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1 LA TELENOVELA EN LATINOAMÉRICA

1.3 Tramas recurrentes y evolución del formato

Las tramas de la telenovela clásica las podemos reconocer en el melodrama, género que ha sido impregnado en las cientos de historias que han llegado a los hogares latinoamericanos a través de los años. En la evolución de las telenovelas, en cuanto a temática se refiere, podemos determinar tres etapas:

a) Un momento primitivo y fundador (a inicios de los años 80), en el que el componente retórico melodramático y la temática narrativa folletinesca priman sin desvíos. En esta etapa, la telenovela mantiene sus esquemas dramáticos tradicionales, con los rasgos de repetición y desmesura normada que fundaron su imagen social, consolidada por las caricaturizaciones de los géneros paródicos y los señalamientos de la crítica cultural (Steimberg, 1997: 19).

b) Una etapa segunda, que puede denominarse moderna (a finales de los años 80), en la que irrumpe el lugar prevalente un nuevo trabajo sobre el verosímil social. La telenovela de esta etapa recoge conflictos y cambios sociales de la época y la región, focalizando como siempre las relaciones familiares y de pareja pero relacionándolas con problemas o acontecimientos que trascienden los vínculos primarios y enlazándolos con esos cambios y conflictos (Steimberg, 1997: 21)

c) Una tercera etapa que puede calificarse de estilísticamente posmoderna (en los 90), o, en términos de Omar Calabrese, de neobarroca. En esta etapa, en distintas realizaciones telenovelísticas se multiplican las series narrativas y ocupan la escena características citas y mezclas de género, con los consiguientes efectos retóricos, temáticos y enunciativos.

Momentos de comedia humorística, de programa periodístico, de relato policial, hasta de filme bélico y de documental científico parecen dislocar por momentos el emplazamiento del género (Steimberg, 1997: 22).

Castaño manifiesta que en es habitual que, en las telenovelas, además de tratarse de relatos fantasiosos, los argumentos generalmente giran en torno a historias tanto de amor, como de desamor en la mayoría de los casos imposible y que tienen un final feliz.

Esto representa la recompensa, por un lado, a los personajes que han sufrido tanto durante la historia, y por otro lado a la fiel audiencia que a lo largo del tiempo sigue las andanzas de los protagonistas quienes, al final de todas las dificultades que se les presentan, cumplen el objetivo de la felicidad completa. Los seguidores de estas ficciones no podrán experimentar estas fantasías, pero se sienten reconfortados (Castaño, 2012: 80).

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Por su parte, Ana Cecilia Cervantes afirma que:

El desarrollo de una historia implica un principio encadenante: personaje-objeto uno del otro: un personaje quiere algo, lo que se convierte en objeto de su deseo, y funciona en pro de conseguirlo, pero siempre existe un obstáculo que se lo impide, lo que finalmente genera el conflicto. De esta manera, para construir todo el discurso en la telenovela se desarrolla un conflicto central en el que funcionan los personajes protagónicos y varios conflictos secundarios, que siguen la misma estructura y que giran en torno a la historia central (Cervantes, 2005: 288).

Omar Rincón señala que la fórmula original del melodrama plantea un idilio amoroso entre una mujer que, en la mayoría de los casos, tendrá que ser humilde, pero en realidad su procedencia será nombre, aunque nadie lo sepa en ese momento, además, tiene que ser sexual, o bien “afectivamente denigrada”. En el caso del hombre protagonista, tendrá que ser millonario, y deberá tener como contraparte un villano. No debemos olvidar que, dentro de la misma fórmula, tendrá que existir un secreto que descubriremos a lo largo de la historia, o bien, un asesinato. Como ingredientes extras deberá existir la lucha de clases, así como un deseo obsesivo por ascender socialmente (Rincón, 2009: 50).

Irene Martínez nos dice que prácticamente todas las situaciones presentadas en las telenovelas giran en torno a la vida afectiva y sentimental de los personajes: relaciones frustradas y tormentosas, historias de odio, revanchas e intrigas. Las azarosas circunstancias que viven los protagonistas y que siempre tienen los límites definidos entre lo que debe ser y no debe ser, de acuerdo con las leyes y reglas de una sociedad conservadora y que no se plantea modificar cambios en su composición. En estas narraciones, los personajes siempre se conducen por el camino del bien, puesto que son íntegros y, en consecuencia, actúan bajo el dicho: “como Dios manda”, en ese contexto social (Martínez, 2001: en línea12)

Nora Mazzioti menciona que la telenovela en América Latina se centra, principalmente, en una historia de amor. Las historias narran las peripecias que tienen que atravesar los protagonistas para, finalmente, estar juntos. Hacia el final de las telenovelas

12 Fuente: http://televisionypsicologia.blogspot.com.es/2011/04/telenovelas-y-telenoveleros.html [en línea] consultado el 16/09/2013.

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no solo se trata de dicha reunión, sino en remarcar el triunfo del bien sobre el mal (Mazziotti, 2006: 21).

La telenovela clásica, visiblemente enmarcada en el melodrama, se vale de temáticas diversas para contar sus historias. Éstas han prevalecido a lo largo de los años, aun cuando ahora estas ficciones se han modernizado en cuanto al lenguaje o las situaciones:

Humildes cenicientas, de origen marginal, que más tarde se convierten en millonarias.

Ingenuas bastardas que se enamoran de un muchacho rico, generalmente hijo de los señores, y que se embaraza al primer contacto, bebé que, por supuesto será negado por el aterrado padre.

Triángulos amorosos entre un galán de ojos grises, a lo Corín Tellado, la muchacha dulce, bonita e ingenua, y la mala rencorosa, enamorada también del galán y que, generalmente, suele estar mejor que la buena en la telenovela (Tremonti, 1995: 5).

Por su parte, Francisco Torres comenta que otra de las características de estos melodramas se basa en la utilización de un recurso conocido como “coincidencia abusiva”. Esto nos hace suponer lo que va a ocurrir en la historia de acuerdo a los acontecimientos y las relaciones que se van dando, como, por ejemplo, cuando ocurre un embarazo y se pierde al bebé porque, evidentemente, no era producto de un amor verdadero, o bien, cuando la humilde chica es la principal beneficiaria de una herencia por parte de un familiar desconocido, entre otros (Torres, 1994: 49).

Con respecto a las temáticas de la telenovela colombiana, a diferencia de la telenovela clásica (generalmente gestada en México), podemos resaltar las siguientes características:

De lo rural a lo urbano: La innovación en el manejo de las temáticas populares y una presencia importante de la problemática urbana en la ficción han sido los dos principales aportes de la telenovela colombiana.

Inversión de los roles protagónicos: El tema de la infidelidad, la menopausia y los conflictos personales que conducen al desamparo económico y la inseguridad plantean un triángulo amoroso original alejado del modelo clásico basado en el ascenso social de la protagonista.

Policial, comedia y misterio. Presencia de elementos del policial como parte del hilo dramático. La comedia como recurso de refresco por varios personajes proporciona un juego dinámico de alternancia emocional que se entremezcla con el drama principal (Morales, 2008:

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Ya lo vaticinaba Nora Mazzioti, cuando decía que a pesar de que los formatos televisivos están en constante redefinición y es imposible hablar de momentos estáticos o congelados de los mismos, la telenovela está hoy en una etapa de franca transformación que tiene que ver con distintos procesos interrelacionados. Es una etapa de reformulación del género donde se percibe, más enfáticamente que en otras ocasiones, a la telenovela con un formato que puede abrirse e incorporar modalidades, temáticas, lenguajes, provenientes de distintas matrices (Mazziotti, 1993: 167).

Uno de los elementos fundamentales para la renovación y evolución del formato es, sin duda, la introducción de temas más cercanos a la realidad local de donde se desarrolla la telenovela. Brasil fue pionero en introducir temas sociales en las telenovelas:

“con una telenovela, Globo es capaz de lanzar modas, tratar de temas como la homosexualidad, la religión, enfermedades, violencia y familia con el fin de sensibilizar a la población brasileña a problemáticas de tipo más bien social y político” (Raimondi, 2011: 4).

A este respecto, Antonio La Pastina sostiene que en los últimos años muchos críticos en Brasil decían que la telenovela, estaba muriendo. Los ratings bajaban y las narrativas eran caducas. Sin embargo, las telenovelas recuperaron su audiencia, se han reinventado y se han adaptado a retratar las problemáticas nacionales actuales. Parece que la naturaleza abierta de muchas telenovelas, por lo menos como el género parece progresar en la mayor parte de América Latina, crea la posibilidad de su continuación, readaptación e integración al panorama urbano del que se han convertido en símbolo (La Pastina, 2004: 5).

De acuerdo con Aulizio R. Tintra, lo que parece estar teniendo un gran desarrollo en Brasil es la telenovela realista (en cuanto a la ficción). Es decir, una historia asentada en los valores, moralmente coherente, con personajes, tramas y situaciones creíbles. En una palabra, una descripción de hechos en la cual la fantasía y la realidad se presentan como las dos mitades del mismo entero (Tintra, 1997: 12).

Nora Mazzioti afirma que: “La pertenencia al melodrama y sus reglas le ha permitido su expansión actual, y le dio especificidad como emergente latinoamericano.

La búsqueda de nuevos caminos no implica necesariamente el abandono de sus retóricas habituales, sino más bien una reubicación” (Mazzioti, 1996: 168).

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Por su parte, Jesús Martín-Barbero (1992) afirma que esta etapa de transformación y actualización de la telenovela ha ido introduciendo nuevos contenidos, temáticas y dimensiones que trastornan viejos hábitos y plantean a su manera problemas nuevos: “Si la modernización de la expresión telenovelesca encuentra complicidad en el público es porque secreta, subrepticiamente, la anacronía guarda huellas de las transformaciones de la vida” (Martín-Barbero, 1992: 142).

A continuación, presentamos un cuadro presentado por Irene Martínez Zarandona (2000), que remarca los principales puntos de evolución entre lo que hemos desarrollado como telenovela clásica, siempre enmarcada en el melodrama, con relación a lo que se conoce como “nueva telenovela”: problemáticas referidas al primer círculo de interacción del ser humano, (pareja y

Personajes estereotipados. “Tipos” y

“arquetipos”

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