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3 LAS NARCOTELENOVELAS

3.4 Resultado del análisis de los estereotipos femeninos en las narcotelenovelas

3.4.1 Mujeres objeto del narco

3.4.1.1 Características de los personajes de las mujeres objeto del narco:

3.4.1.1.4 Características psicológicas y morales

Una característica psicológica que comparten los siete personajes analizados en esta categoría de mujeres objeto es la ambición. Aunque sus circunstancias vitales puedan variar, por ejemplo, por un lado, las chicas prepago de Sin tetas no hay paraíso (2006) son mujeres que viven en la extrema pobreza, así como la reina de belleza Raquel Santamaría de La diosa coronada (2013), o, por otro lado, el caso de Olivia de Las muñecas de la mafia (2009), quien no tiene necesidad económica, todas tienen como prioridad absoluta tener mucho dinero sin esfuerzo alguno.

En el caso de las prepago, esta se desarrolla ampliamente en el personaje de Catalina ya que ella es la protagonista de la serie y la historia está focalizada sobre ella.

Este personaje desarrolla la ambición hasta llevarla a niveles insospechados: ni ella misma sabe hasta donde es capaz de llegar por saciar su hambre de dinero. Durante la ficción, este personaje atraviesa por diversas situaciones o pruebas que le pone la vida que ha escogido vivir. Por ejemplo, convertirse en una prostituta prepago con aspiraciones a ser la esposa de un narcotraficante:

Otra de las mujeres analizadas en nuestro trabajo que ejemplifica la ambición en este tipo de personajes es el de la reina de belleza Raquel Santamaría (La diosa coronada,

Diálogo entre Marcial (un mafioso) y Pelambre (su guardaespaldas) con referencia a la ambición desmedida de Jessica y Catalina, dos chicas prepago con las que tienen relación:

Pelambre: Con todo respeto patrón, vea, yo no soy nadie para darle consejos pero yo que usted me olvidaba inmediatamente de esa viejas. Esas viejas no hacen sino hacerle daño al corazón de uno.

Marcial: Malditas viejas no deberían existir.

Pelambre: Sobre todo las interesadas y ambiciosas como las amigas suyas, esas viejas no tienen corazón patrón porque solo les interesa el billete, los viajes, la ropa, la comida, el trago, no tienen nada en la cabeza, a ellas solo les gusta la rumba, la moda, a jugar a ser la más bonita. Por eso se operan hasta el apellido y no son capaces de querer a ningún hombre mediamente. Se creen ricas, porque creen que ofreciendo su cuerpo al mejor postor se van a hacer más ricas que todo el mundo y resulta que se vuelven más pobres de lo que son , porque, ¿sabe qué son?, en resumidas cuentas, patrón, son una pobres diablas que no merecen el cariño de ningún hombre.

Sin tetas no hay paraíso (2006) episodio 15 (mintuto: 26’53’’)

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2013), quien, aunque no llega a prostituirse, se ve capaz de realizar actos que no creía que estaría dispuesta a hacer con tal de conseguir, primero, fortuna, y, luego, fama y poder.

Aunque a priori parezca que estas mujeres tienen un excelente desenvolvimiento en el mundo del narcotráfico, en realidad su comportamiento real expone la segunda característica psicológica principal, la de la ingenuidad. Hacen ver a las personas que las escogen como parejas que son experimentadas, aunque en realidad son solo un grupo de chicas muy jóvenes que han decidido involucrarse en este sórdido mundo sin pensar mucho en las consecuencias. De hecho, las consecuencias de sus actos las sorprenden negativamente. Es decir, en cierta forma son tan ingenuas como las heroínas vírgenes de la telenovela clásica, solo que dentro de un contexto social y narrativo totalmente diferentes sino opuesto.

La ingenuidad y la ambición son una combinación muy peligrosa para las jóvenes que pretenden introducirse en el mundo del narcotráfico. Son engañadas muy fácilmente porque están cegadas por la ambición de tener mucho dinero y no les importa el camino que tengan que tomar para lograr sus objetivos.

A este respecto, Aldona Bialdowas (2010: 4) recalca que Catalina está representada como una tonta y hasta ingrata al enfocarse en su propósito de ser una mantenida, con el cuerpo realzado por esa silicona que se le filtrará por el resto de su vida, como muestra la historia. Las violaciones, las críticas y las humillaciones que sufre son mitigadas por el humor irreverente que rescata la historia del estatus de una tragedia.

La ambigua moral de las mujeres objeto del narco es otra característica que comparten los siete personajes analizados en esta categoría. Todas estas mujeres han utilizado la sexualidad para conseguir sus objetivos de fortuna y/o fama, pero con algunas variantes.

Uno de los rasgos más marcados de las chicas prepago (Catalina, Paola, Vanessa y Jimena) es, justamente, el uso de la sexualidad para conseguir sus objetivos. Estas mujeres lo tienen asumido y no lo objetan de ninguna forma. Saben que éste es el único camino que las llevará a tener los bienes materiales y el dinero que ansían y lo recorren aparentemente sin problemas.

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Este es uno de los puntos fundamentales que marcan la diferencia entre la protagonista de la telenovela clásica y nuestras protagonistas, mientras que la primera guarda su virginidad como un tesoro que solo otorgará al hombre por el que ha sufrido toda la historia, las mujeres prepago utilizan la sexualidad como un medio para conseguir su objetivo, que no es precisamente un hombre en concreto, sino lo que éste les pueda ofrecer. Aunque en el primer caso se siga objetivando y sexualizando a la mujer, en el caso que nos ocupa, es la misma mujer (la prepago) quien se encargan de hacerlo.

Sorprende que los personajes que están dispuestos a ejercer la sexualidad como un medio para conseguir un fin sean las chicas más jóvenes de nuestro análisis64, además de que son las que muestran menos escrúpulos a la hora de mantener relaciones con cualquier delincuente que les haga promesas monetarias. El caso más representativo a este respecto es el de Catalina (Sin tetas no hay paraíso, 2006) quien a lo largo de la historia se involucra, en principio, con los guardaespaldas de los jefes del narco, con médicos (para que le hagan la operación de implantes de pecho) y finalmente con narcotraficantes. En algún momento vemos que tiene algún tipo de reparo al intimar según con qué narco con aspecto desagradable, pero esto es momentáneo. Al final siempre lo hace:

64 Aunque existen personajes que podrían ser más jóvenes que las chicas prepago, como las hijas de los narcos, éstas no participan activamente en el negocio.

Catalina y Jessica sostienen la siguiente conversación que versa sobre el asco que le da tener que estar con su actual pareja, un mafioso 30 años mayor que ella, de la que no puede separarse porque aún no ha puesto ninguna propiedad a su nombre. La conversación se realiza cuando el hombre se encuentra de viaje fuera del país y ella tiene complicaciones médicas por una cirugía mal realizada.

Catalina: … ese viejo asqueroso, que ya casi llega de España y me va a empezar a retacar.

Jessica: Mejor que vuelva rápido por si eso se le vuelve a complicar, ¿o no?

Catalina: Pues eso sí, que sirva para algo.

Jessica: Ese man ha sido todo comprensivo con usted, no ha hecho sino ayudarla.

Catalina: Pero yo ya no me lo soporto Jessica, ojalá se quedara por allá toda la vida.

Jessica: Y si no lo soporta entonces por qué no se separa. Si le fastidia tanto hágalo.

Catalina: Yo todavía no me puedo separar de ese señor, no ve que no me ha escriturado nada, pero espérese y verá que lo haga y de una lo mando a volar.

Sin tetas no hay paraíso, capítulo 21, (minuto: 28’38’’)

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Cuando tienen una pareja sentimental en condiciones, por ejemplo, un novio, que generalmente es pobre como ellas, como es el caso de Catalina (Sin tetas no hay paraíso, 2006), éste ignora su condición “laboral”. Ellas lo mantienen de esta forma el mayor tiempo posible hasta que se entera y las abandona. Aunque también se da el caso de que la pareja de la chica prepago sepa de su labor y siga manteniendo una relación con ella, como es el caso de Jimena, de la misma ficción.

Otro de los personajes que están dispuestos a intercambiar sexo por favores monetarios, aunque en menor medida, es el de Olivia (Las muñecas de la mafia, 2009).

La diferencia de esta chica con respecto a las chicas prepago es que ella solo tiene un objetivo específico; es decir, está dispuesta a tener relaciones sexuales con un poderoso narco para que la llene de lujos. En ningún momento le pasa por la cabeza prostituirse con varios delincuentes para obtener los beneficios que le puedan ofrecer.

Aunque existen personajes que, si bien, tienen ansias de fortuna y/o fama, como Raquel (La diosa coronada, 2014), pecan de ingenuidad y piensan que solo por contar con un aspecto físico muy atractivo para los hombres que pueden ayudarlas a alcanzar sus metas es suficiente. Es justo en este punto cuando la realidad les explota en la cara y reciben propuestas sexuales directas a cambio de sus peticiones. Estos hombres saben que pueden aprovechar la ansiedad o la desesperación de las chicas y, generalmente, consiguen su cometido, esto es, los favores sexuales, o en algunos casos, un compromiso con el individuo en cuestión:

Como hemos podido observar, aunque las mujeres objeto del narco obtengan ganancias económicas por tener relaciones con poderosos hombres, el beneficio les dura muy poco tiempo y el costo es muy alto. Estas series, hasta el momento, se encargan de remarcar lo negativo de querer vivir una vida de este modo, es decir, del modo “fácil”.

Diálogo entre Raquel, una reina de belleza, y Genaro, un narcotraficante que desea convertirla en su esposa.

Raquel: Usted sabe muy bien lo que quiero Genaro, quiero fama, quiero poder, quiero que la gente me reconozca en la calle, quiero estatus social, quiero que la gente sepa quién soy por mi talento, no por mis escándalos.

Genaro: Yo le puedo dar eso y muchísimo más.

Ante esta respuesta, Raquel acepta casarse con Genaro por conveniencia. Ambos lo saben

La diosa coronada (2013) capítulo 19 (minuto: 32’19’’)

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