• Aucun résultat trouvé

Mujeres abogadas: género y problemas de conciliación en las profesiones jurídicas

Antonio Santos David Muñoz Sandra Obiol Dpto. Sociología y Antropología Social Univ. Valencia

Resumen

La abogacía ha sufrido en estas tres últimas profundas transformaciones. El modelo tradicional, marcado por una presencia mayoritaria de varones, ha sufrido cambios muy relevantes en este periodo. En opinión de numerosos expertos, la feminización de la profesión es uno de los más importantes. En esta comunicación, se tratará la cuestión de la feminización de las profesiones jurídicas y toda la variedad de desigualdades de género verificadas en estos últimos años. Este proceso de cambio se ha producido en un campo, como es el jurídico, donde el predominio masculino había sido absoluto hasta hace poco tiempo. Nuestro objetivo es investigar sobre las situaciones de desigualdad y la persistencia de discriminaciones y estereotipos arraigados en el pasado que se han verificado y que ralentizan los avances hacia la incorporación de las mujeres y la conciliación. Para avanzar en este objetivo de investigación, nos basaremos en las entrevistas en profundidad realizadas en el marco de una investigación sobre los efectos de la crisis de 2007 sobre las profesionales liberales. Mediante estas entrevistas abordaremos las dificultades concretas para la conciliación que afectan al desarrollo de la práctica laboral de las mujeres abogadas y la persistencia de estereotipos marcadamente masculinos.

Introducción

La idea de que la abogacía ha cambiado profundamente en estas tres últimas décadas se ha convertido en un tópico entre los especialistas y los responsables de las corporaciones jurídicas (Felstiner, 2005; Susskind, 2013; Muro, 2016). El modelo tradicional, caracterizado por el profundo conocimiento del sistema de leyes, el ejercicio monopolístico de la abogacía y un reconocido prestigio profesional ha sufrido cambios muy relevantes. No es ya solo que, en la actualidad, el mundo jurídico tenga que competir y compartir los organigramas institucionales con economistas y otros tipos de profesionales, sino que la opinión pública les identifica, en muchas ocasiones, como un sector apegado a la tradición y poco dinámico. Más allá de estas sensaciones, y sin negar que aún retiene un considerable poder simbólico, la profesión de la abogacía está en medio de un escenario de cambios por las importantes recomposiciones sobrevenidas en estos últimos treinta años. El rejuvenecimiento de la profesión, sus desigualdades internas en cuanto a situación profesional y precariedad laboral (Codina y Pestana, 2013); los cambios en la estructura profesional y en las especialidades, entre las que se ha extendido la importancia del mundo económico y los negocios (Susskind, 2008); las demandas de profesionales más especializados y que organicen su trabajo de forma emprendedora y con orientación al cliente (Moreno-Meyerhoff, 2014) y, finalmente, la feminización de la profesión, son algunas de las tendencias fundamentales señaladas por la mayoría de expertos. En este texto, abordaremos la cuestión de la feminización de las profesiones jurídicas y toda la gama de desigualdades de género que se han verificado en estos últimos años. Este proceso de cambio se ha producido en muy pocos años y en un campo, como es el jurídico, donde el predominio masculino había sido absoluto hasta hace poco tiempo. Este contraste ha creado llamativas situaciones de desigualdad y la persistencia de discriminaciones y estereotipos arraigados en el pasado que ralentizan los avances hacia la incorporación de las mujeres y la conciliación.

La feminización de las profesiones jurídicas es una de las transformaciones más importantes resaltadas en el volumen recopilatorio de William Felstiner (2005) sobre cambios en el mundo de la abogacía y el trabajo jurídico en los últimos años. Esta observación cobra importancia si añadimos que en dicho volumen se recogen los textos del Working Group on the Comparative Study of the Legal Profession de la International Sociological Association y, por tanto, de un buen

número de especialistas de diferentes países que sondean la evolución comparativa del campo profesional jurídico.

A pesar de la coincidencia generalizada en cuanto al auge del fenómeno de la feminización, los enfoques y los aspectos tratados son muy variados en los diferentes ensayos recogidos en el libro, lo cual no es un inconveniente, al contrario, ya que deja ver la variedad de problemas a los que se enfrentan hoy las mujeres abogadas. Así, revisando las diferentes contribuciones recogidas en la edición de Felstiner, puede comprobarse cómo en el año 2000 las abogadas en Francia ganaban el 50% menos que sus colegas abogados; en Holanda, las mujeres accedían con cierta igualdad a la magistratura, pero seguían siendo minoritarias en los colegios de abogados; en Alemania, trabajaban en sectores profesionales menos rentables; de la misma forma, en Australia, las mujeres representaban tan solo un 15% en el elitista sector de los abogados de negocios, aunque dichos abogados se acompañaban muy frecuentemente por mujeres juristas que ejercían de asistentes a su cargo. Teniendo en cuenta todas estas realidades nacionales, la hipótesis del techo de cristal cobra fuerza. En la propia obra que estamos comentando, se incluye una investigación (Kay y Hagan, 2005) que se plantea concretamente esta cuestión mediante un estudio cuantitativo basado en el caso canadiense, en el que la conclusión principal es la confirmación de las menores posibilidades de promoción de las mujeres debido a las barreras profesionales, fijadas en las esferas de poder de la profesión, muy masculinizadas. Estas menores posibilidades se acentúan ya con los obstáculos para franquear las escalas intermedias, que abren paso a puestos de mayor responsabilidad. Estos hechos se agravan con la evolución reciente provocada por la concentración empresarial y el auge reciente de las law firms, que ponen las cosas difíciles a los pequeños despachos o a los trabajadores independientes, ámbitos estos donde la presencia de las mujeres es muy numerosa.

En un balance relativamente reciente de su larga experiencia de investigación, las sociólogas Fiona Kay y Elisabeth Gorman (2008) han revisado los principales problemas ligados al género en la abogacía en Canadá y Estados Unidos.

Incluyen en esta revisión toda la gama de barreras y dificultades que salpican las trayectorias laborales de las mujeres abogadas. Desde las que se producen a la entrada en la carrera jurídica y en las formas de contratación, hasta la persistencia de patrones de discriminación y segregación en la práctica jurídica, pasando por el análisis de las situaciones de acoso sexual y conflictos en torno a

la conciliación. Esta última realidad les lleva a evaluar con detalle las diferencias de género en las promociones, en los ingresos, en la vida emocional de los abogados y en los abandonos de la profesión.

En este artículo, trataremos estas cuestiones y exploraremos cómo se reflejan en el caso español. En el primer apartado (1), detallaremos el cambio demográfico que se ha concretado en estas tres últimas décadas en la universidad española en el que destaca el incremento del alumnado femenino y, correspondientemente, su posterior colegiación e inserción en la abogacía. En segundo lugar (2) abordaremos algunos de los problemas que sufren las mujeres abogadas en su trabajo. Nos basaremos, fundamentalmente, en resaltar las dificultades concretas para la conciliación que afectan al desarrollo de la práctica laboral de las mujeres (apartado 2.1). En un tercer apartado, reflejaremos los resultados del análisis de un corpus de entrevistas realizadas a abogadas y abogados cuyos detalles ampliamos en un recuadro anexo al final de este texto.

1.- El boom demográfico en las profesiones jurídicas: cambios