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Origen Geográfico de mieles no urbanas

TPp vs TPn según floración

Taba 35. Tipos polínicos (TP) que solo aparecen en las mieles o en los propóleos

5.2. Melisopalinología en mieles

5.2.1. Origen Geográfico de mieles no urbanas

Catalunya, con una superficie de aproximadamente 32.000 Km2, alberga un abanico de paisajes y diversidad ecológica originados por la gran variedad de sustratos, climas, altitudes y distancias con el mar. De manera general, Catalunya presenta un clima mediterráneo con una vegetación acorde a estas condiciones. Sin embargo, debido a su localización, este territorio presenta al menos dos grandes tipos de vegetación: la mediterránea, llegando a ocupar casi el 90% del territorio, y la eurosiberiana (Guillèn et al., 1986). En función del clima y la fisionomía de la vegetación, a grandes rasgos en Catalunya

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existen 5 tipos de bosques: bosque de coníferas, bosque perennifolio de encinar litoral, bosque perennifolio de encinar continental, bosque caducifolio y bosque de ribera. En zonas donde las condiciones climáticas no son propicias para bosque puede aparecer la maquia o, si se ha producido una degradación del bosque, aparece el matorral. También hay zonas donde el óptimo de vegetació n és un prado y zonas donde se degrada el matorral o existe una acción antrópica aparecen los espacios abiertos con especies herbáceas. En cada uno de estos lugares surgen unas comunidades vegetales determinadas que marcan el paisaje y caracterizan el territorio.

Algunas especies botánicas o la combinación de ciertas especies pueden ser utilizadas para identificar una región, por lo tanto, la aparición de sus tipos polínicos en los productos de la abeja es una marca de identidad de la procedencia de este producto (Louveaux et al., 1978; Battesti & Goeury, 1992; Yang et al., 2014a). En una miel, al identificar todos los tipos polínicos (nectaríferos, poliníferos y anemófilos), se obtiene un espectro polínico tal, que permite identificar el origen geográfico del producto.

El espectro polínico de las mieles no urbanas obtenido en esta tesis doctoral concuerda con una vegetación típicamente mediterránea, y se pueden diferenciar y agrupar en función del origen de la comunidad vegetal. En términos generales, las mieles analizadas reflejan una vegetación de bosque mediterráneo de encinar litoral siendo Quercus perennifolio el tipo polínico polinífero (TPp) más frecuente. Este encinar de Quercus ilex subsp. ilex, es el tercer tipo de bosque que cubre más superficie en Catalunya (15,15%), después del pinar de Pinus halepensis (que también puede albergar Quercus perennifolios) y de P. sylvestris (creaf.uab.cat/sibosc), pero siendo que la mieles analizadas procedían de una altitud máxima de 1.268 msnm (Alòs d’Isil), su porcentaje es aún más elevado. Este hecho, añadido al interés de Quercus sp. como recurso de polen por Apis mellifera y a su elevada presencia en el aire (lap.uab.cat/aerobiologia), explicaría su alta presencia en las mieles de esta tesis. En otros estudios de mieles de España, Quercus sp. también aparece frecuentemente (Gómez Ferreras & Sáenz de Rivas, 1980; De Luis & Gómez-Ferreras, 1989; Ortiz, 1990; Ortiz & Fernandez, 1992; Caselles et al.,1998; Giner & García, 1994; Bonvehí & Coll, 1995;Telleria & Devesa,1995; De Sá-Otero et al., 2006;

De la Cruz et al., 2013).

En este tipo de mieles también han aparecido TP de taxones arbustivos propios del sotobosque mediterráneo. Aunque en diferentes frecuencias, se han identificados taxones como Arbutus unedo, Asparagus sp., Crataegus sp., Erica sp., Laurus T., Phillyrea sp., Pistacia sp., Rhamnus T. o Viburnum sp. E incluso se han identificado taxones lianoides, mayoritariamente representados por Hedera helix, pero también por Lonicera sp., Clematis sp. o Smilax sp.

En otras mieles analizadas, junto con los taxones de bosque mediterráneo anteriormente mencionados, también han aparecido (o incluso predominado) taxones típicos de matorral mediterráneo, muestra de

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Cardellach Lliso, Pau 193 la transición ecológica de estos dos tipos de comunidades. Las comunidades arbustivas también son muy abundantes en el territorio catalán, a veces fruto de la degradación del bosque esclerófilo o del caducifolio, otras, fruto de las condiciones de escasez de agua y elevada insolación que hacen que este tipo de ecosistema sea el mejor adaptado (Guillèn et al., 1986), o bien debido a la acción antrópica.

Algunos de los taxones que componen estas comunidades y que aparecen en las muestras han sido:

Anthyllis T., Calluna vulgaris, Cistus sp., Coronilla T., Lavandula stoechas, Myrtus T., Rosmarinus officinalis, Sideritis sp., Thymus sp. o Ulex T.

Por otro lado, aunque en menor número de mieles, también han aparecido taxones que reflejan el bosque caducifolio con especies arbóreas como Quercus caducifolios, que, aun formando bosques que ocupan 2,5 veces menos territorio que los bosques de Quercus ilex subsp. Ilex, también ocupan bastante territorio en Catalunya (creaf.uab.cat/sibosc). Acompañando al polen de Quercus caducifolio:

Acer sp., Corylus avellana, Prunus sp., Tilia sp., y TP de taxones arbustivos como Ilex aquifolium.

Cabe mencionar la elevada presencia de polen de Castanea sativa en las mieles analizadas en esta tesis doctoral. El castaño es una especie propia de bosques caducifolios, que fue en un primer momento introducida para su cultivo y que en la actualidad en Catalunya está naturalizada en lugares como La Garrotxa, las Montañas de Prades, el Parque Natural del Montseny y el Parque del Montengre i el Corredor (Bolòs et al., 2004). Pese a ser una especie típica de suelos húmedos y frescos, su TP se encuentra frecuentemente en las mieles no urbanas analizadas (57,1%). Incluso se ha identificado en mieles de localizaciones donde este taxón no se encuentra de forma habitual, como en Duesaigües (MDaig16En), Serós (MSer17Jn) y Torroella de Montgrí (MTMS16Jl). Esto puede ser debido a que es una especie con polinización mixta (zoófila y anemófila) cuyo polen puede ser transportado por el aire desde otros bosques (Peeters & Zoller, 1988) pudiendo provocar una contaminación en estas mieles.

A pesar de que este TP suele aparecer con abundancia en mieles del norte de España, ya que allí la planta es más abundante (Cunqueiro & Laín, 1982; Ferreras, 1989; De Luis & Gómez-Ferreras, 1989;

Pérez de Zabalza & Ariño, 1990; Seijo et al., 1992; Seijo et al., 1997; De Sá-Otero et al., 2006; Escuredo et al., 2012a), en las mieles de Catalunya, aunque su porcentaje sea menor, se ha de tener en cuenta a la hora de identificar el origen geográfico.

Otro tipo de vegetación representada en la mayoría de las mieles es la herbácea, procedente de prados, campos agrícolas y, en muchas ocasiones, de zonas antrópicas. Algunos ejemplos (por orden de ratio de presencia) han sido: Galactites T., Lotus sp., Echium sp., Sedum T., Taraxacum T., Reseda sp., Papaver sp., Poaceae T., Silybum T., Hypecoum sp., Plantago sp., Urticaceae T., Vicia T., Onobrychis sp., Foeniculum T., Hypericum sp., Melilotus T., Borago officinalis, Artemisia sp., Trifolium pratense, Amaranthaceae T., Cynoglossum sp., Mercurialis sp., Medicago sp., Rumex sp. y Odontites sp. El

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hecho de que alguno de estos TP aparezca en todas las mieles es consecuencia de que como los apiarios se suelen emplazar en zonas de fácil acceso, es decir que hayan sufrido algún impacto antrópico, este tipo de plantas suelen ser las primeras en aparecer y muchas de ellas tienen gran interés apícola.

Por último, en las mieles analizadas también han aparecido TP procedentes de taxones típicos de bosque de ribera y cauces de agua. Algunas veces solo representados por Salix sp. pero en otras ocasiones por Alnus sp., Fraxinus sp., Populus sp., Sambucus sp., Tamarix sp. y Ulmus sp.

Esporádicamente han aparecido taxones como Betula sp., Carex sp., Cornus sp., Corylus avellana, Cyperus sp. y Typha angustifolia. Aunque muchos de los emplazamientos de las colmenas no están situados al lado de ríos, sí que acostumbran a estar cerca de espacios húmedos para abastecer de agua a las abejas, como balsas o fuentes, donde puede aparecer este tipo de vegetación.

Con los resultados obtenidos se aprecia que además de los taxones característicos de algún tipo de vegetación, aparecen taxones que pueden crecer en gran variedad de ambientes, algunos de ellos con elevada frecuencia, como Brassicaceae T., Crataegus T., Rosa sp. y Rubus T.

En el caso de Brassicaceae T., este TP incluye especies cultivadas, como Brassica napus (colza) con 13.694 ha en Catalunya (MAPAMA, 2018), y especies silvestres muy comunes, como Diplotaxis sp., Eruca sp., Erucastrum sp., Iberis sp., Sinapis sp. o Sisymbrium sp. Si a esto se añade que algunas de ellas pueden florecer durante todo el año, no es de extrañar su alta frecuencia en las mieles analizadas.

Crataegus sp. y Rosa sp. son taxones muy comunes en el territorio catalán que se pueden encontrar en todos los tipos de bosque ya mencionados (Bolòs et al.,1993). Al igual que en las mieles de la tesis, hay algunas referencias donde aparecen estos TP, pero cuando lo hacen, se muestran en porcentajes bajos (De Luis & Gómez-Ferreras, 1989; Ortiz, 1990; Pérez de Zabalza & Ariño, 1990; Telleria &

Devesa, 1995; Herrero & Valencia-Barrera, 2001; De la Cruz et al., 2013).

Rubus T. es un taxón procedente de, entre otras plantas, Rubus sp. pl., abundante tanto en el borde de zonas boscosas, matorrales, como en ambientes antrópicos, y que puede crecer desde el litoral hasta en zonas montañosas (Bolòs et al., 1993). Esta distribución tan amplia hace que sea abundante tanto en las mieles de la tesis como en otras mieles españolas (Cunqueiro & Laín, 1982; De Luis &

Gómez-Ferreras, 1989; Pérez de Zabalza & Ariño, 1990; Giner & García, 1994; Bonvehí & Coll, 1995;

Telleria & Devesa, 1995; Caselles et al.,1998; Herrero & Valencia-Barrera, 2001; Terrab et al., 2003;

De Sá-Otero et al., 2011; Escuredo et al., 2012a y 2012b; De la Cruz et al., 2013).

Por otro lado, en las mieles no urbanas de este estudio también se ha detectado la presencia de taxones exóticos. Algunos de ellos han pasado de ser utilizados en jardines, huertos, calles y carreteras, a tener

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Cardellach Lliso, Pau 195 un comportamiento como casuales, naturalizados o invasores, como Aesculus sp., Ailanthus altissima, Cercis sp., Eucalyptus sp., Phoenix sp., Platanus sp., Robinia pseudoacacia, Schinus sp. y Sophora sp. (Andreu et al., 2012; Aymerich & Saez, 2019). Algunos de sus TP han aparecido en las mieles de la tesis, como también ha ocurrido esporádicamente en alguna miel no urbana española (Seijo et al., 1997; La Serna Ramos & Gómez Ferreras, 2011), y en mieles de otros países (Morton, 1964; Mercuri

& Porrini, 1991; Girón, 1995; Daners & Tellería, 1998; Ricciardelli D’Albore & Intoppa, 2000; Nicholson, 2012; Song et al., 2012; Yang et al., 2012; Ferrauto & Pavone, 2013; Yang et al., 2014a; Salgado-Laurenti et al., 2017; Matos & Dos Santos, 2019). Esto significa que estas especies exóticas se las debe tener en cuenta a la hora de establecer el origen geográfico de las mieles del territorio, ya que como comentaron La Serna Ramos & Gómez Ferreras (2011), en caso contrario se podría cometer el error de establecer una miel como adulterada por su presencia.

Las diferencias significativas entre el espectro polínico teniendo en cuenta todos los TP y solo los TPn observadas en los resultados de la tesis (Apartado 4.5.4.), muestran que la influencia de los TP no nectaríferos (TPp) en la miel también es importante. Algunos ejemplos de los TPp que determinan el origen geográfico son Fraxinus sp., Olea europaea, Quercus caducifolio, Q. perennifolio y Salix sp. El hecho de tener en cuenta también estos TP, aporta información complementaria de la zona donde se recolectó la miel, ya que permite detectar taxones que no han visitado las abejas pero que están presentes en su rango de pecoreo.

En general los resultados de los espectros polínicos de las mieles no urbanas de esta tesis coinciden con otros espectros de mieles españolas, tanto por los TP como por las familias botánicas (De Luis &

Gómez-Ferreras, 1989; Ortiz, 1990; Ortiz, 1992; Telleria & Devesa,1995; Herrero & Valencia-Barrera, 2001; Terrab et al., 2003; De la Cruz et al., 2013). Sin embargo, con los resultados obtenidos, algunos TP se podrían considerar identitarios de las mieles de Catalunya ya que aparecen con mayor abundancia (frecuencia media) que en mieles de otras comunidades:

1) Cistus monspeliensis, especie muy común en Catalunya junto con C. albidus y C. salviifolius (Bolòs et al.,1993). En general, el TP Cistus también aparece frecuentemente en mieles españolas, pero a diferencia de los resultados de la tesis, la especie más presente es C. ladanifer seguida de C. albidus (Gómez Ferreras & Sáenz de Rivas, 1980; De Luis & Gómez-Ferreras, 1989; Ortiz, 1990; Ortiz &

Fernandez, 1992; Telleria & Devesa,1995; Terrab et al., 2004; De la Cruz et al., 2013).

2) Hedera helix, cuyo polen aparece en el 65% de las muestras y la liana está muy presente en el territorio catalán (Bolòs et al.,1993), además de que también es usada con fines ornamentales. Su distribución se centra mayoritariamente en bosques mediterráneos de encinar litoral, más húmedos que los continentales que se encuentran en la mayor parte de España. Esto hace que no sea un TP muy

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frecuente en las mieles españolas, aunque aparezca en algunos estudios (Pérez de Zabalza & Ariño, 1990; Herrero & Valencia-Barrera, 2001).

3) El género Rhamnus está muy presente en Catalunya, sobre todo por la especie R. alaternus. Su TP ha aparecido en el 78,6% de las mieles no urbanas, porcentaje que no suele mostrarse tan alto en los estudios de mieles de España, aunque a veces en éstos aparece Frangula sp. (De Sá-Otero et al., 2011; Escuredo et al., 2012a; De la Cruz et al., 2013) que tiene una morfología polínica similar, y en la presente tesis se han considerado dentro del mismo TP. En Catalunya Frangula tiene una distribución muy limitada (Bolòs et al.,1993).

4) Salix sp. es un taxón muy común en el territorio de Catalunya (Bolòs et al.,1993), hecho que se ve reflejado al aparecer en el 88,1% de las mieles no urbanas. Sin embargo, este TP no está muy presentes en las mieles españolas, a excepción de las del norte de España donde el clima es más húmedo (Cunqueiro & Laín, 1982; De Luis & Gómez-Ferreras, 1989; Pérez de Zabalza & Ariño, 1990;

Coello et al.,1992; Valencia-Barrera et al., 2000;Herrero & Valencia-Barrera, 2001; De Sá-Otero et al., 2006; De Sá-Otero et al., 2011; Escuredo et al., 2012a).

Aun así, para reafirmar esta decisión de escoger estos TP como identitarios de Catalunya cabría analizar más mieles.

En los resultados de la presente tesis también se analizaron los elementos de mielada (HDE), identificados como esporas e hifas de hongos, algas, elementos cerosos y restos de insectos (Louveaux et al.,1978), que sirven para diferenciar entre mieles y mielatos, ya que estos últimos tienen un valor de HDE más elevado (Von der Ohe et al., 2004). Acorde a otros estudios (Domsch et al., 2007; Möller &

Stukenbrock, 2017), los resultados han mostrado que las esporas de hongos han sido el HDE más frecuente, apareciendo en todas las muestras. A pesar de que la mayoría pertenecen a hongos patógenos de plantas, como Alternaria sp., Arthrinium sp., Cladosporium sp., Drechslera sp., Epicoccum sp., Peronospora sp., Pleospora sp., Polythrincium sp., Stemphylium sp., Torula sp., especies de Urediniospora y Ustilago sp., también se han encontrado esporas de Agaricus sp., Agrocybe sp., Coprinus sp. y Ganoderma sp., hongos Basidiomicotas bastante comunes en bosques Catalunya. La presencia de estas esporas en la miel puede ser resultado de la influencia aéreovagante (lap.uab.cat/aerobiologia) o de su uso como alimento i/o medicina (Shaw, 1999; Stamets et al., 2018).

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