DEL
MINISTERIO DE FOMENTO
CREADA POR LALEY DE 1.» DE AGOSTODE A 876
DIRECTOR
jpíXCMO. jSR.p. yVllGUEL ]L<OPEZ ^VIaRTINEZ,
senador del reino,
del consejo superior de agricultura. industria y comercio, y vocal be la junta de valoraciones y ar.anceles.
REDACTOR JEFE
pR, p. pOUARDO yiBELA Y pAINZ DE yiNOINO,
ingeniero agrónomo.
TOMO XVII
DE OCTUBRE Á DICIEMBRE 1880.
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REDACCION Y AD.IIINISTRACION
CALLE DE CERVANTES, NÚM. 19, BAJO^
MADRID
IMPUESTO DE CONSUMOS
«
SOBRE ARTÍCTIIOS ALIMENTICIOS DEL GANADO DE CERDA.
Nuestro vivo interés porla industria pecuariayelconvencimien¬
to que tenemos de que si no se fomenta de unmodo particular, ni tendrá alimentación barata elpueblo, ni prosperaránenelgrado de¬
bido las industriasque de la ganadería dependen, nos mueven á emitireljuicio que hemos formado respecto de unacuestión que parece vaá sertratada en unareunion de ganaderos.—Y al expo¬
ner nuestra opinion, yasostenida en otro lugar, claroes que con
' sinceridad hacemos toda clasede salvedades en favor de los altos funcionariospúblicos, cuyas intencionesson con frecuencia rhal in¬
terpretadas porlos subalternos.
Conociendo lo que en variaspartes sucede, podemasafirmarque si la Dirección del ramo no fija el sentido de algunos artículos
con arreglo á los buenosprincipioseconómicosque deben servir de
norma en lamateria, esa importante ganadería irá disminuyendo
sin cesar, hasta desaparecerpor completo.
Los ganaderosque se ocupan de la criay engorde del ganado de cerda, sequejancon razón deque seles exijaprimero unimpuesto
porel pienso empleado enlamanutenciónyengorde desu ganado,
y despues en el matadero la cuota correspondiente al tocino. Se comprende queal consumirseuna res pague el derecho que le cor¬
respondesegún supeso, pero nopuedeolvidarse queeste peso es la
resultantedelpienso con que seha cebado, y no es justo ni equita¬
tivo que un mismo producto pague dosveces un mismo impuesto.
Fundadoenesteprincipio, elGobierno hadeclaradoexentasdel im¬
puesto algunas materias en otra§ industrias, por considerarlas
como elementos constitutivos de los productos obtenidos,y nohay
4 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
razón para que tal doctrina deje de seraplicada á la industria ga¬
nadera, tan decadente en España.
Los ganaderos que se dedican hoy al cebo de sus ganados no encuentran ningunarazón de diferencia entre ellos y los fabrican¬
tesde jabón, porejemplo, y con razón pueden pretender que así
como el aceite (^uese empleaen suelaboración estáexento de todo derecho, porque esta materia es parte componente del producto
que está sujeto á un tipo determinado, de la misma manera debe quedarexento del tributo el pienso que el ganado consume en el
cebo, supuesto que trasformado en carne tiene unfuertísimo dere¬
cho aldegollarse las reses.
Estimamos, portal motivo, que aunque enlas tarifas del im¬
puesto de cereales figuran la cebada, el centeno y otras especies,
en lamente del legislador no estuvo el que se aplicasen á los ce¬
reales que consumiera el ganado, sino sólo á los consumidos por la especie humana.
Efectivamente, los principios económicos sobre la producción y el impuesto consideran improcedente la tributación sobre los ele¬
mentos de un producto sujeto á la misma contribución; y nopode¬
mos acusaral legislador de desconocer estos principios, cuando en lamisma ley de consumos lo consigna, estableciendo que el im¬
puesto de cereales debe repartirse en las poblaciones tomando por tipo el número de vecinos, sin contar para nada el número dega¬
nados ni de caballerías delabor, de lo cual evidentemente se de¬
duce que el autorde la ley del impuesto de cereales no imaginó
gravar con derecho alguno al consumo que hicieran de ellos los ganados.
Esta doctrina está fundada además en la más extricta equidad,
porque la aplicación del principio contrario produciría necesaria¬
menteuna desigualdadirritanteentreloscontribuyentes de diferen¬
tes localidades. Hay muchas poblaciones en que los ganaderos no
emplean en lamanutencióny engorde de susganados los artículos
incluidos en lastarifas de cereales, á causa de producirse en sus términos la castaña, la bellota y otros frutos consumidos en las mismas dehesas; mientras que en otras localidades donde no exis¬
ten estas dehesas, es preciso emplear al mismo objeto el centeno, lacebada, etc., resultando de aquí que los primeros no pagan im¬
puesto alguno por el engorde, ylos segundos songravados con un
impuesto de consumos 5 tributo quematasu
grangería
porimposibilitarlos
parasostener la
competencia conlos que
podemos llamar afortunados rivales. Re¬
sulta, pues,
continuando las
cosas comoestán,
unaverdadera des¬
igualdad,
relativamente al impuesto entre productores de una mis¬
ma industria, y esto es absurdo y
contrario á la buena administra¬
ción, que prescribe ante
todo la igualdad proporcional
enlos im¬
puestos.
Portodas estasconsideraciones y teniendo
necesidad de evitar
que laganadería
española marche precipitadamente á su ruina, de¬
seamos vivamente que seconsideren
libres del impuesto de cereales
todos losconsumidos por los gaftados
de cualquier clase
que sean,declarándose, por consiguiente, que
sólo deben tributar los
consu¬midos por laespecie humana.
Miguel Lopez Martinez.
LA
PHYLLOXERA EN MALAGA.
El deseo de apreciar pormí mismoel estado de los viñedosylos
progresos hechos porlaphylloxera en el trascurso de tres años, se aumentó desde mi llegada á Málagaen Julio último, pues en todos
los círculosy en todas las conversaciones era el tema obligado so¬
bre el cual se hablabay discutia con el calor natural del que de¬
fiende supropia hacienda; animados con el temperamento de los habitantes de aquellaregion.
Comunicado mi pensamiento á mi buen amigoy compañero don Juan Alvarez Sanchez, ingeniero agrónomo de la provincia, se ofreció éste á acompañarme en la excursion, la cual aplazamos
para fines deAgosto ó principios deSetiembre, teniendo en cuenta las condiciones del clima.
No me detendréá hacer la historiadel insecto, bien conocidade todos, ni entraré en muchos detalles de nuestra expedición, que
son ajenos á mi objeto: pero séamepermitido recordar que alatra¬
vesarlas comarcas que separan á Málaga de la localidad en que
apareció laphylloxera yvolver á contemplar parages risueños que evocaban en mi almarecuerdos de la infancia ó hechos relaciona¬
dosconmijuventud, experimenté emocionesdesconocidas,aumen¬
tadasconsiderablemente con el espectáculo de la naturaleza: las
abruptas rocas calizas de los cantales avanzando dentro del mar como gigantescas esfinges, en cuyas bases carcomidasy limadas
se estrellaban con furia las olas, elevándose en surtidores de agua
pulverizada; los manchones terciarios en que hace muchos años
recogia con avidez los restos de animales marinos á los que mi imaginación daba elprecio de diamantes; las cavernas revestidas de estalactitas yde tobas; lascalizas jurásicaslevantándoseenlas crestas de las montañas como inmensos baluartes habitados sólo
LA PHYLLOXERA EN MÁLAGA 7 por las aves
de
presa;las pizarras siluvianas dominándolo todo en
los montes más altos y formándo el suelo
fecundo donde la vid ha
encontrado durante muchos siglos los alimentos
necesarios á
suvida, yá cuya sombra se
han fundado tantos hogares santificados
por el
trabajo;
y, porúltimo, el
mar,siempre á la vista, agitado y
espumoso deun
modo desconocido, acallando
consu voz potente
y lúgubre los
sonidos armoniosos de la naturaleza; todo contri¬
buía áturbar miinteligencia y á oprimir
fatigosamente mi
cora¬zón, que al volver á la
realidad encontraba
portodo consuelo la
tristecontemplaciónde grandes
extensiones de viñedos
yaabando¬
nados por el hombre, sin un
sarmiento
ysin
unahoja,
comosi
hubieran sido pastode algun
incendio terrible.
Asi está laprovincia vitícola de Málaga:
toda ella puede decirse
que sehalla contagiada:
desde la hacienda ó lagar llamado La In¬
diana, primer foco de la
enfermedad,
seha extendido
portoda
laprovincia, siguiendo
simultáneamente las direcciones Norte
ySur y Levantey Poniente; sin embargo,
la marcha
noha sido uni¬
forme en todos sentidos, pues mientras en las
dos primeras direc¬
cionesindicadasyhácia Levante ha
caminado
conbastante celeri¬
dad, tanto, que enelañoactual tocaya
los límites de la provincia
de Granada,la cual está muyexpuestaála
invasion,
puesto quela
phylloxera tiene por la costauna
entrada natural
yfácil, hácia Oc¬
cidenteha marchadocon máslentitud; pero de todos modos,
hoy
llega alarroyode Jaboneros, álas puertasmismas de Málaga,
yque,una vezsalvadas, infestaria la vega, hasta ahora
completamente
libre de laplaga.
Losnumerosos focos que se han presentado este año
á grandes
distancias de los terrenos ya atacados, hacen temer con
funda¬
mento que, siguiendo en la misma
proporción, morirá pronto la
viticulturamalagueña; catástrofe terrible de
la
queresultaria la
ruina de laprovincia. Por esto es
disculpable
quelos labradores
dudaran del insecto y de sus consecuencias funestasáun
despues
de haber dadosu falloautorizado la Sociedad Malagueña deCien¬
cias físicasynaturalesy laComisión central,y
de haber visto
mo¬rir muchas vides; pero el hombre no se
resigna fácilmente á la
idea de su propia ruina, y el corazón humano, en
medio, de las
grandes desgracias, tieneesperanza y seforja
ilusiones halagüeñas:
hoy no ocurre yaesto; los labradores están aterrados y
piden á la
8 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
ciencia consejo y remedio: ¿Qué puede hacer la ciencia? Antes de contestar con sinceridad á esta pregunta, daré á conocer breve¬
mente mis observaciones y los datos que he recogido sobre el ter¬
reno.
Iniciada la enfermedaden el corazón de la provincia vitícola,
como si una mano criminal hubiera colocado allí los primeros gér¬
menes, se extendió portoda ella, como dejo dicho, sin respetar á ningunade las variedades de vid cultivadas: la moscatel, la pedro jimenez, las tempranas, todas han sido atacadas; ysi en los años anteriorespudo creerse que estas últimas ylas montuas 6 paulinas resistían, en el año actual están ya infestadas del mismo modo que lo fué unaplanta de la variedadmarbellí que vivia lozana en¬
tre las cepas enfermas; pero estos hechos aislados nada prueban,
así como nada significatampoco el que en unviñedo completa¬
mentedevastado se vean aún algunos rodales de vides sanas de la misma variedad, las cuales, quién sabe si undiaú otro perece¬
rán: esmás, aunqueresistieranalgunos años,¿debería serestomo¬
tivopara abrigar esperanzas?
Presentada la plagacontoda su intensidad, sepusieron enprác¬
tica varios medios para atajarla 6 remediar sus efectos desastro¬
sos: unos en miconcepto inútiles porloménos; tales fueron el
descuaje, quema y encalado de las vides atacadas; otros raciona¬
les, como la formación de viveros de videsespañolas ysemilleros
de americanas. Losprimeros levantaron en laprovincia deMálaga
una protesta casi unánime de los viticultores y contribuyeron á
aumentar su desconfianza hácia los hombres de cienciay háciael gobierno y hasta á que dudaran de la existencia de la enferme¬
dad (i). Por el contrario el pensamiento de establecer unvivere de vides españolas en los terrenos infestados no puede sermás acertado: he tenido ocasión de visitarlo, ytanto porlo que en sí mismorepresenta, como por el aciertocon que ha sido dirigido, es de esperar que dé mucha luz sobre elasunto oscuro de lavida de lavid, ya en estado normal como en el patológico. Intercaladas
(l) No dejaronde influir también enestaactitudde los labradores las aparatosas expedicionesque se.organizaron al principio á LaIndiana, las dudas, vacilacionesy
divergenciadepareceres enelementos oficiales, y porúltimo, el haber sido negada la existenciade la phylloxerapordospersonasfacultativascuando realmenteyaexistia.
LA PHYLLOXERA EN MÁLAGA 9
unasdoscientas variedades y castas
de las diferentes provincias
entre las que se
hallaban
enel terreno,
sujuventud y lozanía desa¬
fianhastaahora la muerte de que se
hallan rodeadas
yalgunas de
ellas, entre las que
sobresalía
unaplanta de la variedad llamada
hobal de Requena,
presentaban hermosos racimos. Del antiguo vi¬
ñedo moscatel, en el que está
establecido el vivero,
noqueda casi
ninguna cepa
viva: todas han perecido en el trascurso de un año;
y las que aún
aparecían lozanas tenían sus raices completamente
plagadasde
phylloxera
ydeformadas
porsu fatal picadura (i).
Reconiendo el lagarllamadoPizarra
(2) donde
sehalla estable¬
cido el vivero, los montes
inmediatos
ylos
arroyosde Cuevas
y de
Benagalbon, donde encontramos algunos focos nuevos no se¬
ñalados en los años anteriores, adquirí el
convencimiento
que entodoaquel término las
únicas
cepas quenotienen phylloxera son
las muertas; yáun estas
mismas
ymuchas al
parecersanas son
también pasto de larvas
de insectos jilófagos.
El semillero ó almáciga de vides americanas se
halla
enunaca¬
ñada de lacitada finca, la cual sirve de límite
inferior al vivero:
contiene bastantes ejemplares de
vides cordifolia, jacquez
yotras,
las cualesse trasplantarán pronto, pues su
crecimiento, más rápi¬
do que el denuestras
variedades, así lo permite. En comparación
de esta precocidades digno de
citarse el
casode
unaplantita de
cordifolia obtenida de
semilla
en unafinca de los Sres. Heredia y
quefué trasplantada al vivero en
la primavera pasada, contando
en aquella épocamuy pocas
pulgadas de longitud; el dia en que
visité el vivero (31 de Agosto)
media
7,50™.Su lozanía
esnotable
yhasta ahora parece, no ya
resistir, sino rechazar á la plaga, pues
el capataz encargado de las
plantaciones
seha entretenido varias
veces en arrojar al pié deesta planta
raíces infestadas de phyllo¬
xeray sin embargo nola perjudica.
Prescindiendodela devastacióngeneralde todo
el término de Be-
(1) Aladelicada atención de miamigo D. DomingoOruetadebo
varias
prepara¬ciones parael microscopio, hechascon algunos de losnumerososejemplaresque re¬
cogíenestaexpedición.
(2) No puedo ménos de hacer mención de la cariñosaacogida que nos
dispensó
elilustrado alcalde deBenagalbonD.Antonio Martin Lopez,el cual reside en esta
fincaysecundacon un celo digno de elogio los propósitos del ingeniero Sr. Alvarez.
10 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
nagalbon y de otrosvarios de la provincia, los focosnuevostienen caractères tan marcados que jamás pueden olvidarse: en un viñe¬
do, que á causa de latopografía especialde lacomarcapuedeapre¬
ciarse una gran extenion de terreno como un cuadro colocado so¬
bre un caballete, se destacan rodales cuyas cepas negras, sin sar¬
mientos, hojasni fruto, por nohaber brotadoenlaprimavera, apa¬
recen como destruidas por el fuego. Esta aparición de los focos á distancias, ávecesgrandísimas, de losterrenos infestados, es ater¬
radora y viene á demostrar que lapropagación de la phylloxera es
rápida en estado de insecto alado, mientras es muy lenta en el de mdicícola, influyendo sin duda en esto últimola naturaleza delsue¬
lo pizarroso, compacto y seco (i).
Tales, brevementeexpuesto, elestado de laphylloxera enMála¬
ga; y ocasión es ya de contestar á la preguntaformulada al prin¬
cipio. En mi opinion, ni los insecticidas ni otros medios de des¬
trucción pro-puestos, como arranque, quema, encalado, inunda¬
ción, zanjas aisladoras, etc., son ineficaces, como ha demostrado laexperiencia: cuando se hace aparente la plaga en un viñedo, el insecto ha tenidotiempo bastante para su desarrollo oculto yla propagación es inevitable, dadas su viday costumbres: los insecti¬
cidas ó no tienen aplicación económica 6 matan á la vid: las zan¬
jas aisladoras representan ungasto inútil, puesto que la propaga¬
ciónexterior, que es la más temible, no se evita; la quema de las
cepas, que tal vezpudieraser conveniente en el primer momento de la aparición de la enfermedad, ni es fácil practicarla con la oportunidad deseada, ni puede erigirse en sistemapor las graves
perturbaciones que ocasiona en el estado social de una comarca;
la inundación de los terrenos es irrealizable en Málaga: en cuanto á los pulverizadores, para matar al vuelo con sustancias tóxicas
los insectos alados, son una broma que no puede admitirse, sien¬
do, como es, tan sério el asunto.
¿Qué queda, pues? ¿La regeneración de los viñedos porplantas
resistentes? Problema muydifícil deresolver. En el informe que
(1) El medio de propagación deque tambiénse ha hablado, consistente entrasla- iarse las larva deunacepaáotraandando sobre lasuperficiedel suelo, no he podi¬
docomprobarlo.
LA PHYLLOXERA EN MÁLAGA II
tuve la honra de emitirhace un año por encargo
de la Sociedad
Valenciana de Agricultura
sobre la Memoria del Sr. Castellets,
pro¬curé demostrar las dificultades que
ofrece
ylos fraudes á
que se presta lapropagación de las vides americanas por semillas, tanto
porque éstas
pierden fácilmente la facultad germinativa, como por
la duda que siempre se
tiene
acercade
suprocedencia,
puessabido
es que la mayorparte
de los híbridos de vides europeas
yamerica¬
nas, que son muyfrecuentes y
difíciles de distinguir,
sonatacados
porlaphylloxera.
En cuanto á la propagación de vides americanas
por sarmientos,
hay
quetenertambién presentes algunas de las
anteriores consideraciones: es muy difícil, en algunos casos,
deci¬
dirsi lossarmientos importados de
América
ócriados
enEuropa
son representantes genuinos de
tipos específicos, de variedades
bien definidas ó de híbridos; es más, estas mismas
variedades
híbridas, y áun algunas otrasque no lo son, aunqueen
la primera
edad de lasplantas resistan á la phylloxera
ó
no seanatacados
porella, puedenserlo y loson, enefecto, yperecen
más adelante. Las
últimas observaciones de Millardet así lo patentizan, respecto
á
determinadas variedades tenidas hasta hace poco por indemnes.
Persiste, pues, una duda grande, y como
consecuencia de ella
un temor sério de recomendar la adquisición y
multiplicación de
determinadas castasexóticas. ¿Es que realmente
existen
entrelas
americanas y asiáticas ó entrelas europeas algunas
especies 6
va¬riedades que puedan llenar las condiciones
apetecidas? La circuns¬
tancia de haberse tenido que descartaralgunas que se
considera¬
ban como refractarias á laphylloxera, no permite
señalar
con cer¬teza las que positivamente lo sean; sin embargo, las
cordifolia,
jacquez, riparia yotras, se asegura que nodan
señales de contagio
hace muchosaños: pues bien, háganse viveros
de
estasvides
yde
todasaquellas que puedan adquirirse con la garantía
de
personasó corporaciones científicas, la cual, tratándose
de plantas exóticas,
puede el Gobierno gestionar fácilmente por la víadiplomática ó
asegurar pormedio de comisiones científicas; pero
háganse
pron¬to: llevamos tres añosperdidos bajo lapresión de una leycuya intención es buena, sin duda, pero cuyos efectos son desastrosos.
Permítase la introducción de sarmientos americanosyasiáticos en las comarcas infestadasyfavorézcase la formación de
grandes
vi¬veros en medio de los focos. ¡Ojaláqueel Gobiernosedecida á
dar
12 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
este paso, que reclaman la razón y la ciencia, y quizás podamos
hallar alguna casta que permita detenerla ruina que amenaza; y mientras tanto se matarán las especulacionesabusivas que nacen á lasombra de todas las grandes calamidades.
En mi concepto, pueden, además, emplearse otros medios que contribuirian á aminorarel mal, ya que no áextirparlo inmediata¬
mente. Tengo la firme convicción de que las plagas, lo mismo en lahumanidad que en los. animales y las plantas, cuando se pre¬
sentan bajo la forma de epidemias, tienen sus periodos álgidos,
para despues cederen su intensidad, y hasta llegar á quedar mu¬
chas veces como enfermedades endémicas: además, seacualquiera
la intensidad del mal, no todos los individuos expuestos á sufatal influjo perecen. Cuando apareció el oidium, se temió que conclu-
3'era con el cultivo de la vid; pero pasó su fuerza, y aunque ha
contribuido mucho á evitar su propagación el azufrado, medio se¬
guro de extirparlo en las vides, lo cierto es que en muchas locali¬
dades nohay necesidad de emplearlo, pues se presenta muy aisla¬
damente y no en todas las variedades: hadejado, pues, deserepi¬
demia. ¿No serápermitidopensar lo mismo de la phylloxera? En
los períodos de exacerbación de las epidemias son inútiles casi siempre todos los remedios, y el hombre se vé obligado á bajar la
cabeza ante su fuerza destructora; lo más que puede hacer es re¬
comendar determinado régimenhigiénico para evitar el contagio y
estudiar, en medio de la calamidad, las condiciones en que se desarrolla ó atenúa la enfermedad. ¿Por qué no han de aplicarse
estos principios á la plaga que nos ocupa?
Si los tomamos por guia, tendremos que observar escrupulosa¬
mente en las localidades infestadas los progresos del mal, la in¬
fluenciaque en él ejercen el clima, el sueloy otras circunstancias exteriores; el desarrollo de los enemigos naturales de laphylloxera
y los medios de facilitar la multiplicación de estos (i); así como
(l) Terminadoesteartículo, he leido en varios periódicos la noticia de haberse
reconocidoenSicilia laexistenciade lahoplophora aretata. Esta especie,correspon¬
dienteála clase de lasarañas, orden ácorosyfamiliade los oribalidos,esconocidaen
Europadesde hace tres afiosytenidacomo uno de losenemigos naturales de la phy¬
lloxera:conestetitulose publicaronuna notable Memoria y algunosotros trabajos
enDinamarcayAlemania, los cualespuso á mi disposición á fines de 1878 mi inol-
LA PHYLLOXERA EN MÁLAGA I3
I
los efectos de laplagaen la organización y
vida de la vid. En Má¬
laga, por
ejemplo, hay motivos
parasospechar
quela phylloxera
no se presenta en todas sus
fases,
puesel clima cálido de la region
quehace
prolongar el
veranoconsiderablemente, tal vez impida el
estado conocido con el nombre de huevo de
invierno, circunstancia
muy digna detenerse presente, no
sólo
porel interés científico del
caso, como por sus
consecuencias prácticas.
Pero no basta este estudio; es indispensable llegar
al conoci¬
miento completo de la
organización
yde la vida de la vid, tanto
en estado de saludcomo de enfermedad, siguiéndola paso
á
pasoen todas las fases de su desarrollo y destrucción;
estudios
que por desgracia faltan hoyy cuyoresultado
esla constante aparición de
recetas y medios empíricos
comparables
conaquellos de
quehacia
usolahumanidad cuando eran desconocidas la
anatomía
yfisiolo¬
gíahumanas.
Indudablemente, las estaciones vitícolas,
verdaderos laboratorios
defisiología y clínica de la
vid, están llamadas á emprender estos
trabajos y á aclarar las
muchas dudas
quehoy
seofrecen, estable¬
cimientos importantísimospara el
porvenir de nuestra patria,
pormás que todos sus
resultados
no setoquen inmediatamente. Yo
confio en que si la
proyectada estación vitícola de Málaga (i)
em¬pieza á funcionar pronto,
las
personas quehoy niegan su utilidad
yoponen resistencia
á
suinstalación,
severán obligadas á recono¬
cersu error.
Antes de terminar estos apuntes me permitiré
emitir
unaopi¬
nion propia: de poco
sirve hablar
ydiscutir sobre la phylloxera y
vidable amigo elSr. Wolffenstein, directordelae.stacion agronómica fundada porla
Sociedad Valenciana de Agricultura,único establecimiento de estaíndole quehastael
presentehadadoseñales devidaen España. Dicho señorposeiaun
ejemplar de la
hoplophora aretaia,el cual tuve ocasión deveral microscopio: lacubierta
córnea del
cuerpode esteacaroestan sumamentefrágil que esdificil obtener una
preparación
completa.
(1) Esteestablecimiento va á ser instalado enunapreciosa finca
del Sr. Pries,
situadaenelarroyode Jaboneros,y quehasidoadquirida, segúncreo, porladiputa¬
ciónprovincial. Amediados deAgosto últimotuveelgustode visitarla en
compañía
demisqueridos compañeroslosingenieros Sres.AlvarezSanchezyD.
José de Robles,
comisionado ésteporel ministerio deFomentoparahacer entregade algunos apara¬
tos necesariosparalaestación.
14 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
sobre los medios de combatirlasi no seha estudiadolaplagasobre
el terreno y no se han tocado sus efectos: yo confieso que me habla equivocado: creia, al aparecerla plaga, que en la vid, como
ocurre en otros cultivos, se cumplíauna ley fatal dela naturaleza, haciéndolos desaparecer cuando hablaenvejecido en una comarca, cuyo suelo mal cultivado y agotado se resistia á continuar lapro¬
ducción; y que entonces insectos y plantas parásitos terminaban aquellaobra de destrucción, convirtiendo en desiertos terrenosfér¬
tiles en otro tiempo; pero mehe convencidode que esto no puede aplicarse á las vides malagueñas, que vegetan en un suelo que es verdaderamente un tesoro inagotable defertilidad. Lo que sí sigo creyendo es que un cultivo más perfeccionado que contribuyera á proporcionar á la planta mayor cantidad de alimentos que los que
hoy saca casi sin ayuda del hombre yá conservar y distribuir en el suelo la humedad atmosférica, no sólo darla á la vid una robus¬
tezquelabaria más resistente, sinoqueelexceso deproduccióntal
vez compensaria las pérdidas ocasionadas porla enfermedad y los gastos de cultivo. Los viñedos de la vegade Málaga, á los que se les dalaboresexcelentes y abonos, rinden unbeneficiograndísimo;
y las pasas que producenno tienen rival: ¿por qué en estascondi¬
ciones, ya de suyofavorables al agricultor, no hablan de resistir á la phylloxera? Verdad es que las viñas de los montesde Málaga no están en las mismas condiciones para la aplicación de máquinas agrícolas y abonos; pero indudablemente que mucho podría mejo¬
rarse el cultivo, ysiempre el rendimiento aumentarla, naciendo al mismo tiempo laesperanza de salvar las viñas.
En agricultura racional no se debe escasear á los cultivos las labores y mejoras que exigen, por más que puedan aparecer como sacrificios de dudoso éxito: latierray las plantassiemprecompen¬
sanestossacrificios; más 6 ménos rápidamente, pero jamás dejan
de devolverlos con creces: véase si no lo que ocurre en la vega de Málaga, que puede presentarse hoy como modelo de agricultura,
nosólo en España, sino en Europa: no bastando para su riego el
agua del caudaloso Guadalhorce, toda ella está sembrada de má¬
quinas de vapordestinadas á poner en movimiento bombas centrí¬
fugas, pulsómetros yotros aparatos elevadores; el arado y losctüü- vadores movidos por locomóviles, abren surcos que la imaginación
de aquellos labradoresno hubierapodido soñar; los arados comu-
la phylloxera en málaga
nés y laazada han sido
sustituidos
porlas máquinas más perfec¬
cionadas, cuyo manejo es ya familiar á los gañanes,yen
cambio la
caña de azúcar, que seextiende portoda lavega,
da rendimientos
incalculables, alimenta multitud de ingenios que
están á la altura
delos últimos adelantos, de lamecánica y esla base de una rique¬
za que con dificultad poseerá otracomarca
de España.
De esperar es que el Congreso
próximo á reunirse
enZarago¬
za (i), inspirándose en los verdaderos intereses
de la viticultura,
dirija porcaminosracionales la
marcha
quelos Gobiernos, las
cor¬poraciones y los particulares
deben emprender
paraevitar,
enlo
posible, la ruina de una de las
principales fuentes de riqueza de
nuestro país.
Valencia Setiembre de 1880.
J. Arévalo y Baca.
(1) Mis muchasocupacionesyel estado de mi saludmehan obligado á declinar
la honra derepresentareneste certamená laUniversidad deValencia, enunion demi
distinguidoamigoSr. Colveé.
AGRICULTURA.
BOSQUEJO HISTÓRICO DE LA AGRICULTURA, SU IMPORTANCIA É INFLUENCIA EN ELMOVIMIENTO GENERAL DELA SOCIEDAD.
I-
La fuente principal y más segurade la riqueza de las naciones
es la agricultura, que fué lageneradora de la industria manufac¬
tureray del comercio. A ella deben su prosperidad muchos Esta¬
dos, siendo considerada como la ocupación más noble del hombre
ylaque más contribuye á moralizarle, haciéndole feliz en cuanto los variados accidentes de la vida y los.afanes de ella lopermiten.
Madre generosa yfecunda de las artes y del comercio fué lapri¬
mera inspiradora de la idea del trabajo humano, la que introdujo
en el corazón del hombre los gérmenes de la virtudy laque sentó
las bases de lafamilia, y por consiguiente las de la reunion de las
familias en pueblos yla de éstos en naciones ygrandes imperios.
Elhombre, en su estado primitivo, sólo pudo entregarseálacaza yá la pesca para proveerá su alimentación, ycomo sus necesida¬
des eran tan cortasy podia llenarlas de ese modo y con lospro¬
ductos espontáneos de la tierra, vivia al dia, sin poder pensar en elporvenir y sin imaginarse que en su cerebro existiese el motor que le condujera al descubrimiento de horizontes más vastos y di¬
latados para el ejercicio de laactividad humana.
Lamultiplicación constante yprogresiva de laespecie y la difi¬
cultad que empezó á sentir de satisfacer sus necesidades sólo con la pesca y lacaza, le inclinaron á subyugar y domesticar á varios animales paraalimentarsecon sus carnes y cubrirse con suspieles.
Deaquí el origen de los pueblos pastores, que más tarde debian
sernómadas, porque agotados los pastos en los primeros sitios
BOSQUEJO HISTÓRICO DE LA AGRICULTURA 17 desu instalación, necesariamente habian de hacer correrías y ex¬
ploraciones que Ies abriesen nuevos terrenos, proporcionándoles
mayor facilidad para el sostenimiento de sus ganados.
Este mismo recurso debiaser insuficiente andando el tiempo,
porque aumentados los rebaños, en creciente progresión las fami¬
liasy formadas ya muchas tribus, no eran bastantes losproductos
naturales de la tierra, principiandoá sentirse la escasez y origi¬
nándose disputas y rencores por la posesiónde los mejores terre¬
nos, que más tarde hablan de causarvenganzas y guerras impla¬
cables. Yaquí naturalmenteempiezan á vislumbrarse losprimeros
destellos del laboreo de la tierra,los gérmenes de la industria agrí¬
cola y los rudimentos de la posesión y de la propiedad. Y aquí también naturalmente principian á columbrarse las primeras ideas
hácia otra clase de industrias quehabian de ayudará la agrícola,
facilitándola por medio de instrumentos, los cuales, aunque toscos ysumamente imperfectos, daban al hombre recursos poderosos comparadoscon la limitada acción de sus fuerzas corporales.
Desconocida entonces la industria metalúrgica y precisados aquellos hombres á remover la tierra para sacarde ella algo más
que productos espontáneos, viéronse en la necesidadde auxiliarel
trabajo de sus manos, incapaz porsí sólo de penetrar los terrenos ylevantarlos, principiando á valerse deramas de árboles ytrozos demadera dura que aguzaban sobre las rocas. No satisfechos con esta débil ayuday observando que muchos pedazos depiedra por
su dureza y consistencia podian proporcionales medios más efica¬
ces que la madera, apelaron á ese cuerporesistente, consiguiendo
en fuerza de paciencia y de trabajo darle forma adecuada, en cier¬
to modo, al objeto para que la destinaban.
Ya estamos en los primeros albores de la edad de piedra al ob¬
servar los toscos instrumentos construidos con ella por aquellos primitivoshabitantes del globo, y ya también estamos en el cami¬
no que lentamente habiade conducirlesháciaotrasérie detrabajos
y descubrimientos. Es por demás curioso é instructivo el estudio dela edad de piedra, llamadaasí con mucharazón por los sábios investigadores de los progresosen las artes y en las ciencias, por¬
quela piedra, si en todas las épocas ha tenido unaaplicación in¬
mensaenlos prodigiosos trabajos de las diferentes razashumanas,
en aquella tan remota desempeñó el importantísimo papel de ser
TOMO XVn.—VOL. I. 2
18 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
laÚnica materia conque
se.construian
losinstrumentos,
precurso¬res de otrosmás perfectos destinadoscon
el tiempo á penetrar
enlas entrañas de la tierra, haciendo al hombre
dueño de inmensos
tesoros.
Comprendida la
importancia de
eseestudio,
eraimposible que
en el gran certámen
industrial
ycientífico de 1878
nose le diera
un distinguido lugar, que
pusiera al alcance de
unosla investiga¬
ción profunda de los
primeros
pasosindustriales de aquella edad,
que hiciefafijarse
á
otrosmás someramente
enlos destellos del
ingenio del hombre
semisalvaje
y quesirviera de alimento á la
contemplación curiosay
recreativa de la multitud, avida de impre¬
siones que por do quier
recibia al
pasar suvista sorprendida por
aquel museo de rarísimas
antigüedades. Ya
sehabrá penetrado el
lectorde que al citar el
expresado certámen
nosreferimos al cele¬
brado en la última Exposición Universal
de París,
conla cual dió
Francia una nuevamuestrade sumarcha triunfante en
el camino
de la civilización y de ser el foco del
viejo mundo de donde irra¬
dian la mayor parte de los
conocimientos
yadelantos.
Allí, en sus grandes salasde
antigüedades deteníase la vista ab¬
sorta enlacontemplación de multitud de
objetos curiosísimos,
queno eran sino las primitivas herramientas
de piedra
conlas cuales
los primeros
labradores levantaron
ymulleron la tierra para.arran-
car de ella las raíces que la macizaban y
sustituirlas
conla siem¬
brade las semillas naturales. ¡Qué de esfuerzos
de paciencia, de
tiempo, de trabajo yhasta
de ingenio
noemplearían aquellos hom¬
bressin instrucción alguna y sin la menor idea
de las artes
paraconstruir sus toscos instrumentos! Azadas, martillos, mazas pesa¬
das, especies de picos,
hachas de corte
grueso,trozos al parecer
dentadossemejando sierras muy
rudimentarias, figuras
comode
clavos y cuñas, pedazos largos y
alisados afectando la forma de
cuchillos, dagas, machetes, lanzas,
flechas
y otramultitud de ob¬
jetos de formas raras y
de
usodesconocido
parala generalidad,
todo de piedra y todo
construido de la
maneramás sencilla é im¬
perfecta, dáuna idea
bastante aproximada de la vida
enaquella re¬
mota épocayde los primerospasos en
el camino de las artes
yde
la industria.
Atadas fuertemente muchas de esas herramientas á la punta