DEL
MINISTERIO DE FOMENTO
CREADA POR lA LEY DE i." DE AGOSTO DE 1876 ■
DffiECïOR
]pXCMO. JSr. p. yWiIGUEL pOPEZ yVlARTïNEZ,
DELCONSEJO SUPERIOR DEAGRICULTURA, INDUSTRIA Y COMERCIO.
REDACTOR JEFE
^R. p. pOUARDO /BELA Y pAINZ DE /NDINOj
INGENIERO AGRÓNOMO. '
REDACCIOX Y ADAIMSTfiACIO\
C.A.LLE DEL SORDO,
NÚM.
4 DUPLICADO, BAJO.MADRID
BIBLIOGRAFÍA.
I.
tecnología,
industrias agrícolas y economía rural.D. Eduardo Abela y
Sainz
deAndino,
redactorjefe
de la GacetaAgrícola, ha publicado
la segunda parte de suAgricul¬
tura
elemental^
en la que trata de laTecnología, de
las Indus¬trias
agrícolas
yde
la Economía rural.Habiendo dado cuenta de la parte
primera,
y con este motivo manifestado las cualidades de tandistinguido
autor, solo noscumple hoy decir
que su nuevotrabajo'aventaja
en interés á la primera parte. Consta el tomo de cerca de 700páginas, yendo
ilustrado eltexto con cerca de 200 excelentesláminas,
las cuales hacen lasdescripciones
yexplicaciones
mucho más claras y com¬prensibles.
La obra está destinada á la
enseñanza;
en ella encontrarán los alumnosde talesasignaturas
buenmétodo,
claridad delenguaje
y sana
doctrina;
mas los aficionados á laagronomía,
y áun los profesores de laciencia,
alcanzarán también gran provecho con su lectura. El Sr. Abela trata las cuestiones con extension y pro¬fundidad, deseoso,
sinduda, de
que el lector no lleve unaligera
nocion de los
importantes
asuntos que la obracomprende,
sinoque con el meditado estudio de los
mismos,
con las curiosas no¬ticias que
da,
y con lospreciosos
datos quealega,
la afición seavive,
la razón se convenza yel
ánimo de losagricultores
se4 GACETA
AGRÍCOLA
DELMINISTERIO DE FOMENTO
prepare
mejor
para entrardecididamente en el camino de las re¬
formas y
del
progreso.Un
ejemplo demostrará lo
queacabamos de exponer. Se discu¬
te há mucho tiempo acerca
de las ventajas del ganado vacuno
sobre el mular y
caballar
enlas labores del campo. Por punto general,
enel debate cada cual emite su opinion; pero ninguno se
detiene á demostrarlacon
pruebas, basadas
enel cálculo numé¬
rico, esto es
lo difícil. El Sr. Abela, por el contrario, en tan compleja cuestión
como enlas demás, procura justificar la tésis
que
sostiene ó el dictámen que emite con argumentos deducidos
de laobservación y
de la ciencia,
segúnvaná ver nuestros lectores:
«Del
trabajo de los animales.—El trabajo de los animales do¬
mésticos,
reemplazando las fuerzas musculares del hombre en
todas las
operaciones
que noexigen conocimiento, llena una mi¬
sión civilizadora, á
la cual tiende
y esnatural
quepersiga la hu¬
manidad en todos los resultados
posibles. Debe
reservarseal sér
que
ha recibido
undestello de la divinidad, la inteligencia, cuanto
concierne álas funciones
de
supensamiento
yde
su razón,des¬
cargándole de los trabajos puramente mecánicos que producen
fatiga corporal. En tal sustitución existe además la ventaja de
utilizar mayor
potencia,
porquela fuerza humana es ordinaria¬
mente menor que
la de casi todos los animales que se hallan á su
servicio, yjamás consigue los efectos de trabajo que realizan los
mismos animales y
los
motoresinanimados.
Sé estima que un
trabajador
con sufamilia pueda cultivar
2
'/a hectáreas de
terreno entodo el año, dedicándose á las diver¬
sas
operaciones
querequiere la explotación de la expresada su¬
perficie.
Gradúan también todos los autores que un
caballo efectúa el trabajo de cinco hombres,
y enconsecuencia, que dos caballos,
ó sea una yunta,
puede cultivar 25 hectáreas. Estos cálculos se
hallan bastante
comprobados
porla experiencia:
engran parte
de Castilla es frecuente queuna yunta
de mulos cultive, término
medio,
26 hectáreas;
enAndalucía, del conjunto de yuntas exis¬
tentesde
ganado boyar, caballar
ymular, resultan cultivadas por
cada yunta 25
hectáreas, 75 áreas de terreno.
La fuerza muscular delcaballo
depende de
sualzada
yde
su peso.La alzada media varía entre 1^,50 y i",62.
El peso
suele
serde Sao á 5oo kilogramos. La velocidad por segundo viene á
ser:al
pasocorto, de i"i,23 á i'",35; al paso
largo,
de i">,52 á t™,67; al trote corto, de 2"',36 á 2™,59; al
trote largo,
de 3™,49 á 3™,94.
BIBLIOGRAFÍA 5 En tracción de fardospesados, elpaso
de los
caballos se reduce áo™,40porsegundo;mientras
que, sin más peso que eldel ginete,
el caballo lanzado á la carrera
puede
avanzar hasta lò metros porsegundo, recorriendo
elkilómetro
en un minuto. Dura la acción más ó ménos, según las velocidades: un caballo marchando al pasopuede resistir diez horas
pordia; al
trotelargo
solo tres ócuatro horas, y á
la
carrera se cansa en tres cuartos ó media hora.Según
nuestrasexperiencias,
bastanterepetidas,
á una yunta de caballos de alzada de i™,5o se le puedegraduar, arando,
el es¬fuerzo medio de 180
kilogramos,
y á cada caballo 90kilogramos;
siendo la velocidad de o"\54 se obtiene el trabajo mecánico de
48,60 kilográmetros
porsegundo.
Tirando de una máquina
segadora,
el esfuerzo de la yunta viene á ser de i3okilogramos,
yel de cada
caballo 65kilogra¬
mos, marchando con velocidad de
o",8i,
cuyas condiciones producen eltrabajo de
52,bbkilográmetros
porsegundo.
El total de
trabajo
mecánicoen ocho ó nuevehoras cadadia,
se calcula por muchos célebresexperimentadores
en 1.200.000 has¬ta 1.800.000
kilográmetros.
El resultadocompleto
de nuestras experiencias seconsigna
alfinal
de estecapítulo.
Además del efecto relacionado en las tracciones del caballo,
también merece fijar la atención su empleo como animal de carga. En la caballería militar cada caballo suele
llevar,
con elpeso del
ginete
y sus armas, unos 100kilogramos,
recorriendo en siete ú ocho horas sobre 40kilómetros;
estoequivale
á 4.000kilógramos trasportados
á un kilómetro.Los caballos de cosariossuelen recorrer en el dia unos 28 ki¬
lómetros con peso de i5o
kilógramos,
lo cual representa 4.200kilógramos trasportados
á unkilómetgo.
El caballo se presta mé¬nos á la carga que
el mulo
yel
asno, porlo
que aparte de su gran utilidad parala
silla, su destinoprincipal
se halla en las trac¬ciones.
También se
emplea el
caballo obrando por su peso.La
accióndeestetrabajose representa por
la mitad
delpesomultiplicado
por lavelocidad, graduable en o™,60, ó sea16oXo'°56o=g6 kilógra¬
mos. Teniendo en cuenta que
dentro
déla gran rueda, el pesono se eleva más que
la mitad del
paso delanimal,
el efecto útil alcanza únicamente ái6oXo™)3o=48 kilográmetros.
Laimpa¬
ciencia natural del caballo hace
preferir
para esteempleo
elbuey
ó el asno. Todos estos animales
pueden utilizarse
además en el efectode contrapesos.El coste del
trabajo del caballo
como de los demás animales,depende
de su valor en compraó adquisición
representado enel interés corriente del
dinero;
dela
amortización del mismo ca¬pital
en el número de años queduran
susservicios,
yademás de
6 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
lo que se gasta en
alimentos, cuadra, cuidados, herraje, veterina¬
rio y arneses.
El
precio
en comprade los caballos depende de
unaporción de
circunstancias, en las
cuales influyen las cualidades de conforma¬
ción, edad, alzada,
etc.; pero, enigualdad de circunstancias,
estaúltima condición tiene un valor de mayor
importancia
paralos trabajos agrícolas. La duración de los caballos
enbuen servicio
varía
generalmente de siete á diez años,
enejercicios violentos;
pero para
los animales ocupados
enla agricultura,
estipo
acep¬table el de un
período de doce años;
conarreglo é éste,
sededuce
como tanto de amortización el de 8,33 por zoo
anual.
La ración diaria de alimentos la hemos
experimentado bastante
usando grano
quebrantado, revuelto
conpaja,
enel pienso de los
caballos y
muías de alzada ordinaria, de ii",5o. El resultado vie¬
ne á ser la
equivalencia de 6 kilogramos de heno
seco, como ración de mantenimiento, y 7kilogramos
como parle correspon¬diente al
trabajo diario;
entotal, i3 kilogramos de. heno
que sepueden suministrar
con5 kilogramos de cebada
y6 kilogramos
de
paja. Resultan 3 V4
por 1°°vivo.
Otra
ganadería existe
comoauxiliar eficacísimo de la agricul¬
tura; como motor
de
granpotencia, superior á la de los
expresa¬dos animales, en las
tracciones;
no menossobrio
yremunerador
que los gastosque
produce tal
esel buey, al cual
sele han acha¬
cado bastantes defectos, entre
los
quefiguran más notablemente
la lentitud de su paso yáun
la indocilidad,
endonde
secrian
ra¬zas bravas. Pero cuando el
buey
no se unce porlos
cuernostrabaja
conlos músculos pectorales,
suvelocidad
no es tan escasa y entodo
casoalcanza fácilmente 0^,84
porsegundo. El
torocriado en el establo y coq
adecuadas circunstancias de domesti-
cidad es tan manso y
noble
como otrosmuchos animales. Abun¬
dando las
yerbas, el buey siempre está gordo
yvigoroso
conmenor
equivalencia de nutrición
quelos caballos
ymuías. Ade¬
más su
precio de adquisición
es menor ymás bajo el
tantode
amortización, puescuando
seinutiliza
parael trabajo, el precio
de su carne
reintegra al fin de
partede
sUvalor. Exige ménos
arneses y gastos,y en
resúmen,
sutrabajo resulta más económico.
Una yunta
de bueyes arando, desarrolla el esfuerzo medio de
240
kilogramos, profundizando
sulabor á o™,25. Corresponde á
cada
buey
120kilogramos,
ysiendo la velocidad de o™,45, resul¬
ta el
trabajo mecánico de 64 kilográmetros, cifra superior á la
que representa
normalmente la del trabajo de
nuestroscaballos
y
mulos.
Aun las vacasde buena constitución
yescogida
raza,producen resultado análogo. Una
yuntade tales
vacasó de bue¬
yes
puede
arar25
áreasde
terreno ála profundidad dicha
enla
obrada; mientras
que unade muías, labrando á 0^,16,
recorreBIBLIOGRAFÍA 7 32 áreas
próximamente. Sin
embargo,el efecto definitivo del
tra¬bajo
sedebe graduar
por634
metroscúbicos de tierra
que remue¬ve, en la
extension dicha, la
yuntade bueyes;
en tanto quela
de muías solo
consigue mullir 516
metroscúbicos de tierra.
La alimentación de un
buey de trabajo
sesatisface
con sustan¬cias
equivalentes
á 12kilogramos de heno
secocada dia. El
costo deltrabajo
sepuede
representar por262
pesetas80 céntimos
enalimentos,
y por68
pesetaslos demás
gastos, nopasando de
4 por 100 el tanto de
amortización;
en total33o
pesetas80 cén¬
timos. Descontando 12 pesetas
80 céntimos
porvalor del estiér¬
col,
quedan 318
pesetas como gastoanual del trabajo. Resulta
en0,87
pesetasel diario de sostenimiento,
ysiendo
200los dias
aprovechados, sale á i pesetaSq céntimos la obrada de cada buey
y
la
de una yunta en3
pesetas18 céntimos.»
II.
NOTICIAS CONQUENSES.
La afición á la
agricultura
queafortunadamente cunde
y se desarrolla enEspaña
semanifiesta
nosolamente
porlos libros especiales
quesalen á luz, sino
muyprincipalmente
porla
parte que consagraná
esamateria los
autoresde obras escritas
con otro fin y paradistinto objeto. Es
para nosotrosmotivo de
esperanza el que apenashaya escritor de nombradla
yhombre de gobierno,
de los que se ocupan
sériamente
enlos medios de mejorar la
suerte de la nación, que no consagren su
atención ó dirijan
susinvestigaciones
á este ramo pocosaños hace mirado
condesden
por
todos. La cuestión agrícola palpita hoy
enlas cátedras,
enlas
academias,
enlos Congresos,
enla
prensaperiódica,
enmuchos
proyectos
de
empresasmercantiles
yhasta
enlos salones de las
damas en que ántes
solo
seoian,
comode
buen tono, conversa¬ciones de modas y recreos.
Decimos esto á
propósito del libro
queacaba de dar á luz don
José Torres Mena con el título de Noticias
Conquenses. D. José
Torres
Mena, abogado, ex-diputado
yex-director general
enel
ministerio deHacienda, ha dado
unaprueba de
sulaboriosidad,
de sus conocimientos administrativos y
de
su sanacrítica literaria
con la publicaciónde esta obra.
8 gaceta agrícola del ministerio de fomento
Consta de 900
páginas
en4.°, de impresión
compacta, y enella
reasume con gran
claridad
yextraordinario método
cuantosdatos
y
noticias estadísticas
;administrativas, históricas, geográficas, religiosas, económicas,
etc., etc., serefieren
ála provincia de
Cuenca. Entre éstas no
podian faltar,
y nofaltan
enefecto, las
de carácter
agrícola
ypecuario.
El Sr. Torres Mena ha
pasado la mejor
partede
suvida
enlas
bibliotecas, en los archivospúblicos
yprivados
y enel retiro de
su
gabinete dedicado
ála ímproba
éingrata
tareade examinar manuscritos,
de repasarlibros
apenashoy conocidos, de ordenar
materiales y
de rectificar cifras
ycálculos. Como resultado de tales
estudios ha dado una relevante muestra con las Noticias Con¬
quenses. No sabemos
si las utilidades pecuniarias corresponderán
á su
trabajo,
perode
seguroel
autor encontrarála
recompensa que merece enla estimación pública
como autorerudito,
cor¬rectoy
concienzudo.
La obra del Sr. Torres Mena no es de interés
pasajero; hoy
es la más completa que conocemos sobrela provincia de Cuenca,
ynos atrevemos á asegurar,
sin
temorde equivocarnos,
que pasa¬rán los años y
siempre
seráde provechosa consulta
paratoda
clase de personas.
Afin de
justificar
nuestroselogios
enel
conceptode los lecto¬
res de la Gaceta Agrícola,
copiaremos algunas líneas sobre la
materia
propia de la índole de
esteperiódico:
«Decadencia de la
riqueza pecuaria
enCuenca.—A la decadencia
de las industrias fabriles
siguió inmediatamente
lade
laganadería,
base
principal de las
másimportantes
de lasmismas;
yaquellos
numerosos y
preciados rebaños
comenzaron ádisminuir hasta
lacifra relativamente mínima en que
hoy los
vemos.Las noticias más interesantes acerca de este
particular
se hallanconsignadas
en unlibro
quepublicó
eni63i D. Miguel Caja de
Leruela, con eltítulo
de «Restauración de la abundancia de Es¬paña,» y por
ellas
sesabe
queD. Luis Guzman, vecino de Cuenca,
poseia una cabaña queexcedia de 60.000 cabezas
mayores,ade¬
más de otras muchas
pertenecientes
áganaderos de la provincia,
considerables todas y en una
escala varia desde aquella cifra hasta
la mínima de
algunos cientos. Así
seexplica
quehácia el año
1600 entrasen en los lavaderos de Cuenca hasta 400.000 arrobas delana, de las cuales se preparaban 15o.000 en sus acreditadas
tintorerías para
el
consumointerior, saliendo
parael extranjero
BIBLIOGRAFÍA 9 las 25o.COG restantes. La mismaabundancia, el
desfallecimiento
de las industrias, la
ignorancia de los
buenosprincipios econó¬
micos y
la suspicaz comprensión del sistema de gobierno llevaron
la España al
estado de agonía
en que sevio á fines del siglo XVll principalmente. Como
en unaforzada almoneda
sedeshizo toda aquella
granfortuna, bajando el precio de los mejores bueyes
hasta 200 rs.; los carneros á 20;
las ovejas
á 11;los machos de
cabrío á 22; las cabras á 11 y
de
10á
11la arroba de lana. En
vista de tan grave
crisis, el Concejo de la Mesta pidió informe al regidor
ycabeza déla cuadrilla de Cuenca D. Alonso Muñoz, al
cualrespondió en 10
de Marzo de 1649
con unMemorial, bastan¬
te por
sí solo
parailustrar el nombre de
ese conquense que tanprofunda
ylucidamente desempeñó
sucometido, á juzgar
porlas
muestrasque
de
eseescrito ha consignado Muñoz Soliva,
enel lugar ántes citado, viniendo á comprobar los
asertosde Lerue'la
yá
indicar los vicios de la Administración económica, sobre todo,
con un
precioso estudio
acercadel empleo de la ^1
enlaganadería.
Volvió ésta á reponerse en parte
á fines del siglo anterior,
puesto queD. Mateo Lopez afirma
en susmanuscritos,
conreferencia al
1786, que secortaban
másde
100.000de lana fina
ychurra en'la provincia, de las cuales
selimpiaban
unas lo.ooo enlos lavaderos
de Cuenca,
habiendo tomado
unsubido precio, ántes
noconoci¬
do, las
diferentes clases de ganados,
carnes ylanas.»
« Pues toda lariqueza pecuaria era poca cosa,
comparada
con la de losmontes maderables,de
que ya sedió
unaidea
enel
ca¬pítulo quinto; si bien
creo que cuantosdatos
sehan publicado
acerca de esa masa de
riqueza
carecende garantías de exactitud,
por las
dificultades de
sumisma extension
ymodo natural de
ser, casiprimitivo, sin la debida reglamentación científica ó facultati¬
va. No obstante esta
apreciación mia,
conste queMuñoz Soliva
asegura con
referencia
ádatos oficiales, página jS del
tomoII
de su
Historia,
quela sierra de Cuenca, tal
comoquedó constitui¬
da despues de la
reconquista,
ápesarde los incendios repetidos
yfrecuentes cortas,
llegó
átenertreinta millones de pinos madera¬
bles,
sin
contar lasañosas encinas, los robles seculares, las incor¬
ruptibles
yrobustas sabinas, los esbeltos avellanos, los flexibles
áceres,
los
cocos óabedules
yotrainfinidad de arbustos. Más ade¬
lante, en la
página
1.009,despues de indicar el descuido
ymal tratamiento de los montes.en estos últimos
tiempos, lo
quesigue:
aSin
embargo de la
escasez,todavía tienen los propios de
estaciudad en susierra de Cuenca 24
millones de pinos maderables,
según
declaración presentada hace cinco ó seis años, hácia i860,
en laescribanía de D. Isidoro Escobary
cálculo
noexagerado de
los conocedoresdel terreno:
riqueza hoy asombrosa, atendido el
10 gaceta agrícola del ministerio de fomento
valor de los
pinos,
y quedebiera
darmuchasmejoras
á lacapital;
puesentresacando 20.000
pinos
cadaunaño, léjos
dedesmerecer, prosperarian
los montes.» Estos bien intencionadosconsejos
sonde común sentir y
vienen formulándose,
hacetiempo,
en pres¬cripciones legales,
que apenas hanproducido
resultados apre¬ciables.
Apesar de
todo,
lospinares
conquenses aún sostienen venta¬josa competencia
con los de otrasprovincias,
por la excelenciade sus maderas para obras de tallery
de
construcción urbana, ha¬biéndose
empleado
también con buen éxitoen las construcciones navales. A la vista tengodos
realesórdenes, de
18 deAgosto
de 1783 una yde 6 de
Enero de1784 la
otra,circuladas
ó recorda¬das á los
pueblos
en 24de
Enero de1785,
acerca de este último aprovechamiento,dirigidas
al gobernador interino delConsejo
como
juez
deplantíos
y sementeras, para que evite las cortas y deterioros de los montes deCuenca,
porque aunque no son de la comprehension de lamarina,
la falta de otros hablaobligado
á re¬currir á
ellos,
según seconsigna
en laprimera
de lasdisposicio¬
nes
citadas.
Y másesplícitamente
en lasegunda
se previenelo quesigue:
«Para evitar que en lo sucesivofalten máderas de construc¬ción en los montes de esa
provincia
y que se cortenfraudulenta¬
mente—el daño fraudulento como se ve es más
antiguo de
lo que suponeMuñoz Soliva—las marcadasá estefin,
ha resuelto elRey
que
sin
innovar en cuanto á las Ordenanzas de lo interior del Reino queahí rigen,
no se conceda licenciaalguna
á pueblo, co¬munidad,
ni áparticular
delpaís ó forastero,
para cortar en losmontes comunes ó
privados,
sin que ántes de remitirlasdiligen¬
cias instructivas del estado de ellos que se manden
practicar
áloscorregidores
deCuenca,
se pasen á V. S. para queinforme
sobre ellas, dando razónde lospinos
ydemás árboles
quehubiese
mar¬cados ó conviniese marcar para los
fines
demarina,
áfin
de ex¬ceptuar los en las licencias que se
despachen
»Miguel López Martínez.
ANIMALES ÚTILES T PERJUDICIALES Á LA AGRICULTURA, i"
Señores:
Haceun año menos unos pocosdias que,si no eneste
sitio, al
menosen estainstitución, se ocupaba el distinguido Sr. D. Juan
Tellez
yVi-
cen del mismo asunto de que nos vamos á ocupar hoy.
Mi situación
tiene que serdificultosa, puesto que voy
á repetir
pocomás ó ménos lo
que hadicho personatan
inteligente
yde
tantacompetencia
enla
mate¬riacomodichoseñor;perohayenmi favoruna
circunstancia
que meobli¬
ga á insistirsobre este
mismo
asunto.ElSr. D. Juan TellezyVicen, al explanar aquísus
ideas
acercade los
animales favorables y perjudiciales ála agricultura, pedia que, tanto
la
dignísima clase áque él pertenece comolos profesores de agricultura
y todoslos queestán dedicados á la enseñanza, procuraranextender las
ideasde protección áciertos animalesentre las clases
labriegas
ycampe¬sinas. Yo no pidoeso, pido mucho más;yo vengo
á pedir al Gobierno
de S. M. laformación deunaley severa que ponga
determinados anima¬
les bajo la riroteccion de la
Guardia civil, de los guardas de
campo yde
todos losrepresentantes de la autoridadque están
encargados de la
perse¬cución delos malhechores.
Para formar una ley,creo que senecesitan tres
condiciones, á saber:
que lacosasobre que ha de recaerseajusta, quela
opinion esté dispues¬
taá recibirlay que en elcaso detener que entrar, por
virtud de
esaley,
enrelacionesinternacionales, las nacionesconquienes hayaquecontratar
estén dispuestas á aceptarel convenio. Voy á
probar
que estascondicio¬
nes se reúnen perfectamente en el caso
de
que tratamos,ó
sea queel
objeto de la leyes justísimo bajo todos losaspectos, que
la opinion
ge- (i) Conferencia agrícola celebrada el domingo 21 deAbril de 1878, á
cargodel Sr.. D. Luis JustoVillanueva.
i2 gaceta agrícola del ministerio de fomento
neral del país está dispuesta á recibirla y que las naciones con quienes
noshabiamos de poner enrelación en virtud de esa ley, no solo están dispuestas á entrar en trato con nosotros sobre esa materia, sino que ambicionan hacerlo.
Compréndese que tratando de cuestión tan importantees preciso no
divagar, subo razonarfríamente condatos concretos,»verídicos y exactos y por eso no habrá de extrañarse que gran parte de estaconferencia se
reduzca álecturadedocumentos;yo procuraréser lo más breveposible
para no abusar devuestra benevolencia. Sentadas estas ideas generales,
entro en materia.
Corria el año 1872, y al abriruna mañana la modestacorrespondencia
demi laboratorio de Barcelona, recibí tres cartas: una de D. Teodoro Creus, de Villanueva y Geltrú (Barcelona), otra de D.Alberto Lleo, de .'rímacellas (Lérida), yotrade D. LorenzoOliver, de SanJuan (Huesca).
Esas tres cartasme anunciaban pavorosamente que
millares'de
cepas habian amanecido completamente desnudas, peladas, como si porellas hubiera pasado la más terrible granizada. Escribíá D. Teodoro Creus,quepuesto quedistabapocas horas de lacapital, se pusiera en relación
conlaComisiónpermanente que el Instituto tiene para estoscasos, yyo
me fuiá San Juan á fin de estudiar por mí mismo el estado de los cam¬
pos. Cuando llegué habian trascurrido48 horas, y, enefecto, millares de
cepasestaban completamente limpias de uvas ydehojas.
Examinadas las causas y hechas las investigaciones conla mayor ra¬
pidez posible, nos encontramos con una capade gusanos que cubriendo
lasuperficie delsuelo, permanecian en el humus ó mantillo de la tierra durante el dia, y por la noche trepaban á lascepas. Tomélos gusanos, marchéáBarcelona con objeto de estudiarlos inmediatamente y me en¬
contrécon que la Comisióndel Instituto agrícola catalan de San Isidro, obrandocon la rapidezque allí se acostumbra en tales casos, habla pu¬
blicado entodos los periódicos un dictámen que dice así:
*Dictámen dado por la Comisión de enfermedades de ¡os animalesy las plantas,acerca de laconsulta dirigidaporla Subdelegacion de Villa-
nuevay Geltrú, sobre la manera de combatir el insecto que destruye
las hojasy brotes de las vides.
Las orugasrecibidas poresta Comisión, procedentes del envio hecho porD. TeodoroCreus, de Villanueva y Geltrú,como ejemplares de la plaga que seha desarrollado en los viñedos de dicha localidad, destru¬
yendo las hojasy brotes de las vides, corresponden áuna mariposanoc¬
turna delgrupo de lasNoctuidas. Sinser un enemigo especial de la Vid, puede llegará haceren ellagrandes estragos, cuando por causas, quees difícil precisar, se desarrollen enmayor númeroque de ordinario, cual
sucede actualmente en esa localidad. La costumbre que tienen, tanto
estas orugas como otras del mismo grupo, de ocultarse debajo de la tier-
ANIMALES ÚTILES Y PERJUDICIALES Á LA AGRICULTURA l3
radurante el dia yde salir únicamenteporla noche en busca de su
ali¬
mento, dificulta su destrucción. Pueden,sin embargo, emplearse varios
medios para conseguir tal objeto, cuales son:remover la
tierra al pié
delas cepas ylevantar los terrones inmediatos para
descubrir las
orugas y crisálidas y matarlas. Espolvorearconcal ó conceniza las hojas de las
vides y regarlaspor encimadespues de pasadas
algunas horas. Y lo
quesin duda producirá mejor resultado, será despues
de levantar los
sar¬mientos quetoquen en tierra,
barnizar
conalquitrán la
parteinferior de
los troncos todo al rededor, con lo que se evitará que las orugas, así
como otros seres tanperjudicialescomoellas, suban á las
plantas.—Dios
guarde á V. S. muchos años. Barcelona lodeAbril de 1872.—Antonio
.SanchezComendador.—Santiago A. Saura.—Señorpresidente de laCo¬
misión deenfermedades de animales y plantas.—Aprobadoporla Comi¬
sión.—Antonio C. Costa.»
Yo, enmi pobre carrera deagricultura práctica,
único
título con queme presento aquí, he creído siempre que el enemigo hayque atacarlo
directamente y no me he valido de medios indirectos. Reconocida la
oruga y habiendo visto que no era propia de
la vid,
esdecir,
que su e.Yclusivo alimento noerala vid, sino quela habla atacado por carecer de otro, comprendí que los medios indirectos no servían; así, aconsejéen Almacellas y en San Juan traergran númerode hombres, mujeres y niños que recogieran y quemaran la oruga. La cantidadque se cogería puede calcularsediciendo queal tercer dia, en que yahabían adquirido práctica, entre 80 mujeresse recogían diariamente de 100 á i5o fanegas
de oruga.
Vistas las condiciones del animal, estudiada su vida,se comprendió
que por lo ménosen San Juan esta invasion iba áser anual;enefecto,
estasorugas, propias de la localidad,semantenían con las yerbas natu¬
rales,perohabiéndose extendido mucho el cultivo de la vidseles ha qui¬
tadosu alimento propioy tienen que comer lo que encuentran, puesto queha desaparecido sucomida natural, que erael cardo.
¿Y qué sehizo para salvarse deese peligro? Una cosa muy sencilla:se dejacrecerel cardoen las viñas de D. Lorenzo Oliver. El desarrollo de
los botones de las vides es simultáneo en aquella localidadcon el des¬
arrollo de loscardos, y estas orugas se arrojan con preferencia sobre
ellos (que tienen susenemigos propios, comola morera, el pino ytodas
las plantas tienen los suyos) con una voracidad extraordinariay noto¬
caná las cepas. Cuando elgusano ha concluidosuvida comotal, óya no hace daño á las cepas; entonces se siegan los cardos,se pasa el arado y laviñaestá salvada.
Hecitadoeste caso como pudiera citar otros para fijar el sistema que sigo para combatirlosgusanos y demásinsectos que atacan á los vege¬
tales.
La naturaleza es unestadocompleto deguerra; decirque las
condicio-
14 gaceta agrícola del ministerio de fomento
nes de la naturaleza son la paz, no esexacto; yesto nos lo pinta el Almanaque de laGaceta Agrícola en la siguiente bellísima dolora de
Campoamor,que hatenido el buen gustode publicar:
«EL GRAN FESTIN.
De unjunco desprendido, áunacorriente
un gusano cayó;
y una trucha,saltando de repente,
voraz selotragó.
Un martin-pescadorcogió á latrucha
con carnívoro afan;
yal pájaro despues, trasfiera lucha, lo apresó ungavilán.
Vengandoesta cruelcarnecería,
undiestro cazador
dióun tiro al gavilán,que secomia
al martin-pescador.
Pero i ay 1 al cazador desventurado queal gavilán hirió,
por cazarsin licencia, y envedado,
un guarda lomató.
A otros nuevosgusanos darávida
del muerto la hediondez,
paravolver, la ruedaconcluida, á empezar otra vez.»
Este es el problema, señores. En la naturaleza, seaque adoptemos el sistemadeMoisés, sea que adoptemos cualquiera de los otros sistemas racionales que tenemos para explicar la formacióndel mundo, el hecho
es que nadasepierde, ni nadasecrea; unave::;concluida de crearlama¬
teria, nohace másquecambiarde forma.
Pues bien; mi sistema para perseguir los enemigos de la agricultura es aliarme siempre diplomáticamenteconunenemigo de ellos: los amigos de mis enemigos sonenemigos miosy losenemigosde misenemigossonami¬
gos mios. Porconsiguiente,la teoría dedestrucción de esos insectosque tanto daño nosestán haciendo segúnmiconcepto,y repito esla que yo sigo, está reducida á losiguiente: sepresentaun insecto, estudiosu vida
y costumbres, y me dedico hasta donde me es posible, hasta donde lo permiten mis fuerzas ymis conocimientos, á buscar un enemigo á quien pueda hacer mi aliado,sea en el reino vegetal,sea en el animal, á finde que puedan lucharmillones á millonesesosdos ejércitos, auxiliando yo todolo que pueda al quevá en mi favor. El Sr. Barraquer en la pro¬
vincia de Barcelonaáorillasdel Llobregat decidió hacer unagran plan¬
tación de árboles frutales;tresaños consecutivos ha repetido susesfuer-
ANIMALES ÚTILES Y PERJUDICIALES Á LA AGRICULTURA I5 zos;tresañosconsecutivos havisto morirsus árboles. El primer añose dijoque habia sido por una causa,el segundo quehabla sidopor otra, y hasta que, investigadaaquélla convenientemente,nos encontramoscon
ungusanodel género melontha que sedesarrollaba de una manera hor¬
rorosa, quevivia átrespiesdebajo detierra enla épocade invierno,que
enlaprimavera subia á lasuperficieycortaba las raíces deesospequeños árboles, causando asísu muerte. ¿Qué hay quehacer en este caso? ¿El
hombrepuede combatir directamenteesosgusanos? No. Loquetieneque haceresaliarse con un enemigo de ellos,por ejemplo,con el topo, que daria pronto cuentade ellos.
Sentadasestas ideas, sevé que mipunto de partidaes estudiar la vida
del gusano ybuscarsu enemigo;yeste estudioes tan delicioso cuando
setoma con paciencia y coninterés, por pocainteligenciaque tengael
individuo que lo haga,que más nopuedeser. Recuerdo queen lasexpe¬
dicionesque constantementehagoenBarcelonacon mis alumnos siem¬
pre quesalimos en
primavera
óprincipios
del verano á la provincia de Gerona, les hagovisitarunapequeña arañuela que secria en lasarenas del Ter. Esta araña tiene el instinto deseparar la arena y formar una especie de embudo, en cuyofondose coloca, habiendo acumulado ántescon sus patasunacantidad de arena, paraformar unaespecie de cabaña;
allípasa horas yhoras aguardando que unahormiga úotroinsecto cual¬
quiera entreen suzonade defensa,en eseembudo;y enelmomentoque penetra,con un esfuerzo extraordinario desus patas lanza sobre él toda
latierra quetieneacumulada, ymientras el bichoatontadotrata de des¬
enredarse de estealuvión,cae sobre élyle devora. Como éste encontra¬
mosmillares deejemplos enlavida de los insectos, queno he de repetir
por nomolestarvuestra atención.
Hemos dicho, animalesútilesy animales nocivos, y esprecisoque fije¬
mos quiénes son los útiles y cuáles los nocivos. Pero sucede en este
caso lo mismo que enotrOs muchos, en quepor regla general no hay posibilidad de daruna definiciónexacta, puesto queelque unanimalsea útil óperjudicial al hombre, depende de las circunstancias: hay animales
que son útilesen un caso determinadoy son nocivos en otro. Todo el que lea La Correspondencia, si es quepor su profesión ópor susaficiones
no lee otrosperiódicos científicos, habrá visto unsueltoen uno desus últimosnúmeros, que dice queha sido necesario tomar providencias en uno de los Estados de la Union de América con objeto de perseguir al conejo,queallí esun animal nocivo. En aquel Estadonohabia conejos,
y uneuropeo tuvola idea de llevar un centenarde ellos para aclimatar¬
los, los soltó en susbosques, y como no ha habido quien los persiga,se ha desarrollado de tal maneraquetala los camposcultivados y losbos¬
ques, por cuya razón ha sido necesario procedercontraél, digámosloasí, gubernativamente;y de aquí laprovidenciaquese hatomado de ofrecer
cuarentareales por cada hurónque se introduzca en dicho Estado. De
maneraque si fuera posible conservarel equilibrio, yque los animales
16 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
estuvieran en una justa proporción, ellos se destruirían mutuamente, y el hombre con los brazos cruzados verlacomo seconservabansus cul¬
tivos.
Lo mismo puede decirse délos gorriones. El gorrión,por regla gene¬
ral, pasa comopájaro perjudicial á la agricultura. No todos están confor¬
mes conesta opinion, ytantoque en el periódico titulado La Agricul¬
tura Valenciana, página 66 del año 1870, hay un acuerdo firmado por unacomisión especial de la Sociedad Valenciana de Agricultura, en el cual, dadas las circunstancias especiales que Valencia atravesaba en
aquellosmomentos, sedice:
«Hablemos en primer lugar del gorrión, avecilla tan esbelta como descarada, y cuyas devastaciones en los sembrados pecan y han pecado siempre porevidente exageración. ¡Error funesto! En Inglaterra, vistos
losestragosque causaban enlas cosechas los insectos deque seapacienta
elgorrión, se han dado prisa áimportar denuevo esa simpática avecilla.
Delosexperimentos hechos porel distinguidoMr. V. Chatel, resultaque una pareja de gorriones destruye cien abejorros pordia, suponiendoque la mitadsean hembras, y poniendo éstas de 25 á 3o huevos cada una,
figúrese el lector ¡cuántos millones deaquellos insectos conjuran al año losgorriones! El gorrión hace tres ó cuatro crias cada año; y en las épocas enque no hay abejorrosósaltones, cébaseen las orugas,las ma¬
riposas, las larvas,los gusanos,etc., y purga admirablemente nuestras huertas. ¡Pazconlos gorriones! No destruyamos sus nidos; ántes debe¬
mosconcederlestoda protección, asícomo á todas las aves ó animales insectívoros.»
El gorriónen exceso, nadie dudaque esperjudicial, como nadie debe dudarquees favorableen cantidadlimitada.
Lo mismoquedecimos del gorrión, podemos decir del topo, del cual
vamos á ocuparnos.
En las orillas delTer, enel Ampurdan, el topoes un animalque hace
un dañoextraordinario,y porconsiguiente, esperjudicial.En cambio,en los periódicos de jardinería de Inglaterra, se ven constantemente anun¬
cios quedicen: secompran topos y se paganá un chelín: y no es raro veranunciadaen losperiódicos la salida debuques de Francia para In¬
glaterra, diciendo: el buque tal sale yllevacuarenta, cincuenta cajas de topos: han sido cazadosen lacostafrancesa y son llevados á Inglaterra
parasalvar los vegetales de aquella localidad,
Espreciso, señores, queal tratardeesta cuestión de amigos y enemi¬
gos de la agricultura talcomo yo quiero hacerlo, no hagamos loque se suelehacer muchasveces en la sociedad.
Hay hombres á quienes se aprecia en mucho más de loque valen, y
hay, porel contrario, hombres quevalen mucho, ysin embargo, no se les aprecia bastante óse les desprecia: esto pasa conlos animales, sobre todo conlosvulgares que podemos decir que son de nuestro campo y que pertenecenal dominio del verdadero agricultor: hay animales útiles