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REVISITANDO LA OKUPACIÓN

1. LA DIMENSIÓN URBANA

1.2 La forma-MSU

Por su parte, la forma-Movimiento Social Urbano (MSU) se ancla a lo urbano enfrentándose a una de las expresiones más candentes de la ciudad actual, la especulación, y uno de los mayores procesos en el que deriva: la gentrificación38; además de practicar un contrato menos lesivo con el entorno.

1.2.1 La lucha contra la gentrificación y el turismo insostenible. Una oposición espacial

La elitización es un proceso por el cual grupos de personas de menores recursos se ven desplazados y son sustituidos por otros grupos de mayores recursos (Sargatal, 2000). Este proceso se caracteriza por un encarecimiento de la vivienda y de los servicios (subida de precios en productos de los comercios cercanos, etc.). Esta dinámica está asociada a intervenciones urbanas que se realizan en el marco de políticas públicas de reestructuración urbana o en el proceso de capitalizar una parte de la ciudad, y en general se centran en barrios o zonas céntricas o con alguna centralidad -ya efectiva o latente del cual sacar provecho en el futuro creando las condiciones adecuadas- y que muchas veces muestran una degradación (sobre todo por la desinversión deliberada de actores públicos y privados). La reapropiación física y simbólica por parte del capital de áreas de la ciudad comporta también una transformación en su estructura comercial, su fisonomía y su imagen (Hernández Cordero, López-Gay y Ortiz Guitart, 2016). Esta reconfiguración espacial (Hernández Cordero, 2016b) supone uno de los ejercicios de acumulación de capital más frecuentes

37 A pesar de los miramientos que los okupantes entregan a estos aspectos, muchas veces sus instalacionesno cumplen con la normativa vigente -que, por otra parte, no pretende comprender la singularidad de estos espacios-, y a veces son estas peregrinas razones de seguridad las que justifican el lanzamiento (entre ellas disposiciones de Ordenanzas de civismo o leyes que aluden temas de higiene y salubridad (González Márquez, 2016:71)).

38 Aunque actualmente el anglicismo 'gentrificación' está muy aceptado en los estudios sobre este tema, García Herrera (2001) propuso hace ya algunos años el equivalente castellano de 'elitización' para referirse a este proceso. En todo caso es un término cuya eventual adecuación y pertinencia para diferentes contextos urbanos ha creado gran debate y controversia (López Morales 2016; Maloutas, 2012).

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utilizados por el neoliberalismo en la ciudad. La producción del espacio urbano se convierte así en una fuente segura de rentabilidad. Ante esta desposesión, que suele conllevar una dimensión de clase39, los afectados por este tipo de políticas e intervenciones se organizan y le plantan cara a las expresiones que los causan; la gentrificación y la turistificación.

Pese a este frente común, la presión turística y la presión gentrificadora, y los efectos que provocan, no son la misma cosa. Así, la turistificación contribuye notablemente a la gentrificación, pero tiene otros impactos intrínsecos como la desaparición del comercio minorista -en beneficio de uno dirigido al turismo-, la promoción de nuevas formas de actividades de ocio hedonista y nocturno mercantilizado o aumento de la vigilancia y control policial, todo lo cual afecta a la habitabilidad de la comunidad (Cabrerizo, Sequera y Bachiller, 2016).

Además, los turistas, a diferencia de los gentrificadores que se asientan en los barrios, no residen y solamente están de paso, por lo que su impacto puede resultar mucho más pernicioso (no generan vida de barrio, su relación con el barrio es extractiva, es decir, extraen de él lo que les interesa -experiencia singular, alojamiento, centralidad- sin aportar demasiada cosa). El movimiento okupa y los Centros Sociales se oponen a ambas lógicas, pero con su política espacial -evitar la valorización de bienes inmuebles a la vez que mantener vivo el tejido social y asociativo- enfrentan los efectos que, por su naturaleza, comparten tanto la turistificación y la gentrificación: la revalorización de la zona, la expulsión de habitantes de menores ingresos y la pérdida de diversidad cultural.

Así, en ciudades como Barcelona se han articulado movimientos muy potentes contra un turismo extractivo y depredador que identifican con una de las avanzadillas más prominentes y visibles de la elitización. El turismo, y más concretamente, la presión que sobre el alquiler produce la proliferación descontrolada (los que están sin licencia, pero también los que con licencia dinamitan por saturación el tejido barrial) de apartamentos turísticos, es un factor clave en las dinámicas que desplazan a las poblaciones vulnerables (con

39 La reestructuración urbana mediante la 'destrucción creativa' tiene casi siempre una dimensión de clase, dado que son los pobres, los no privilegiados y los marginados del poder político quienes sufren primero y en mayor medida las consecuencias de este proceso en el que la violencia es necesaria para construir el nuevo mundo urbano a partir de las ruinas del viejo (Harvey, 2008).

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menos recursos) de los barrios centrales. El desplazamiento40 es un concepto con claras connotaciones políticas que implica inevitablemente la expulsión de los espacios de vida -la casa, el barrio- y socialización -el espacio público- (Blanco y Apaolaza, 2016). Fernández (2012) lo denominó colonización -se refería a la zona de la calle Robador, pero es extensible a otras áreas-, la cual comporta la expulsión y centrifugación de los 'indígenas' y la suplantación por un grupo de mayores ingresos y poder adquisitivo. Por lo tanto, la acumulación basada en la desposesión, una inyección de capital en el transcurso de un redesarrollo urbano que conlleva una captura de espacios que habían permanecido durante muchos años en manos de poblaciones de renta baja, provoca el desplazamiento y expulsión de estas poblaciones primigenias.

En estas circunstancias la okupación puede actuar como contrapeso contra la ávida apropiación del espacio urbano por parte del capital, ya que "los okupas pueden detener, al menos parcialmente, el proceso de producir beneficio a partir de la propiedad", es decir, pueden detener la extracción de valor, y esa interferencia puede ser un experimento anti-capitalista (porque, además de interrumpir la cadena de extracción de valor, "producen" y crean viviendas comunales de ayuda y compartir mutuos, llegando a crear Centros Sociales abiertos y con vocación de atraer y hacer actividades). "La okupación define un campo de contención urbana con una de las dimensiones del capitalismo", y de ese modo "resiste la mercantilización de la vivienda, las ciudades y sus propias vidas" (Martínez y Cattaneo, 2014). En este sentido, los okupas tienden a oponerse a las corporaciones globales y a las renovaciones urbanas en las que los vecinos no tienen voz, así como a la especulación del mercado (Martínez, 2014a).

Hay muchos ejemplos concretos de oposición y sabotaje material -produciendo un antagonismo no sólo a nivel discursivo, sino espacial, confrontando mediante la liberación y adquisición de zonas o áreas urbanas la colonización especulativa- a la gentrificación. Díaz-Parra (2008) relata uno de estos casos en Sevilla:

"En el 2005 se ocupa en la Calle San Bernardo un antiguo colegio de adultos, abandonado durante quince años por la administración local, con el objetivo de crear un centro social. Esta ocupación se

40 Estos desplazamientos se producen también más allá de lo urbano, en diferentes países y entornos (como la expulsión del campo o de la tierra de los ancestros), enmarcados en la dinámica global del capitalismo extractivista y predatorio (Sassen, 2015).

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presenta como reivindicativa y política y ejerce una tímida denuncia de la especulación en el barrio en sus primeros panfletos. Los jóvenes ocupas contactan con algunos antiguos vecinos del barrio, que a su vez habían tenido contacto con el movimiento en torno a El Pumarejo. Una de las primeras actividades, en Marzo del 2005, son unas «Jornadas contra la Especulación», en las que se trata específicamente la problemática de la gentrificación"

Figura 2. 'Why call it tourist season if we can't shoot them?'. Blokes Fantasma

Steen, Katzeff y Hoogenhuijze, 2014

En el caso de Barcelona, la lucha contra la gentrificación ha centrado parte de sus atenciones sobre el turismo41 (pues ya se ha dicho que el proceso gentrificador abarca muchas más áreas). La fortísima presión turística que recibe la ciudad ha hecho que hayan proliferado apartamentos turísticos -tanto legales como ilegales- que han provocado un aumento del precio de los alquileres y una degradación del tejido social de los barrios en los que hay un mayor índice de ellos -sobre todo en el área central de la ciudad, el distrito de

41 Sin embargo, esta causalidad no es siempre tan clara. En Ámsterdam por ejemplo, la relación del movimiento okupa con el turismo ha ido evolucionando en el tiempo. En su apogeo ocuparon un espacio que excluía las formas tradicionales del turismo. Su declive, empero, alteró su posición y, por su mayor debilidad y por el triunfo de un activismo orientado hacia lo cultural, los hizo proclives a interactuar más receptivamente con las instituciones de la ciudad y de cara a la ciudad -aunque seguirían tratando de politizar a los turistas, el turismo y las políticas turísticas- (Owens, 2008).

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Ciutat Vella y alrededores (Poble Sec, Sant Antoni) y en otros lugares donde se concentran muchos visitantes (Gràcia, Sants) y visitas (Sagrada Família42)-. Por todo ello, los movimientos sociales que han alertado contra la expulsión de vecinos han asociado concomitantemente el turismo a esta situación. Las okupaciones, como parte del descontento organizado, también han aludido directamente al turismo como uno de los caballos de batalla a batir. Así, en numerosas okupaciones, la vindicación de una ciudad más vivible con espacios que acojan inquietudes no recogidas en el circuito espacial de la administración y de los actores privados, se ha vinculado frontalmente con una crítica al turismo.

Figura 3. 'Tourist go home. Migrant welcome'

El Mundo43

En otras ocasiones el turismo se contrapone a otras luchas. Fue el caso de la efímera okupación del antiguo edificio de la Llotja44, denominada Mukhayyam

42 Los conflictos en torno a la saturación que suponen los autobuses turísticos y los turistas que transportan y que colapsan los alrededores o la lucha para que el antiguo cine Niza no se convierta en un supermercado y el espacio se ceda para uso de los vecinos, son algunos de los ejemplos.

43http://www.elmundo.es/cataluna/2016/05/02/5727a0dbe5fdeaf1698b460d.html

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(en árabe campamento), que pretendía contribuir a la iniciativa 'Free Spot', proyecto internacional que ofrece apoyo a los migrantes de forma autónoma (véase Figura 3). La liberación del edificio, además de ofrecer una vía autogestionada para ayudar desde el empoderamiento mutuo -y no desde el asistencialismo o el paternalismo-45, desde la solidaridad -y no desde la caridad- a migrantes y refugiados, visibilizaba la inacción administrativa en una ciudad proclamada ciudad refugio. Asimismo, también denunciaba el efecto pernicioso de un turismo desbocado.

Figura 4. Cabecera de la manifestación de rechazo al desalojo del CSOA La Indústria.

'Defensem allò que estimem. CSOA La Indústria. Contra la Marca Bcn'

Squat!Net

El turismo acomete también contra los lugares okupados utilizando la fuerza expropiadora del capital y de las administraciones. Así, el CSOA La Indústria fue desalojado por la denuncia de un propietario que tenía la intención de levantar un bloque de apartamentos turísticos en aquel lugar46. Hecho efectivo el desalojo, se convocó una manifestación de apoyo al Centro en la que se gritó

44 http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160502/401513576897/ocupada-llotja-borsi-barcelona-acogida-migrantes.html

45 Extracto del comunicado de Free Spot Barcelona a raíz de la okupación.

46 http://www.laintervia.cat/2014/11/26/el-csoa-la-industria-a-judici-per-la-febre-turistica/

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“Vosotros turistas, sois los terroristas”, relacionando de manera clara la expulsión y el turismo. En una de las pancartas se podía leer "contra la Marca Barcelona" (véase Figura 4). Los manifestantes aducían con ello a la relación entre el turismo y el modelo urbano de la ciudad, ya que el turismo no es un fenómeno que surja de la nada, sino que proviene de una manera de entender la ciudad y la vida urbana. El turismo es promovido intencionadamente y parte de un conglomerado material y discursivo al que se destinan recursos concretos para crear unas condiciones adecuadas para su atracción.

1.2.2 La ecología urbana47. Una espacialidad y relación más respetuosa con el entorno y los recursos

Los Centros Sociales, por lo tanto, pueden producir una regeneración social y urbana. Otra de las formas en las que la okupación y los centros sociales revierten positivamente en su entorno es mediante la implementación de un proceso de ecología urbana. Ya sea por ser menos llamativa o conocida, ya sea porque no es tan contestataria y es más propositiva o porque se emplean menos fuerzas, ésta opción no se resalta tanto cuando se habla de la toma y puesta en funcionamiento de un edificio. Sin embargo, uno de los aspectos más significantes de la okupación es el rol que juega en la ecología urbana y la conservación (Kearns, 1981). Gracias a sus tácticas innovadoras de ayuda mutua y su filosofía DIY (hazlo-tú-mismo)48, los okupas contribuyen enormemente a un cambio en la relación al consumo de energía y materiales. La reutilización de un edificio vacío supone una gestión sostenible e inteligente de los recursos, tanto en el plano social como en el plano ecológico. Además de suponer la barrera a la comercialización de suelo urbano y de detener la prevalencia del valor de cambio de los edificios, el hecho de que un edificio en desuso vuelva a funcionar y a cobijar personas y proyectos es una forma de negar la deriva consumista de la concepción de la ciudad. En definitiva, son espacios recuperados para tener unafunción social49 y urbana frente al abandono y la

47 Se ha optado por esta denominación porque entiende lo urbano como sistema integral y holístico y porque alude a la vez al ámbito medioambiental, en la senda de la ecología social de Murray Bookchin o la ecología política de Joan Martínez Alier.

48 "El “hazlo-tu-mismo” termina siendo una práctica anticapitalista, tanto a nivel social -porque elimina la explotación laboral- como a nivel ecológico - porque desarrolla prácticas que emplean tecnología de más bajo nivel y bajo impacto ambiental" (Cattaneo, 2014).

49 Los Centros Sociales aplican de modo práctico, efectivo y real una Nueva Cultura del Territorio pues valorizan el plano social y humano frente a otras certezas. Un manifiesto a favor

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ruina que padecían en el momento de su okupación (Dieste Hernández y Pueyo, 2003)50. La carencia de funcionalidad urbana sustrae un edificio válido a los grupos que podrían darles uso y por eso la okupación también se entiende como una reapropiación de un bien común no utilizado y bloqueado para su disfrute. Las propiedades abandonadas están abocadas a perpetuar un recambio continuo, basado en la obsolescencia que establece que las mercancías -entre las que se incluye la ciudad y sus edificios- tienen una fecha de caducidad y deben ser destruidas para poder generar un nuevo impulso y un nuevo valor. La intervención urbana de las okupaciones se dirige prioritariamente hacia los barrios inmersos en procesos de revalorización económica, de modo que realizan una acción 'ecológica' al reutilizar edificaciones abandonadas (Martínez, 2002b:180). Por lo tanto, okupar lo vacío es ir en contra de la destrucción y el crecimiento desmedidos.

La okupación del CSOA La Higuera estuvo motivado en parte por recuperar y retornar a manos públicas un patrimonio en desuso, además de poner en marcha un proyecto que aglutinaba viviendas y centro social. Este proyecto pretendía resignificar el patrimonio, para lo cual defendía una forma de organización y gestión de espacios asamblearia, autónoma y con cabida de todo tipo de actos culturales, políticos, sociales, etc., sin pasar por filtros mercantilistas o bajo la tutela de instituciones, decidiendo sobre la forma de hacer ciudad, de crear espacios colectivos, y de diseñar discursos patrimoniales emancipados (Jover Báez y Almisas Cruz, 2015).

Pero las medidas ecológicas no sólo se limitan al edificio, sino que se propagan hasta la manera en que los okupas se relacionan y construyen su cotidianeidad.

En los Centros Sociales es habitual encontrar mobiliario ecléctico, de una procedencia muy variada. Esto se debe a que estos espacios acostumbran a proveerse de aquello que la sociedad rechaza, así en algunas ideas, así en ciertos muebles y otros materiales. De esta forma dejan patente su rechazo al mercado (al comprar) y muestran su apoyo a reutilizar recursos e infraestructuras que de esta orientación reclama, en efecto, la priorización de la función social en la propiedad del

suelo y la vivienda (punto 3). Disponible en:

www.geografs.org/documents/Manifest%20per%20una%20Nova%20Cultura%20del%20Territo ri.pdf

50 Los mismos autores afirman que estos espacios liberarían el "capital social" bloqueado en el total de casas construidas, ya que son bienes sociales cuya construcción ya se habría amortizado -excepto gastos de comunidad y servicios-. De nuevo se recupera el valor del uso, la dimensión humana y una sensibilidad ecológica en cuanto se da un renovado uso a algo obsoleto desde el punto de vista capitalista.

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otras personas y estamentos desechan en base a parámetros utilitaristas de corto recorrido y deseos sujetos a modas y cuestiones estéticas y estilísticas. Los okupas, adoptando lo que otros espacios (casas, fábricas, etc.) rechazan, se sitúan (in)voluntariamente también en un patrón estético, pero definida por la determinación política y no al revés. Asimismo, junto con aprovechar recursos 'no de mercado' y lo que sobra o expulsa el sistema capitalista, los Centros Sociales emprendentambién proyectos como los huertos urbanos comunitarios51 o iniciativas que fomentan la cultura de la bicicleta o talleres de autoreparación y empoderamiento en técnicas para arreglar los pequeños desperfectos y mejoras que necesitan los hogares (fontanería, pintura, electricidad, etc.).

Cattaneo (2013) lo denomina el sistema oikonomico (en contraposición al concepto 'economía', largamente vinculado a los circuitos financieros y a un paradigma productivista y de crecimiento continuo), caracterizado por no consumir del sistema capitalista de producción y trabajo y se fundamenta en un ecologismo que aprovecha residuos y desechos, extendiendo el ciclo de vida de los productos y materiales. Lo oikonomico se refiere y se centra en los procesos humanos, sustituyendo los intereses individuales del mercado por los intereses comunes de la colectividad. Estas prácticas y este pensamiento están motivados por las inquietudes intelectuales y sociales de los que hacen suya la acción directa, como la okupación, para aplicar su filosofía. Debido a ello, la realidad resultante es la de una autonomía económica (emplean el tiempo para vivir con menos dinero) y una autonomía ecológica (para vivir con medios y recursos más naturales y menos industrialmente producidos). El comportamiento aquí relatado se refiere al ámbito urbano, pero está mucho más extendido en las okupaciones rurales52 o rurbanas. En estas okupaciones, la cercanía de materiales naturales y la lejanía de insumos artificiales hace que sea propicio desarrollar técnicas ecológicas. Este aspecto es muy importante, pues permite ahondar en la autonomía del espacio y establecer una conexión más acorde con el entorno Vergonya por los movimientos sociales y vecinales- es uno de los mejores ejemplos de puesta en práctica del derecho a la ciudad, exaltando la compenetración de la dimensión social con la ecológica (Cattaneo, 2014).

52 'Reclaim the fields!' (www.reclaimthefields.org) es el ejemplo de un movimiento autónomo rural que recientemente ha ido creciendo a lo largo de Europa.

53 Kan Pasqual o Can Masdeu -analizado en profundidad como estudio de caso más adelante- son algunos de los referentes rurbanos más señeros de Barcelona y alrededores.

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como el agua, el techo, la comida y la energía mediante el cierre de los ciclos de energía y de materia, el apoyo de tecnologías conviviales y la autogestión comunitaria centrada en el apoyo mutuo (Cattaneo, 2014).

Así pues, la dimensión ecológica de las okupaciones y Centros Sociales no es nada desdeñable y es una manera de llevar también la justicia, así como lo hacen en lo social y en lo espacial, al ámbito natural y de la relación con el medio y el entorno.

1.2.3 La (contra)cultura y la configuración de territorialidades discursivas

Los Centros Sociales siempre han dado cabida a una vibrante vida cultural. De

Los Centros Sociales siempre han dado cabida a una vibrante vida cultural. De