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Partiendo de la información analizada en el apartado anterior y basándonos en los datos aportados por Francisco de Zamora para finales del XVIII se decidió centrar el estudio en la comarca del Maresme por ser la que aportaba mayor número de encajeras. El Mapa III.1 muestra las poblaciones estudiadas, estando todas en el litoral de la costa barcelonesa o a escasos kilómetros. Todas las poblaciones son cercanas a Barcelona. Cogiendo Mataró como ejemplo, ésta está a una distancia de 34 kilómetros con Barcelona.

El periodo de análisis es el siglo XIX, aunque se hizo necesario en determinados momentos ampliar el horizonte cronológico (XVIII y XX), para así sustentar o descartar algunas de nuestras hipótesis iniciales.

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Mapa III.1 – Mapa de las localidades de estudio

Fuente: Elaboración propia.

La Tabla III.5 presenta la evolución de la población de la comarca y de Cataluña. El aumento de población es el principal indicador de dinamismo económico y en el caso del Maresme éste se da en 3 momentos: 1) En 1553 con un 211,8% de crecimiento de población, muy por encima que la media de Cataluña (68,4%); 2) En 1717 con un crecimiento de 103,5%, solo 2,6 puntos por debajo de la media de Cataluña; 3) En 1787 con un crecimiento para Maresme y para Barcelona del 75,6% y 99,2% respectivamente. A partir de aquí la media catalana aumenta muy débilmente, mientras que el Maresme empieza a tener ligeros decrementos poblacionales. El primero es en 1857 pero no se dispone de datos suficientes para saber si éste empezó a mediados del XIX o si esta pérdida de población era anterior.

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Tabla III.5 – Evolución de la población de Cataluña y de Maresme (1497-1920)51

Fuente: Censos de población. Base de datos del CED.

A parte de las evidencias de la existencia e importancia de la manufactura del encaje en Cataluña, y especialmente en la comarca del Maresme, se disponen de datos específicos para esta área. Para la primera mitad del siglo XVII, se tiene constancia para diferentes poblaciones del Maresme, a través de inventarios post mortem, de que las mujeres trabajaban puntas al cojín. Un gran número de mujeres y niñas del Maresme se dedicaron a esta actividad. Al final del XVII esta estrategia fue ampliamente utilizada, compensando la falta de ingresos monetarios por parte del cabeza de familia consecuencia del bloqueo naval a causa de las guerras con Inglaterra y Francia (Pons Guri, 2008: 77 y 78; Capdevila, 2010:187, 224 y 225).

Para el XVIII los encajes y blondas de las diferentes poblaciones del Maresme se vendían por todo el territorio nacional, aprovechando los antiguos ejes comerciales catalano-peninsulares, tal y como lo demuestran la presencia de negociantes de Zaragoza adquiriendo tales productos en Arenys de Mar y Canet (Capdevila, 2010:187). Para esta misma centuria, existen los datos de coetáneos como Francisco de Zamora, donde a través de sus viajes por Cataluña, de 1785 a 1790, realizará una descripción detallada de aquellos pueblos catalanes cuyas mujeres trabajan haciendo puntas (Tabla III.3).

51 El dato del año 1553 se facilitaba en fuegos. Lo hemos convertido a individuos, considerando 1 fuego igual a 4 personas.

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La comarca del Maresme, es según Zamora, la que tiene mayor número de localidades en las que mujeres y niñas se dedican a este oficio. De igual manera se expresa Ponz para el XVIII:

Se trabajan encajes de todos géneros: industria general en toda la Costa, que ha dejado y deja buenas ganancias. Se ocupan en ella las mujeres y hasta las niñas de más tierna edad, que los hacen también como los grandes, y acaso mejor por la perspicacia de su vista.52

A partir de aquí, se escogieron 11 localidades de Maresme para ser analizadas en este apartado: Alella, Arenys de Munt, Caldes d’Estrac, Calella, Canet de Mar, Mataró, Òrrius, Sant Vicenç de Montalt, Santa Susanna, Teià y Vilassar de Mar. Además, se hace un estudio más detallado sobre Arenys de Mar, la localidad más importante. Las principales fuentes primarias utilizadas en este apartado serán Los Padrones Municipales y las Matrículas Industriales y de Comercio. Los padrones que se han examinado son la totalidad de los existentes en los archivos consultados para el siglo XIX para todas estas poblaciones, excepto para el caso de Mataró que por su tamaño se ha optado por escoger 4 padrones de la centuria.53

III.2.1. Las encajeras de Teià, Caldes d’Estrac, Òrrius, Alella, Santa Susanna, Calella, Vilassar de Mar y Arenys de Munt según Padrones y Matrículas Industriales (XIX) Los Padrones y Matrículas Industriales aquí analizadas son la totalidad existentes en dichos archivos para el siglo XIX. Se ha añadido el análisis de estos documentos para principios del XX con el afán de hallar todas estas mujeres que según los coetáneos trabajan en todo el Maresme.54

Teià. Se han analizado los padrones de 1875, 1877, 1886, 1887, 1897, 1900, 1905, 1910, y las matrículas industriales desde 1899 hasta 1933. No se ha hallado ninguna mujer cuya

52 Ponz, Antonio (1788) – Viaje de España. T. XIV, p.98-101.

53 Los habitantes de Mataró en 1842, 1877, 1887 y 1897 son 13.010, 16.898, 18.027 y 19.610 respectivamente. Fuente INE.

54 En este apartado se ha consultado el Archivo Comarcal del Maresme para Vilassar de Mar, Caldes d’Estrac, Òrrius, Santa Susanna, Alella y Teià; el Archivo Municipal de Arenys de Munt; el Archivo Municipal de Canet de Mar; y, por último, el Archivo Museo Municipal de Calella Josep María Codina y Bagué.

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profesión estuviese relacionada con encajes. Madoz tampoco hace mención de esta manufactura en esta población.

Caldes d’Estrac. Se han analizado los padrones de 1887, 1921 y 1938 sin hallar sin ninguna mujer que declarase ocupación dentro de este ramo.55 Aun así, sabemos por la información de los coetáneos que en este pueblo existían mujeres que ejercían esta labor, concretamente, 100 encajeras según datos de Zamora para el XVIII. En relación al XIX, Madoz menciona la elaboración de blondas y encajes en que se emplean las mujeres. 56 De igual manera se expresa Riera Sans para esta población; No obstante ser agrícola la ind. Dominante, algunos vec. Se dedican á los tejidos de algodón, á la pesca, y las mujeres á la fabricación de encajes y blondas.57 Otra evidencia, (…) y blonda; por este trabajo, suave, su belleza se conserva y se perpetúa.58

Òrrius. Se han estudiado los padrones de 1889, 1897, 1900, 1904, 1910, 1920. Madoz no hace mención de esta manufactura en esta población.

Alella. Se han estudiado los padrones de 1854 y 1902 y las Matrículas Industriales desde 1857 hasta 1910, y ni en Padrones ni en Matrículas aparece mujer alguna que declare que trabaja en encajes. En cambio, sabemos, a través de Madoz, que era una actividad muy practicada por las mujeres, las mujeres casi todas se dedican al trabajo de ricas blondas y finísimos encajes.59

Santa Susanna. Se han estudiado los padrones de 1893 y 1924. Madoz no menciona industria ni manufactura y en la parte de producción tampoco aparece nada relacionado con los encajes.

Calella. Se han estudiado los padrones de 1833, 1857, 1861, 1870, 1880 y 1897 y las Matrículas Industriales desde 1872 hasta 1900 y el resultado fue igual de infructuoso, cero

55 No se han podido consultar las Matrículas Industriales de las siguientes poblaciones: 1) Caldes d’Estrach: El ACM no disponía de esta información y el AMCE tiene algunos documentos históricos, desconocen exactamente la variedad y amplitud de los mismos, sin catalogar y no están abiertos al público; 2) Òrrius: El ACM y el AMO nos informó que la documentación histórica que disponen la están preparando para ser traspasada al ACM, por lo que no es consultable; 3) Santa Susanna: El Archivo Comarcal del Maresme no disponía de esta información y el Archivo Municipal de Santa Susanna no ha guardado esta documentación; 4) Vilassar de Mar: El ACM no disponía de esta información y el AMVM tienen alguna documentación histórica pero no la tienen organizada ni catalogada por lo que no es consultable.

56 Madoz, 1846, Tomo V, pag.279.

57 Riera Sans, 1882, Tomo III, pág. 201.

58 García Mercadal, J. Viajes de extranjeros por España y Portugal. Desde los tiempos remotos hasta comienzos del siglo XX, vol.5, p.244. Extracto sacado del viaje realizado por Juan Francisco Peyron.

59 Madoz, 1845, Tomo I, pág.525.

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mujeres que declarasen actividad en el ramo de los encajes. La información que disponíamos para esta población para el XVIII hacía prever unos resultados mucho más halagüeños para el XIX. En el apartado anterior se ha visto como Francisco de Zamora (1785-1790) decía de la existencia de “más de 1.000 mugeres” que generaban un volumen de negocio de “38.000 a 39.000 libras catalanas”. También se ha visto lo que se declaró en el Censo de Manufacturas de 1784:

Se producen 4.800 piezas de blonda. Había 2 fábricas de encajes de hilo y seda o blondas que disponían de 1.600 almohadillas para los encajes de seda indicados, con 16 varas cada pieza y producían otras 5.700 piezas de hilo solo en 1.900 almohadillas, con 16 varas la pieza.

Esta última fuente nos está hablando de un total de 3.500 almohadillas que representarían 3.500 mujeres. Para el XIX disponemos de la información de Madoz para 1846 y la de Riera Sans para 1882. El primero, “Ind.: fáb. de hilados, tejidos y medias de algodón, de encages y blondas.60 El segundo,

hay fábricas de hilados y tejidos, y áun cuando ya ha decaído bastante, quedan restos de la antigua confeccion de encajes y blondas que tan gran elemento de riqueza constituyeron para muchos de los pueblos de la costa”. 61

Vilassar de Mar. Se consultó el padrón de 1889.62 No hemos tenido acceso a las Matrículas Industriales. Sabemos de la existencia de encajeras a través de Zamora para el XVIII “Hacen puntas” y por Madoz para el XIX “fabricación de blondas y encajes”.63 Pero no sabemos el número.

Arenys de Munt. El primer padrón y la primera matrícula industrial que se ha podido consultar han sido del 1924 y del 1932 respectivamente.64

60 Madoz, 1846, Tomo V, pag. 288.

61 Riera Sans, 1882, Tomo III, pag. 209.

62 En el padrón de Vilassar de 1889 aparece un gran número de “domésticas”. Tras comprobar con la archivera los nombres y apellidos de diferentes mujeres con ese concepto se ha llegado a la conclusión que en este caso es una manera más de decir “su sexo”, “sus labores”, “su casa”, etc.…, ya que la gran mayoría de mujeres cuya ocupación es “doméstica” son mujeres e hijas de familiar burguesas.

63 Madoz, 1850, Tomo XVI, pag.86.

64 No se ha hallado esta documentación ni el AMAM, ni el AHFF de Arenys de Mar, ni tampoco en el ACM.

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Se han analizado otras fuentes: 1ª) Los libros del registro civil existentes desde el 1876 hasta el 1900 (matrimonios, nacimientos, y defunciones) y en ningún caso se ha hallado encajera alguna. Para el XIX Madoz sí menciona la actividad de encajes para este pueblo “la ind.

consiste en la fabricación de cubería y de encajes”.

2) Fuentes gráficas e ilustradas. La Figura III.1 es el cartel de la primera exposición que se hizo en Cataluña especifica de blondas y encajes. Data del 1906 y se llevó a cabo en Arenys de Munt por ser considerado unos de los principales centros de producción de esta actividad.

La Figura III.2 refuerza esta creencia. Es una foto datada en el primer cuarto del siglo XX que muestra multitud de mujeres y niñas trabajando con sus cojines en la calle, aprovechando la luz del sol.65

Figura III.1 – Cartel de la Exposición 1906 de Encajes y Blondas, Arenys de Munt

Fuente: Museo de Arenys de Mar, sección Museo Marès de la Punta.

65 Madoz, 1845, Tomo II, pag. 526.

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Figura III.2 – Encajeras en Arenys de Munt (primer cuarto siglo XX)

Fuente: Museo de Arenys de Mar, sección Museo Marès de la Punta.

En este apartado, nuestro objetivo era saber cuántas mujeres trabajaban en el sector del encaje en el siglo XIX en estas ocho poblaciones. Podríamos resumir que principalmente los Padrones de Población no nos han sido de utilidad para ver el número de mujeres que trabajaban dentro de la actividad encajera. En el caso de las Matrículas Industriales, el principal problema con el que nos hemos encontrado ha sido el no poder acceder a su consulta y/o la falta misma del documento en los archivos consultados.

Angels Solà (2002:323) cuando estudia la actividad del encaje en Hospitalet halló la misma situación:

N’he cercat referències en les contribucions d’indústria i comerç i els padrons municipals de mitjan segle XIX. En aquesta documentación les donadores no van aparèixer amb aquesta professió, segurament perquè no es devia pagar contribució per a aquesta activitat i, d’altra banda, perquè en els padrons només consta l’ofici del marit.66

66 “He buscado referencias en las contribuciones industriales y comercio y en los padrones municipales de mediados del siglo XIX. En esta documentación las donadoras no aparecen con esta profesión, seguramente porque no se debía de pagar contribución por esta actividad y, por otro lado, porque en los padrones tan solo consta el oficio del marido”.

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Otro ejemplo es el que me encontré cuando valoraba que zona encajera estudiar. Tanteé la posibilidad de estudiar la zona de Arboç. Tras varias visitas al Archivo Comarcal del Baix Penedès pude concluir la falta de fuentes con las que mostrar el trabajo de las mujeres. El padrón de 1849 no tenía el concepto de ocupación. En el padrón de 1865 sólo aparecían siete mujeres trabajando (1 maestra, 5 sirvientas y 1 criada). El padrón de 1920 el concepto más habitual en el caso de las mujeres era “sus labores” y “su sexo”. Aquí aparecían sirvientas, domésticas, 1 comadrona, 1 telefonista, 1 modista, 1 dedicada a la enseñanza, …, pero no encajeras.67

Los censos y padrones oficiales del XIX presentan en su mayoría diferentes problemáticas.

En primer lugar, su inexistencia para la primera mitad de siglo, siendo el censo de 1857 el primer recuento nominativo de la población española llevado a cabo para esta centuria. En segundo lugar, los primeros censos presentan deficiencias en la clasificación por la ocupación de la población. Y, por último, la ocultación del trabajo de las mujeres.

La inexistencia, en los censos del siglo XIX, de tablas cruzadas de activos por edades muestra que no se hicieron las depuraciones necesarias, lo que, en definitiva, se tradujo en una sobreestimación de los activos masculinos. En el caso de las mujeres el problema es el contrario, la subestimación de la actividad femenina … (Nicolau, 2005:105).

Cuando el objetivo de la investigación es encontrar el trabajo que las mujeres realizaban en sus hogares para el mercado, ésta es la principal fuente a trabajar. Es por ello, que es tan necesario hallar “padrones municipales” que ayuden a ver ese trabajo. Y cuando encuentras uno que lo muestre, aunque sea parcialmente, se ha de considerar como “excepcional”.

III.2.2. Las encajeras de Sant Vicenç de Montalt según Padrones y Matrículas Industriales (XIX)

La Tabla III.6 muestra los resultados hallados de mujeres que declaran trabajar en el sector de los encajes según los Padrones de Habitantes. Debido a la falta de información disponible

67 Existen unos padrones del primer cuarto del XIX sumamente interesantes y con una gran riqueza en relación al número de mujeres trabajando en el encaje, pero que están en un archivo particular. Tras entrevistarme con este señor y tras la oportuna solicitud vía universidad de este material, finalmente no se me permitió el acceso.

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para el siglo XIX se optó por ampliar hacia el primer cuarto del siglo XX con la esperanza de hallar mejores resultados.

Tabla III.6 - Mujeres de Sant Vicenç de Montalt que trabajan en encajes según Padrones (1826-1928)

1826 1833 1860 1866 1871 1872 1875 1880 1885 1889 1895 1924 1927 1928

Los principales resultados serían: 1) La omisión del trabajo de estas mujeres en casi todos los años analizados; 2) La rica información en el padrón de 1924 para Sant Vicenç de Montal con 122 mujeres trabajando encajes. Esta información, nos hace suponer que antes de este año ya existían mujeres trabajando en este sector ya que es una actividad que no puede surgir de la nada ni de un día para otro. El nivel de conocimiento y la habilidad necesaria para llevar a cabo estos productos necesitan de años de experiencia y de aprendizaje.

Una fuente gráfica relevante es la Figura III.3. En 1906 tuvo lugar el matrimonio del rey Alfonso II con la princesa Victoria Eugenia. La Casa Castells, tratantes de encajes y blondas de Arenys de Mar, regaló a la futura reina un pañuelo para su boda. 68 El dibujo fue a cargo de Alexandre de Riquer. Mariano Castells lo adaptó para hacerlo a través del método de puntas a bolillos. Las hermanas Ferrer de Sant Vicenç de Montalt fueron las encajeras que realizaron tan delicado y Anna Maria Simón, esposa del tratante Castells, fue la supervisora del encargo.69 Estas mismas hermanas llevaron a cabo en Sant Vicenç de Montalt en 1928 los encajes de la Capilla de Sant Jordi, también bajo encargo de la Casa Castells.

68 Los orígenes de la Casa Castells, como negocio de encajes, provenía de la banda de la esposa, de Anna Maria Simón, que se casó con Mariano Castells en 1859.

69 Las hermanas Ferrer tardaron 3 meses en realizarlo. El patrón tenía 31.260 agujeros, se utilizaron 1.940 bolillos, el hilo era sumamente fino y se gastó 2.110 metros. El peso final del pañuelo fue de 90 gramos.

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Figura III.3 – Hermanas Ferrer de Sant Vicenç de Montalt (1906)

Fuente: Museo de Arenys de Mar, sección Museo Marès de la Punta.

Por otro lado, se han revisado todas la Matrículas Industriales del XIX y del primer tercio del XX (Tabla III.7).

Tabla III.7 – Trabajadores/as del sector encaje en Sant Vicenç de Montalt, según Matrículas Industriales (1870-1933)

Ocupación Sexo

1870 1924 1925 1926 1928 1929 1930 1931 1932 1933 Operarias

de blondas en el pueblo

H --- --- --- --- --- --- --- --- --- ---

M 2 --- --- --- --- --- --- --- --- ---

Vendedoras de encajes

H --- --- --- --- --- --- --- --- --- ---

M --- 2 2 --- --- --- --- --- --- ---

Encajera H --- --- --- --- ---

M --- --- --- 2 2 2 2 2 2 2

Total 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2

Fuente: ACM. Matrículas Industriales y de Comercio.

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Para el XIX únicamente en 1870 se hallaron 2 mujeres bajo el concepto de “Operarias de blondas en el pueblo”. Para el primer tercio del XX el número de mujeres relacionado con esta actividad continúa siendo 2 y lo único que va cambiando es la denominación del concepto. Resaltar la inexistencia de hombres en este sector y en este periodo que nos lleva a pensar que el concepto “Operarias de blondas en el pueblo” se refiere a que eran

“comerciantes”, tal y como podremos demostrar para el caso de Mataró.

III.2.3. Las encajeras de Canet de Mar según Padrones y Matrículas Industriales (siglo XIX)

En los padrones de 1894, 1902 y 1909 no aparece ninguna mujer relacionada con los encajes.70 ¿Dónde están las más de 1.000 encajeras que producían un nivel de negocio de entre 38.000 a 39.000 libras catalanas anuales, de Francisco de Zamora para 1785-1790?

El pueblo de Canet nos da 2 ejemplos de mujeres que hace plantearnos cuestiones diferentes.

Un primer caso es el de Geltrudis Isern donde en el padrón de 1827 en su ocupación aparece

“fen mitxa” (haciendo media) mientras que el padrón de 1833 su ocupación es

“Matriculada”, es decir, al enviudar se hace suya la profesión del marido y aunque muy probablemente ella continuase “fen mitxa” ya no lo considera como ocupación. 71 El otro caso también se refiere al padrón de 1827 y es el de María Moreu Vinardell, 38 años, casada, natural de Calella y en ocupación “enseñanza de puntes”. Si había una maestra que enseñaba puntas eso significa que existía una red de encajeras y de niñas que querían aprender ese oficio, aunque en los padrones que disponemos de la centuria no aparezca ni una. Además, tenemos constancia de la existencia de encajeras en Canet gracias a los diarios llevados a cabo por los coetáneos del XIX, Madoz, “Ind.: Fáb. De hilados, tegidos y medias de algodón, de blondas y encages.72 Riera Sans “La ind. Fábril algodonera ocupa el preferente lugar entre sus industriosos hab. habiendo otras más pequeñas como la fabricación de encajes, blondas y otros artículos.73 De igual manera se expresa Peyron “Las mujeres, en todos estos pueblos

“Matriculada”, es decir, al enviudar se hace suya la profesión del marido y aunque muy probablemente ella continuase “fen mitxa” ya no lo considera como ocupación. 71 El otro caso también se refiere al padrón de 1827 y es el de María Moreu Vinardell, 38 años, casada, natural de Calella y en ocupación “enseñanza de puntes”. Si había una maestra que enseñaba puntas eso significa que existía una red de encajeras y de niñas que querían aprender ese oficio, aunque en los padrones que disponemos de la centuria no aparezca ni una. Además, tenemos constancia de la existencia de encajeras en Canet gracias a los diarios llevados a cabo por los coetáneos del XIX, Madoz, “Ind.: Fáb. De hilados, tegidos y medias de algodón, de blondas y encages.72 Riera Sans “La ind. Fábril algodonera ocupa el preferente lugar entre sus industriosos hab. habiendo otras más pequeñas como la fabricación de encajes, blondas y otros artículos.73 De igual manera se expresa Peyron “Las mujeres, en todos estos pueblos