• Aucun résultat trouvé

189En el escenario moderno Román Gubern nos proporciona

2.2.5.8 “SI TE DICEN QUE CAÍ”

189En el escenario moderno Román Gubern nos proporciona

definiciones precisas: “La identidad es una manera de afirmación personal en relación con lo que no se es. Es decir, si yo me siento judío, católico, protestante, hinduista significa que no soy lo otro. De manera que la identidad tiene un aspecto positivo de reencuentro con uno mismo y un aspecto de acotación de este yo con lo otro distinto. De esta dialéctica entre lo que soy y no soy, nace esta conciencia que esta asociada a la pertenencia a un grupo. Es decir, busca una inversión o una sintonía con un colectivo, con un grupo de personas con los cuales tiene afinidades y patrones de conducta similares, así se explica como existe esta cohesión. De modo que este juego dialéctico entre los míos y los otros, es lo que define y acota el territorio de la identidad. Hay algo de religioso en la identidad, que debe ser criticada porque esa comunión con otros, tiende a ser excluyente. En esa comunión los míos son los buenos, los otros los malos. De modo que, en la identidad existe un punto que los etólogos llamarían de agresividad, de defensa de la identidad. Postura de desconfianza hacia el otro que no es como yo. De ahí vienen los problemas de racismo porque hay grupos étnicos que tienen unas culturas, unas tradiciones, una lengua y ven al otro como un adversario contra su identidad que es la buena o que es la mía. Es un elemento agresivo a la endogamia de la identidad.”211

En el cine estas realidades también se documentan. Casilda de Miguel al hablar del héroe observa que frente al protagonista y sus hazañas, surge el antagonista representado por el otro, el desconocido, esto proporciona “la amenaza como ingrediente necesario para que la acción tenga lugar”212.

211 Revista “Salud para todos”, Entrevista a Román Gubern, “Claustrofilia vs.

Agorafilia”, Agosto de 2001, Río Negro, Pág.18.

212 de Miguel, Casilda: “La ciencia ficción”, Un agujero negro en el cine de género, Editorial Unversidad del País Vasco, Bilbao, Pág.206.

190

2.3.2. ALTERIDAD E IDENTIDAD

El principio de identidad afirma que una cosa es del todo y

exclusivamente igual a sí misma. Un submotivo del doble como suplantación lo encontramos en el recurrente motivo del "doble del rey" o de cualquier otro tipo de personaje poderoso. Muy utilizado en el teatro español del Siglo de Oro dada su predilección por el tema del honor y del rey y aparece entre otras obras en "El rey por semejanza" (1600), de J.

Grajales; "La aventura con el nombre" (1630), de Tirso de Molina; "A un tiempo rey y vasallo", de autor anónimo; "El palacio confuso", de Lope de Vega; "La crueldad por el honor" (1626), de Alarcón y Mendoza; "El pastelero de Madrigal" (1660), de J. de Cuellar o en "Traidor, inconfeso y mártir"; de José Zorrilla al igual que en otras obras de autores del resto de Europa, como por ejemplo "Don Sanche d'Aragon" (1650), del dramaturgo francés Corneille. Todas estas piezas son claros precedentes de un subgénero de la literatura de aventuras que encontrará su máxima popularidad en "El príncipe y el mendigo", de Mark Twain o en "El prisionero de la Zenda", de Anthony Hope.

El motivo de la suplantación que facilita intrigas amorosas también fue ampliamente recogido por el teatro de esta época. Aparece en la obra de Tirso de Molina "Don Gil de las calzas verdes" (1617), a través de un personaje femenino, y en "El hombre pobre todo es trazas", de Calderón.

Tras el Romanticismo el motivo de la "duplicación de la mujer" con el fin de crear el desconcierto tomó una orientación más sombría e inquietante. Prueba de ello son las obras "Frontalbo..." (1808), de J.

Grimm, "Ligeia" (1838), de Edgar A. Poe y "Bruges la morte" (1892), de Rodenbach.

191

“Hay un proceso institucional y cotidiano de otrorización, de alterización, en el que, rota la comunicabilidad, escindido el uno del otro, la otredad o alteridad se hace sustancia definitiva y definitoria del Otro.”213

La alteridad remite a la alteración. Esta puede entenderse por un lado como transformación de la cualidad actual de una cosa o como transformación de una cosa en algo diferente. En ese sentido el cambio puede operar en el devenir sea en la realidad física o psico-espiritual.

También las transformaciones pueden surgir desde la historicidad que presuponen cambios y alteraciones.

En la compilación de Bargalló anteriormente citado Rafael Valencia Rodríguez analiza pormenorizadamente la imagen del otro en el medioevo hispano. Allí reflexiona acerca de la imagen durante el siglo XIII del “otro”. Explica la imagen que se proyecta en las relaciones del Mundo Arabe-Europa, Oriente-Occidente o Sur–Norte hasta el día de hoy, y comprende que la península se visualiza como territorio de frontera de ambas colectividades. Rodríguez sostiene que el marco del concepto del “Otro” puede establecerse en múltiples escalas, desde una perspectiva general o concreta, según se trate. En el primer sentido

“llegaríamos a alcanzar hasta más allá del entorno planetario o humano.

En el segundo bajaríamos a la alteridad individual”214. Entendemos que nuestro plan de estudio del problema del otro en el tratamiento de los posibles narrativos en el cine también podría analizarse desde esta perspectiva. No es esa la pretensión aunque puede retomarse su estudio en el futuro. Este capítulo pretende llenar un vacío en el análisis del tema del doble: el tema del otro, que es justamente una de sus variables.

213 VV.AA: “Imágenes del otro”, Barcelona, 1997, Päg.22

214 Bargalló (Ed.): Op.cit: (1994) Pág.171.

192