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Primer experimento: estudio piloto

CAPÍTULO 1 49

2. MATERIAL & MÉTODOS

2.1. Primer experimento: estudio piloto

Un grupo de 16 perros considerados sanos de la colonia de perros del servicio de nutrición de las granjas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona se utilizó en este estudio. Todos ellos eran de raza beagle, ocho hembras y ocho machos. Dos de los animales fueron excluidos por presentar una importante inhibición conductual en el ambiente exterior y durante la fase de habituación que podía afectar al correcto desarrollo del experimento. Con lo cual, finalmente fueron catorce los perros que formaron parte del estudio, siete de ellos machos (7/14) y siete hembras (7/14), de edades comprendidas entre 5 y 8 años. Del total de machos, cuatro formaron parte del grupo control (4/7) y tres del grupo tratamiento (3/7). Con respecto al total de hembras, tres formaron parte del grupo control (3/7) y cuatro del grupo tratamiento (4/7).

Los perros se alojaban generalmente en grupos de dos en función de la compatibilidad, en habitáculos que medían aproximadamente 3 x 2 metros y situados todos ellos en el mismo edificio. Se les proporcionaba acceso libre al agua, la alimentación era racionada y durante las tareas de limpieza de las jaulas permanecían en grupo en un patio exterior.

2.1.2. Procedimiento

Se establecieron dos grupos experimentales y cada perro fue asignado de forma aleatoria en uno de los dos grupos: grupo control (sin predictibilidad) (n=7) y grupo tratamiento (con predictibilidad) (n=7). Se llevaron a cabo 36 sesiones con cada animal dentro del espacio del open field. En 32 de esas

55 sesiones eran expuestos a un estímulo sonoro aversivo, con y sin predictibilidad en función del grupo al que pertenecieran. Para el grupo control (sin predictibilidad) el estímulo aparecía de forma imprevista. En cambio, en el grupo tratamiento la presentación del sonido era señalada mediante el uso de un estímulo neutro (sonido de clicker). Este sonido en principio no produce una especial reacción en el individuo. Si inmediatamente después de su presentación se aplica un estímulo aversivo y esto se repite en diferentes ensayos, este estímulo originalmente neutro pasa a constituir un estímulo condicionado. En el caso del presente estudio el sonido del clicker se reproducía un segundo antes que el sonido aversivo.

Las 32 sesiones realizadas con cada perro tuvieron lugar a lo largo de cuatro semanas de estudio, con un total de 448 sesiones (en el conjunto de los catorce perros). Cada semana de estudio se realizaron 8 sesiones con cada individuo, repartidas en dos días (4 sesiones por día). Cada día se llevaban a cabo las sesiones con la mitad de los perros – pues por cuestiones logísticas no se podían hacer todos los animales en un mismo día –, de forma que al final de la semana todos ellos hubieran cumplido las 8 sesiones.

Los perros entraban en la sala de experimentación de forma individual. Mientras se desarrollaba cada una de las sesiones el observador esperaba en otra sala contigua y el resto de los animales lo hacía en su zona de confinamiento alejada del área de estudio. Al finalizar cada sesión se procedía a la limpieza de la sala con un producto enzimático para evitar la presencia de señales de otros perros que pudieran afectar al comportamiento del siguiente.

Por otra parte, el horario de las sesiones se distribuyó de forma aleatoria, de manera que los animales no entraran siempre a las mismas horas en la sala de experimentación.

2.1.3. Open field & exposición al estímulo sonoro aversivo

Se empleó una adaptación del modelo de Araujo y colaboradores, basado en el test de open field y la utilización de una grabación del sonido de fuegos artificiales reproducida durante la prueba para provocar respuestas defensivas en los perros (Araujo et al., 2013). En nuestro estudio los animales eran colocados en una habitación – dentro de las instalaciones de la Facultad de Veterinaria de la UAB – que medía aproximadamente 2x2 metros (Figura 1). El comportamiento de los perros era observado a través de una cámara web instalada en el techo de la habitación que además proveía el vídeo digital a un ordenador para su análisis posterior por un observador entrenado. Las medidas

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conductuales podían incluir freezing, locomoción o distancia recorrida, rearing, olfateo, vocalización, grooming o acicalamiento, micción y defecación (Tabla 1).

Para la exposición al estímulo sonoro aversivo se utilizó una pista de fuegos artificiales que consistió en una recopilación de sonidos de discos compactos de desensibilización a ruidos. La pista se reproducía en un equipo de música en un momento determinado dentro de cada sesión (promedio de 92.5 dB) y tenía una duración de 10 segundos. El tiempo entre el sonido del clicker y el aversivo era de un segundo para el grupo tratamiento (con predictibilidad).

Tabla 1. Parámetros de comportamiento analizados durante las sesiones.

Comportamiento Definición

Freezing Ausencia de cualquier conducta dirigida. Se estimó que el animal permanecía congelado cuando se paraba y no presentaba ninguna actividad durante un segundo. Cada vez que esto ocurría se anotaban los segundos transcurridos con el animal en esa actitud y se sumaban los tiempos obtenidos al final de cada sesión.

Locomoción Distancia recorrida medida en número de unidades de cuadrados del suelo en los que entraron con las patas delanteras.

Rearing Postura erguida sobre las extremidades traseras apoyando las delanteras sobre las superficies verticales que limitaban el habitáculo del open field.

Olfateo Inhalación de aire a través de las narinas estando el animal sentado, de pie o tumbado, en movimiento o estático y mostrando una evidente orientación hacia el entorno físico.

Vocalización Acción de ladrar, gruñir, lloriquear, gemir o aullar en cualquier posición y ya fuera en movimiento o estático.

Grooming Acción de limpieza de la superficie corporal por lamido o mordisqueando, dirigida hacia el cuerpo del animal (autolimpieza).

Micción Orinar en posición sentado o de pie.

Defecación Defecar en posición sentado o de pie.

Adaptada de Palestrini et al., 2010; Araujo et al., 2013; Scaglia et al., 2013; Cannas et al., 2014; Protopopova et al., 2014.

57 Figura 1. Fotografía del open field tomada desde la perspectiva de la cámara en el techo.

2.1.4. Fases experimentales

2.1.4.1. Fase de pruebas

A lo largo de una semana se hicieron varias pruebas con perros de raza beagle del servicio de docencia de las granjas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona para observar el comportamiento de los animales en el open field y poder desarrollar una plantilla base.

2.1.4.2. Fase de habituación

Se llevaron a cabo cuatro sesiones de habituación a la sala de experimentación. Todos los animales entraron de forma individual en la sala y cada sesión tuvo una duración de dos minutos. En el transcurso de ese tiempo no se realizó ninguna manipulación, ni los perros fueron expuestos al sonido aversivo. Hubo dos que no superaron esta primera fase de habituación y fueron descartados.

2.1.4.3. Fase de aplicación del estímulo aversivo

Esta fase estuvo constituida por las 448 sesiones experimentales de los catorce perros (32 por animal) en las que estos fueron expuestos al sonido aversivo de forma predecible o imprevisible en función del grupo al que pertenecieran. Las sesiones se repartieron a lo largo de cuatro semanas.

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Todas las sesiones tuvieron una duración de 191 segundos para los perros del grupo tratamiento (con predictibilidad) y de 190 segundos en el caso de los del grupo control (sin predictibilidad). Las sesiones se dividieron en tres periodos (Figura 2): el previo al sonido aversivo (que podía durar de 60 a 120 segundos, es decir, en tiempos variables y establecidos de forma aleatoria), el periodo durante el que se reproducía el estímulo aversivo (con una duración de 10 segundos) y el último periodo tras el sonido (de nuevo, con una duración que podía ir de 60 a 120 segundos). El tiempo entre el sonido del clicker y el aversivo era de un segundo para el grupo tratamiento (con predictibilidad). Por este motivo había una diferencia de un segundo en la duración total por sesión entre los dos grupos.

Figura 2. Esta imagen muestra un esquema de la división de los tiempos y periodos dentro de cada sesión.

Periodo 1: fase anticipatoria en la que no se reproducía el sonido aversivo; periodo 2: fase en la que se reproducía la pista de fuegos artificiales a través de un sistema de altavoces; periodo 3: última fase en la que no se presentaba ningún estímulo.

2.1.5. Análisis de datos

Para el análisis de los datos se calcularon las medias de cada valor por minuto (número de eventos por minuto) y las medias del tiempo total que desarrollaban el comportamiento durante la sesión entre el número de veces que la hacían (tiempo por evento). Esto es, todas las medidas conductuales fueron analizadas en frecuencia por minuto y duración de la ocurrencia de los eventos.

Comportamientos como la micción y defecación no se consideraron para el análisis estadístico debido a la escasa frecuencia con la que los animales los mostraron.

59 2.1.5.1. Análisis estadístico

Los datos se analizaron con un modelo Poisson mediante el procedimiento GENMOD de SAS (SAS.9.1.

Institute, Inc., Cary, NC, EUA). El modelo completo incluyó un efecto de grupo, un efecto de periodo, la interacción periodo por grupo y el efecto aleatorio del animal.

Para comprobar si había diferencias significativas entre los dos grupos de perros dentro de cada periodo en cuanto a cada una de las conductas analizadas, tanto en duración como en frecuencia, se utilizó el test de chi-cuadrado (The GENMOD Procedure). De igual modo, para comprobar si había un efecto global del periodo significativo se utilizó el mismo test.

Un valor de P < 0.05 fue considerado significativo para todos los análisis.