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APROXIMACION AL CONCEPTO DE SOMBRA EN JUNG Y RANK

Como hemos dicho antes, una de las prolongaciones naturales del hombre se encuentra en la sombra, quizá la manifestación más antigua del doble y la imagen primitiva en la que pudo reconocerse.

Esa figura mudable, que sólo aparece cuando hay luz, ha sido objeto de estudio de la psicología jungiana que la define como la personificación de cierto aspecto de la personalidad inconsciente relacionada con el complejo del “Yo”, a la vez que representa los aspectos “oscuros” de la personalidad, así como también todo el problema misterioso del mal en el mundo y los respectivos sentimientos de culpabilidad a nivel personal y colectivo22.

Las culturas han simbolizado las sombras de diversas maneras.

No obstante, un código común la significa como la fuerza del mal. La relacionan con la muerte, lo doble, lo otro. Si fue la primera proyección narcisista también ha sido representada como la manera con que el alma del muerto podía perseguir a los vivos hasta poseerlos. De tal manera que pasa a convertirse en un valor con connotaciones negativas que la psicología definiría como un aspecto de la personalidad que negamos23.

22 Vázquez Fernández, Antonio: “Freud y Jung, exploradores del inconciente”.

Barcelona. Editorial Cincel. 1986. Pág.157

23 Marie Louise von Franz, discípula de Jung, detalla en “L’Ombra e il male nella fiaba”, la relación de la sombra con los cuentos tradicionales a la vez que redefine conceptos elaborados por Jung y su relación con el inconciente colectivo.

La sombra es un símbolo de las capas inconscientes de la personalidad que solamente por medio del proceso de la individuación pueden incorporarse a la compleja estructura de lo experimentado y transformarse24. Pero si por un lado nos cuesta aceptarla, por otro extraviarla significaría también la perdida de la identidad. Este es el caso que ilustra desde la literatura “La maravillosa historia de Peter Schlemihl” (“Peter Schlemihls wundersame Geschichte”) de Chamisso, escrita en 1814, que relata cómo un hombre vende su sombra a cambio de riqueza. Tras la operación, su identidad se verá afectada en la mirada de los demás.

Aunque Homero ya había desarrollado en la Ilíada y la Odisea la idea de que el alma es la sombra del cuerpo, será John F. Milton, en su gran poema épico “El paraíso perdido” (“Paradise Lost”, 1667), quien recurriendo a uno de los mitos fundacionales, castige a los ángeles rebeldes con el mayor rigor: la oscuridad. “Como es ángel, contempla en un segundo/La funesta y perdida situación,/Calabozo sombrío y circular/Como un gran horno en llamas;/de esas llamas/La oscuridad visible, no la luz25”.

Aunque para Jung la sombra significaba tantos aspectos negativos, también le reconoce la posibilidad del autoconocimiento toda vez que se profundice en aquellos aspectos oscuros hasta acceder al origen del conflicto26. “La figura más fácilmente accesible a la experiencia es la sombra, cuya índole puede inferirse en gran medida de los contenidos del inconsciente personal27”.

24 Biedermann, Hans: “Diccionario de Símbolos”, Ediciones Paidós, Barcelona, Pág.439.

25 Milton, John: “El paraíso perdido”; Universidad de Cádiz, Cádiz, 1988. Pág.16.

26 Vázquez Fernández: op. cit. Pág.157.

27 Jung, Carl: “AION Contribución a los simbolismos del sí-mismo”. Editorial Paidós, Barcelona, 1992. Pág.22

Régis Debray afirma en “Vida y muerte de la imagen” que la imagen es sombra, y sombra es el nombre común del doble28. Sin embargo, aunque se puede establecer esta relación Doble-Sombra, también se puede diferenciar a la Sombra como proyección y compañera del hombre, y al Doble como simetría y aparición repentina. Desde el punto de vista del psicoanálisis, la Sombra y el Doble tienen orígenes diferentes, mientras la Sombra se forma y proyecta gradualmente; el Doble existe desde el momento en que existe la conciencia del Yo, del cual el Otro no es más que una alternativa.

La sombra está en la génesis del cine. Unas de las primeras imágenes en movimiento reproducidas en el lienzo fueron realizadas con los dedos de las manos, dando origen a las sombras chinescas.

Luego, el expresionismo sería quien más utilizaría este modo de duplicación humana. “Schatten” (1923), de Arthur Robison, es ilustrativa a este respecto dado que toda su trama, las proyecciones de un marido celoso sobre la supuesta infidelidad de su esposa, están descriptas a través del juego de las sombras. El drama psicológico utiliza este recurso para mostrarnos el inconsciente de los personajes, sus lados oscuros, el imaginario de un grupo humano y sus instintos exacerbados, que se proyectan en la pared. A su vez también se sirve de las marionetas chinescas para que los intérpretes, mientras miran la película, se sumerjan en el sueño y queden liberados de las convenciones formales. Como en un teatro de sombras se repiten los juegos, tal es la representación que por momentos no se sabe si mirar a los personajes reales o a sus dobles en las sombras.

28 Debray, Régis: “Vida y muerte de la imagen”, Editorial Paidós, Barcelona, 1992.

Pág. 21.

Anais Nïn escribió en sus diarios que solía “vivir apuntando frases de esa alma inmensa y sabia de Rank”. En esa multiplicidad de temas que abordó el discípulo de Freud, el análisis del doble como sombra, como proyección la realiza en el capítulo cuarto de su ya clásico tratado. Bajo el título de “El doble en la antropología” nos dice que el punto de partida para tratar el doble se encuentra en las ideas supersticiosas vinculadas con la sombra que aún perviven entre nosotros, y que escritores como Chamisso, Andersen y Goethe escribieron sobre ellas en forma consciente29.

Rank hace un repaso que va desde la Europa Central y sus relatos misteriosos hasta las culturas primitivas y sus tabúes ancestrales. “De esta superstición sobre la sombra, según creen algunos estudiosos, se desarrolló la creencia en un espíritu guardián, que a su vez tiene estrecha relación con el motivo del doble30”.

La sombra puede aparecer entonces como sinónimo de muerte o como fuente de protección; puede ser compañía o maleficio También esas connotaciones tienen características duales. Así explica como los isleños de Fidji creen que todas las personas tienen dos almas:

una oscura, que existe en la sombra y va al Hades, y una luminosa, que existe en su reflejo sobre la superficie del agua o el espejo y que permanece cerca de su lugar de muerte. Este significado le permite a Rank entender los numerosos preceptos y prohibiciones (tabúes) vinculados con la sombra.

El analista observa que los nativos creen que el alma se encarna en la imagen reproducida por el vidrio, el agua, el retrato o la sombra. Creencia que se vincula con los numerosos tabúes relacionados con estos objetos. Recuerda observaciones de Frazer

29 Rank, O.: op. cit. (1982) Pág. 87.

30 Rank, O.: op. cit.(1982) Pág.88.

relacionadas con el temor al retrato en una fotografía, dado que algunas tribus del Africa Central, Asia, Indias Orientales, Europa y América visualizaban el alma de las personas en su imagen; quien la poseyera podía provocar un efecto pernicioso o mortífero sobre ella31.

El autor de “El Doble” cree que en la experiencia del sueño el hombre puede haber encontrado pruebas para que el yo viable pueda existir inclusive después de la muerte, pero que la sombra y su imagen reflejada lo han convencido de que tiene un doble misterioso en la vida.

Quizá, entre las muchas frases que Anaïs Nin registró de su maestro, se encuentre ésta, escrita a mediados de siglo:

“La creencia primitiva en las almas es, en su origen, nada más que un tipo de creencia en la inmortalidad, que niega con energía el poder de la muerte; y aún en la actualidad el contenido esencial de la creencia en el alma -tal como subsiste en la religión, la superstición y los cultos modernos- no ha llegado a ser otra cosa, ni mucho menos que eso32”.