Cuando las granjas de Rovilley de Grignon
llamaban
por suprograma de cultivo alterno la atención
del mundo agrícola,
unhecho se señaló entre todos por su gran resonancia, y éste fué
el
de la estercoladura á razón de60.000 kilogramos de buen estiér¬
colpor hectárea. Semejantes estercoladuras eran una
novedad
comparadas conlas de 15 á20.000 kilogramos
usadas
enla divi¬
sión trienal de lastierras de labor, ála sazónenvigor. Se decía en el campo de los retrasados que á razón de 15 francos por
1.000
kilogramos, resultaba un gasto de900
francosde abonos,
quecosecha alguna podría reembolsar. Se decía, al contrario, en
el
campo de la vanguardia, quela cosecha de una tierra bien abo¬
naday por consiguiente dando á menudo el doble, produciría el
hectolitro ámenoscoste que unatierra poco abonada. La demos¬
tración de lagranja de Grignon ha sido decisiva á este respecto,
por más queel estiércol fué adquirido á un precio elevado. Se ha
48 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
probado en esta propiedad de tierras calizas, que una cosecha
do 30 hectolitros de trigo resultaba más barata por hectolitro,
aunque fuese más costosa por hectárea.
Se reconoció entonces que abonar el suelo en grande escala
era una de las primeras condiciones que se debía atender para producir cosechas á precios bajos yque, por consiguiente, debía
existiruna relación entre lacomposición química de terreno, del
abono y delacosecha. Boussingault fué unode los primeros que buscaron esa relación, y después de haber analizado los abonos y las cosechas de sufinca de Bech Ibrona, en Alsacia, dió á la pu¬
blicidad las siguientes cifras, que se refieren á una división de
cinco años, sostenida porbuenos prados naturales, regados ára¬
zón de una hectárea de prado contra otra hectárea de tierras la¬
borables divididas.
COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LAS COSECHAS POR HECTÁREA SUSTANCIAS MINERALES EN lA COSECHA
Pt!0 h la! ^zoe
Acido fosfórico
Potaba
; sosa Cal.
CLASE DE LAS COSECHAS coieclias. Kilos. Kilos. Kilos. Kilos Primer año. Patatas 12.300 46,3 13 6 63,5 2,3 Segundo.Trigo,granoypaja. 4 .401 35,4 18,9 26,7 2,4
Tercero. Trébol y heno 0.100 84,6 19,5 84,1 73,3 Cuarto. Trigo, grano y paja. 5 .419 48,8 18,9 26,7 2,4
Idem. Nabos 9 .550 15,2 3,3 20,6 5,0
Quinto. Avenagrano ypaja. 00.144 28,4 3,3 24,4 7,0 Totales 40. 444 250,7 32,8 246,0 16,2 El abono empleado porhectárea, tanto para las estercoladura (49, 086 kilogramos) como para un complemento de cenizas de
tuiba (5.000 kilogramos), daba como resultado, con relación á la composición química de las cosechas, un déficit de ázoe y los ex¬
cedentes de minerales anotados ácontinuación.
De la cosecha. De abono. Déficit. Excedente.
Azoe 250k,7 203k,2 47k,9 »
Acido fosfó¬
rico 82k,8 98k,0 d 15k,2
Potasa y sosa. 245k,0 370k,0 » 124k,0
Cal 92 581k,0 484k,7
LAS ESTERCOLADURAS Y LAS COSECHAS 49
Boussiogault admitía de una manera general, que elexcedente
de ázoe recogido por la cosecha provenía de la atmósfera. Peroen cuanto á la manera especial de asimilarse este principio á las plantasse guardaba bien de precisar algo; desde entoncesbatras¬
currido medio siglo. La gloria de este sabio consiste en haber
abierto un ancho camino á esta clase de investigaciones. No hay
que olvidarque su granja de Recbelbroun estaba organizada en tierras de forrajes, ganado y estiércol, sirviendo de base áuna producción de trigo y otros cereales. En ninguna partemejorque
en esta propiedad se ba demostrado laimpotenciadel estiércol, ni
aun á altas dosis, para producir cosechas de gran rendimiento, puesto que la cifra media recolectada ba sido de 18,58 hectolitros
para el trigo, 32,49 paralaavena, 26,347 kilogramos parala re¬
molacha.
La intervención de los abonos químicos como complementodel
suelo y del estiércol ba dado el precioso resultado de libertar á la agricultura del régimen de estercoladuras álargo plazo,que esta¬
ban mal equilibradasen suselementos constituyentesynopodían,
porconsiguiente, satisfacerá las distintas cosechasen las quede¬
bíanser laprimera materia.Sebapodido desdeentoncessuminis¬
trar los abonos en relación álas cosechas que se habían de pro¬
ducir,y sies ciertoque la agricultura de nuestros tiempos no ba
alcanzado aún el estado de perfeccióná que llegarán las plantas
encuanto á su alimentación, racionadascomolosanimales, cuyas necesidades alimenticias se regulan día por día, ba adquirido la prácticaque poseemos actualmente con agentesfertilizadores fá¬
ciles de aplicar y de regular, según las exigencias especiales de
cadaunadenuestras cosechas.
Pero, por muy considerablesque sean los adelantos de la quí¬
micaorgánica, el problema de la alimentaciónvegetal, óseade los
abonosnecesarios por hectárea, no es menosdifícil deresolverpor las nociones de la ciencia actual; este problema resulta siemprey por todas partes dominadopor la necesidad de teneren cuenta:
1.*, influencia atmosférica con ó sin intervención de microbios y de insectos más ómenos microscópicos; 2.°, la influencia del suelo
ó del subsuelo más ó menos en posesión de abonos anteriores;
3.", las necesidades de cada cosecha y algunas veces también los abonos que han conducido lasaguassubterráneasólasqueriegan
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la superficie del terreno. En vista de todos estos factores, que
de¬
ben tenerseen cuenta mientras la ciencia, más adelantada, no
pueda facilitarnos datos más exactos,
será prudente proceder
pormedio de tanteos, tomando ejemplo de los cultivos más notables