Lafalta de una estadística agrícola, exacta, hace muy difícil la
contestación terminante áesta pregunta. Hoy se inclinan los áni¬
mos, y el mismo texto del cuestionario lo
deja
entrever, enfavor
de la limitación, á explotarcon cereales sólo los terrenos de su¬
ficiente fertilidad; pero, de otra parte, se observa que de
los
50millones de hectáreas què mide el territorio español, sólo existen
cultivadas unos 30 millones (con toda clase de
producciones)
y aparecen 20 millones de hectáreas'de tierras incultas, 6
cuyos aprovechamientos se desconocen.Es verdad que se haroturado mucha superficie
de tierras,
queno ofrecen condicionesadecuadas para los cereales, y cuyasustitu¬
ción por otros cultivos es de necesidad, y también es cierto que
al
mejorar nuestras condiciones económicas, y,sobre todo, la facili¬
dad de comunicaciones, irán ganando los sistemas intensivos
de
cultivar, algunos ó bastantes suelos fértiles, implicando este pro¬
greso nueva reducción en los cereales; pero áun así
resultan sólo
presunciones, más ó ménos acertadas, y quela cuestión
carece, enel dia, de datos suficientes para obtener una solución
evidente
y satisfactoria. Para alcanzarla, precisa llevar á efecto la estadística agrícola, comprendiendo todos losantecedentes de naturaleza
y productividad real de los suelos, áfin de tener este puntode parti¬
da en la cuestiónpropuesta.
55o GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
3."—¿Con qué
cultivos se pueden reemplazar loscereales?
No resulta ociosa esta pregunta, áun enla indeterminación que hemosconsignado parala cuestión segunda; pues, de toda suerte,
es un hecho cierto que hay suelos en que debe ser reemplazado el
cultivo de cereales por otras plantas que sean susceptibles deacre¬
centarel beneficio agrícola.
Para facilitar las breves indicaciones que hemos de hacer, se consideran porseparado: i.° los suelos accidentados que no permi¬
tan el empleo de máquinas, ytodos los de escasafertilidad que no rindan al ménos 9 á 10 hectolitros de trigo por hectárea; z.° los
suelos llanos ó de ligeras pendientes que posean granfertilidad, y cuyo tanto de arrendamiento supere al producto neto que deja el trigo, ó sea á la retribución anual del agricultor.
Lossuelos accidentados de laprimeraclase, donde no es posible
la aplicación de máquinas modernas, que abaratan considerable¬
mente los gastos de producción, tampoco pueden sostener compe¬
tenciaconotrosmás favorecidos en laexplotación de cereales; por¬
que áun sus mejores rendimientos posibles sólo alcanzan
beneficio
bajo la condición de altos precios porhectólitro de grano. Sus pro¬ducciones son caras en resúmen, y por consecuencia deben ceder
su puesto los cereales, bien álos productos forestales en las cimas
de las cordilleras, biená explotaciones arbóreasó arbustivas diver¬
sas en lascolinasyladeras. En muchas zonas de España, quizáen
la mayoría, obtendrá merecida preferencia la viña; hácia el Medio¬
día, en muchos casos, los olivares ó el granadoy otros árboles que resistan las sequías; mientras que en las regiones frescas pedirán lugar más importante losmanzanos y perales, los frondosos casta¬
ños y los nogales, con numeroso séquito de árboles que
suminis-trjin variados productos.
Los suelos de escasa fertilidad en altosanos óllanuras, que no rindan de 9á 10 hectólitros de trigo porhectárea, aunque puedan
cultivarse económicamente conmáquinas, debendestinarse á pina¬
resó diversas plantas arbustivas de monte bajo, si nofuere barato
PRODUCCION DE CEREALES EN ESPAÑA 551 forzar laproducción de cereales mediante la aplicación de abonos.
Lasbuenas ó malas condiciones de frescura de los suelos podrán
influirmucho paraintentar la modificación en el primer caso, me¬
diante los abonos, ó para preferir la explotación de Coniferas yde
Amentáceas en el segundo. Puede habercaso de terrenosmuy silí¬
ceos, en quesólo las aulagas, cítisos, hiniestas, retamas, tojo, etc.,
seanlos forrajes útilmente aprovechables en laalimentación 6 sos¬
tenimiento de ganados.
Los suelosde superior fertilidad y situados en planicies pueden
no convenir paralos cereales por sufavorable situación económica,
que estimula la explotación de la huerta, ó porque las plantas in¬
dustriales ofrecen un producto neto superior, y engeneral, porque lo elevado deltipo de arrendamientonopuede compensarse con los productos máximos del trigo. Puede asegurarse que en los suelos
de esta clase, donde los cereales no dejen al ménos loo pesetas anuales porhectárea, como remuneración ó retribución del agricul¬
tor, hace faltareemplazar tales plantas porlas llamadas industria¬
les y por las praderas artificiales.
En resumen: donde noconvenga la explotación decereales, esposible reemplazareste cultivo con productos forestales, con árbolesy arbustos diversos,con retamasy susanálogos, óconla huerta, plantas indtistria-lesyprados artificiales, según lasvariables condicionesque se presenten.
4.^—¿De qué
modo seresistirá
mejor la competencia de ioscereales americanos?
Hemos consignado, en la primera parte de estetrabajo, el ma¬
yor costede producción que realizan los sistemas intensivos em¬
pleados para cultivar el trigo en el Occidente de Europa, y para demostrarlo nos conviene citar varias cuentas de gastos de
Eran-cia y de España.
Cuando se agitaba en Francia, el año pasado, la cuestiónde los trigos americanos, publicó Mr. L. Girard (i) una de las cuentas
(l) yotirnalctagylcuUtivepratique de 27 deMarzo de
1879-52 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
más razonadas que hemos tenido ocasión de
examinar, de
cuya conclusionresultaba:GASTOS