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LAS ESTEIOLAIRAS Y LAS COSECHAS

Dans le document Estados-Unidos; por D. José Comas. (Page 47-50)

Cuando las granjas de Rovilley de Grignon

llamaban

por su

programa de cultivo alterno la atención

del mundo agrícola,

un

hecho se señaló entre todos por su gran resonancia, y éste fué

el

de la estercoladura á razón de60.000 kilogramos de buen estiér¬

colpor hectárea. Semejantes estercoladuras eran una

novedad

comparadas conlas de 15 á20.000 kilogramos

usadas

en

la divi¬

sión trienal de lastierras de labor, ála sazónenvigor. Se decía en el campo de los retrasados que á razón de 15 francos por

1.000

kilogramos, resultaba un gasto de

900

francos

de abonos,

que

cosecha alguna podría reembolsar. Se decía, al contrario, en

el

campo de la vanguardia, quela cosecha de una tierra bien abo¬

naday por consiguiente dando á menudo el doble, produciría el

hectolitro ámenoscoste que unatierra poco abonada. La demos¬

tración de lagranja de Grignon ha sido decisiva á este respecto,

por más queel estiércol fué adquirido á un precio elevado. Se ha

48 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

probado en esta propiedad de tierras calizas, que una cosecha

do 30 hectolitros de trigo resultaba más barata por hectolitro,

aunque fuese más costosa por hectárea.

Se reconoció entonces que abonar el suelo en grande escala

era una de las primeras condiciones que se debía atender para producir cosechas á precios bajos yque, por consiguiente, debía

existiruna relación entre lacomposición química de terreno, del

abono y delacosecha. Boussingault fué unode los primeros que buscaron esa relación, y después de haber analizado los abonos y las cosechas de sufinca de Bech Ibrona, en Alsacia, dió á la pu¬

blicidad las siguientes cifras, que se refieren á una división de

cinco años, sostenida porbuenos prados naturales, regados ára¬

zón de una hectárea de prado contra otra hectárea de tierras la¬

borables divididas.

COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LAS COSECHAS POR HECTÁREA SUSTANCIAS MINERALES EN lA COSECHA

Pt!0 h la! ^zoe

Acido fosfórico

Potaba

; sosa Cal.

CLASE DE LAS COSECHAS coieclias. Kilos. Kilos. Kilos. Kilos Primer año. Patatas 12.300 46,3 13 6 63,5 2,3 Segundo.Trigo,granoypaja. 4 .401 35,4 18,9 26,7 2,4

Tercero. Trébol y heno 0.100 84,6 19,5 84,1 73,3 Cuarto. Trigo, grano y paja. 5 .419 48,8 18,9 26,7 2,4

Idem. Nabos 9 .550 15,2 3,3 20,6 5,0

Quinto. Avenagrano ypaja. 00.144 28,4 3,3 24,4 7,0 Totales 40. 444 250,7 32,8 246,0 16,2 El abono empleado porhectárea, tanto para las estercoladura (49, 086 kilogramos) como para un complemento de cenizas de

tuiba (5.000 kilogramos), daba como resultado, con relación á la composición química de las cosechas, un déficit de ázoe y los ex¬

cedentes de minerales anotados ácontinuación.

De la cosecha. De abono. Déficit. Excedente.

Azoe 250k,7 203k,2 47k,9 »

Acido fosfó¬

rico 82k,8 98k,0 d 15k,2

Potasa y sosa. 245k,0 370k,0 » 124k,0

Cal 92 581k,0 484k,7

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Boussiogault admitía de una manera general, que elexcedente

de ázoe recogido por la cosecha provenía de la atmósfera. Peroen cuanto á la manera especial de asimilarse este principio á las plantasse guardaba bien de precisar algo; desde entoncesbatras¬

currido medio siglo. La gloria de este sabio consiste en haber

abierto un ancho camino á esta clase de investigaciones. No hay

que olvidarque su granja de Recbelbroun estaba organizada en tierras de forrajes, ganado y estiércol, sirviendo de base áuna producción de trigo y otros cereales. En ninguna partemejorque

en esta propiedad se ba demostrado laimpotenciadel estiércol, ni

aun á altas dosis, para producir cosechas de gran rendimiento, puesto que la cifra media recolectada ba sido de 18,58 hectolitros

para el trigo, 32,49 paralaavena, 26,347 kilogramos parala re¬

molacha.

La intervención de los abonos químicos como complementodel

suelo y del estiércol ba dado el precioso resultado de libertar á la agricultura del régimen de estercoladuras álargo plazo,que esta¬

ban mal equilibradasen suselementos constituyentesynopodían,

porconsiguiente, satisfacerá las distintas cosechasen las quede¬

bíanser laprimera materia.Sebapodido desdeentoncessuminis¬

trar los abonos en relación álas cosechas que se habían de pro¬

ducir,y sies ciertoque la agricultura de nuestros tiempos no ba

alcanzado aún el estado de perfeccióná que llegarán las plantas

encuanto á su alimentación, racionadascomolosanimales, cuyas necesidades alimenticias se regulan día por día, ba adquirido la prácticaque poseemos actualmente con agentesfertilizadores fá¬

ciles de aplicar y de regular, según las exigencias especiales de

cadaunadenuestras cosechas.

Pero, por muy considerablesque sean los adelantos de la quí¬

micaorgánica, el problema de la alimentaciónvegetal, óseade los

abonosnecesarios por hectárea, no es menosdifícil deresolverpor las nociones de la ciencia actual; este problema resulta siemprey por todas partes dominadopor la necesidad de teneren cuenta:

1.*, influencia atmosférica con ó sin intervención de microbios y de insectos más ómenos microscópicos; 2.°, la influencia del suelo

ó del subsuelo más ó menos en posesión de abonos anteriores;

3.", las necesidades de cada cosecha y algunas veces también los abonos que han conducido lasaguassubterráneasólasqueriegan

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la superficie del terreno. En vista de todos estos factores, que

de¬

ben tenerseen cuenta mientras la ciencia, más adelantada, no

pueda facilitarnos datos más exactos,

será prudente proceder

por

medio de tanteos, tomando ejemplo de los cultivos más notables

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