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PËRIODiaO DE INTERESES MORALES T MATERIALES.

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(1)

AÍiO II. MAETES 15 DE AGOSTO DE 1854. NtiM. 40.

PËRIODiaO DE INTERESES MORALES T MATERIALES.

REDACTADO POR

(5). X^uux,(>

^ *1TCccttí ; (3)^. ^iwtii/ '^eíte^ ■'Qiaeu, ^ (S), üeoitoo S.

SE

PÜBLICA

TRES VECES AL MES.

PRECIOS DESÜSCRICIOÍI.—En Madrid , por nn mes, 5 rs., portrosid. 8. Enprovincias, por tresid. 10. Ul¬

tramar yestrangero, por unafto,5'J.—PUNTOS DE SÜSCRICION.—En Madrid: En

la

Redacción, Plazuela de San Ildefonso,número 1,cuartocuarto; enla librería deCuestaó.en la d; Bailly-Bailliere, y en la litografia de Nejla, calle deAtocha, niiid. 62.==En provinciasen casa de'los corresponsales enlospuntos enque los hay, ó girando

atrasabre correos .i favor del Ádministrador, D. L.F. Gallego,encarta franca.

Decretada la reunión de unas Cortesconstitu¬

yentes,

deben

losveterinarios apreétarse àciiniplir

gravesdeberescomociudadanosy comobombrésde ciencia; y nosconsideramosnosotros en la impres¬

cindible obligación de dirigirles la palabra,como

susrepresentantes en la prensa, acerca de la con¬

ducta que, en nuestroconcepto,

conviene

quesi¬

gan enlasactuales circunstanéias.

Laestension y profundidad de sus conocimien¬

tos, los sacrificios y pcnalidndeaqne se hanim¬

puesto paraadquirirlo.^ la utilidad é importancia de

la ciencia que profesan, la moralidad desuconduc¬

ta

política

y facultativa . todas estas y otras con¬

sideraciones quesería

lárgo

enubicrar, hacen á los veterinarios dignos de la participación de los dere¬

chos poliicos otorgados á las demás profesiones científicas, y, por lo tanto, del masimportante y sagrado deestos mismosderechos, del electoral.

Por qué,pues,

hín

estado y aun continúan pri¬

vados de él? No esdelcasoentrar de Henoen esta

cuestión; peropodemos afirmar, sintemor deequi¬

vocarnos, que tienen la culpa ios que pasan por

notábiliílades enveterinaria. Y la razón esobvia: ó e^tbs hombres-notabilidades han tenidorepre.^onlu- cionpersonal ó han carecido de ella:en el primer caso, no se les hubiera negado una cosa tan justa

como la de que se trata, cuando se ha concedido á todas las dermisfacultades,y hay, portanto,lugar í creer queno la pidieron conla necesaria insis¬

tencia ycopia de razones: on elsegundo, su deber lesordeñaba CobfesalTmodéstamente lavérdad, y

de¬

cir á los prófeSóres: «nosott-os solos no podemos obtener loqué con justo

título

deseáis; unamos, pnés nuestros esfuerzos.» Ha habidohccesaiiamen-

tefalta deinteligencia, de actividad ó de créditoy -sobradeorgulloyvanidad.

Pero seade esto lo' que fuére. el hecho es que laácosas no debencontinuar así, y

què los veterina¬

riosestáqen el cqisode pedir,porsi

misihQ.s,

loque loque de derecho les pertenece y lo que la patria tiene, si bien se mira, un Interesmuy grandeen

otorgarles. Y persuadidos nosotros de lo mismo,

I someteremos ásu aprobación en uuo délospróxi¬

mos númerosunproyectode esposicionv reclaman¬

do el derechoelectoral para losveterinarioscomo ca¬

pacidades científicas; yexaminado que sea, suplica¬

mos à nuestros comprofesores que sesirvan auto¬

rizarnos parahaceruso desusfirmas, y ensu dia, presentaria robustecida porel número mayor que

sea posible.

Ño dudamos de qne este pensamiento serà bien acojido, yde queconduciráà la realización de los nobles deseos que nosaniman.

Vamos ahora á tratbrotracuestión-denomenor

trascendencia, concerniente también á la Asamblea

. constiluyente.

Entre nuestrossuscritoreshay algunosque figu-

( ran enlas listas electorales, sinó como profesores

deunaciencia, comopropietarios, quesatisfacen la

cuotaanual marcada por la ley, y con elloshabla¬

mos masespecialmenteenlas siguientes líneas;

Cuando, rotas las cadenas dela tirania y de la inraoraltlad, trata

España

deasegurar sus liberta¬

des reconquistadas, su dignidad y su decoro, no es ocasiónoportunadeentregarse á cálculos egoistas,

seanindividuales, de familia ódeclase.Enestosmo¬

mentos necesita el pais mucho- desprendimiento,

mucha abnegación de parte de los buenosespaño¬

les, para reponerse delestado lamentable á que le condujera el desbarajustedelas últimasadministra¬

ciones; ylos veterinariosdeben considerar que an¬

tes que profesoresson ciudadanos.

A consolidar el sistema de regeneración social y económica inaugurado enloscamposde Vicálva-

royeii las barricadas de Madriddebenencaminar¬

se los esfuerzos de todos los buenas patricios, sea

cualquiera ia ciase

de la sociedad

á que pertenez¬

can, y

con'maj'or motivo de

aquellos que,como no¬

sotros, estánmuy directamente interesados en el triunfodedicho sistema.

Conefecto, la libertad comunica unimpulsovi¬

gorosoal progreso

científico,

eleva al hombre á la altura de sudignld:id y desarrollay

fecundiza

todas las iui'Utes deprOduCcion.Ahora bien, la agricultu¬

ra esla mas grandiosay constante de eátasfuentes,

(2)

150 EL

particularmente en

naciones

como nuestra

España;

y todos sabemosqué enlacetan

intimóla

uneá la

veterinaria; son tansolidariasen susrelaciones, que el mal óel bien dela una recae inmediatamente sobrela otra.

La libertad hace que sea una verdad práctica aquellasublime máxima: «la salud del pueblo es

la suprema ley»; y no necesitamosdecir á losve¬

terinarios cuán benéhco luílujo puede ejercer su ciencia enla salubridadpública. Hé aquí un nuevo motivo deengrandecimientopara la veterinaria eu lasinstituciones liberales.

La libertad, porotra parte, trae

consigo

lajustí¬

cia; y premia por consiguiente á las profesiones

•£omoá los iiiüividaos conarreglo á sus méritos,- aniquilando al mismo tiempo" esas

inmoralidndcs

tubaitsrnas, si asi podemos espresarnos, qué cspló-

tan la miseria de ciertasclases, mientras la inmora¬

lidadsuperior, á cuya

sombra pululan,

esplota la mi¬

seriageneral.

Eslasrazonesquebrevemente esponemds, de-

muiiStranhasta laevidencia quelos veterinariosde¬

ben, no solo por

deber de ciudadanos, sino

por

.espíritu

dçfacultad, adherirseeateramente-á ia

tras- formación política operada eu nuestra

patria.

Y

cuenta que no es en vano

si insistimos

sonre este, punto, por que es

necesario evitar

que las maquina-

xiones- daalgúnpolaco(que también

hay

polacos en .veterinaria), las indicaciones mas

órnenos

encn- ,hienas de

a\%nacamaelonpoUlioo—profesional,

coa-

Sigan estraviar la opinion,ile un,solóveterinario,

so pretostode protección

á la piencia.;.

,,

En buen hora los que estan en posesióndel

de¬

recho electoral procuren que sus representanteses¬

pien dispuestosátrabajar paraobtener

las reformas

quela veterin.iria

exige:

pero que no se

oivide

que deben hallarse adornados de otrasdotes mas esen¬

ciales, como son

:patriotismo acrisolado,- probidad

á

todi pruebay .sólida

instrucción.

Siempre, quelos

sufragios de

nuestros conipro-

•fesores recaigan ensujetos

adornados

deestaspren¬

das. habrán hechounaelección acertada, habranser¬

vido á su.patriay á su

facultad,

y se

habián evitado

losmales queresultariaa.paia una yotra, sise rea¬

lizaranlos deseos deciertas personas que no retro- cedéván idouna culpable

misiilicacu

a, con tal de seduciry.sorprender, labuena

de ios

Cándidos.

; AnteS'de emitirun votocuyasconsecuenciaspue¬

denser tanlunestas, medítese lo qlie llevamos di ,clio, téngaseen .cuenta iosantecedentes-decadacan-

.didatoy seconseguirá inutilizarlosmanejosdeesos quequieren

hacer,

basta- de las Go.ias mas santas uu- iiistruraeiito al serviciode su insaciable codicia, de

suegoísta [lersonalidad.

Baste poi hoy las

íijeras

indicaciones que deja¬

mosindicadas: esperamos que no se nos obligue á

:8er masterniinaiit,(;s; pero en todocaso,téngaseen- lenditio que velaieiiios coa

incansable

tesoii para desbaratar las tramas quepudiera urdir la mali¬

cia,como cumpleá nuestrbcarácter de periodistas

veterinarios ydeentusiastas liberales. ¡

- ;

REORGANIZACION

REÍ

LA

ElYSEÑA'NZA

VÉTE-

KlUkUlKfveáse(osnúmeros51y Zi. i

, ,

(continuación.)

Losservicios quéáia agricultura están en apti¬

tud de rendir los

vtíerinarip^ de 2.* clase

son

á la

verdad insignificantescomparados con losquepo¬

ECO.

drian prestarla, si sus estudios y por

consiguiente

susderechosfueran los quedebieran ser. Por otra parte, las lecciones elocnentes de la esperiencia y lasdeducciones previsorasdela sana razónestán in¬

dicando comomuy inminentesnuevos coiiflictos en veterinaria, por el solo hecho de ejercerlaprofeso¬

resde diversascategorías. Masprescindiendo ahora

deestosinconvenientesanejos á la existencia facul¬

tativa, talcomo se halla constiiuida, de dichos pro¬

fesores, puesto que ya

hemos indicado

cuan

defec¬

tuosa y perjudicial es ia organización de las es.

cuelas subalternas, pasaremos , para

patentizar

mas y mas la urgencia de una reforma, á de¬

mostrarlo que tiene de aflictiva y de

insosteni¬

ble la situación á que secondena para en lo

sucesi¬

vo á los que en aquellos establecimientos obtienen

su diploma.

Limitados porla ley á suplir faltas enlos parti¬

dos cerrados y á la sola curación de los

solípedos

domé.^ticos én losabiertos, encomiarán sin duda

graves obstáculospara procurarse una

subsistencia

decorosa, aun en él caso de desapaiecer en gran partelos queen general

ofrece

hoy el ejércicio

de

la facultad; entonces verán con desespciacion que nisiquieraestá ásu alcanceel pobre recurso

de

una plazaen el

ejército (1)

y que solo

les

es

dado,

.séí'n cualesquierasu instruccien, su delicadeza, sus

aspi¬

raciones, practicar el herradopara comer y vnirar

en una concurrencia tan inmoral como desastrosa para procurarse unaclientela.=E5 verdadque

has¬

tahoy nohallanparaestablecerse mayoresobstácu-

l.os qiielos veteiintuio; de i.'clase; pero no lo es menos, que el dia en que e.stos vayan ocupando ios partidos, plagados

hoy

de albeítares, tratarán, como

esnatural,, de

hacer vâtef

sus jrurogativas; y

fácil

es pr.^'erloqac-sucedev-áen! mees.

Poro-noes esto todo; la medida destinada á re¬

generar

profesión, el

tan

art^i.idó axre'gio

dé par¬

tidosseria paralos

veterinéric- (i

j2.* claseuna ca¬

lamidad espantosa, si no se pro au aprevenir el mal

"

antes de que sea

ineviifihle;

ye.sto mismo probará

que la constitución profesional de la veterinaria

es viciosa en

España, toda

vi z que en

ella hay in¬

teresesopuestos, que unad'spo icion benéfica para

: la ciencia puedeser un n Ui para muchosde losque lacultiván.

Poríci'tuna, esperamos ver .secundadosnueshos (1)

¡Chocante,coétrasentidó!

Los veU'.rih.ario.s

((é,

1-' clase, ilespues de estudiar, nosolo la

Módicília

y.etrrma- ria entodasu eslension, sino la Zoclecr.ia y

agrÍril¡tiira

aplicada-'váh, obligadosjior la circniisfiúlriás, ejercer

lakipiátrica enel

ejércíto;

y erttrrtanto, los pr tesoros quesolo estánautonzadips parapraciiraresta parle de

la

ciencia han deestahlecer.-·efor/osiMiii'nU ewlospueblos...

lÜuéfalta de

uiiida^l de .miras! Cpioo sn.echa de

ver en

lo(to.e.<lo que lio lía

presíoiao)á

la.sreformas

dé la vet.çri-

nariaun pcnsaiiiiéiitoiráscciiílenial!qiío. id sé ha

totiido

en'cuéita laslemlciicias yolijolO¡ic

ia ciéocia,

ni

el bírii-

tslaryporvenir de sUsprofesores ni lás necesidades

de

lamas nobleyfecunda de todaslas fi.eutes deproduc¬

ción! I :

(3)

DR LA VRTEHINARIA. ISl

esfuerzos porlos

.veteriaajçiQS

de una y otra

clase,

ycreemos que no se

hará

esperar

mucho ej dia

en que, entrandOftodos ennuestras miras

fraternales,

se consiga llamar laatención del

gobiernode S. M.

sobre estosyotros puntosdel mayor

interés, á pn

de .quemejore enloposible la situación

actual de la

facultad y allane, en fin, la via por que,

debe

en¬

eaminarsemagestuosamente al

cumplimiento de

su grandioso destino social.

Lo que siempre

ha faltado

en veterinaria es la

iniciativa; no esa iniciativavacilante y contradicto¬

ria, que

sienibra la discordia,

sobrepone intereses bastardos á los generales, que fomenta el egoísmo

nial entendidodeupos, la indolencia general, y que daporresultado unconjuntodeaccionesanárquicas

que sedestruyen entresí;sinounainiciativabija de

laconvicción, quetrazauna línea de conducta sen¬

sata, razonada uniforme,que inculcaun sentimiento

generoso, que tiene la virtuddesustituir la abnega¬

ción alegoisme, la actividad al abandono, queintro¬

duceel conciertoen ios deseos, que acalla, en fin, laspasiones mezquinas ó

las^ofoca,

paraatraer to¬

das las miradas sobre el

magnifico

objeto del bienes¬

tar, del brillo y del honor de laclase entera. Ahora bien, una vez que conocemos el origen de nuestros malesdestruyámoslo,y ya quelos esfuerzos aislados

sonimpotentes paraconseguirlo trabajemoscolecti¬

vamenteen la gran empresa de regeneración que

en vanoba estado prepara:la durante tanto tiempo.

—El artículo 17 delReal decreto qee nos ocupa

reproduce en todas sus partes lo dispuesto

en

1847

acercade, los

ca^tradorjes

y

de los herradores,.ga¬

nadovaeuno, medida que requiere ser examinada

conalgun detenimiento. <

Para practicar lacastraciónconbuenéxito esin--

dispensableconocer; 1.° la organización del apara¬

toreproductor y el mecanismo de sus funciones;

2." lasenfermedades yanomalías de que es suscep¬

tible y los mediosdecorregir unas y otras;3.° y en fin. los diversos procedimientos

quirúrgicos

que puede emplearse enlaoperación, susinconvenientes yventajas, los accidentesycomplicacionesque pue¬

den comprometer el resultado,lasprecaucionesque

esnecesáirio adoptar para

precaverlos

y

el modo dé

llenarlas Indicáeionesque reclamesu presentación.

Sentadosestosprecedentes, nada esmassencillo quedemostrar la inconvenienciade sostener la ins¬

titución de los castradores.En efecto, sabido esque estos carecen delos conocimientos indicados, que operan

aulomáticainente;

que porlo tanto no pue¬

denmenos de ocasionarpérdidas de consideración á lá riqueza pecuaria.Y siendo

estoásí^

pregunta-

mos¿porquéba de autorizarse

pór'la

ley una cos¬

tumbre

^11

perjudicial?

¿E!or qué ba de existir una claseespecial enposesión pléna de lo*.que debiera

ser; por otra parte, un derechoesclusívo de los Vë- teriharios? Sisetrataradeunooperaciónque, como elherradoporejemplo, exigieraun

trs|bajo manual

ímprobo, y fuera, por la mismarazón, impropiado

hombresclentificos,enhorabuena quesela escluye-

ra delejercicio de la facultad. Pero todos los vete¬

rinarios saben que, porel contrario, solo exije de parte del profesor, para serdesempeñadasatisfacto¬

riamente, destreza operatoria ilustrada porlos c<*"

nocimientos arriba indicados.

Según todas las probabilidades, la disposición

que nos ocupa se funda únicamente en la circunsrí tanciadeser lacastración un^operaciónmuy común,

es decir, enla mismarazónquela hace maslucrati-.

vay quedebia conducir al resultado opueste; toda

vez queconstituyendouna prerogaiiva de los vete¬

rinarios, compensaria enparte la falta de retribu¬

ción que obtienen sus interesantes servicios. Nada hay, pues, quejustifique la existencia de la clase de castradores, que tiene el doble inconveniente de perjudicar á losinteresesmateriales de los veterina»

rios y á los de la agricultura.

Pasemos yaáocuparnosdelosherradores dega¬

nado vacuno; Se ha repetido basta la saciedad que el herrado no es un arte mecánicoi, que tiene sus,

principios científicos, que se fundaen unateoría fi», losóflca, y asíes con efecto. Nosotros reconocemos que para ejercerle sin esposicion á causar males de trascendencia, senecesita algomas queelhábito dei, trabajo manual destituido dé todO; razonamiento, queexige, en unapalabra losmismosconocimientos

quela castración, sinmasdiferencia que Ig de re~

ferirseáórganosdisliatos; y dicho se está,por con.

secuencia, que el interésde la

ganadería

reclama la abüücipn de los, herradores dp ganado vaceno, taa imperiosamente comola sqpresiOn de la clase de castradores.

Pero auncuando esta primera premisasea idén¬

ticarespecto de una yotra clase, la consecuencia no.puedeserigual, porque hay otrasconsideracio¬

nesque lEt modifiquen enpuntoal arte de herrar.

Oçu[»àud,onosde él enotro,lugarhemosseñaladolos inconvenientesque en nuestro concepto ofrece su union á la prácticade la veterinaria,y consecuentes

en nuestras ideas, no iremos à reclamar que esta unionse baga ostensiva hasta el herrado de.

bueyes.

No, lo que nosotrosdeseamosesque al sistema and-/

malo de reválidasseguidoenla actualidad se susti¬

tuya otro queestéen armoníaconel progresocíen- tífico, á la vez que conla prosperidad de la indus¬

triapecuaria. Veamos, pues, de qué manera podrá llegarse

á

este

doble objeto.

.

Elveterinarionodebeherrar; á pocoque^eme^

diteresaltp la

yeldad ¿é esta proposición,

que

^s,

obcecados panegiristas delarf.een cqestio,n

ptizjí^op

como unabereg'afacultativa; el yeterinario no de¬

be,herrar, porque

el herrado

^

contrario á la

con-:

sideración y

presüg¡p.4e la c|ase, á la moral vete¬

rinariay al progreso

de la ciepcía;

el

veterinarÍ0

nodebe ^ P.esar

de las

vulgaridades y para¬

dojascon que

alguuqs, pretenden probar

locoutra

(4)

152

rio: ennuestro número 31 eátán las razones"de nuestra convicción, y solo

destruyéndolas

és como

abandonaremos éstemodode pensar. Pero ¿puede dejar deberrar

el veterinario?

aquí unacuestión de la mayor

importancia á

lacualno nos es dado contestar afirmativamente.

Graciasá los hábitoslegadospor la queciertos su¬

jetos

llaman ampulosamenté clase numeroiia

y respe¬

table, la medicina

veterinaria ha llegado á constituir

unaccesoriodel herrado, insuficiente para soste¬

neralprofesor. Pero este

estado de

cosas

ha de

pro¬

longarsepormas

tiempo? ¿Continuaiéinos 'siempre,

obteniendo nuestrostítulos á costade cinco anos da estudiosy delosmayores

sacrificios

para

ir despues'

à üü pueblo

á

pasar

herrando el

resto

de nuestra

vida? Nosesforzarémosconstantemente(•<»' enrique cermuestra inteligenciacon los

conocimientos

mas vaWádos, paravernos

considerados comó unosorte-

sanosmasó menosinstruidos ytalvezmás ómenos eáfflfÉitanes. ¿Estarémobdestinados á ser

el

juiiueie

de mil ilusiones

halagüeñas

durante

la

carrera, |»ara

ser despues ni mas'ni menos que unos

a'.béstares

athbieiosbs y

(icscowten?flJizos?...'No:

esto

lieoe

que

cohcluir¡decimosmas, debiera habe,r

concluido

ya háCemuóho tiempo, y sobre losque

tienen la culpa

deque

todavía

nos

hallemos

en

el mismo estado

pesa

ypbsará una

responsabilidad inmensa.

áí: yahace

mucho tiempo

que

la medicina

vete¬

rinària'debierahaberse considerado como la parte esencial, que debiera hdberséla

retribuido digna-

mebté.Pero ya que asínoha sido hasta el

dia, ha- gantós

valer en

adelante los inmetiáos recuráos'dé

nuestra ciencia, infructuosos todavía paranosotros

y para

la nación; obtengamos sucesivamente rl

arreglode

partidos, las inspecciones de

carnes,

las

de paradas,

principieráos á hacer aplicaciones do

esabiehcia tanfecundacomo nueva,de laZootecnia,

ydeeste

modo

no nos veremos

obligados á herrar parà mal

comer', y

los pueblos

nos

considerarán

como hombres de ciencia,ymejorará

moral

y ma¬

terialmentenuestra posición. Entoncesse

operará

por

misma la separación del herrado

y

de la prác¬

ticaveterinaria, sin necesidad deun mandatoespe¬

cial:entonceshabráHegado laboradeque sosupri¬

ma la clase de herradores dé ganado vacuno y de que

el

arte

de herrar

en

general constituya nná

es-

pecialtdad desempeñada por profesores conqieten-

teménte autorizados.

Alefecto,

podrían crearsfe escueíásiindepéndieri-

teí Ô ho, délas do

veterinaria,éri

que se

enséñase coh4oda

éstensioil y

nn

modío teórico prácfíc'ó

todd loqueseconsidérase

nécesariO

para sacar

de

ellashòmhééà capaces

Üe

Cjercér'un

arté'tan útil'

con toda

pérfétCion. Ea vètfetiuaWa

es

(rrta ticncia

demasrádOf'éstenáa pará

qud'iüá'qlite h'ayim deiVcdPtr-' '

carlk

^uedafi al mismo tlefiipó iiedíbarse al hen add, '

qtrèà'su vez püedé

muy'Aién

ùOhstituir

Üná'profe-

siohaparté!

jr

el

hacerlo

ásí

tèndrïa là doble

véùta-

ja deaumentarél númerodemancebosqueescaseah ''

masy mas cada día por falta de porvenir,y de pro¬

porcionar á los vétevinarios unos auxiliares mují"

útilésen una ihultitnd decasos. "

Y no nOs objete que para saber herrar es precisoserveterinario: los herradores procedentes

^

déla 'éséuela de Alcalá están pateatizando que no hlysemejantenecesidad; y aunque no pudiéramos

invocareste hecho, el raciocinio solo puede darnos' ^ á cbíificer que el estudio anatómico, fisiológicoy

patoiógico del casco, el dé los hierros

y cómbusti-'''

bleácon ap'iCaCion al herradoy forjado,etc. etc., ' puede

hacerse'líérfeétaménte

sinnecesidad deco- ' nocét laorganización,funcionesy enfermedades de

"

las detñas partés del cubCpo; y'que porel contrario,

ja

separácion

quepédimos permitirá cultivar mejor

?

la espccialidaidél herrado áloá que sé dediqueh'á

^

ella, pues absorberá toda su"atención. Y esto és tan''"

exacto; que prevemos'pára más

adelante

nuevos ' fraccionamientos enla práctica déla facultad, qué'

susmisiüosprogreso'^ haránindispensables;'sinem-

'' bargi),

hastaeldia solo ha llegado á ser él quéhoy

proponé'moL

■' .

, III, ■ îi

OBSERVACIONES A LAS BASES CEÑE-

RALES PARA LA FORMACION DEtA ACADEMIADEVE¬

TERINARIA ESPAÑOLA.

(1)

II I

Hoytenemosquedar unvoto de gracias á los

señores Llórenle y Pardo, que han formulado las .

bases A quehiicemoj referencia. Tienipoera ya, cotí èf&io, (f^' éiié dfirsrt/o''de'lâ'fônjilátamenté com¬

batida ée «íedícina'oeíenwaria de España, surgieran Iiombres capaces de comprender-cual es o

la vetdaderit, union quecçuvijene á los hijos de

,|a

Vetévinalii. Tiempo erá ya de que estos hombres,

saltandopór

encima

de

lás cé'nsideracïoneà

persona- ' les que puiliercm retenerlos ligadosá lainconcebible '

cieai.ijii te los .veñurcs.Casasy Saiupedro, dieran el ', paso de<HOi|lo uedgstiuir lo malo, deprocurar lo

nuenó. . ' '

j .

Echase dever;desdé

lücgo,

enlasimple varia- clon del título déla asociación, que los

señóles

LIÓ» ''

reiPoy Pardo bao sabido distinguir la inmensa,di-

fercjncia

que

hay de

una

Sociedad de medicina veteri-

o

nanaáMOA Jcaitma veterinaria

española-,

la

prii^e

r .

ra, prcyectáda

pdr

el

Bó/eítn,

ó había de fun-

cioharóáécntíádiccioncon su título, ó neceSdria- "

fne-itetenia-qup. reducirsUacción á laesclusivamé- dicinq do losaniimiies; epla segunda dada áconocer- n en fcf£co, caben todos Iqs trabajos denuestra es-. - tea ,1 ciencia. Üná levédiscordancia,hemosnotado,,

^

noobslantc, entréel titulo conqüe en El Eco

a^pa-

éecíóy el'quértúevamehte se'proport'é;pero,

cénsid-

tieudo nadamas que enla célocacion .de laspalabras

y nq, habiendo .gpitado

á los.señorps Lorente:

y ;

Pardo niégiivi pensamiento

.secundarlo

y

pcjilto

en lá váiiáciuti qué han

h'eclío, 'piiédé

ser

aceptada:

Se

la iidbia lláifátiuMCalíe>ntíí vetà^naria

española^ áhfii'

ra laiqiiierq Academia

española de'vete^i

í)

nnqría.

Estoe^

indifeiente,

y estañaos

per^adidos^

:3 de quQla intcncion de lo? autores

4é la variante,

,no ,

'(t)Véab'e

él

nümcro38

dé esié periódico.

(5)

DE LA VETRÍNARIA. 155 h?'podidosersiniestra mientrasque,

hecho, queda

destruida la Sociedad formulada por los redactores delBoletín, con solo haberla mudado el nombre tan

radícalmente.íAceptamos

la variacioh señalada,

comoinsignificanteque es.

Por la 2.* base de la reforma, se escluye

de

la

corporaciónâ los albéitares; yen verdad qae esa determinación mereceel asentimiento de t.ido vete»' rinario amante de' sudignidad. Los albéitaresson unobstáculogravísimo al goce dela consideración sodialquedebemos disfrutaryá la participaciónle¬

gítima

de lasgarantíasproferiu'ales que nos perte¬

necen.Son también un estorbo á nuestra acción científica; y su aòumuiacioo enla socicda) que sé formase, nos espouia á esperimentar grandes per¬

juicios.Justo era que desaparecieran dé'ella;y úni-

candente debíasentirse, como enefectolosentimos,

el que, porculpa de los redactores del Soklin, sé' h'ayánvistoalgunos de aquelosprofesores, aprecia- i blespor sus especialesméritos, móralirieutó asesi¬

nados pot las últimas deteniiiuacioues quehan to¬

mado los individuosdel mismocuerpo que los ad-^

mitio. ' '

Estilmos de acuerdo conlo que se disponeen

ías,

bases3.",y 4.*;si bienopuiam -s queSeiiamasijco-

i

nómico para la Academia 'y par.i lossocios,el

élegir

por Órgano oficial suy»» alguno dílos

periódicos de^ j Y.eterinarla

que se

publican'

Nos ha pireci io por

|

tántoelprimer parráfo déla base4.*,laespresion de

undeseo mal entendido de que ño

haya

Jisidencias

entre el Bolelin y El Eco, y no podemos

raenós dij

rechazar ,pornuestra parieque se imputeu âesteul-, timo aspiraciones mez(|uinas.

Las bases 5.» y 6.° oí ecen, ennuestroconcepto

on caráctermisto,deconciliaciónentre las d saca¬

demias

proyëctadàs,

que,aunque <!ista muy poco de serelmasconvénicute, nopueléser ciit'eraníén-

teaceptado. No esya la Socied ad de medicinaveteri¬

naria dii losseñores Casas y Sampedio, uiunopoli-.

zàdà énMadrid, la que se piopono, no: porque Tós séSbresLlorente y

Pardo

haií visto, sin duda, qué semtejáhte pretensiónera por demás

osad

i, infruc¬

tuosa ydespreciable; pero tampocos;

;>roclam;ven toda

suesteasióqla formación desucursalesporijiie abogó en El Eco. Sé ha ad iplaio un léiiniiu:»

medio,y se lía dicho:«habráotrasacaJeíniasen ios puntos en queresidan cinco profesores.» Y esto

qué '

pudieía pasar

désápercioído,

mirado coa ligereza,

tierte unaimportancia grande, cuando el objetoque debernos proponernoses to lolocon rariodeiinsis¬

tema

de^centrjàlizafion pohtico-veterinaria; èuando

da lo

qué*sé

trataes dedarenergía y vida propia á

las existencias locales. Es¡lOaiiivu; si en una pobla¬

ción

éñalquiwa

no se reúnen cinco veterinaríds, babrá cuatro, tres, dos^ uno, que con suscoraprofo-

soresde los pueblos inmediaiospueden formaruna

córporacíou, illspüestá

á trabajar por sí, á ilustrar

á lasauloVidáíleSlóAcasos de

"consuiéa',

á dar ico- ' buStéayvigorá sus individuos, á enaltecer por su partelaprofesión ylacieuciai

-En ElEcose consignóquequeriamos la depen-

denjoia (r.itzonada)

de laAcaciamia central esUbleci-

daen MadriJ;y noshalumós i-n alcaso

dejapoyar

esté^eriiaimieiilo,

porque

décéamoi

la

¡iruii'rtiíá

y la uniformidadentod.vlo qué no se opongaá la li- . bertad'lleéccionde cadasucur,al para engrandecer¬

se; perodeesto á loquese proyecta hay uiia dis¬

tancia inmeiisa,.que nada pueile salvarmas qqe la anulación. Una seucilta consideraciou pondrá, ade¬

más, de manifiesto lo desacertadode labaSe 6.'fen elpuntoqueimpugnamos.

Supóagasó,

porejenlpld.

I

queen

Yalencia no existen cinco veterinarios; pero.

! que, comoesmuy

creible entre ia capital y los pue¬

blos inmediatos se completa,y con esceso,

el nú¬

mero requerido.

Pues bien, á

pesar

de ello, según

la

proposicibn de los señores Llórente y Pardo, to-i

dós estosprofesoresno

habrán de constituir Acade¬

mia, teiiieudoque ser unos meros

servidores, sin-

voz ni voto,de lade Madrid.

¿No les seria

mas

fácil,

mas Ventajoso, mas

aceptable,

mas

honroso veri¬

ficar sus reuniones en la capital de-su

provincia,i

comoenE(Ecosesentó por

principio? Seguramen¬

te,,no habrá un

veterinario

queno

opine de este

modo.

Respecto

de la base 7' solo tenemos

que

hacer

una advertència, y es: queencontramos muy

justo

el que lés

academias sucursales, ó

sea

de distrito, pu-^

diosen nombrar sus correspondientes

socios (espe-i

cíales)

corresponsales ú honorarios; que

no

ha de seri

sola la Junta i/eneraió la

de gío6¿«rno la

que

tenga,

relacionesconlaspersonas

meritorias

y un

conoci-

mieuto prolundo de

los individuos á quienes cón-i

venga pr<»poner.

Nos

oponemos con

todas nuestras

fuerzasá todo loque tienda

á limitar la libre acción^;

délassucursales. ;

Emitidoya

mi dictámen sobre la discusión que.

. seha

presentado

y

reservándome contestar amplia¬

mente icuantas objcciouesse me

hagan ó á cuantas

esplicacioues se me

pidan; dejando también para

Ocasión oportuna

el

ocuparme

del reglamento ^ue

llegue á

formularse,

rae

hallo

en

el caso de dirigir'

mi humilde vozá (os señores Llórente y

Pardo,^

para qqe,

conliiiúen públicamente ilustrando con su

parecerlas

dificultades

queopongo.

Destruidala Sociedad de medicina

veterinaria dè[

España de los

redactores del Boletín (l), los señoreé'

que han

suscrito las bases de reforma, para ser cbn-

secueptes con la

justiciaj

para

corresponder á la

esperanza que m

ellos cifran los veterinarios, para

uiaiçnar, en fin,

invariables

ep

lá senda del deber

que sehan trazado,

deben declarar esto mismo qué

_

nosotros decimos, ásaber: quequeda

disuelta ia

so¬

ciedad demedicina veterinaria de Eepaña, àuyósésta- tutos-,publicaron

los redactores del Boletín. Con eSta

confesión, que tauipJos

honrará, présenténSe ante

los yeterinaáos

españoles á recibir el abrazo de là'

benuiciou, porque

han téaido bastante abnegáción

para

prescindir de

sus

compromisos,én beneficio de

laprofesión y

de la ciencia. Discütán despues con,

franqueza cuantas

dificultades sé susciten; y no du¬

den de quela

gratitud general será el gremio de ,sü

proceder

laudable.

Negar yael

aniquilamiento completo que ha su¬

frid.( la sociedad Casas-Sarapédro,

seria

negar

la

realjdpd mi^spalpable.

Esasociedad hamuerto,

rio cabe réplica,;pero

es

necesario conceder á losseñores

Llorente y Pardo la

èstimaeiqn quohau

conquistado,

por

haber dado este

golpe de

gracia à

un

jiroyecto que mereció la repro¬

bación mas decididaquese

haya observado janiás

enVeterinaria.

Murió!

Requiescat

sn

páce.—Resta ahora edificar

consolidez, examinar

lo existente,

como

si tal so¬

ciedadnohubiera

existido,

,

Pero laque

existe ahora

es

él proyecto acadé¬

mico

publicado

en

El Eco y las_ bases presentadas

. .■,<; . !■ j. , ry,

(1) Debe

considerarse disuelta, puesto

que

la refor¬

ma que iaintierea

los miamo.s individuos :de

su

.seno ia

destruye enel nombre,en

las formas

, eu

los medios de

accío»,eiisupájeíó,y'poi úUiino, hasta én el

h'echó''de

esputíatimuchas de lotf sociosque

acababa de admitir.

(6)

m

por los

señores

Llorentey

Pardo, quienes

ya no pueden tener el carácter de

miembros de la socie¬

dad difunta.—¿Acej-tan estos dignos profesores la

discusión franca, de buena fé, queles propongo,

partiendo del punto de <|ue no son

tales socios,

porque no pueden serlo? En este caso,

uispuestos

estamos áfraternizar con ellos con la mejor volun¬

tad. Massi, por desgracia, cometiesen et error de

creer que aun vive la sociedad Casas-Sampedro,

esto soloprobaria que se obstinaban en conservar la vida física à un pensamiento que

ha

llevado una

muerte mural escandalosa.

^No vacilamos

un momentoen

afirmar

que

los

señores Llorente y Pardo, proseguirán con cons¬

tanciaen su conductainiciada; y estamos también

seguros dequelos demás profesores quefavorecie¬

ron á la ex-sociedad -a suingreso en ella, sere¬

solverán por adopta; ana,via seguraqn vez de la equivocada que segujan. Asi es como

consolidare¬

mos launion tanapetecida entre todoslos veterina¬

rios.

Yosuplico á mis cor.profesoresque espresen su sentiracerca de todos lospuntosquehe

tocado,

y admitiré con agradecimiento la

reciiflcacioii

dé cualquierjuicioerróneoque pueda

haber formado.

JosePres'ia.

Se nos ha asegurado, nosabemos con qué íun- dámeiito, que los aibéitares trabajan asiduamente para obtener del Gobierno que se los revalide de

veterinarios de segunda clase, medíante solo la presentación de una memoria científica; yá cuyo

objeto celebran juntas y mas juntas en donde pue¬

den.

Si esto es cierto, como parece, urge

sobrema¬

nera que los veterinariosse decidan á evitar este

nuevo escándalo, iumoral á todas luces, y á po¬

ner una vez término con mano fuerte á las

irrupciones egoístas de ese género de profesores,

para quienes tan poca cosa es

la prostitución de

ntiestra ciencia.

Que la buena fe del gobierpono sea

sorprendida

con mentidos pretestoscapciosos! interponga

cada

cual su influencia,pública y privada para ilustrar la.conciencia de ios que dirigen los

destinos de

la patria; y puesto que los aibéitares

lo quieren,

puesto que se burlan de nuestra

generosidad

pro¬

tectora, tratando deeludir la ley y maquinando

sordamente para labrar nuestra eterna desgracia, apartémonos ya de toda consideración compa¬

siva, y dese publicidad á cuantos hechos secretos

se sepaqúe meditan, à fin de denunciarlosá quien corresponda.

Que los subdelegados persigan con rigor á los ineptos, yqué las juntas de catedráticos sean mo- ralmerite responsables de sus

informes

y actos

eir lo relativo áios aibéitares, principalcausa de

nuestros males !

t,Tratemosde ponernos á cubierto

de los golpes

que se nos asestaii en las tinieblas. InterinSehun¬

de antelasprescripciones de lá razón y la

justicia,

el monstruoso reglamento que aniquila lá veteri¬

naria, obra de la mas crasa ignorancia

ó

acaso de la mas torpe malicia.

Sres. redactores de El Eco de la E'elerimria.

Muy Señores mios: Pocashoras han sido sufi¬

cientespara cambiar el horizontepolítico de nues¬

tra

España. En

esecambio vaenvuelta una altera-

cioii completa, ó al menos muy con.siderable, de

todas las disposiciones que mas ó menos directa¬

mente serozap con las leyes fundamentales

del

Estado.

Muy luego van á reunirse unas córtes constitu¬

yentes que, derogaiido mucho de lo existente, ven¬

gan á dar nueva forma á estas mismas leyes, en¬

tré las cuales llama preferentemente la

atención

general la quetiene porobjçto elderecho electo¬

ral. Es de esperar que se discuta y

apruebe

otra

en sentidomas lato, y aunque no es

ni puede

ser mi objeto emitir aquí mis opiniones

particulares

sobre los negocios públicos, diré, sin embargo algunas palabras acerca de tan importante asunto

en lo que hace relación á nuestrafacultad.

^Besde

que

nació la

prensa

veterinaria

en

Es-:

paña,

inauguré la cuestión del derecho electo¬

ral de los veterinarios: diez años hace que llamé

atención denuestras notabilidades prefesionales;

me separo de lo que hayan podido

hacer

eti honor de la ciencia y de iosque la ejercen; pe¬

rd ës lo cierto quetodavía noshallamos los

vetsri-

narlos escluidus de los colegios electorales, como capacidades científicas.

Quizáno se presente ocasiónmasoportunaque, la'actualparareclamar el puesto que

debemos ocu-^

par; ¡ G dantos perjuicios.

Señores Redactores

y,

queconcepto tan desventajoso forma el

público de,

nuestracomplicada

cíenclii,

al ver quenohemos

ob¬

tenido lo que se concede al mas ínfimo de

ios

maes¬

tros de instrucioh priniaria ! No

entraré

en con¬

sideraciones de derecho, que están al alcance de

mis dignos comprofesores: únicamente

llamaré

su atencioq y en particular lade VV.

Señores Redac¬

tores, para queacudan al gobierno deS.

M.

y al

soberano congreso de la Nación en

demanda del

derecho electoral para los veterinarios, como ca- patíidfflés étéñUficas. Al efecto, creo lomas con¬

veniente que VV. elevená sutiempounaesposícion

autoriz.ida por las firmas de todos los

profesores

que se interesen por el buen

nombre

y prospe¬

ridad de "su facultad.

Espero de.la bondad de vds. y del celo é In¬

teres

qué

constantemente están desplegando en pro de 1.a santa causa que

défiénden,

que toma¬

rán en consideracloa estas breves indicacionesy les darán cabida en uno de los próximos

núme¬

ros^del periódico que tan noblemente

redactan,

á cuyo favor

le^ ijuedará agradecido S. S. S. y

suscritór que B. S.

M.

Serapio Marín.

Despues de agradecer, como se merecen,

las 11-

songeraspalabras que nos

dirige el señor Marin,

contanto mas motivo cuanto que proceden

de

un profesor cuya

jnstrucion, modestia

y amor

á la ci¬

enciason bien notorias,tenemos un placer en ase-, guiarlequesusdeseosqueson

también los

nuestros,

se veránplenamente cumplidos en cuanto

denós-

otfos dependa; pues

cóniio habrá visto

por uno de los

precedentes artículos, teníamos

ya proyee-

tadó

ei

plan queues propone. *

L. R..

Sres. Redactores deEl Ecode la Vsterinaria.

Muy Srés. rulos:

espero

de la boridad de _Vds.

se servirán dar pábjida en sus

columnas al siguiente

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