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Escuela secundaria - Juventud y grupos desiguales

RELACIÓN DE LOS CENTROS EDUCATIVOS DE ENSEÑANZA SECUNDARIA CON SU ENTORNO

II. LA ESCUELA SECUNDARIA Y LOS GRUPOS DIFERENCIALES

II.2.3. Escuela secundaria - Juventud y grupos desiguales

Teniendo en cuenta las diferentes realidades de un país tan diverso como Brasil, se puede decir que la edu-cación secundaria brasileña se presenta como una etapa de la eduedu-cación básica que a menudo se entiende como un pasaje a la siguiente etapa, la Educación Superior, y / o un marco de proximidad del mercado de trabajo. En este sentido, vale la pena reflexionar sobre el significado de la educación que trasciende la concep-ción utilitarista.

Etimológicamente, la palabra educación (del latín educatio, educare) tiene dos significados. Significa nutrir y alimentar algo. También significa hacer salir ese algo (hacia afuera de sí mismo). Es un fenó-meno humano. Se refiere a la suma de las influencias del entorno socio-histórico sobre los individuos que llevan al ser humano a adquirir o a lograr hacer salir de sí mismo sus otras características (actividad, sociabilidad, conciencia, libertad y universalidad), diferenciándolos así de los animales. [...]La educación abarca toda la existencia humana, tiene diversas motivaciones, toma diferentes formas, involucra una tensión particularmente sensible entre objetivos humanistas (el desarrollo humano en su totalidad) y utilitaristas (en respuesta a una necesidad práctica: económica, cívica, religiosa, política etc.). Se en-tiende como un primer objetivo la educación desinteresada en contraposición con la educación inte-resada, esta última con fines pragmáticos. Esta tensión se extiende en los intentos de subordinación de la educación a las fuerzas de los sectores dominantes de la sociedad y sus esquemas de producción cultural, de pensamiento, de sentimiento y de acción. (Evangelista y Machado, 2000. 118)

¿Cómo pensar específicamente en el mercado de trabajo, si hay en Brasil jóvenes que deben ser respetados y educados en el sentido destacado por las autoras, desde la perspectiva de una educación que los fortalez-ca, en busca de lo que es propio del ser humano, y que debe ser considerada bajo una óptica humanista y no utilitaria?

Se entiende que el principio de la actividad humana se mueve a través del proceso educativo. Y, ante esto, es urgente que la escuela media contemple sus especificidades y que vaya más allá de la dimensión del mer-cado o de las ofertas de empleo. Más que eso, los lineamientos curriculares para la educación básica presen-tan los aspectos clave que deben ser la base de la formación de los jóvenes de 15 a 17 años, con respecto a los jóvenes indígenas, rurales y quilombos (de los descendientes de esclavos).

II.2.3.1. La educación indígena y la educación secundaria en Brasil

Los lineamientos curriculares de la educación básica presentan el siguiente contexto de la realidad brasile-ña con respecto a los jóvenes indígenas en edad escolar de 15-17 años:

La oferta de la educación secundaria en las escuelas indígenas de todo el país es un experimento re-ciente, en el caso de una demanda creciente de proyectos de escuelas diferenciadas de las comuni-dades indígenas. Actualmente, entre las 2836 escuelas indígenas existentes, sólo 80 ofrecen esta eta-pa educativa, de acuerdo con el Censo Escolar 2010 del Instituto Nacional de Estudios e Investigación (INEP). La escuela secundaria se presenta a las comunidades indígenas como un medio de fortaleci-miento de los lazos de pertenencia de identidad de los estudiantes con sus grupos sociales de origen, favoreciendo la continuidad sociocultural de los grupos comunitarios en sus territorios. En sus expe-riencias escolares, la perspectiva de permanecer en sus territorios y comunidades, participando como agentes activos en la interacción con otros grupos y culturas, es tomada como referencia principal en la construcción de sus proyectos escolares y corporativos. Por lo tanto, la salida de los estudiantes de sus comunidades para asistir a la escuela secundaria en las localidades indígenas ha sido percibida como una forma de debilitamiento de sus proyectos políticos de educación escolar y de territoriali-dad. (Brasill, 2013: 370)

Debido a que el suministro para ese público brasileño en particular es aún reciente, se entiende que es ur-gente que se apliquen políticas educativas que permitan la permanencia de jóvenes indígenas en su comu-nidad, con oportunidades de formación efectivas en este segmento de la educación básica. Sin embargo, no es lo que se observa en los datos presentados por la Educación Básica del Censo 2012, como se muestra a continuación (tabla 4).

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Relación de los Centros Educativos de Enseñanza Secundaria con su entorno en Brasil

Tabla 4 - Número de matrículas en la educación indígena, por tipo y etapa educativa - Brasil - 2007-2012 Se registró un descenso en la asistencia a este segmento para la juventud indígena de 2011-2012. Esta reali-dad se presenta como una necesireali-dad emergente de tomar medidas eficaces para asegurar a los estudiantes indígenas condiciones adecuadas para que sea posible combinar escolarización y la vida en su comunidad.

Primando por la valoración de la cultura propia de este grupo étnico, desde una perspectiva de reconocimien-to y pertenencia, favoreciendo el aspecreconocimien-to dialógico y transformador del proceso educativo.

II.2.3.2. Educación quilomba y escuela secundaria en Brasil

La educación quilomba en el contexto de Brasil puede ser reconocida como una realidad relativamente nueva, especialmente en la perspectiva educativa. A partir de los aspectos jurídicos relacionados con la educación escolar, es esencial reconocer la historia, las particularidades, las especificidades del territorio de las comunida-des y la organización de los quilombas. En cuanto a este hecho en el contexto educativo brasileño, de acuerdo con los lineamientos curriculares de la educación básica relativos a la educación quilomba: “De acuerdo con el Censo Escolar 2010, hay en Brasil 1912 escuelas ubicadas en áreas remanentes de quilombos.” De este total, 1889 son públicas y 23 privadas. Entre las públicas, 109 son estatales, 1779 son municipales y sólo una es fede-ral». (Brasil, 2013, p.414). Existe la necesidad de políticas eficaces para los jóvenes en el grupo de edad 15-17 años. En particular, porque se trata de una población que requiere acciones integradoras específicas, debido a su historia de sufrimiento, y pocas o casi ninguna posibilidad de acceder al conocimiento socialmente valo-rado en el contexto de la educación brasileña. En este sentido, de acuerdo con el número de matrícula, puede verse el número de matrículas que afectan al colectivo que estudiamos (Tabla 5).

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Tabla 5 - Número de matrículas en escuelas ubicadas en áreas remanentes de quilombos, por tipo y etapa educativa - Brasil - 2007-2012

A diferencia de los jóvenes indígenas, en la escuela secundaria se produjo un aumento significativo en el número de matrículas con respecto a esta etapa de la educación básica, particularmente en las áreas de quilombos, con especial destaque para la modalidad de Educación de Jóvenes y Adultos - EJA. Sin embargo, es esencial que se produzca un gran avance en el contexto actual, dado que, además de un aumento en el número de jóvenes en la modalidad de educación de jóvenes y adultos, es necesario que los jóvenes quilom-bas tengan derecho a la matrícula en escuelas integradas en los territorios quilomquilom-bas para que podamos, así, contemplar una efectividad del sistema de educación nacional.

Hay que reconocer que muchos estudiantes quilombolas, especialmente los que estudian en los últi-mos años de la escuela primaria y de la escuela secundaria, asisten a escuelas públicas y privadas fuera de sus comunidades de origen. En este sentido, la educación escolar quilomba tiene un alcance más amplio. Su enfoque se centra en la realidad de las escuelas ubicadas en territorios quilombolas y sus en-tornos, y se preocupa incluso con la inserción de los conocimientos sobre la realidad de los quilombos en todas las escuelas de la educación básica. El proyecto político-pedagógico que se construirá es uno en el que los estudiantes quilombolas y otros estudiantes presentes en las escuelas de educación esco-lar quilombola puedan estudiar acerca de esta realidad de un modo profundo, ético y contextualizado.

Cuanto más se avanza en las etapas y modalidades de la educación básica y de la educación superior, si estos estudiantes son quilombolas, más deben ser respetados como tales en el ambiente escolar. Y, si no lo son, deben aprender a tratar a sus colegas quilombolas con dignidad, respetar su historia y su cultura, así como conocer sus tradiciones, relaciones de trabajo, cuestiones de etnodesarrollo, luchas y desafíos.(Brasil, 2013: 428)

Por ser un hecho todavía poco discutido en una esfera más amplia, es evidente la necesidad de un documento legal que explicite la necesidad del respeto y el reconocimiento de las especificidades de la cultura quilomba, se observa que, mismo que esta garantía esté mencionada en jurisdicciones legales, tal situación aún no se configura como un derecho experimentado y garantizado desde el punto de vista práctico.

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Relación de los Centros Educativos de Enseñanza Secundaria con su entorno en Brasil

En la etapa de la educación secundaria, las medidas propuestas para la “Educación Quilomba” deben con-templar lo que es específico a la realidad de los jóvenes de estas comunidades, y su oferta debe constituir una prioridad en el territorio quilomba, con adecuaciones fijadas por los grupos de jóvenes quilombas. El proyecto político-pedagógico de la escuela secundaria debe presentar temáticas planteadas por la comunidad, en es-pecial el debate sobre la profesionalización de estos jóvenes, aclaraciones sobre las posibilidades de acceso a la educación superior a través de acciones afirmativas. Además, existe orientación en el sentido de considerar temáticas que permitan la reflexión y espacios de formación centrados en la sexualidad, la diversidad sexual y religiosa, la discriminación, los prejuicios raciales y las relaciones de género.

II.2.

3.3. Educación rural y escuela secundaria en Brasil

La educación rural debe estar relacionada con cuestiones específicas de cada región, basada en la cultura, las experiencias, los conocimientos y las experiencias de los jóvenes que viven en las zonas rurales. La educación para la población rural está prevista en el artículo 28 de la “Lei de Diretrizes e Bases da Educação Nacional’ (Ley de Lineamientos y Bases de la Educación Nacional) LDB - 9394/1996, que establece la necesidad de adaptacio-nes a las peculiaridades de cada región.

Es importante destacar que lo que se ha establecido como educación rural, dentro del marco legal de Brasil, tuvo una expansión de su concepto, comprendiendo también el servicio a todos los jóvenes, entre ellos los quilombas. El concepto se aplica, no sólo a los jóvenes que viven en zonas rurales, pero, en términos generales, a las escuelas de las zonas urbanas, de acuerdo con el Decreto n º 7.352/2010, que presenta las disposiciones legales de la educación rural y el programa nacional de la educación en la reforma agraria (PRONERA), como sigue:

Art1º

1°. A los efectos del presente Decreto, se aplicarán las siguientes definiciones:

I - poblaciones rurales (populações do campo): los agricultores familiares, los extractivistas, los pescadores artesanales, los ribereños, los acampados y asentados de la reforma agraria, los trabajadores rurales asalariados, los quilombolas, los caiçaras, los pueblos de la selvas, los mestizos los agricultores itinerantes y otros que producen sus condiciones materiales de exis-tencia de trabajo en las zonas rurales, y otros que produzcan, sus condiciones materiales de existencia de trabajo en las zonas rurales; y

II - Escuela rural (escola do campo): ubicada en la zona rural, tal como se define por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), o la que se encuentra en una zona urbana, pero que tenga en su mayoría poblaciones rurales.

2°. Se considerarán rurales las clases adjuntas vinculadas a las escuelas establecidas en zonas urba-nas, que operen en las condiciones especificadas en el inciso II del 1°. (Brasil, 2013: 425)

Se entiende que hay un progreso con respecto a la asistencia de los estudiantes que viven en las zonas rura-les, sobre todo cuando el documento pone de relieve la obligación de respeto y adaptación de los proyec-tos educativos y planes de estudios a las particularidades de los jóvenes pertenecientes a familias de tra-bajadores rurales, o de movimientos sociales originarios de la reforma agraria, y cualquier hecho que sea coherente con lo que se establece en el decreto.

Incluso con los avances conceptuales, es necesario contar con políticas educativas dirigidas a la escuela se-cundaria, en lo que respecta a las acciones concretas para atender a los jóvenes de 15-17 años que viven en la realidad del campo, ya que además de los aspectos pedagógicos y administrativos del sistema educativo, es necesario avanzar en la viabilidad de la formación docente que cumpla con este segmento de la educación básica, es decir, la escuela secundaria. Además, en situaciones de desplazamiento no siempre se garantiza el transporte de los estudiantes de secundaria a las instituciones educativas donde los alumnos están inscri-tos. Una otra cuestión se refiere a los turnos disponibles en la escuela secundaria, la oferta de vacantes en el turno de noche es a menudo inviable, teniendo en cuenta las distancias y las dificultades de acceso de los estudiantes. Esta es una realidad de las escuelas rurales, los estudiantes no siempre se inscriben en la escuela

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porque tienen que trabajar en el turno de noche y no pueden llegar a las escuelas, esto acaba dando lugar a desistimientos o a faltas de demanda debido a las dificultades y realidades que experimentan los jóvenes del campo. A pesar de la realidad destacada anteriormente, es evidente que hubo un aumento de la demanda de las escuelas de educación secundaria, como se muestra a continuación:

Tabla 6 - Número de matrículas en las escuelas ubicadas en zonas de sentamiento por tipo y etapa educativa - Brasil - 2007-2012

La tabla representa el número de alumnos matriculados en el período correspondiente a 2007-2012, donde se observa que en el rango de 2011 a 2012 hubo un aumento en el número de matrículas de los jóvenes en la escuela secundaria, presentando una expansión significativa, especialmente para las áreas remanentes de quilombos y asentamientos, con el fortalecimiento de la Educación de Jóvenes y Adultos. Es importante se-ñalar que las cifras presentadas registran un pequeño desarrollo en lo que respecta al acceso de los jóvenes de los tres grupos clasificados en este trabajo como desiguales .Todavía queda mucho por hacer para que se logre la proyección presentada en la Figura 01 respecto a la meta número 08 del Plan Nacional de Educación (PNE), para que el grupo de edad de 18 a 24 años tenga al menos 12 años de escolaridad.