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DIALOGOS AGRICOLAS™

Dans le document SERVICIOS DE LA COMPAÑIA TRASATLANTICA (Page 23-26)

—A pesar de los inmerecidos aplausos—dijo el agrólogo—que

han tenido ustedes la galantería dedirigirme, debo suponer que aunqueconformes con el conjunto de lo quehe tenido el honor

de indicar, tal vezno lo estén ustedes con los detalles, y por eso desearíaoír el parecerde todos: deestos señoresagricultores, como

prácticos,y de losseñoresingenieros extranjeros, como teóricos y

prácticosála vez.

—Que hablenprimero los extranjeros—dijeron los labradores.

—Ustedes nos dispensarán—dijo el italiano en nombre de su compañero yen el suyo—si deseamos oir antes la opinión de los

señores agricultores, que conocen prácticamente las necesidades

de la agricultura regional y local.

—Yo, quehe sido el primero—dijo entóneos el riosecano—en aplaudir alseñor agrólogo, soytambién el que me adelanto á de¬

cir queestoy perfectamente de acuerdo con todo lo que nosha

indicado respecto álas ventajas yresultados de las labores pro¬

fundas. Y tanto es así, que en Rioseco somos ya muchos los la¬

bradores que hemos aplicado los arados modernos y vamos au¬

mentando la profundidad de las labores enel terreno, acerca de cuyainversión de capas, mezclay mera remoción dela tierra de

las mismas me propongo hacer los ensayos quenos ha recomen¬

dado y que mucho le agradecemos. Otro sería el estadode laagri¬

cultura española si hubieramuchos agrólogos nómadasque, reco¬

rriendo los pueblos y visitando lasexplotaciones, diesen frecuen¬

tes conferencias sobre los medios de mejorar aquéllas yde fomen¬

tar el progresoagrícola, según los circunstancias de cadaregióny de cada localidad.

(l) Véase la pág. 588 del tomo anterior.

25 También reconozco desde luego la conveniencia y ventajas del

bombeo y de los vallados horizontales en las dehesas, montes, te¬

rrenosincultos y en las fincas cultivadasquetengansuficienteex¬

tensión yfigura adecuadaparaello, con el objeto de reteneren el

terrenolas aguas de lluviaylas sustancias fertilizantes, de fomen¬

tarlos manantiales, la evaporación, las nubes y las lluvias, paliar

las sequías y evitar las inundaciones.

Todo esto, repito, lomismo que las alternativas recomendadas

para Castilla, lo considero convenientísimo en teoría; pero ni las

alternativas ni los vallados horizontales, ni eldrenaje, puedenser

ventajosamente aplicables en general en Castilla ni en ningún pueblo de otras provincias en que la propiedad esté dispersay subdividida en pequeñas parcelas de figuras irregularesy enlas cuales, si ahora son nopoco difíciles por elexcesivo

parcelamien-to las labores de cultivo, siembra y recolección mediante la ma¬

quinaria agrícola moderna, lo serían mucho más después que

esas pequeñasfincasestuvieran cruzadas y cercadas de vallados

horizontales más ó menos próximos y paralelos entre sí según la

mayoró menor pendientey accidentación de los terrenos; y e-a dificultadrayaría enlo imposible si esosvallados se poblaban de árboles, auncuando éstos fueran de cortas raíces.

Nada quiero añadir respecto al drenaje, pues supongo habrán

leído ustedes, como he leído yo, un artículoen la Gaceta Aobí-coLA, en que se demuestra evidentemente que á pesar de sus

grandes ventajas resultan éstas imposibles en fincas peque¬

ñas,irregulares y horizontales, como son la mayoría de las de las de Castilla,á no ser que se pongande acuerdo lospropietarios

de varias colindantes paraestablecer á la vez en todas ellas un

drenaje combinado, en que sea posible evitar las filtraciones y la

entrada de las aguas procedentes de lasfincassuperioresennivel,

y enque sea posible además dar curso ó salida á lasquedescien¬

dená los tubos de drenaje.

Esta misma subdivisión de lapropiedad enfincas pequeñas en

general ydispersas ó intercaladas es un obstáculo muy conside¬

rable para establecer las interesantísimasalternativas recomenda¬

das por elseñor agrólogo; obstáculo que únicamente puede ser orillado en las actuales circunstancias medianteel acuerdo de los

propietarios y labradores de cada pueblo para dividir cada

cam-26 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

pomunicipal en las tresó cuatro secciones indicadas para las al¬

ternativas.

—Pues pedir acuerdos—interrumpió el de Villalón—á los la¬

bradores deesta región, para fomentar la producción de sus fin¬

cas, sea mediante el drenaje, sea mediante las alternativas cuyas

ventajasno pongo en duda, es pedirperas á los olmos.

^—¿Y quién tiene la culpa—replicó el agrólogo—de que esosol¬

mos no denperas?

Es bienextraño y hasta ridículo lo que se observa en la clase agrícola española.

Senotaque enlas demás clases sociales seentienden y ponen de acuerdo los individuos decada una paratodo lo que les con¬

viene, y que, porel contrario, en la clase agrícola nose unenni

se ponen de acuerdo paranada ó paracasi nada.

Y precisamente lo queprueba todo lo que nos haindicado el

señorríosecano—y que loconsideromuy fundado y muyoportu¬

namente aducido—es la necesidad en que se encuentran los pro¬

pietarios en estasprovincias de propiedad subdividida ydispersa

de ponerse de acuerdo paralas propuestas mejoras y para agran dar susfincas ó, mejor todavía, para concentrar la propiedad de

cada uno en coto redondo, que es en donde tienen ventajosaapli¬

cación nosólo lasrecomendadas alternativasdecosechas, el bom"

beo ó vallados horizontales y el drenaje, sino todos los medios de

progreso agrícola, como los riegos, las plantaciones arbóreas, la aplicación de la maquinaria agrícola moderna, la cría de ganados

y la deaves y animales de corralengrande escalay el desarrollo

de las industrias rurales. Hasta tanto que no se organicetoda la propiedad en cotos y que se apliquen en ellos estosy otros me dios de progreso agrícola, nodejarán de sertemibles paralos la¬

bradores de estasprovincias la competencia de los cerealesextran¬

jeros y el libre cambio, indicados por el señor comerciantecomo dos de los cocos de losagricultores castellanos.

—Vuelta al tema del viaje—dijo elcomerciante sonriendo.—

¿Querrán ustedes creer, señores, que desde El Escorial hasta

Vi-llada apenashemos hablado de otra cosa que de cotos redondos

y de los mejores medios de organizarlos?

Y después de hacer una compendiosa reseña de la discusión

habida en el tren,añadió riendo á más reir:

—Perolo más notable del viaje y de la discusiónfué que nos encontramos en la estación de El Escorial con unobrero catalán

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