• Aucun résultat trouvé

El concepto de calidad ha sido objeto de numerosos estudios realizados en el ámbito académico y constituye un elemento de vital importancia para el sector de la traducción. Se trata de una noción dinámica, esto es, se adapta a las características del entorno en el que se utiliza, y, por lo tanto, es tan versátil como difícil de definir. No obstante, determinar qué se considera calidad en un determinado proceso de traducción resulta crucial para establecer un sistema de gestión de la calidad acorde. En el ámbito de las OI, velar por que el proceso de traducción sea de calidad es crucial para el ejercicio de las funciones de la institución de que se trate. Esto se debe a que, en este contexto, la traducción no solo sirve como medio de transmisión de mensajes hacia diversas lenguas (seis en el caso de la ONU), sino que facilita el cumplimiento del mandato de las OI, el diálogo y las negociaciones entre sus miembros, y la transmisión de los acuerdos alcanzados.

La Sección, que es el objeto del presente estudio, genera documentos traducidos al español que tienen efectos en la consecución de los fines de la ONU y la defensa de los intereses de los

68 ciudadanos de sus Estados Miembros, así como en otros ámbitos e, incluso, en la evolución de la lengua española en el contexto institucional. Se trata de una enorme responsabilidad que, sin duda, exige el respeto de requisitos de calidad elevados. Por este motivo, quisimos analizar de qué forma se gestiona la calidad en el proceso de traducción en la Sección desde las perspectivas de la gestión del flujo del trabajo, las personas que intervienen en el proceso de traducción y los recursos disponibles. Tras haber realizado este estudio, queda patente que en la Sección existe claramente un interés por la calidad de su proceso de traducción, pero, aunque se ha establecido una serie de medidas en este sentido (por ejemplo, el sistema de revisión y el uso de herramientas de traducción), la Sección no cuenta con un sistema global de gestión de calidad que abarque todos los aspectos del proceso de traducción y se pueda aplicar de manera metódica. En líneas generales, las prácticas de la Sección relativas a la gestión de la calidad ―incluida la definición del concepto de calidad― no se han establecido explícitamente, sino que se infieren de la práctica y se transmiten por memoria institucional.

Aunque parece que la forma en que se gestiona la calidad en la Sección cumple su cometido, siempre existe margen de mejora y, de hecho, los propios participantes en este estudio señalaron algunas deficiencias que se podrían corregir, entre las que cabe destacar: la rigidez del sistema de revisión, los efectos negativos del criterio de productividad en el bienestar de los miembros de la Sección, el poco contacto de los PSL con los miembros de la Sección, y de los miembros de la Sección con los autores de los TO, la falta de información completa sobre el contexto en el que se sitúa el TO, la baja calidad de los TO, y la falta de recursos económicos y humanos.

Para mejorar estos aspectos, consideramos que, en primer lugar, habría que definir de manera más explícita el concepto de calidad en la institución en cuestión, ya que, de esta forma, se delimitaría más claramente su alcance y todos los miembros de la Sección tendrían una misma concepción de esta noción que se podría transmitir más fácilmente a los nuevos miembros que

69 fueran integrando la Sección en el futuro. En este sentido, sería interesante que los miembros hicieran una puesta en común sobre el concepto de calidad para aportar características clave, como hicieron los entrevistados, que les permitan establecer una definición consensuada de la calidad. Al definir explícitamente este concepto, resultaría más fácil idear un sistema de gestión de la calidad acorde. Los miembros de la Sección son quienes mejor conocen el proceso de traducción en el que participan y, por lo tanto, sería recomendable que cada cierto tiempo evaluaran conjuntamente la manera en que se gestiona la calidad con miras a detectar nuevas necesidades y proponer soluciones a posibles problemas. De esta forma, poco a poco se podría ir estableciendo un sistema de gestión de la calidad que abarque la totalidad del proceso de traducción y esté completamente adaptado a las particularidades de la Sección. A tal efecto, se podría adoptar alguna norma internacional sobre calidad (especialmente, la norma ISO 17100:2015) o, al menos, tomarla como modelo para la reflexión sobre la gestión de la calidad y, en última instancia, para la elaboración de una guía de gestión de la calidad propia mediante la que se establezca un sistema que pudiera aplicarse de manera metódica.

En el presente estudio hemos intentado iniciar este proceso de evaluación al proponer posibles vías para mejorar algunos aspectos del proceso de traducción en los que los miembros de la Sección afirmaron que existían deficiencias. Entre estas sugerencias, cabe destacar:

• la flexibilización del sistema de revisión, que es la piedra angular de la gestión de la calidad de la Sección, de manera que se base en mayor medida en los conocimientos de los miembros de la Sección y no en dónde se sitúan en la jerarquía con el fin de utilizar de forma más eficiente los recursos disponibles (por ejemplo, que un traductor experimentado de nivel P3, que normalmente no está habilitado para revisar, pueda hacerlo;

• la intensificación de la colaboración entre los miembros de la Sección y los autores de los TO (por ejemplo, mediante sesiones de formación conjuntas) con el fin de que

70 los traductores conozcan mejor el contexto en el que se han elaborado los documentos con los que deben trabajar, los autores de los TO se conciencien de la importancia de la calidad de sus textos y sepan que pueden recurrir a los servicios lingüísticos, si lo necesitan, para redactar TO de calidad;

• la mejora de la comunicación entre los miembros de la Sección y los PSL, con el objetivo de que las traducciones de documentos externalizados cumplan en todo momento los requisitos de calidad de la Sección y la externalización no suponga en ningún caso un riesgo para la calidad;

• y la sustitución del criterio de productividad individual por un criterio de productividad colectivo de toda la Sección, de forma que se permita a los traductores menos experimentados aprender y mejorar sus capacidades sin la presión y el malestar que supone tener que cumplir unos requisitos de productividad cuando todavía se están habituando a un nuevo entorno de trabajo.

En definitiva, se trata de buscar medidas con el fin de que el proceso de calidad cumpla en todas sus etapas los requisitos de calidad que establezca la Sección y, a la vez, se puedan utilizar de la forma más eficiente posible tanto los recursos humanos como económicos disponibles, atendiendo a las necesidades reales del proceso de traducción en vez de a requisitos puramente burocráticos.

Para finalizar, dado que somos conscientes de la dificultad que supone modificar la forma en que se gestiona la calidad en la Sección, esperamos que, al menos, el presente estudio constituya un punto de partida para la reflexión sobre las prácticas actuales. Como posibles líneas de investigación adicionales, cabría estudiar de qué manera se gestiona la calidad del proceso de traducción en otras secciones de traducción de la ONUG o, incluso, en los servicios lingüísticos de otras sedes de la ONU, sobre todo para identificar medidas que dan buenos resultados y podrían aplicarse de manera generalizada. Asimismo, sería interesante volver a evaluar la

71 gestión de la calidad del proceso de traducción en la Sección en el futuro para comprobar si ha sufrido alguna modificación y, en ese caso, analizar qué causas han motivado estos cambios.

72