gerir, mezclándolos además para que
actúen los
unossobre los
otros, para lo cual se comienza por
pulverizarlos.
712 ministlrio
Gramos.
Nitrato de amoniaco
Bifostato de amoniaco. 400200
Nitrato de potasa 260
Clorhidrato de amoniaco 5o
Sulfato de cal 60
Sulfato dehierro '. 40
Total i.ooo
Estas materias se encuentran en las farmacias y en las tiendas
de productos químicos, y su coste, sumamente módico, facilita su
adquisición. El modo de prepararestas sustancias esbiensencillo:
Se pone por cadagramo de estas materias un litro de agua co¬
mún. En pasandode unjustolimite, como, por ejemplo, si se pu¬
sierantres6 cuatrogramos, se ve que áun en un aire puro y abun¬
dante las plantas palidecen, y esta alteración en las hojas indica
que la planta teme ser abrasada, de lo que se han dado algunos
casos. Cuando se manifiesta esto, la única medida que se debe adoptar es proceder áun abundanteriego de agua pura, paraquitar
el exceso de sustancias fertilizantes. Cadaplanta tiene bastante
paranutrirsecuando recibe 5ogramos de estelíquido por semana;
con un litro hay suficientepara 20vasijas de fiores.
Esta ración no debeen manera alguna establecerse de una vez, porque abrasaria la planta; hay que empezar por una dosis sufi¬
cientemente pequeña, é ir aumentando progresivamente y de un modo prudencial, hasta llegará la ración ordinaria.
Hemos hecho el siguiente pequeño cálculo económico: 50 gra¬
mosdenuestra solución, ó i.ooqc, contienen un 20= de gramode sales; en un año laplanta se habrá apropiado gramo, ó 5o
de nuestramezcla; en suma, ungramo ennúmeros redondos, sien¬
do el gasto denuestro método de un céntimo poraño, ópoco más,
lo que, como se vé, no es en manera algunacostoso.
Usando este abono, la tierrano debe considerarse más que co¬
mo un medio de apoyo para las raíces, y puede en algun caso
reemplazarse por arena ó por otramateriaanáloga.
Poniendo laplanta en un vaso ó salvilla no agujereada con un poco de agua, en un breve espacio de tiempo este agua será ab¬
sorbida.
Hay plantas lindísimas y elegantes que crecen (mercedáciertas precauciones) en agua pura; una fuchsia (figura 117) plantada en agua pura, al cabo de seis semanas pasa de 60 centímetros de al¬
tura, presentando una espléndida vegetación.
Todas las semanas se cuidaráde proporcionarleuna cucharada
dealimento, mudando el agua en que se introducen las extremi¬
dades de las raíces.
Según opinion de sabios floricultores, lospelargonios, las cinera¬
rias, las calceolariasylas altheas (figura 118), llegan por este medio
á un crecimiento perfecto, como también la. Deuiriagracilis ó
del-Fig. 117.—Fuchsia fulgens.
gada (figura 119), los pensamientos {ñgura 120); las violetas, las
lindas margaritas, las deslumbradoras rosas (figura 121) y otras muchas que seria prolijo enumerar.
Estas lindasflores, estas queridas plantas de habitación, son, ya lo hemos dicho, muyexigentes; como cuentan con bellezasufi¬
cientepara indemnizarlas molestias que proporcionan, no temen hacerselas reinas de lacasa. Sus lindasjardineras se aficionan á
ellas notablemente, según van tocando resultados más brillantes
en su cultivo; primero empiezan por colocar en su gabinete un número reducido deplantas de habitación; pero van aumentando
714 AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
el número y dos años despues adornan los balcones, perfuman las galerías, éinvaden todos los huecos de la casa, llegando hasta
á colocarse en el elegante piano; desde allí parece como que
en-Fig. 118.—Althearosea. Fig. 119.—Deutria gracilis.
tienden ellenguaje misterioso de las teclas, porque las flores son hermanas de la músicay están unidas por lazos invisibles; ¡seria
ilusión! No podríamosasegurarlo, pero más de una hermosa niña
JARDINES Y FLORES 7l5
nos ha hecho observar que al tocar el piano entre sus queridas
flores, con las que formaba un grupo encantador, recibiendo el
aroma delicioso con que ellas le brindaban, ha creido más dulces
los sonidos de las notas; más armoniosos los acordes del piano;
más bellos sus trozos de música predilectos, y es que las flores la
han inspirado ayudándola á merecer los aplausos recibidos.
No es posible, sin embargo, dejarque lo invadan todo; además,
su cuidado seria muymolesto; lo mejores disponerlas en forma
de tarima más ó ménos espaciosa ó engalanada; la colocación en
Fig. 120.—Viola tricolor. pig. 121.—Rosa de cien hojas, ella es cuestión de gusto. En este sitio delicioso podéis recibir á
vuestras amigas, que amantes de las flores como todas las jóvenes hermosas, encontrarán en él singular atractivo y las flores serán objeto de vuestras conversaciones; y, ¡quién sabe, si de estas en¬
trevistas, rodeadas de lindas plantas de adorno, resultaránconver¬
saciones útiles que animen y estimulen áunas por otras á dedi¬
carse al cultivo de las plantas de habitación, que tantas ventajasy placeres encierra paralas buenas amas de su casa!
Pero no creáis posible reducirlas plantas áunsitio determinado;
7i6 gaceta agrícola del ministerio de fomento
es imposible sustraerse al dulce yugo que ellas nos imponen;
bien pronto encontráis un rincón sumamente desairado, donde vendria perfectamente unaplanta de expléndido follaje, que con¬
tribuya á adornar la habitación; una mesita donde estén haciendo falta algunos tiestospequeñitos; el hueco de uña puertaque parece reclamarotro de tamaño un poco mayor; es necesario dejarlasque ocupen cuanto sitio quieran y hagan de nuestra casa un parterre
en miniatura, donde no sólo se pueden cultivar bien todas las plantas, sino que se las puede ver nacer, florecer y fructificar, y hasta se puede hacer uso de los ingertos y las estacas.
El resultado satisfactorio depende del gusto y del cuidado que
se tenga con-estas plantas tan delicadas que pudieran llamarse
aristocráticas.
. Cuando se posee un espacioso jardin, se plantan algunos
arboli-tos, juntándolos al muro para establecer sobre estemuro con sus
ramas unidas una especie de enrejado que defienda las plantas
delicadas. En cuanto á nosotros, preferimos limitar nuestrojardin
á una ancha ventana en donde las plantas puedan variarse de sitio
todas las mañanas al regarlas, formándoles unacubiertacon cual¬
quiera deesaslindas plantas enredaderas6 trepadoras.
A nuestro parecer el cultivo de las plantas de habitación no exi¬
ge cuidados difíciles y extraordinarios; pero síun entretenimiento regular, paciencia, detenimiento, afición y buengusto, del que se
puede sacar mucho partido.
Ya sabemos que ante todoes necesario evitar: los cambios brus¬
cos de temperatura y de humedad, proporcionar sol á todas las partesde la planta y darles el mayor espacio que sea posible. Hay especies (de algunas de las cualesya hemos hablado) que necesi¬
tan otraclase de cuidados para florecer, y con éstas se suele co¬
merciarvendiéndolas despues de criadas.
En fin, como reglas generales senecesita aireyriego, sombray sol proporcionados; y teniendo mucho gusto y mucha práctica se
pueden hacer lindas combinaciones de flores, ydar á las plantas
esa belleza, esa vida que les [imprimen las personas que parecen
predestinadas para cultivarlas, que podria decirse han nacido comprendiendo lasflores y amándolas; bellezay animación que no les darán jamás losque son por naturaleza profanos en elarte.
A. Perez Abela.