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Desde la didáctica de las ciencias sociales

El pensamiento histórico y la experiencia histórica

2.2.4. Desde la didáctica de las ciencias sociales

Desde la didáctica de las ciencias sociales diversos autores como Wineburg (2001), Henríquez y Pagès (2004), Salazar (2006), Henríquez (2009), Santisteban y Pagès (2006), Santisteban (2010), Santisteban et al. (2010), González-Monfort et al. (2011), Mattozzi (2011) y Ross (2015) han utilizado el concepto de experiencia en sus publicaciones al señalar que, para que el alumnado pueda vivir la historia, su experiencia puede ser un instrumento de motivación eficaz para la comprensión de conceptos claves, procesos históricos, problemas sociales relevantes (PSR)2 o cuestiones socialmente vivas (QSV)3.

2 A lo largo de la tesis los problemas sociales relevantes se presentarán con la abreviatura PSR.

3 A lo largo de la tesis las cuestiones socialmente vivas se presentarán con la abreviatura QSV, por sus siglas originales en francés.

La experiencia personal es un elemento esencial para generar significados y, por lo tanto, para formar pensamiento histórico. Henríquez (2009) menciona que el pensamiento histórico “es la manera cómo internalizamos el pasado en nuestros mecanismos cognitivos y experienciales” (p.69). Por lo tanto, también incluye aspectos vivenciales y saberes adquiridos a lo largo de la vida. Si añadimos las conclusiones de la investigación realizada por Wineburg (2001), los y las estudiantes construyen significados a partir de “otras fuentes de información como la familia, el cine y sus experiencias personales” (citado en Henríquez y Pagès, 2004, p.70).

Por lo tanto, son evidentes las relaciones entre el pensamiento histórico y la experiencia, aunque son escasas las referencias a la noción de EH. Solo Santisteban (2010) y Santisteban et al. (2010) han utilizado el concepto al profundizar en el desarrollo de las competencias de pensamiento histórico. También, se han considerado los aportes de Rüsen (1992) quien también se ha referido a la EH para entender cómo se desarrolla la conciencia histórica.

Santisteban (2010) y Santisteban et. al. (2010) han señalado que la EH del alumnado es un aspecto esencial de la competencia de interpretación histórica. Afirman que cuando interpretamos la información, las evidencias o las fuentes históricas, incorporamos nuestras vivencias personales y un componente emocional en el conocimiento histórico. Santisteban (2010) considera que el trabajo con fuentes históricas “favorece el desarrollo de la competencia de la interpretación histórica, pero también la incorporación de la experiencia histórica” (p.49).

Cuando los y las estudiantes interpretan evidencias se genera inevitablemente una lectura desde determinados parámetros familiares, culturales, históricos, sociales y personales.

Además, desde la didáctica se sugiere que el trabajo con fuentes debe realizarse en función de problemas históricos a partir de los cuales el alumnado “pone en juego su experiencia histórica, para el desarrollo de la competencia histórica” (Santisteban et al., 2010, p.120).

Si el aprendizaje se orienta desde y hacia una perspectiva experiencial y cercana, es posible favorecer aún más la adquisición de competencias de pensamiento histórico.

La comprensión empática requiere de la necesidad de una disposición del alumnado para comprender las acciones y decisiones de las personas en el pasado (Santisteban, 2010). Por lo tanto, la empatía requiere de una actitud de respeto por parte del alumnado ante diferentes puntos de vista, costumbres e ideologías de los sujetos del pasado, aspecto indispensable para vivir en una sociedad democrática. Sin embargo, es importante enfatizar que se requiere del pensamiento crítico para realizar juicios morales históricos contextualizados.

En cuanto a la representación histórica, la narrativa se convierte en una de las herramientas más utilizada para realizar explicaciones históricas basadas en experiencias humanas.

Haciendo referencia a Salazar (2006), Santisteban (2010) afirma que esta competencia requiere de la “representación de acontecimientos reales, organizados en una trama que responde a un problema planteado por la realidad, en la cual se muestra la experiencia humana y no solo conceptos abstractos” (p.44).

Finalmente, en relación a la conciencia histórico-temporal, la EH actúa como un importante eje articulador entre pasado, presente y futuro. Santisteban (2010) señala que la memoria del individuo actúa como instrumento de representación del pasado. El presente es el lugar en el cual se sitúa el sujeto para mirar el pasado e interpretarlo, y, además, toda representación debería contener prospecciones de futuro.

Rüsen (1992) afirma que la conciencia histórica requiere del desarrollo de la competencia narrativa, ya que es su forma lingüística de expresión. A su vez, esta competencia requiere de tres elementos: la EH, la interpretación y la orientación histórica. La EH es fundamental para tener experiencias temporales, diferenciando el pasado del presente, permitiendo

“hacer efectiva una orientación temporal para la vida práctica presente por medio del recuerdo de la realidad pasada” (p.29). La interpretación es el instrumento que permite la

“traducción de experiencias de la realidad pasada a una comprensión del presente y a expectativas en relación al futuro” (p.30). Y a través de la orientación histórica, es posible utilizar el contenido de la EH desde una perspectiva temporal pasada, presente y futura, y guiar la acción a partir de decisiones razonadas.

Es posible reconocer que la EH está presente en las reflexiones didácticas relacionadas a la formación en competencias del pensamiento y la conciencia histórica. Sin embargo, no existen investigaciones que profundicen específicamente sobre su función desde una perspectiva epistemológica o procedimental. En el siguiente capítulo se propone un modelo conceptual para entender la EH desde la didáctica de las ciencias sociales, construido a partir de los aportes de diferentes disciplinas, pero sobre todo basándonos en los resultados obtenidos a lo largo de esta investigación doctoral.

Capítulo 3

Modelo conceptual de experiencia histórica para la didáctica de las ciencias sociales

En el siguiente capítulo se propone un modelo conceptual de EH para ser entendido desde la didáctica de las ciencias sociales. El objetivo de este capítulo es profundizar sobre los distintos aspectos que permiten desarrollar las tres dimensiones de la EH. La figura 2 presenta el modelo conceptual de EH construido a partir de lo referentes teóricos y los resultados obtenidos en esta investigación:

Figura 2. Modelo conceptual de experiencia histórica

El capítulo está dividido en los siguientes apartados:

1. Dimensión vivencial de la experiencia histórica 2. Dimensión cognitiva de la experiencia histórica 3. Dimensión aplicada de la experiencia histórica