céntricade Sevillaen la region andaluza, sus talleresde
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cien y la época misma del año en que celebra su feria, el carácter propio de ésta, que reúnelas mejores condiciones parasolaz y las
más adecuadas para el negocio campestre , todo deja entrever queuna vez que esta reunion anual de todo lo que representa el
movimiento rústico andaluz sefije en la maquinaria agrícola, las proporcionesque tomará Sevilla como centro de contratación de
ellas serán superiores á las que tenga ninguna otra ciudad de España.
Las obras del progreso son siempre lentas entre nosotros; en tanto que seatan crecida y tan influyente la proporción de hom¬
bres que hacen gala de hacerse rémoras para él, siempre hay que desconfiar de que se realice lo que es natural esperar dentro del plazo que le es propio; pero cuando se observa hasta qué punto ha desaparecidola tendencia á lainmutalidaden Cataluña y Va¬
lencia; cuandose observa cómo Málaga parece ya apercibida de
la necesidad de progresar, debe creerse que enSevilla seesté veri¬
ficando esa transformación inaparente, y que en un momento da¬
do,é improvisto aparezca ganando todo el terreno que ahora im¬
prudentemente pierde en el camino de la civilización.
No somos, porcierto, de los ardientes entusiastas de la maqui¬
naria agrícola, y ménosde la extranjera: sabemos que para un mal
sistema de agricultura y para terrenos empobrecidos, todas las máquinas resultan ser demasiado caras ó demasiadocomplicadas,
ycomo el atraso de la agricultura andaluza está en el sistema de
cultivo y en el empobrecimiento de la tierra, consideramos en este
caso la cuestión de máquinas en general como ménos que se¬
cundaria.
No se hallan por cierto en el mismocasolas máquinasde segar, trillar y sembrar, en las que el recargo no pasa de 20 por 100 so¬
bre el valor, lo cual haria imposible competir con las fábricas
montadas expresamente para construirlas, sino con otras organiza¬
das del mismo modo; y en tanto que la gran venta de ellas no hace esto realizable, es claro que hemos de pasar por una larga época en que los fabricantes Ransomes, Sims y Head, Wood, y
algunas otras especialidades sean dueños absolutos del mercado
andaluz cada cualen su ramo.
El grado de perfección á quehan llegado los colosos
industruia-les de Ipswich en las máquinas de trillar hechas y arregladas ex¬
presamente para España, esextraordinario; y ya es solo el más ciego espíritu de rutina el que puede resistirse á reconocerverdad
tan indiscutible como la utilidad que ofrecen al labrador en gran¬
de las trilladoras por vapor; y eso que todavíase está en el error de no comprender que á lalocomóvil que la sirve en el verano, debe buscársele aplicación en invierno, aliviando por elloel costo de trillar.
Tomo iii. 31
482 gaceta agrícola del ministerio de fomento
Las ventajas de estasperfeccionadas máquinas son realesy po¬
sitivas;y portanto es una meracuestión detiempo unida á algun trabajo bien dirigido del representante Sr. Huet en Sevilla de la
casa Ransomes; quienjustamente apreciado por los agricultores,
recibirá en el porvenir, ya no lejano, gran recompensa á sus afa¬
nes si sabe organizar un buen taller de reparaciones ysobre todo
sillega á tener máquinas queofrecer en arrendamiento, ó si con¬
trata trillas á destajo.
Las presentadas por lacasa en la feria deSevilla, únicas máqui¬
nas que en ella se han visto este año, son la última palabra, son
la perfección misma. Lasencillez, solidezy acabado de cadacom¬
ponente forman un conjunto que hacen la admiración de cuantos las estudien detalladamente, y el poder ofrecer esas máquinas á
3.500 reales puestas en Sevilla es un problema que sólo se re¬
suelve como el de los relojes baratos,
haciéndolas
por miles.Aparte del gran progreso queconsiste en hacer maleable el hierro
de todas las piezas que podrian romperse por choque si fueran,
como antes, de hierro colado, se encuentran atendidos detalles
tan minuciosos como las aceiteras con tapón de muelle que impo¬
sibilita sencillamente el acceso del polvo á las piezas de roza¬
miento.»
Aunque la idea de exponer las máquinasen las ferias y hacerlas
funcionar, no es nueva, pues viene practicándose de algunos años
á esta parte en España, el Sr. D. J. G. H. presenta ciertas modifi¬
caciones muy aceptables.
Ocupándose, porúltimo, de las máquinasde segar, dice:
«Pocas comarcas presentarán una época tan larga de trabajo a las máquinas de segar. Desde los primeros dias do Abril en que
se siegan cebadas en la provincia de Almería, hasta
últimos de
Agosto en que secortan los trigos en la provincia de Jaén, esuna época larguísima de siega, y si alguna vez se logra
arrendar
una máquina á algun buen capataz de cuadrilla de los que hacenla
faena por su cuenta, desaparecerá para siempre de los terrenos gradeados la inhumana operación de segar á brazo.»
Diego Navarro y Soler.