempo». Además, E1 dijo que, de esta forma, «la calidad mejoraría y también el bienestar del personal, que es la clave para trabajar con calidad», dado que, en su opinión, «la clave de la calidad es trabajar con gente que quiera estar trabajando, que no esté agobiada, que no esté cansada». Esta propuesta podría fomentar la mejora de la calidad del proceso de traducción, ya que permitiría a los nuevos miembros de la Sección centrarse en conocer en profundidad las pautas de trabajo y los estándares de calidad sin sentirse tan presionados por estar obligados a tener un cierto rendimiento. No obstante, estos deberían comprometerse a que, una vez que hayan adquirido este aprendizaje inicial, aumentarán su productividad para que la mayor parte de la carga de trabajo no recaiga siempre en los traductores más experimentados y no se vea disminuida en ningún caso la productividad global de la Sección, que es la que realmente puede tener repercusiones para la ONU. En cualquier caso, optar por un criterio de productividad colectivo debería ser el resultado de un acuerdo conjunto de la Sección que todos cumpliesen ya que, en ningún caso, podría disminuirse la productividad que logran actualmente.

En lo referente a la externalización, dado que el jefe de la Sección puede hacer una previsión del volumen de trabajo que se va a recibir, también puede calcular el volumen de trabajo que se deberá externalizar por medio de la Dependencia de Gestión de la Traducción por Contrata o de contratos temporales in situ u off site. Generalmente, en la Sección se externaliza entre el 35 % y el 40 % del volumen de trabajo, aunque se intenta que la externalización se mantenga en el 25 % (E2). Casi cualquier texto podría ser susceptible de ser externalizado y suelen ser

«textos bastante largos» (E1), es decir, de 15 000 o 20 000 palabras (50 o 60 páginas). También son habitualmente textos muy especializados (como los informes sobre el comercio y el desarrollo de la UNCTAD o el informe sobre transporte marítimo) (E2). Estos textos suelen externalizarse a PSL que disponen de conocimientos muy especializados en las cuestiones que

53 se tratan en estos documentos que, al ser publicaciones tan esporádicas, el personal interno no suele tener (id.). Uno de los criterios para elegir los textos que se externalizan es la urgencia, por paradójico que parezca. E2 explicó esta cuestión de forma muy clara:

Si un texto es muy urgente (es para la mañana siguiente), por paradójico que parezca, es el que vamos a externalizar. Si tenemos un freelance que está trabajando en Buenos Aires, la diferencia horaria juega a nuestro favor.

No obstante, sí hay un tipo de documento que nunca se externaliza, que son los que se refieren a ciertos países hispanohablantes, como Guatemala o España (E2). Según este participante, no se trata de una cuestión de confidencialidad, puesto que «cualquier traductor ha firmado una cláusula de confidencialidad», sino de la necesidad de «tener un 110 % de control» porque saben que «el Estado Miembro va a leer cada coma y cada palabra puede estar cargada» de connotaciones.

En este flujo de trabajo, la responsabilidad de la gestión de la calidad «está muy repartida» (E2).

En principio, «cada traductor, al firmar12 la traducción se responsabiliza de la calidad de ese contenido» (E2). En esta línea, entendemos que, si el documento pasa por un revisor, este también se responsabiliza en cierta medida de su calidad. Asimismo, «en última instancia, el responsable de la calidad de la traducción es el jefe de la Sección» (E2). En cierto sentido, como explica E2, «la garantía de calidad también recae en el cliente», dado que «nos pueden llamar la atención sobre un tema que se nos había pasado completamente por alto» porque «si [..] estamos traduciendo un concepto de una manera anticuada, que ya no es inclusiva o que ya no tiene en cuenta a las personas con discapacidad los expertos lo van a ver enseguida».

Observamos que hay ciertos aspectos de este reparto de la responsabilidad, especialmente la parte en la que interviene el cliente, que parecen, de nuevo, inferirse de la práctica más que

12 En gDoc queda registrado quién participa en el proceso de traducción de cada documento.

54 estar explícitamente establecido como parte de un sistema claramente definido de gestión de la calidad.

5.3. Calidad de las personas que intervienen en el proceso de traducción en la