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■»ElIntparcial aparecióayer
verdaderamente pródigo de ellas. Afir¬
mabaen primer término, como
fundamento de
grave censura, queel volumenenque sereunirán ypublicarán los
informes
ydiscusio¬
nesde dicho Congreso, será distribuido á
todos los municipios, á
loscuales se obligará á comprarlo. Lamejor respuesta á esteaser¬
to, de todo punto inexacto, nos la ha
suministrado el Congreso
mismo.
«Alempezarselasesión de ayer, el
Sr. Rivas
Moreno,ilustrado
y elocuenteindividuo de aquel cuerpo, donderepresentaá la provin¬cia de Ciudad-Real, preguntó á la Mesa, quéhabia de exactoen
la
afirmación de El Imparcial. El Sr. Cárdenas,
presidente
delCon¬
greso, declaró que esa
afirmación
notenia exactitud alguna. El
574 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
Congreso de agricultores, dijo, se ha reunido por iniciativa de la
Asociación deigenierosagrónomos;éstasufraga los gastosdel Con¬
greso, imprimirá el libro, y lo repartirácomo crea oportuno. El
sueltode El Imparciales un ardid periodístico censurable, porque
nodescansasobre nadacierto, y porque seencamina coninusitada ligereza á desprestigiar las tareas á que estamosconsagrados, tan
dignas dequetodos los espíritus patrióticosy rectos les presten su
concurso.
»E1Sr. Rivas Morenoextrañó que unperiódicocomoElImparcial,
quehace alarde de favorecer lacausa de los interesespúblicosy del
bienestardel país, hiciera deesasuerte una guerrainsidiosaáquie¬
nes defienden aquellos interesesy procuran ese bienestar. Estas palabras del Sr. Rivas fueron acogidas con muestras de sentimien¬
to porel Congreso de agricultores, donde no se alcanzaqué mó¬
viles habrán inspirado esta enemistad del diario ex-democrático á
un pensamiento reconocido generalmente comofavorable alpro¬
greso de nuestra agricultura:
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)>Pero esto es lo que ménostiene en cuenta ElImparcial. En la
sesión celebrada por el Congresode agricultores, anteayer, se dis¬
cutió la cuestión del crédito territorial y agrícola. Todos los ora¬
dores que en ella tomaron parte, ménos uno, defendieron la liber¬
tad de Bancos. Casi todos combatieronlagestion del Banco Hipo¬
tecario. Algunos, que figuran entre los más distinguidos de la
escuelaeconomista, á la que siempre vivió afiliado El Imparcial,
censuraron severamenteá ese Banco, demostrando que no satis¬
facelas necesidades alegadas al crearlo; que es un obstáculoinsu¬
perable para el desarrollo del crédito territorial, que no enjuga
sinouna parte insignificante de nuestradeuda hipotecaria, y que porestos hechos debe despojársele del monopolio de que goza,
como primera medida urgente é imprescindible para llegar á un desenvolvimiento satisfactorio del crédito agrícolayterritorial.
»Puesbien; ese debateylas conclusiones deesedebate, hansido
el motivo que inspiró los desdenes y las censuras de El Imparcial
de ayer. Por eso dice quelos discursos pronunciados en el Con¬
gresodé agricultorescarecen de importancia;por eso, en un largo artículo, defiende al BancoHipotecario, acumulando en su defensa
ECOS DE LA PRENSA SjS
tantainexactitudytantoerror, que apenas es creible se haya dado
á la estampa semejante alegato.
«Las ventajas que El Imparcial atribuye al Banco Hipotecario
son mentidas ó ilusorias; los cálculos que aventura sobre su por¬
venir, engañosos. Del articulo de El Imparcial resulta sólo una
cosa: que ante las reclamaciones unánimes de los agricultores es¬
pañoles contra ese Banco, el diario ex-democrático cree oportuno formular una protesta. Los agricultores dicen que el Banco Hipo¬
tecario es el más temible adversario de sus intereses; El Imparcial
defiende al Banco contra los agricultores.
«Por eso censura á éstos, por eso envuelve con su desdenlas
tareas á que están consagrados, por eso las tacha de ineficaces y
vanas.
nElImparcial no las conoce; no sabe cómo se haconstituido el Congreso de agricultores. Invitado á sustareas, como el resto de la prensa, por la Asociación de ingenieros agrónomos, paga el
honorde lainvitación con sus ataques ligeros é insidiosos.
dEIImparcial no ha tomado encuentala índole desusesfuerzos,
pues que sólo de una manera parcial y deficiente, omitiendo lo que podia interesar al país, ha dado cuenta de los trabajos de ese
Congreso.
dEI Imparcial, porúltimo, se erige en maestro, y declara que la Agricultura necesita, ántes que de instrucción, máquinas, mejora
de las labores agrícolas, perfeccionamiento de loscultivos, reforma
de los abonos, etc., de capital. Esto es una vulgaridad que no honra al diario ex-democrático. LaAgricultura necesitade todoeso al mismo tiempo, porque sin instrucción, sin máquinas, sin me¬
jora de las labores agrícolas, etc., será imposible que progrese y adelante.
«Necesita también, como dice El Imparcial, que se adopte una
série de medidas legislativas, entre ellas, la reforma de la ley de Enjuiciamiento. Si ElImparcial supiera lo que hace el Congreso
de agricultores, no ignoraria que eso mismo es lo que allí se pidió
y propuso en primer término anteayer. Pero El Imparcial ignora siempre lo que no conviene á los intereses que defiende.
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«Por Último, si es necesaria la reforma de las leyesparadesen¬
volver el crédito agrícola; si las instituciones que le den vidano
han de serobra del Estado, sino de la iniciativaparticular; si hay
que apelar áésta, ningún procedimiento tan oportuno como el de
los Congresos, el de los discursos de que El Imparcial hace mate¬
ria de sus críticas, y el de las propagandas delas ideas.
«Porque lo ha iniciado la Asociación de ingenieros agrónomos, comprendiendo bien y sirviendo mejor los intereses del país, la aplaudimos; porque lo hainiciado nos asociamos á sus propósitos,
yle aconsejamos que persevere en ellos, desdeñando lasprotestas de los intereses particulares á quienes la discusión ofende y com¬
promete.Sigaese rumbo aquella Asociación,yconquistará, comoel Congreso de agricultores ha conquistado, losaplausos de todos los espíritus rectos y patrióticos, cuyos deseos y aspiraciones prefe¬
rimosnosotros representar y defender á los de ninguna empresa, por altay poderosaque sea. »